martes, 29 de marzo de 2016

Arte del decir




            La Retórica a Herenio es el tratado más antiguo en latín que nos ha llegado. Es de autor desconocido (aunque se ha atribuido a Cicerón, Elio Estilón y Cornificio) y fue compuesto hacia el año 85 antes de Cristo.
            En esta retórica aparece una lista con las cinco secciones del arte del decir que se presentan como las habilidades que el orador tiene que poseer: la capacidad de invención, de disposición, de elocución, de memoria y de dicción.
            La invención o inventio es la capacidad de encontrar argumentos verdaderos o verosímiles que hagan convincente la causa.
La disposición o dispositio es la ordenación y la distribución de los argumentos. Indica el lugar que cada uno de ellos debe ocupar.
La elocución o elocutio es el uso de las palabras y de las frases oportunas de manera que se adapten a la invención.
La memoria es la presencia duradera de los argumentos en la mente, así como de las palabras y de su disposición.
La dicción, declamación o pronuntiatio es la capacidad de regular de manera agradable la voz, el aspecto, el gesto, etc.

            

sábado, 26 de marzo de 2016

Antonio Machado



(Apuntes para 1º Bachillerato)

GENERACIÓN DEL 98

La generación del 98 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social desencadenada en España por la derrota militar en la guerra hispano-estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Guam, Cuba y las islas Filipinas en 1898. Todos los autores y grandes poetas englobados en esta generación nacen entre 1864 y 1876.

Rasgos característicos:

         Visión crítica de España
         Lenguaje natural al servicio del pensamiento
         Renovación de todos los géneros literarios. La crisis social de cambio de siglo y la angustia vital heredada del romanticismo les llevó a experimentar nuevas formas en los terrenos artísticos y literarios, cambiando el método de la observación fiel de la realidad por una visión subjetiva y a veces grotesca de lo absurdo de la vida.
Temas de la Generación del 98:

a) El tema de España. Los autores mezclan el dolor y el amor por España, los rechazos críticos y la exaltación. Rechazaron ante todo la política del momento. Exaltaron en cambio (y sobre todo en su madurez) "una España eterna y espontánea", de ahí su interés por el paisaje, por la vida de los pueblos y por la historia.
b) Las tierras de España fueron recorridas y descritas por los autores con esa misma mezcla de dolor y amor.
c) La historia es otro de los campos de sus meditaciones. Si al principio rastreaban sobre todo en el pasado las raíces de los males presentes, cada vez buscaron más los valores permanentes de Castilla y de España, tanto en los tesoros de la cultura como en los hombres.
d) las preocupaciones existenciales ocupan un lugar muy importante en la temática noventayochista. Hay que situarlas en la crisis de fin de siglo.

La poesía de la generación del 98:

Machado acoge en sus versos el espíritu del 98, es decir, una literatura más sobria en el estilo y más comprometida con la realidad española.

ANTONIO MACHADO:     

Pertenece a la Generación del  98, nació en Sevilla en 1875 y murió Collioure en 1939.
Es un poeta español influido por el modernismo y el simbolismo. Machado pasó su juventud en Madrid donde estudió en la Institución libre de Enseñanza y en los Institutos de San Isidro y Cisneros. Al morir su padre en 1893 y su abuelo en 1895 la familia experimento dificultades económicas que interrumpieron los estudios del futuro poeta.
Publicó su primer libro de poemas, Soledades, en 1903.

Sus principales obras son las siguientes:

Campos de Castilla:

Este libro es importante porque Machado descubre en él el paisaje castellano, lo que le lleva a establecer muchos contactos con la Generación del 98. En este libro recoge reflexiones morales y filosóficas a raíz del conocimiento de la realidad castellana y andaluza y aparecen muchos elogios a intelectuales afines al pensamiento de Machado.

Nuevas canciones:
Se trata de un cancionero con poemas en los que predomina el tono sentencioso y reflexivo. Son en general poemas breves que resumen ideas filosóficas.
Poesías de la guerra:

Se incluyen aquí los poemas que el propio Machado eliminó en la primera edición de Soledades. También se incluyen escritos en prosa. Tienen un valor testimonial del Machado comprometido con la república.

Las principales características del poeta que podemos señalar son las siguientes:

Antonio Machado prefería las formas métricas sencillas como el romance o el cantar y utilizaba la rima asonante. Sus poemas reflejan el sentir estético de la Generación del 98, es decir, la expresión sobria y sencilla de las profundas emociones humanas.
Se encuentran en sus obras algunos temas característicos de la generación del 98: el pesimismo ante la situación del país, la esperanza de una España mejor y el paisaje de Castilla como reflejo del alma nacional. Su poesía temprana evoca sueños y recuerdos de su niñez en Andalucía; incluye muchas alusiones personales y usa símbolos como el camino, los ríos, las fuentes y el viajero solitario.

Los temas principales en la poesía de Machado son:

La nostalgia o melancolía: Como por ejemplo en el poema XI de "Soledades", que comienza:
“Yo voy soñando caminos
de la tarde”

y en el que la tarde representa la melancolía.

El paso del tiempo: Machado menciona el ayer con frecuencia. El paso del tiempo también es un tópico del poema “El viajero” de "Soledades", que trata de un hermano que emigra y regresa después de un tiempo.

La muerte: Un ejemplo es el poema XXI de la sección "Del camino", sobre una muerte acaecida a la media noche:
"Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera".

El sueño: Aparece mucho en los poemas de "Del camino". Se representa con la metáfora del espejo. Como ejemplo, encontramos el poema XXXVII que dice:
“te busqué en tu sueño,
y allí te vi vagando en un borroso
laberinto de espejos”.
Otra metáfora para el sueño es el camino, que guarda la respuesta del misterio de la existencia.
En cuanto al léxico de la poesía de Antonio Machado, se caracteriza por la abundancia de adjetivos de tipo sensorial, sus construcciones de sinestesias, y el empleo de recursos fónicos como  las aliteraciones y paranomasias.

jueves, 17 de marzo de 2016

Antología de textos para comentario



 (Para 1º Bachillerato)

Tomás de Iriarte: Fábula del asno y su amo

Quien escribe para el público, y no escribe bien, no debe fundar su disculpa en el mal gusto del vulgo 
«Siempre acostumbra hacer el vulgo necio
de lo bueno y lo malo igual aprecio;
yo le doy lo peor, que es lo que alaba».
De este modo sus yerros disculpaba
un escritor de farsas indecentes;
y un taimado poeta que lo oía,
le respondió en los términos siguientes:
«Al humilde jumento
su dueño daba paja, y le decía:
'Toma, pues que con eso estás contento'.
Díjolo tantas veces, que ya un día
se enfadó el asno, y replicó: 'Yo tomo
lo que me quieres dar; pero, hombre injusto,
¿piensas que sólo de la paja gusto?
Dame grano, y verás si me lo como'».
Sepa quien para el público trabaja,
que tal vez a la plebe culpa en vano,
pues si, en dándola paja, come paja,
siempre que la dan grano, come grano.

Leandro Fernández de Moratín, El sí de las niñas, Escena VIII, Acto III)

DON DIEGO.-   ¿Qué siente usted?  (Siéntase junto a DOÑA FRANCISCA.) 
DOÑA FRANCISCA.-   No es nada… Así un poco de… Nada… no tengo nada.
DON DIEGO.-   Algo será, porque la veo a usted muy abatida, llorosa, inquieta… ¿Qué tiene usted, Paquita? ¿No sabe usted que la quiero tanto?
DOÑA FRANCISCA.-   Sí, señor.
DON DIEGO.-   Pues ¿por qué no hace usted más confianza de mí? ¿Piensa usted que no tendré yo mucho gusto en hallar ocasiones de complacerla?
DOÑA FRANCISCA.-   Ya lo sé.
DON DIEGO.-   ¿Pues cómo, sabiendo que tiene usted un amigo, no desahoga con él su corazón?
DOÑA FRANCISCA.-   Porque eso mismo me obliga a callar.
DON DIEGO.-   Eso quiere decir que tal vez soy yo la causa de su pesadumbre de usted.
DOÑA FRANCISCA.-   No, señor; usted en nada me ha ofendido… No es de usted de quien yo me debo quejar.
DON DIEGO.-   Pues ¿de quién, hija mía?… Venga usted acá…  (Acércase más.)  Hablemos siquiera una vez sin rodeos ni disimulación… Dígame usted: ¿no es cierto que usted mira con algo de repugnancia este casamiento que se la propone? ¿Cuánto va que si la dejasen a usted entera libertad para la elección no se casaría conmigo?
DOÑA FRANCISCA.-   Ni con otro.
DON DIEGO.-   ¿Será posible que usted no conozca otro más amable que yo, que la quiera bien, y que la corresponda como usted merece?
DOÑA FRANCISCA.-   No, señor; no, señor.
DON DIEGO.-   Mírelo usted bien.
DOÑA FRANCISCA.-   ¿No le digo a usted que no?
DON DIEGO.-   ¿Y he de creer, por dicha, que conserve usted tal inclinación al retiro en que se ha criado, que prefiera la austeridad del convento a una vida más…?
DOÑA FRANCISCA.-   Tampoco; no señor… Nunca he pensado así.
DON DIEGO.-   No tengo empeño de saber más… Pero de todo lo que acabo de oír resulta una gravísima contradicción. Usted no se halla inclinada al estado religioso, según parece. Usted me asegura que no tiene queja ninguna de mí, que está persuadida de lo mucho que la estimo, que no piensa casarse con otro, ni debo recelar que nadie dispute su mano… Pues ¿qué llanto es ése? ¿De dónde nace esa tristeza profunda, que en tan poco tiempo ha alterado su semblante de usted, en términos que apenas le reconozco? ¿Son éstas las señales de quererme exclusivamente a mí, de casarse gustosa conmigo dentro de pocos días? ¿Se anuncian así la alegría y el amor?  (Vase iluminando lentamente la escena, suponiendo que viene la luz del día.) 
DOÑA FRANCISCA.-   Y ¿qué motivos le he dado a usted para tales desconfianzas?
DON DIEGO.-   ¿Pues qué? Si yo prescindo de estas consideraciones, si apresuro las diligencias de nuestra unión, si su madre de usted sigue aprobándola y llega el caso de…
DOÑA FRANCISCA.-   Haré lo que mi madre me manda, y me casaré con usted.
DON DIEGO.-   ¿Y después, Paquita?
DOÑA FRANCISCA.-   Después… y mientras me dure la vida, seré mujer de bien.
DON DIEGO.-   Eso no lo puedo yo dudar… Pero si usted me considera como el que ha de ser hasta la muerte su compañero y su amigo, dígame usted: estos títulos ¿no me dan algún derecho para merecer de usted mayor confianza? ¿No he de lograr que usted me diga la causa de su dolor? Y no para satisfacer una impertinente curiosidad, sino para emplearme todo en su consuelo, en mejorar su suerte, en hacerla dichosa, si mi conato y mis diligencias pudiesen tanto.
DOÑA FRANCISCA.-   ¡Dichas para mí!… Ya se acabaron.
DON DIEGO.-   ¿Por qué?
DOÑA FRANCISCA.-   Nunca diré por qué.
DON DIEGO.-   Pero ¡qué obstinado, qué imprudente silencio!… Cuando usted misma debe presumir que no estoy ignorante de lo que hay.
DOÑA FRANCISCA.-   Si usted lo ignora, señor Don Diego, por Dios no finja que lo sabe; y si en efecto lo sabe usted, no me lo pregunte.
DON DIEGO.-   Bien está. Una vez que no hay nada que decir, que esa aflicción y esas lágrimas son voluntarias, hoy llegaremos a Madrid, y dentro de ocho días será usted mi mujer.
DOÑA FRANCISCA.-   Y daré gusto a mi madre.
DON DIEGO.-   Y vivirá usted infeliz.
DOÑA FRANCISCA.-   Ya lo sé.
DON DIEGO.-   Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo mandan, un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.
DOÑA FRANCISCA.-   Es verdad… Todo eso es cierto… Eso exigen de nosotras, eso aprendemos en la escuela que se nos da… Pero el motivo de mi aflicción es mucho más grande.

Mariano José de Larra: Vuelva usted mañana
--Mirad --le dije--, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
--Ciertamente --me contestó--. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizados en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince, cinco días.
Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fué bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.
--Permitidme, monsieur Sans-délai --le dije entre socarrón y formal--, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.
--¿Cómo?
--Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
--¿Os burláis?
--No por cierto.
--¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
--Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
--¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal [siempre] de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
--Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
--¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
--Todos os comunicarán su inercia.
Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.
Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.
--Vuelva usted mañana --nos respondió la criada--, porque el señor no se ha levantado todavía.
--Vuelva usted mañana --nos dijo al siguiente día--, porque el amo acaba de salir.
--Vuelva usted mañana --nos respondió al otro--, porque el amo está durmiendo la siesta.
--Vuelva usted mañana --nos respondió el lunes siguiente--, porque hoy ha ido a los toros.
--¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y Vuelva usted mañana --nos dijo--, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio.
A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.

Gustavo Adolfo Bécquer: Volverán las oscuras golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas 
de tu balcón sus nidos a colgar, 
y otra vez con el ala a tus cristales, 
jugando, llamarán.
Pero aquéllas que el vuelo refrenaban 
tu hermosura y mi dicha a contemplar, 
aquéllas que aprendieron nuestros nombres... 
esas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas 
de tu jardín las tapias a escalar 
y otra vez a la tarde aún más hermosas 
sus flores se abrirán.
Pero aquéllas cuajadas de rocío, 
cuyas gotas mirábamos temblar 
y caer como lágrimas del día... 
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos 
las palabras ardientes a sonar, 
tu corazón de su profundo sueño 
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas 
como se adora a Dios ante el altar, 
como yo te he querido..., desengáñate, 
nadie así te amará.

Benito Pérez Galdós: La corte de Carlos IV (capítulo I)

Concurrir a la cazuela del teatro de la Cruz, para silbar despiadadamente El sí de las niñas, comedia que mi ama aborrecía, tanto por lo menos, como a las demás del mismo autor.
Pasearme por la plazuela de Santa Ana, fingiendo que miraba las tiendas, pero prestando disimulada y perspicua atención a lo que se decía en los corrillos allí formados por cómicos o saltarines, y cuidando de pescar al vuelo lo que charlaban los de la Cruz en contra de los del Príncipe.
Ir en busca de un billete de balcón para la plaza de toros, bien al despacho, bien a la casa del banderillero Espinilla, que le tenía reservado para mi ama, cual obsequio de una amistad tan fina como antigua.
Acompañarla al teatro, donde me era forzoso tener el cetro y la corona cuando ella entraba después de la segunda escena del segundo acto, en El falso Czar de Moscovia, para salir luego convertida en reina, confundiendo a Osloff y a los magnates, que la tenían por buñolera de esquina.
Ir a avisar puntualmente a los mosqueteros para indicarles los pasajes que debían aplaudir fuertemente en la comedia y en la tonadilla, indicándoles también la función que preparaban los de allá para que se apercibieran con patriótico celo a la lucha.
Ir todos los días a casa de Isidoro Máiquez con el aparente encargo de preguntarle cualquier cosa referente a vestidos de teatro; pero con el fin real de averiguar si estaba en su casa cierta y determinada persona, cuyo nombre me callo por ahora.

Leopoldo Alas “Clarín”, La Regenta

El Magistral dio otra absolución y llamó con la mano a otra beata... La capilla se iba quedando despejada. Cuatro o cinco bultos negros, todos absueltos, fueron saliendo silenciosos, de rato en rato; y al fin quedaron solos la Regenta, sobre la tarima del altar, y el Provisor dentro del confesonario. Ya era tarde. La catedral estaba sola. Allí dentro ya empezaba la noche.
Ana esperaba sin aliento, resucita a acudir, la seña que la llamase a la celosía... Pero el confesonario callaba. La mano no aparecía, ya no crujía la madera.
Jesús de talla, con los labios pálidos entreabiertos y la mirada de cristal fija, parecía dominado por el espanto, como si esperase una escena trágica inminente.
Ana, ante aquel silencio, sintió un terror extraño...
Pasaban segundos, algunos minutos muy largos, y la mano no llamaba...
La Regenta, que estaba de rodillas, se puso en pie con un valor nervioso que en las grandes crisis le acudía... y se atrevió a dar un paso hacia el confesionario.
Entonces crujió con fuerza el cajón sombrío, y brotó de su centro una figura negra, larga. Ana vio a la luz de la lámpara un rostro pálido, unos ojos que pinchaban como fuego, fijos, atónitos como los del Jesús del altar...
El Magistral extendió un brazo, dio un paso de asesino hacia la Regenta, que horrorizada retrocedió hasta tropezar con la tarima. Ana quiso gritar, pedir socorro y no pudo. Cayó sentada en la madera, abierta la boca, los ojos espantados, las manos extendidas hacia el enemigo, que el terror le decía que iba a asesinarla.
El Magistral se detuvo, cruzó los brazos sobre el vientre. No podía hablar, ni quería. Temblábale todo el cuerpo, volvió a extender los brazos hacia Ana... dio otro paso adelante... y después clavándose las uñas en el cuello, dio media vuelta, como si fuera a caer desplomado, y con piernas débiles y temblonas salió de la capilla. Cuando estuvo en el trascoro, sacó fuerzas de flaqueza, y aunque iba ciego, procuró no tropezar con los pilares y llegó a la sacristía sin caer ni vacilar siquiera.
Ana, vencida por el terror, cayó de bruces sobre el pavimento de mármol blanco y negro; cayó sin sentido.
La catedral estaba sola. Las sombras de los pilares y de las bóvedas se iban juntando y dejaban el templo en tinieblas. Celedonio, el acólito afeminado, alto y escuálido, con la sotana corta y sucia, venía de capilla en capilla cerrando verjas. Las llaves del manojo sonaban chocando. Llegó a la capilla del Magistral y cerró con estrépito.
Después de cerrar tuvo aprensión de haber oído algo allí dentro; pegó el rostro a la verja y miró hacia el fondo de la capilla, escudriñando en la obscuridad. Debajo de la lámpara se le figuró ver una sombra mayor que otras veces...
Y entonces redobló la atención y oyó un rumor como un quejido débil, como un suspiro.
Abrió, entró y reconoció a la Regenta desmayada. Celedonio sintió un deseo miserable, una perversión de la perversión de su lascivia: y por gozar un placer extraño, o por probar si lo gozaba, inclinó el rostro asqueroso sobre el de la Regenta y le besó los labios.
Ana volvió a la vida rasgando las nieblas de un delirio que le causaba náuseas.
Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo.



jueves, 10 de marzo de 2016

El discurso periodístico



            Recordemos que en función del lenguaje específico utilizado, podemos hablar del discurso periodístico, publicitario, científico, humanístico, jurídico-administrativo y literario.
            Observamos que el discurso periodístico presenta contenidos que tienen que ver con la transmisión de información y opiniones consideradas de actualidad y de interés para la sociedad, mediante diversos géneros en los que la información y la opinión se expresan con un estilo ameno, claro y conciso para el lector.

            Las características principales del discurso periodístico son las siguientes:
-         Se produce en el ámbito social de la comunicación de información, que es actualizada a través de diferentes medios (prensa escrita o digital) y géneros (crónica, noticia, etc.)
-         Orienta sobre la interpretación o juicio que merecen los acontecimientos mediante el análisis y el comentario.
-         Utiliza otros códigos, además del lingüístico: el paralingüístico presente en las diferentes tipografías, y el icónico, presente en las fotografías, ilustraciones y gráficos.
-         Presenta una disposición en una página determinada (en la que hay otros textos) del periódico, revista o página web, y organizando el contenido de forma atractiva para los lectores o siguiendo los esquemas estructurales propios de los diferentes géneros periodísticos.
-         Utiliza un estilo informativo que busca la objetividad y la claridad o un estilo de opinión en el que priman los rasgos lingüísticos de la argumentación e incluso características propias del lenguaje literario.
-          
            En lo que respecta a los principios del discurso periodístico, debemos señalar tres:
            1.- Pertinencia: información veraz, completa, actual e interesante.
            2.- Objetividad: diferencia información de opinión y de publicidad para no originar confusión.
            3.- Transparencia: difusión de noticias comprobadas, no difusión de rumores, para lo que se cita una fuente si no se ha estado en el lugar de los hechos o se acude a las dos partes en caso de litigio. La transparencia exige rectificación si se ha producido un error.

            Por otra parte, la comunicación periodística, el esquema comunicativo aplicable al discurso periodístico, puede presentarse de la siguiente forma:

EMISOR
Se dan las funciones representativa (se trata de informar), apelativa (convencer) y poética.
El emisor es el propietario (que es el soporte económico e ideológico), las agencias informativas (seleccionan la información que se distribuye a los medios) y el periodista (que redacta y elabora la información).
INTENCIÓN COMUNICATIVA
Se trata de transmitir información (noticias), interpretar la información críticamente para formar la opinión del receptor (géneros de opinión) y entretener (crucigramas)
MENSAJE
Unidireccional, excepto en las cartas al director.
Información (noticia)
RECEPTOR
Colectivo, heterogéneo e indeterminado
CANAL
Inmediatez, medio de comunicación
REFERENTE
Actualidad
Universalidad
CÓDIGO
Lingüístico (culto, formal, claro, conciso y correcto) + Paralingüístico (tipografía) + Iconos (fotografías, gráficos, etc.)

            En otro orden de cosas, refiriéndonos a los géneros periodísticos, debemos recordar la clasificación de géneros de información y géneros de opinión. Entre los primero encontramos la noticia, el reportaje y la entrevista. Entre los géneros de opinión señalamos el editorial, las cartas al director, el artículo y las colaboraciones, la columna y la crónica.

            Géneros de información

            La noticia relata de forma impersonal unos hechos de interés, con extensión variable. Utiliza la forma habitual de la narración.
            Presenta como estructura la siguiente: titular (a veces antetítulo y subtítulo), que resume el contenido de la noticia; entrada o primer párrafo, que es un resumen de la noticia o la información básica que responde a las seis W (qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo), y párrafos con información decreciente. Es lo que se llama “pirámide invertida”.
            La noticia no suele ir firmada, aunque sí suele aportar la fuente (agencia de noticias).
            El reportaje se basa en una noticia previa, que se desarrolla incorporando más elementos informativos. Es, por tanto, más extensa que la noticia y posee mayor información gráfica.
            Utiliza la narración objetiva, la exposición, la descripción de personas y ambientes, y la cita en estilo directo de los protagonistas o testigos.
            Suele ir firmado por el reportero, quien aporta tonos subjetivos a la redacción de la noticia (como la denuncia, la ironía, etc.)
            La entrevista transcribe el diálogo, normalmente planificado, entre un periodista y un especialista de interés (informativa) o un personaje de interés (de personalidad).
            Utiliza el diálogo y la exposición y la descripción pueden estar presentes en la presentación del personaje.

            Géneros de opinión

            El editorial es el texto que representa la línea ideológica del medio para influir en la opinión pública a través de la argumentación más o menos objetiva sobre hechos de interés y de actualidad y temas variados (política, economía, cultura, etc.). Los autores suelen ser los directores o miembros del consejo editorial, que no suelen firmar.
            Las cartas al director recogen una breve opinión del lector. Se trata de textos argumentativos, que expresan queja, felicitación, experiencia personal, un comentario sobre la actualidad o la réplica a algún artículo publicado.
            En el artículo o las colaboraciones es donde se aprecia mayor carga de subjetividad y voluntad de estilo. Suele ser un periodista de prestigio o colaborador de relevancia cultural o social que comenta la actualidad con total libertad, tanto en la selección (ensayo breve) del tema como en el tratamiento y tono del mismo.
            El artículo lleva firma.
            La columna es una variante más breve y con una continuidad temporal de este género.
            La crónica es un texto amplio de base narrativa y argumentativa sobre temas de actualidad (deportes, vida parlamentaria, toros, etc.) en los que los corresponsales o enviados especiales dan cuenta, subjetivamente, de su interpretación de lo sucedido, valorando, describiendo, aportando testimonios, etc.
            Se denomina crónica porque se cuentan hechos desarrollados a lo largo de cierto tiempo. Si ese factor temporal no es importante porque se cubren acontecimientos puntuales de tipo cultural (como la presentación de un libro o el estreno de una película) se llama crítica.
           
            En cuanto a la estructura posible del discurso periodístico podemos hablar de diversas formas, según el texto:
            1.- Pirámide invertida (en los textos informativos)
            2.- Cronológica: se sigue un relato lineal propio de la narración (planteamiento, nudo y desenlace)
            3.- Mixta o encuadrada: mezcla de los dos anteriores. El primer párrafo es la entrada y luego se procede a la narración cronológica, en la que el desenlace coincide con la información de la entrada.
            4.- Las estructuras argumentativas (en los textos de opinión)

            Los principales rasgos lingüísticos del discurso periodístico son los siguientes:

NIVEL PRAGMÁTICO TEXTUAL
-Progresión temática lineal, constante o derivada
-Marcadores discursivos propios de la narración (entonces, luego) y estructuradores de la información (en primer lugar, por último). En los géneros de opinión conectores consecutivos, adversativos, aditivos, conclusivos y operadores discursivos (frecuentemente)
-Modalización: verbos de opinión (creo, me parece) y adjetivos valorativos
-Emisor en primera persona en textos subjetivos de opinión y en tercera en los objetivos de información
-Textos con base expositiva, con secuencias narrativas y descriptivas (información) y argumentativa (opinión). Presencia de secuencias dialógicas en noticias, reportajes y entrevistas.
NIVEL MORFOSINTÁCTICO
-Géneros objetivos: oraciones enunciativas, tercera persona, presente y pretérito perfecto simple, sintagmas nominales extensos, adjetivos escasos, sintaxis simple o sencilla.
-Géneros subjetivos: oraciones exhortativas e interrogativas, primera y segunda persona, presente, pretérito imperfecto o condicional, sintaxis compleja (adverbial)
-Titulares: Estructuras nominales, presente histórico si hay verbos, recursos como la metáfora o la personificación.
NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO
-Géneros objetivos: léxico denotativo, tecnicismos del tema (política, economía,etc.), siglas y acrónimos.
-Géneros subjetivos: léxico connotativo, recursos literarios, coloquialismos.
ERRORES
-Excesivo uso de expresiones coloquiales y frases hechas.
-Exceso de eufemismos
-Exceso de retórica
-Exceso de extranjerismos y calcos
-Uso de infinitivo fático (como Solo comentar que…)
-Condicional de rumor (El presidente se habría reunido…)
-Abundancia de locuciones prepositivas (En base a, a nivel de)
-Exceso de construcciones pasivas

            Debemos recordar la noción de secuencia argumentativa a propósito del tema que nos ocupa.
            Las ideas se organizan en párrafos y se ajustan a las características estructurales de un tipo de texto (narración, descripción, diálogo, exposición y argumentación). La mayoría de los textos presenta una estructura heterogénea, resultado de la combinación de diferentes formas de organización textual. De ahí el término secuencia. Un texto suele tener una secuencia dominante y otra u otras secundarias (por ejemplo, en un cuento es dominante la narración y secundarias la descripción y el diálogo).
            Expone opiniones sobre un tema con el fin de convencer o persuadir. Está presente en el ámbito profesional (entrevista laboral), periodístico o literario (ensayos), jurídico (demandas o sentencias) y académico (artículos de investigación, tesis).
            La estructura de la secuencia argumentativa presenta una introducción, un cuerpo argumentativo y una conclusión.
            La introducción es el planteamiento de la tesis, de la opinión que se quiere defender.
El cuerpo argumentativo es el desarrollo de los argumentos o razones que justifican la tesis o invalidan los contraargumentos o ideas contrarias.
Hay varios tipos de argumentos, como las generalizaciones (ideas o verdades admitidas por el conjunto de la sociedad), los hechos (presentación de pruebas comprobables, que no dependen del emisor), ejemplos concretos que apoyan la tesis y citas o argumentos de autoridad, que recogen la opinión de personas de prestigio.
El cuerpo de la argumentación puede presentarse, como la exposición, con estructura inductiva o deductiva.
La conclusión presenta el resumen de las ideas desarrolladas y establece como válida la tesis inicial.
Los principales rasgos lingüísticos de la secuencia argumentativa son la utilización del presente de indicativo, las oraciones complejas, el uso de conectores textuales que expresan relaciones lógicas de causa o consecuencia y operadores discursivos que orientan la interpretación de los enunciados (en efecto, es cierto, etc.)

Por último señalaremos algunos tipos de argumentación:

OBJETIVA
SUBJETIVA
-Se ajusta a un esquema previo.
-Tono forma
-Evita valoraciones subjetivas
-Uso de argumentos racionales, pruebas, ejemplos, citas de autoridad,…
-No se ajusta a un esquema previo, sino que presenta una estructura libre
-Tono informal, irónico y uso de recursos literarios
-Elementos moralizadores que manifiestan la opinión del emisor
-Uso de argumentos generalizadores y tópicos


miércoles, 9 de marzo de 2016

Obra de Lope de Vega



(Trabajo de Ana Carmen Cánovas Martínez, María Cerón Ramírez y Eugenia Isabel Muñoz Navarro)

            Tendremos en cuenta para el desarrollo de este tema el contexto histórico y social y realizaremos la clasificación de las obras de Lope de Vega por género y temas tratados, de forma que hablaremos de su teatro, su poesía y su obra narrativa.
Contexto histórico y social
La obra de Lope de Vega se desarrolla entre 1580 hasta su muerte, en 1635. Lope vivió bajo la monarquía de Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Fue una etapa histórica depresiva en la economía europea y en particular en la española, que iba de mal en peor. Un sinfín de guerras al principio y al final del periodo hundió la producción, diezmó la población y estancó el desarrollo. En la etapa intermedia, durante el reinado de Felipe III, se dio el llamado “pacifismo barroco”, una especie de tregua que respondía al cansancio de los contendientes.
Los metales preciosos que venían de América permitían importar casi todo lo necesario en vez de producirlo en España, lo cual limitaba las aspiraciones de los españoles a tres campos: hacerse religiosos, emigrar a América o servir en los cargos públicos (en la Iglesia, el mar o la casa real)
El Siglo de Oro se hallaba dividido por rígidas barreras sociales de origen medieval que era muy difícil traspasar: en la base se situaba el pueblo llano, que no tenía privilegios; los nobles o no pagaban impuestos y tenían privilegios sociales. Por último, el rey tenía todos los poderes y había absolutismo monárquico.

Clasificación de las obras por género y temas
            Teatro

Lope de Vega logró un tipo de obra teatral que entusiasmaba al público. Para ello recogió la herencia medieval y los intentos renovadores renacentistas, fundiéndolo todo en un nuevo modo de hacer, más acorde con los nuevos tiempos. A sus conocimientos unió también su experiencia personal, ya que vivió muy de cerca el mundo del teatro. Se relacionó con comediantes, asistió a representaciones donde estudiaba las reacciones del público y procuró escribir sus textos dramáticos ateniéndose a esos gustos. Lope orientó sus obras teatrales hacia una organización dramática que se impuso como la fórmula general de la llamada comedia española.
Lope fue el verdadero creador de la comedia nueva, que alcanzó con él categoría nacional. El comienzo de este nuevo período de poesía dramática puede colocarse entre 1587 y 1588. Al comenzar el siglo XVII Lope ya tenía escritas unas 150 comedias. La comedia nueva era ya un hecho y la fórmula de Lope se había de conservar durante siglo y medio. La existencia misma del teatro español está vinculada a la obra de este autor.
Recordemos que en el último tercio del siglo XVI comenzaron a existir en algunas ciudades españolas lugares fijos de representación, llamados comúnmente corrales. Fuera de tales casos, las representaciones estaban a cargo de gentes andariegas, muy semejantes a los antiguos juglares medievales. Los primeros teatros fueron los corrales, los patios traseros de las casas, sin cubierta ni asientos; los mejores lugares para ver la representación eran las ventanas o balcones de las casas vecinas. Luego se construyó un toldo. A las mujeres (que no se podían juntar con los espectadores masculinos) se les reservaba un lugar aparte al fondo del patio, llamado cazuela. Luego se construyeron a lo largo de las paredes galerías de madera como anfiteatro.
Se representaba casi sin decorado, lo que permitía la ilimitada libertad de acción que Lope llevó a sus últimas consecuencias. De una escena a otra podían saltarse tiempos y lugares bruscamente y sin transición. Bastaba una pausa o un romance para que el público pudiera suponer cualquier proceso cronológico.
Una gran variedad de aquellas comedias son hoy irrepresentables, porque sus numerosas escenas exigirían muchos decorados; y puede ser que el espectador de hoy no aceptara el escenario desnudo. Se prohibió la intervención de las mujeres en el teatro porque su atractivo era estimado como pecaminoso, de modo que los papeles femeninos los hacían muchachos. Al fin se autorizó a las mujeres actuar (hacia 1587), y esto fue razón muy importante para el éxito de las comedias (aunque esto llevó consigo el problema de la moralidad de las comedias).
Las prohibiciones sobre el teatro volvieron en 1596. En 1597, Felipe II cerró los teatros. Con Felipe III se levantó la prohibición (en 1599) y el teatro se convirtió en espectáculo nacional.
La función comenzaba con una introducción o loa, a veces cantada, luego seguía la comedia. Entre el primero y el segundo acto se representaba un entremés, entre el segundo y el tercero se cantaba una jácara, y al final de la sesión se daba un baile como fin de fiesta.
Podemos concluir con que al fracasar la tragedia clásica del Renacimiento, comienza con Lope de Vega un teatro de mayor tradición medieval y de nivel nacional.
Los rasgos fundamentales de este teatro son los siguientes:  
· El populismo (es un teatro para el pueblo).
· Exalta los ideales monárquico y religioso.
· Es importante el vitalismo de sus personajes.
· Aparece una concepción apasionada de la vida (vemos la importancia de los sentimientos), con más acción que reflexión.
· Su visión de la vida tiene fuentes inmediatas en el pueblo y en la tradición más auténtica de la literatura española, la del romancero y la poesía popular.
· Calidad poética en el lenguaje, que se manifiesta en el ritmo y la musicalidad del verso que lo hace natural y espontáneo.
· Pretende usar un lenguaje apropiado a la situación y al personaje, que además sea comprensible para el espectador.
· Intercala canciones y villancicos de aire popular.
· Hay dinamismo (es un teatro de acción): las escenas se suceden con rapidez sin dar un respiro ni al personaje ni al espectador, ya que procuraba no dejar el escenario vacío para que el público mantuviera el interés.

Se dice que Lope escribió más de mil quinientas comedias, aunque se conservan unas 430. Esta inmensa producción dramática se suele clasificar del siguiente modo:
-          Dramas del poder injusto: tratan del abuso de poder por parte de un noble, como Peribáñez y el Comendador de Ocaña y Fuenteovejuna. Cuando un noble ejerce injustamente el poder, el villano, impulsado por su conciencia y dignidad personal, acude al rey para que le castigue o corrobore su venganza. En estas obras Lope de Vega interpreta el sentir de las gentes de su tiempo: el sentimiento monárquico y la valoración personal de todos sin distinción de clases en cuanto a la honra. Hasta entonces el honor era tenido como patrimonio exclusivo de la nobleza y no de los villanos. Al villano en el teatro solo se le concedían papeles cómicos. Pero en los tiempos de Lope, la preocupación por la limpieza de sangre hizo ascender en estima a los villanos debido a su calidad de “cristianos viejos”, incontaminados y de pura sangre; por su baja condición social no se había podido mezclar con la rica población judía, emparentada con la clase hidalga. No hay demasiada diferencia entre el lenguaje que usan la nobleza y el pueblo. Es un lenguaje rico y elaborado.
-          Dramas de honor: alguna de estas obras son El castigo sin venganza y Los comendadores de Córdoba. En la época de Lope había una espesa red de normas sociales. Además del honor de cada persona, que era algo íntimo, tenía gran importancia el concepto de honra, que dependía de la opinión de la sociedad. El individuo debía comportarse como los demás esperaban que se comportara. Surgía entonces el conflicto dramático en el alma del personaje entre su ser individual y su ser social, que es el que vencía siempre.
-          Dramas de amor y muerte: un ejemplo es El caballero de Olmedo, que cuenta los amores de doña Inés y de don Alonso, el caballero. Al final de la obra él es asesinado por un rival amoroso.
-          Las comedias de amor: en La dama boba o El perro del hortelano el amor vence todos los obstáculos. La pareja protagonista vive en un mundo donde todo acaba bien.  Lope compagina en la comedia elementos inventados con otros tomados de la vida real. En sus obras recoge situaciones fuera de lo común y las rodea de datos concretos del entorno para hacerlas creíbles.
En el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609) expuso las características de su teoría dramática es un texto ensayístico (lo que supone una reflexión personal del autor sobre el tema que trata). Lope de Vega la leyó como discurso ante la Academia de Madrid. Se trata de una obra de encargo escrita en verso en la que realiza una confesión de sus logros y fracasos con el objetivo de realizar una defensa de su teatro ante los académicos. Estos son principalmente la mezcla de lo trágico y lo cómico, con momentos de gran tensión y momentos en que el espectador se relaja y se ríe. De las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar), se mantiene la de acción. Esta debe ser unitaria, con episodios que desemboquen en el tema central. Estas son reglas literarias, diseñadas especialmente para el teatro, pero que tienen una extensión más amplia como criterio estético y de teoría del arte. Las obras se dividen en tres actos, con planteamiento, nudo y desenlace. Apenas hay acotaciones, las informaciones llegan a través de las palabras de los personajes. La comedia debe escribirse en verso y debe reinar la variedad de metros. El lenguaje se atiene a las reglas del decoro, de modo que cada personaje se exprese como le corresponde según su estado. El final es generalmente feliz, excepto en las piezas trágicas.
El público de la época era heterogéneo, así que Lope supo crear un teatro mayoritario, esencialmente popular y nacional, con calidad poética.
Debemos recordar también que muchos dramaturgos imitaron temas, asuntos y técnicas de este autor, formando lo que se denomina la Escuela de Lope de Vega. Entre ellos destacan Guillén de Castro, Juan Ruiz de Alarcón y Tirso de Molina.

Poesía
       La forma que tenía Lope de publicar su poesía lo diferencia de otros poetas de su tiempo. Desde 1598 hasta su muerte edita sistemáticamente sus libros de versos procurándoles una cierta unidad de tono, de temas o de métrica, superando la frecuente recolección de poemas.
Otra característica que lo diferencia de sus contemporáneos (y en realidad de todos los escritores españoles hasta el romanticismo) es que utiliza su lírica para contarnos su intimidad.
Su poesía lírica es más fresca y popular que las de Góngora y Quevedo. Lope de Vega  prefiere más la naturalidad. Sin embargo, no solo escribió poesía sencilla, siguió la moda y escribió a veces poesía tan hermética como la de Góngora.
Su extensa producción poética podríamos agruparla de la siguiente manera:

Épica

1.      La Dragontea (1598) es un poema en diez cantos motivado por la muerte del corsario inglés Francis Drake.
2.      El Isidro (1599) consta de diez cantos en los que se narra la vida y milagros del patrono de Madrid.
3.      La Jerusalén conquistada (1609) es el intento más importante de Lope por escribir un poema épico. En los veinte cantos que la componen se narra (con más o menos fidelidad a la historia) la tercera Cruzada.

Poemas extensos de carácter mitológico

Aquí se incluyen dos volúmenes en los que Lope mezcla dos géneros: la novela y la fábula mitológica y que son
1.      La Filomena (1621).
2.      La Circe (1624)

Poemas cortos

1.      Rimas (Sevilla, 1604): se trata de un conjunto de 200 sonetos de tema diverso, donde predomina el amoroso y el laudatorio.
2.      En las Rimas sacras (Madrid, 1614) refleja sus crisis espirituales y vitales y su contrición ante su vida pecaminosa. Predomina el soneto y el arte menor.
3.      Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (Madrid, 1634). El volumen contiene poemas burlescos en los que Lope modernizó las modas literarias del momento.
Narrativa

Las obras de Lope de vega en este apartado son las siguientes:

Novelas pastoriles

-                           La Arcadia: hacia finales del siglo XVI, desterrado de la corte, Lope aceptó trabajar como secretario del Duque de Alba. Durante este periodo escribió esta obra en la que se relata los amores de Anfriso y Belisarda. Aunque se trata de una historia unitaria (sin narraciones paralelas), el autor intercala anécdotas, versos, digresiones eruditas, etc.
-                           Pastores de Belén: novela pastoril a lo divino publicada en 1612. La historia cuenta el nacimiento de Jesús.

El peregrino en su patria  

Se trata intento novelístico más ambicioso de Lope. Apareció en Sevilla en 1604. Aunque contiene los elementos principales de la novela bizantina (amor, aventura y religión), se añade la dimensión patriótica, en forma de una nacionalización de la novela. En este sentido, se podría hablar de una superación de la novela bizantina.

Las novelas a Marcia Leonarda

Se trata de una colección de cuatro novelas que tienen una fuerte cohesión en su origen y desarrollo, aunque no se publicaron juntas, la primera apareció en 1621 y las otras tres en 1624. El centro de todas ellas es Marta de Nevares, aquí denominada Marcia Leonarda, que fue el último amor de Lope y a la que vio morir en su propia casa en 1632. Ella comenzó a quedarse ciega y posteriormente comenzó a sufrir ataques de locura.
La originalidad de esta colección se encuentra no en los argumentos de las diferentes historias, sino en los incisos (dirigidos a su amada) en lo que el autor analiza la obra y sus peripecias.
1. En Las fortunas de Diana se nos cuentan las peripecias de dos enamorados de distinta condición social que, tras su unión, se fugan de Toledo, ciudad donde vivían.
2. El desdichado por la honra cuenta la historia de un caballero español y residente en Italia que, descendiente de Abencerrajes (nombre castellanizado con el que se conoce a un linaje nobiliario de origen norteafricano del Reino de Granada gobernado por nazaríes) se marcha a Constantinopla en busca de honra cuando en España se decreta la expulsión de los moriscos.
3. La prudente venganza es la más interesante por su argumento, ya que se trata de una historia policíaca pero al revés: conocemos al asesino y contemplamos sus crímenes, sin que nadie se percate de que realmente lo son.
4. Guzmán el Bravo es una novela de cautivos.

La Dorotea

Se publicó en Madrid en 1632, con el subtítulo de «acción en prosa», para eludir la prohibición entonces vigente de imprimir «libros de novelas, comedias ni otros de este género» y para subrayar la originalidad de la obra. 
La Dorotea está directamente inspirada en un episodio transcurrido cuarenta años antes, que dejó una huella permanente en el alma y los escritos de Lope de Vega, que al parecer nunca pudo olvidar a Elena Osorio. La llama que lo abrasó en la juventud siguió brillando hasta los últimos años de su vida, cuando escribió esta obra, hasta el punto de que confesaba: «póstuma de mis musas y por dicha de mí la más querida».
Al volver de la expedición a la isla de Terceira, en las Azores, en torno a 1583 , Lope se enamoró perdidamente de Elena Osorio, la hija del director de una compañía de comedias, Jerónimo Velázquez, y cuyo marido (un tal Cristóbal de León) había emigrado a las Indias. Los amores de Lope y Elena duraron cinco años hasta que suplantó a Lope un rival con más posibles, Francisco Perrenot de Granvela. Herido y humillado, Lope se vengó de la familia de Elena, a la que culpaba de haber favorecido al nuevo amante, en unos feroces versos y libelos:
Una dama se vende a quien la quiera.
En almoneda está.
¿Quieren comprarla?
Su padre es quien la vende, que aunque calla
su madre la sirvió de pregonera.
Los primeros días de 1588 (Lope de Vega tenía 25 años) los pasa nuestro escritor en la cárcel. Había sido detenido el 29 de diciembre en el Corral de la Cruz durante una representación. Y lo había sido a petición del director de teatro Jerónimo Velázquez, quien le acusaba de ser autor de una serie de libelos en los que se difamaba al propio Velázquez y a sus deudos.
Lope se recuperó rápidamente de este episodio e Isabel de Urbina sustituyó a Elena, inaugurando una larga sucesión de mujeres que habría a lo largo de su vida: Juana de Guardo, Micaela de Luján, Marta de Nevares… Pero Elena Osorio nunca se le fue del corazón: la que desde los romances y sonetos contemporáneos del episodio mencionado se conocía como Filis, no dejó de aparecer en sus versos y su prosa hasta convertirse en un motivo obsesivo que atraviesa tanto su teatro (Belardo el furioso), como su épica (Canto XIX de La hermosura de Angélica), sus novelas cortas (La prudente venganza) y su lírica.
No es probable que este fuera su primer amor, pero la pasión de Lope por Elena fue intensa. Lope no escatimó los elogios ni los poemas, que podrían constituir un verdadero Cancionero amoroso. Elena Osorio es siempre designada bajo el nombre de Filis. La pasión debió ser desordenada y repentina, a juzgar por las palabras de La Dorotea (donde en sustancia se cuenta este episodio): «No sé qué estrella propicia a los amantes reinaba entonces que apenas nos vimos y hablamos cuando quedamos rendidos el uno al otro». Y, como mencionábamos, tanto en prosa como en verso, de mil maneras y artificios, ha loado Lope de Vega los encantos de Elena Osorio:
Tu gracia y gallardía,
tu vista soberana,
y los serenos ojos por quien muero
dan fuerzas al grosero
estilo de mi pluma
La Dorotea consta de cinco actos divididos en escenas. Y su argumento es el siguiente: Dorotea, que tiene a su marido en América, es amante de don Fernando. Teodora, madre de la protagonista, la regaña (como sugiere la celestina Gerarda) por amar a un joven sin posibles. Entonces Dorotea rompe con su amante, que despechado se va a Sevilla. Dorotea cae enferma. El indiano rico Don Bela, por mediación de Gerarda, inicia con la joven convaleciente una relación de la que todos obtienen beneficio económico. Don Fernando, incapaz de soportar la ausencia, regresa y, sin saber que es ella, le cuenta a su amada su historia. Ambos se reconcilian para separarse de nuevo por celos y malentendidos. La obra termina con la muerte de don Bela y Gerarda.