sábado, 30 de junio de 2012

Una visión del mito de Hamlet





(Una clase magistral de Fernando Pérez Cárceles, traductor de lieder de Schubert, Schumann y Mahler)

William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, 1564-1616). Actor, director, empresario y, sobre todo, escritor inglés. El más famoso dramaturgo de todos los tiempos, autor no sólo de obras inmortales, sino que también de unos bellísimos Sonetos[1] y de dos poemas narrativos, Venus y Adonis, cuyo tema aparece en el libro X de las Metamorfosis de Ovidio y La violación de Lucrecia, cuyo antecedente es la leyenda recogida por Tito Livio en el libro I de su Historia de Roma.
Desde que bautizó a sus gemelos Hamnet y Judit en 1586 hasta que en 1592 aparece en Londres como actor y poeta de renombre, no existe documento alguno que ilumine esos llamados “años de oscuridad”. Todo lo que se ha escrito sobre él tratando de llenar dicha laguna no son más que anécdotas y leyendas. Podemos imaginar que empezó como meritorio hasta llegar a ser actor y director y también empresario-accionista de su compañía y del teatro; el más célebre era “El Globo”, construido en 1599 a orillas del Támesis con capacidad para 3.500 personas, el cual sufrió un incendio en 1613 a causa de un disparo de cañón durante la representación de Enrique VIII, y fue demolido posteriormente en 1644. En 1997 abrió sus puertas el nuevo teatro “El Globo” con capacidad para 1500 personas. En diversas películas apareció una reproducción del teatro, como en Enrique V (1944) y Shakespeare in love (1998).
Según la cronología que figura en el volumen II de la edición de Ángel-Luis Pujante, William Shakespeare, Teatro selecto para Espasa Clásicos, en 1590-91 escribió la comedia Los dos caballeros de Verona y en 1613-14 su última obra, la tragicomedia Los dos nobles parientes en colaboración con John Fletcher. Entre ambas hay comedias como La fierecilla domada, El sueño de una noche de verano o Las alegres casadas de Windsor, tragedias como Otelo, El rey Lear o Romeo y Julieta, tragicomedias como El cuento de invierno, A buen fin no hay mal principio o La tempestad y dramas históricos como Ricardo III, las dos partes de Enrique IV y Enrique V.
Para que veamos lo difícil que es la datación correcta de las obras de Shakespeare, en la edición de Luis Astrana Marín para la Editorial Aguilar en el cuadro que figura en el Volumen I, la primera obra es Pericles, príncipe de Tiro (1590) y la última es La tempestad (1612), aunque bien es cierto que aquí no aparece Los dos nobles parientes, fruto de investigaciones posteriores.
Hay aspectos que nos pueden sorprender. Uno de ellos es que en vida de Shakespeare sólo se publicaron 18 obras suyas en ediciones piratas. Otro es que está comprobado documentalmente que el tiempo de Shakespeare las compañias constaban solamente de hombres, debido al puritanismo inglés que quería apartarse del teatro español y francés que “empleaba meretrices” en escena y, además, se apoyaba en la Biblia:
La mujer no se vista de hombre ni el hombre se vista de mujer, por ser abominable delante de Dios quien tal hace (Deuteronomio, XX, 5).
La primera noticia que se tiene de la actuación de una actriz como comparsa data de 1654.
La característica más fundamental de Shakespeare es su universalidad, sus personajes son arquetipos y en sus temas figuran los eternos conflictos entre sexos, generaciones y entre individuo y sociedad. Shakespeare era un hombre del pueblo y su teatro llega a todos, pues  junto a personajes nobles de leguaje culto o cortesano, incluye personajes plebeyos con un lenguaje “popular”. Como dijo el crítico Harold Bloom (Cómo leer y por qué), “su mérito es escribir sentimientos humanos en lenguaje humano”. Además, en sus diálogos aparecen perlas y frases inolvidables. Por ejemplo:
La vida es un cuento que narra  un idiota, lleno de ruido y furia, que no significa nada (Macbeth).
 Un átomo de impureza corrompe la más noble sustancia, rebajándola al nivel de su propia degradación (Hamlet).
Aunque tal vez sus dos frases más populares sean Ser o no ser (Hamlet) y Mi reino por un caballo (Ricardo III).
Si nos preguntaran cuál es el personaje más célebre de Shakespeare, posiblemente diríamos que Hamlet, la tragedia del príncipe de Dinamarca, hombre de ánimo inconstante que se debate entre el afán de venganza y luchar por los auténticos valores interrogando constantemente acerca de la moralidad de las acciones. Hamlet es la tragedia de la inacción, escribe Ángel-Luis Pujante. Es un excelente representante del hombre moderno occidental. Veamos el célebre monólogo de Hamlet, acto III, escena I:
Ser o no ser... He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma,
sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,
o levantarse en armas contra el océano del mal,
y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir...
Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a todos los males, herencia de la carne,
y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir,
dormir... ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.
¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo,
la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio,
la angustia del amor despreciado, la espera del juicio,
la arrogancia del poderoso, y la humillación
que la virtud recibe de quien es indigno,
cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso
en el filo desnudo del puñal? ¿Quién puede soportar
tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga
tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la muerte
—ese país por descubrir, de cuyos confines
ningún viajero retorna— que confunde la voluntad
haciéndonos pacientes ante el infortunio
antes que volar hacia un mal desconocido.
La conciencia, así, hace a todos cobardes
y, así, el natural color de la resolución
se desvanece en tenues sombras del pensamiento;
y así empresas de importancia, y de gran valía,
llegan a torcer su rumbo al considerarse
para nunca volver a merecer el nombre
de la acción.       
(Traducción del Instituto Shakespeare de España dirigido por Manuel Ángel Conejero).    

Sipnosis

El Príncipe Hamlet que estaba estudiando en la Universidad alemana de Wittemberg ha vuelto a la corte de Dinamarca a raíz de la muerte de su padre y el enlace de su madre, la reina Gertrudis con el nuevo rey, su tío Claudio. El fantasma de su padre se le aparece a Hamlet, le informa  que fue Claudio quien lo mató vertiéndole veneno en el oído y le pide a su hijo que  vengue su muerte. 
Hamlet duda entre la certidumbre del regicidio y la necesidad de obrar, por lo que aumenta su melancolía y parece que se ha vuelto loco. Por su parte, el rey Claudio contrata a Rosencrantz y Guildenstern, dos nobles compañeros de estudios de Hamlet, para que espíen el comportamiento del príncipe.
Polonio, un cortesano viejo  y pomposo cree que la causa de la locura de Hamlet está en su pasión amorosa por Ofelia, hija de Polonio y así se lo comunica a los reyes.  Hamlet y Ofelia están verdaderamente enamorados pero el joven ve en ella la representación de la traición y lujuria que pueden motivar las mujeres y la increpa de una forma despectiva, soez y casi brutal.
Hamlet urde un plan para averiguar la verdad y contrata a un grupo teatral para que representen una obra en la que un rey es envenenado por su hermano quien seguidamente se casa con su viuda. Claudio insta a Gertrudis a que tenga una conversación con su hijo, Polonio se esconde tras una cortina y Hamlet, creyendo que se trata de Claudio, mata a Polonio en las habitaciones de la Reina. Con el pretexto de esconderlo Claudio lo envía a Inglaterra con Rosencrantz y Guildenstern que llevan  órdenes confidenciales para  matar al príncipe. Hamlet descubre el complot y altera las órdenes secretas del Rey de tal manera que los dos jóvenes nobles serán los ajusticiados. 
Con la ayuda de unos piratas, Hamlet vuelve a Dinamarca, acude al entierro de Ofelia, que enajenada se ha suicidado (es la icónica escena de Hamlet con el cráneo), se enfrenta verbalmente a Laertes el hermano de Ofelia y ambos se emplazan a un duelo.
Claudio proporciona un veneno para que Laertes impregne la punta de su espada y además envenena el vino que piensa dar a Hamlet. La Reina bebe de ese vino y muere. Los dos jóvenes reciben heridas mortales en el duelo pero antes de morir, Laertes tiene tiempo de descubrir la verdad, vengar la muerte de su padre y hacer las paces con Hamlet. Hamlet consigue también herir mortalmente a Claudio y después muere con todos los honores recuperados y como legítimo Rey de Dinamarca. Fontinbrás, Príncipe de Noruega, hereda la corona y tras saber por boca del embajador que Rosencrantz y Guildenstern han muerto, preside el funeral real de Hamlet.

FILMOGRAFÍA

1) HAMLET (1948). Película inglesa dirigida por Laurence Olivier y ganadora de cuatro óscar en 1949. Música de William Walton.
2) HAMLET (1964). Película rusa dirigida por Gregori Kozintsev  con guión a partir de la traducción de Boris Pasternak, premio Nobel de literatura, autor de Doctor Zhivago. Música: Dimitri Shostakovich.
3) HAMLET (1964). Película americana dirigida por John Gielgud e interpretada por Richard Burton. Es el rodaje de la representación teatral llevada a cabo en el Lunt-Fontanne Theatre de Nueva York. Sólo quedó una copia perteneciente a Richard Burton y ha sido distribuida por la Warner Bros.
4) HAMLET (1980). Película producida por la BBC para la televisión. Dirigida por Rodney Bennett y protagonizada por Derek Jacobi.
5) HAMLET (1990). Película americana dirigida por Franco Zeffirelli protagonizada por Mel Gibson. Dos nominaciones al óscar.

Adaptaciones y modernizaciones:

6) HAMLET (1969). Película inglesa dirigida por Tony Richardson e interpretada por Anthony Hopkins como Claudio. Rodada a partir de una adaptación para la escena.
7) HAMLET VA EN VIAJE DE NEGOCIOS (1987). Película finlandesa dirigida por  Aki Kaurismäki. Nos introduce en una fábrica.
8) HAMLET (1994). Película americana dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh. La acción se traslada al siglo XIX. Nominada a cuatro óscar.
9) EL REY LEÓN (1994). Película de la factoría Disney. Ganadora de 2 óscar.
10) HAMLET (2000). Película americana dirigida por Michael Almereyda. Modernizada versión ubicada en Nueva York.

Otras películas sobre Hamlet:
- LE DUEL A HAMLET (1900), con Sarah Bernhardt disfrazada de hombre.
- HAMLET (1907). Rodada e interpretada por el genial Méliès.
- HAMLET (1913). Británica, muda, dirigida por Sir Johnston Forbes-Roberson, una verdadera joya del cine mudo que tiene el valor documental de ser una filmación de la escena británica de finales del siglo XIX.
- ROSENCRANTZ Y GUILDENSTERN HAN MUERTO (1990). Película dirigida por  Tom Stoppard, basada en la obra teatral del mismo autor sobre dos personajes secundarios de «Hamlet», y cuyo título es la frase que pronuncia el embajador inglés al final del drama de Shakespeare.
- SER O NO SER (1942). Película dirigida por Ernst Lubisch e interpretada por Carole Lombard. Mientras el primer actor recita el famoso soliloquio un espectador se levanta y sale de la sala. El actor cree que no le gusta su interpretación, aunque en realidad el espectador aprovechaba ese tiempo para entra en el camerino de la primera actriz, esposa del primer actor.

MÚSICA

- Hector Berlioz (La Côte-Saint-André, 1803-París, 1869). La muerte de Ofelia, balada para coro femenino y orquesta con letra de Ernest Legouvé.
- Johannes Brahms (Hamburgo, 1833-Viena, 1897). Las Cinco canciones de Ofelia (Fünf Ophelia-Lieder), WoO            22.        
- Dimitri Shostakovich (San Petersburgo, 1906-Moscú, 1975). Música incidental para la película rusa, Hamlet.
- Robert Schumann (Zwickau, 1810-Endenich, Bonn, 1856). Hamlet-Sinfonía, Anhang. A.2. Tres fragmentos de una sinfonía o tal vez de la obertura de una ópera proyectada en 1830. Se ha publicado en 1981 en la revista de música que fundó el propio Schumann en 1834.
- Richard Strauss (Múnich, 1864-Garmisch-Partenkirchen, 1849). Tres lieder de Ofelia.  
- Ambroise Thomas (Metz, 1811-Paris, 1896): Hamlet. Ópera en 5 actos con libreto de Jules Barbier y Michel Carré. Estrenada en París el 9 de marzo de 1868. 
- Peter Ilich Tchaikovsky (Votkinsk, 1840-San Petersburgo, 1893): Hamlet. Poema sinfónico.
- José Luis Turina (Madrid, 1952-  ). Nieto del gran compositor Joaquín Turina. Profesor del Conservatorio de Madrid y Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ofelia muerta para cuerdas.
- William Walton (Oldham, Lancashire, 1902-Ischia, 1983). Música incidental de la película Hamlet de Laurence Olivier.


AUDICIÓN MUSICAL

1) William Walton: Suite de Enrique V: Fanfarria.
2) William Walton: Suite de Enrique V: Los actores. Entrada de la Corte.
3) Johannes Brahms: Auf Morgen ist Sankt Valentins Tag (Mañana es el día de san Valentín), nº 3 de Fünf Ophelia-Lieder (Cinco canciones de Ofelia) WoO 22. Traducción de August von Schlegel.
En noviembre de 1873, Brahms  compuso las cinco canciones de Ofelia por encargo de su amigo, el actor Josef Lewinsky para ser interpretadas por su novia (posteriormente su esposa), la actriz Olga Precheisen. El texto corresponde a las canciones que, acompañándose con un laúd y con el pelo suelto, canta Ofelia en el acto IV, escena V de Hamlet dando muestras de su desvarío. El estreno tuvo lugar el 22 de diciembre de 1873 en el Teatro Alemán de Praga.

Texto:
Auf morgen ist Sankt Valentins Tag,               Mañana es el día de San Valentín,
Wohl an der Zeit noch früh,                           todavía bien temprano,
Und ich, 'ne Maid, am Fensterschlag                        y yo, doncella, llamo en tu ventana,
Will sein eu'r Valentin.                                               quiero ser tu Valentina.
Er war bereit, tät an sein Kleid,                                 Él se levantó, se vistió rápido,
Tät auf die Kammertür,                                              abrió la puerta de su habitación,
Ließ ein die Maid, die als 'ne Maid Ging       a la doncella dejó entrar que, al salir, doncella
Nimmermehr herfür.                                      nunca más sería.

4) William Walton: Suite de Enrique V: Final. Marcha fúnebre.



[1] El soneto es una estrofa de catorce versos endecasílabos. Shakespeare escribió 154 versos. ¿Por qué este número? Para los amantes de cábalas y enigmas la respuesta es que 154 = 11x14.

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