viernes, 31 de enero de 2014

Las vanguardias literarias




            A la primera guerra mundial le suceden los “felices años 20”, en los que domina aparentemente la despreocupación y la alegría de vivir.
            Históricamente los años 20 son una etapa de entreguerras que prepara el choque de los fascismos y los frentes populares, lo cual llevará a la segunda guerra mundial.
            Se podría considerar que esa “alegría vital” de esos años es una manifestación de la desorientación e inseguridad que sigue a la experiencia de la guerra.
            El término “vanguardia”, de origen militar, y los movimientos que se acogen bajo este rótulo, se caracterizan por querer romper con el arte anterior. Son la avanzada estética.
            Hay múltiples variantes (cubismo, futurismo, ultraísmo, dadaísmo…). Su estética no es uniforme y no tuvieron la misma acogida. Pero además se pueden diferenciar movimientos que aparecieron de manera programática  de otros que nacieron sin un manifiesto previo. Los segundos normalmente eran fruto de la descomposición de tendencias anteriores.
            Los primeros movimientos de vanguardia son una exaltación de la ciudad y de lo mecánico.
            A estos movimientos les atrae el hombre interior y subconsciente, enmarañado y complejo, que había descubierto el psicoanálisis.
            En cierta manera, las vanguardias se adscriben a la revolución estética de Baudelaire, que rechazó “lo bello” como objetivo general del arte. El arte moderno olvida las formas atractivas, los tonos agradables de la novela romántica y costumbrista. Destruye el sentimiento y las imágenes coherentes en la poesía.
            El experimentalismo del siglo XX lucha contra los medios expresivos convencionales.
            El principal historiador de esta literatura, Guillermo de la Torre, elaboró una lista de “ismos” tradicionales (futurismo, expresionismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo, imaginismo, ultraísmo, personalismo, existencialismo, letrismo, concretismo, neorrealismo, iracundismo, frenetismo y objetivismo).

FUTURISMO

            Cronológicamente, es el primer movimiento vanguardista coherente, aunque en sus comienzos coincide  con el cubismo francés y el expresionismo alemán.
            Su afán máximo fue el antihistoricismo y el querer mostrarse con un carácter de espectacularidad.
            Hablar de Futurismo es hablar de Marinetti y de programa, más que de obra. Enamorado de la modernidad (definió el espíritu del futurismo como “modernolatría”),  se desarraigó de lo pretérito con una expectación volcada en lo inmediato. Atacó las bibliotecas y los museos por ser instituciones que fosilizaban la producción pictórica y literaria.
            El primer manifiesto del futurismo fue publicado en Le Fígaro, en París, el 22 de febrero de 1909: “queremos cantar el amor del peligro, el hábito de la energía y la temeridad”. Entre sus consignas figuraron las expresiones “palabras en libertad” y las frases “vivir peligrosamente” y “matemos el claro de luna”.
            Algunos de los elementos de la poesía futurista fueron el valor, la audacia y la revolución.
            En Milán, en 1912, aparece el Manifiesto técnico de la literatura futurista. En él se afirmaba que era menester destruir la sintaxis, la abolición del adjetivo para que el sustantivo guardase su color esencial, que no hubiera más puntuación… Fomentaban una escritura que admitía todos los signos ortográficos y tipográficos, incluyendo fórmulas químicas y matemáticas.
            Los poemas de Marinetti eran sucesiones fragmentarias y caóticas de sustantivos y verbos en infinitivo sin conexión lógica ni rítmica.
            El concepto sobre el teatro es que debía ser sintético, rapidísimo, expresado por medio de la simultaneidad con escenarios que presentaban acontecimientos ubicuos y decorados de orientación abstracta y cubista. En pocos minutos y en pocas y condensadas palabras y gestos, debían darse multitud de ideas y símbolos (lo cual está de acuerdo con el mito de la velocidad).
            El movimiento se disolvió hacia 1920, aunque tuvo gran influencia en Italia. Popularizó el poema fragmentario en verso libre y el teatro “de lo grotesco”.

CUBOFUTURISMO

            Este movimiento proliferó en Rusia a partir de la aparición del futurismo, del que se diferenció por el cuidado científico con el que sus principales representantes (Maiakovsky y Pasternak) elaboraban los poemas.
            La poética de estos autores trataba el poema como una urdimbre de intuiciones y propuestas que jugaba con la imagen gráfica de la página rasgada por versos, escalonados, con el fin de producir ciertas impresiones en el ánimo de los lectores.
            Utilizaron los ritmos y rimas internos, las paronomasias y los juegos de palabras.

EXPRESIONISMO

            Es un movimiento de vanguardia germánico. Probablemente fue el movimiento más serio y riguroso de la historia del experimentalismo de vanguardia.
            Cristalizó en grupos que fundaban revistas como Der Sturm y Die Aktion de Berlín y que vertebraban tertulias y cabarets artístico-literarios. Allí se recitaba poesía y prosa, se interpretaban pantomimas y se cantaban canciones ligeras.
            La génesis del movimiento se produce en 1905 y alcanza especial auge en 1914, planteando un enfrentamiento abierto con el medio, para declinar hacia 1927.
            Los principales artistas expresionistas fueron Karl Kraus, Kandinsky y Paul Klee.
            El expresionismo poético se caracteriza por el odio a la guerra, por tener una intención pacifista, que se apoya en brillantes metáforas.
            En lo que se refiere a la novela y al teatro, aparece el tema de la falta de entendimiento entre dos generaciones y la rebelión de los hijos contra los padres. Algunos títulos de esta corriente son El hijo, Parricidio, El asesino no es el culpable, sino la víctima,… Entre los autores destacan Kaiser, Toller, Werfel y Bertolt Brecht.
            Por otra parte, la maquinaria teatral del expresionismo se basaba en escenarios giratorios, claroscuros, objetos distorsionados, varios niveles donde se representaban escenas simultáneas, histeria, personajes perversos y diabólicos. Pasó directamente al cine alemán, donde dio frutos como El Golem y El gabinete del Dr. Caligari.
            Los expresionistas barajaron conceptos abstractos como la Idea, el Hombre y la Naturaleza, la Acción y el Espíritu, la Humanidad y la Vida, el Bien y el Mal, la Culpa y la Muerte, la Inocencia y la Destrucción Apocalíptica, la Masa y el Individuo, lo Masculino y lo Femenino, las Máquinas y el Desdoblamiento de la personalidad, casi siempre en dualidades y pares antitéticos cuyo objetivo principal era desentrañar las contradicciones inherentes a valores burgueses, como el nacionalismo, el militarismo y el realismo artístico.

CUBISMO

            El cubismo literario es un cierto espíritu manifiesto en algunos escritores franceses al mismo tiempo que se daba el cubismo pictórico.
            El nombre de este movimiento parte de un comentario de Matisse sobre una exposición de Braque, al hablar de “caprichos cúbicos” a propósito de ciertas representaciones de tejados y árboles en perspectiva planista.
            La mitad derecha de Las señoritas de Aviñón de Picasso (1907) se considera punto de arranque del cubismo.
            Literariamente, el cubismo (1917-1920) es resultado de una estrecha camaradería entre pintores y poetas, con mutuas influencias. El cubismo literario se basa en la reestructuración de la realidad mediante el bidimensionalismo y la simultaneidad de visión. Otros rasgos son la supresión de lo descriptivo y anecdótico y el predominio de lo intelectual sobre lo sensorial.
            Los Poemas conversación de Apollinaire son lo más representativo en el movimiento con mezcla de recuerdos, percepciones inmediatas, diálogos fragmentados oídos por la calle, titulares de periódicos, todo en el mismo plano.
            Es característica de los poemas cubistas la mera sucesión de anotaciones, estados de ánimo sin conexión, en una técnica discontinua y donde el tiempo juega sus tres posibilidades.
            Los máximos representantes del cubismo son Louis Aragon, Eluard, Max Jacob y sobre todo Apollinaire, con dos obras: Alcools (1913) y Caligrammes (1918), con la técnica de representación visual que suponen los poemas dibujados.

DADAÍSMO

            El primer manifiesto de este movimiento es del 14 de julio de 1916 y se debe a Tristan Tzara: “Dadá… cuatro letras… ¿qué significan? Dadá no significa nada”.
            Dadá nació en 1916 en el cabaret Voltaire de Zurich, fruto de un deseo de independencia, de desconfianza. Su meta es la ruptura con lo precedente. Tiene una motivación histórico-social, producto de una nube de derrotismo y de ineficacia política.
            Es el antiespectáculo, que provoca y deshace moldes estéticos y literarios superados. Abogaba por la supresión de las relaciones convencionales entre el pensamiento y la expresión. Quería destruir lo que obstaculizara la libertad absoluta.
            El movimiento dura hasta 1921 y contribuyó en París a la aparición del surrealismo. La época de máximo apogeo dadaísta es hacia 1920.
            Los mismos seguidores del movimiento representaron sus propias obras, que eran una provocación al espectador, por vía del humor y del absurdo. Era un humor corrosivo y una ironía violenta. Algunos de los títulos (El paso de la achicoria rizada, El canario mudo o El ventrílocuo desacordado) fueron recibidos por el público con una lluvia de hortalizas.
            En poesía destaca la receta de Tzara para hacer un poema dadaísta: “Tomad un diario y unas tijeras. Cortad un trozo de artículo que tenga la expresión prevista para vuestro poema. Recortad cada una de las palabras y metedlas en una bolsa. Removedlas suavemente. Extraed después cada una de las palabras al azar. Copiadlas concienzudamente… Y heos aquí un escritor infinitamente original y de una sensibilidad encantadora, aunque incomprendido por el vulgo”.

SURREALISMO

            Emparentado con el dadaísmo, ofrece perspectivas distintas y se afana más por explorar y sacar a la superficie algo oculto (el inconsciente y el mundo de los sueños) que por sembrar el absurdo estético y vital tras romper con todo.
            En el surrealismo hay un rigor y una intransigencia estética notables.
            En el primer manifiesto (1924), de Breton, se elogian “los descubrimientos de Freud, gracias a los cuales el explorador humano podrá ir más lejos en sus búsquedas, autorizado ya a no consolidar únicamente las realidades sumarias”.
            Breton define el surrealismo como “automatismo psíquico, mediante el cual se pretende expresar, sea verbalmente, por escrito o de otra manera, el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento con ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral”.
            Todo ello abocaría en una libertad de pensamiento y de expresión que culminó en una riqueza de imágenes y metáforas insólita y extraordinaria. Se propuso sobrepasar las limitaciones de la realidad, aportar a la literatura un material nuevo (la ensoñación, los sueños, la asociación automática). El escritor surrealista dejaba que sus obras se organizaran al margen de la lógica para que sus “normas” tradujeran la dinámica del inconsciente.
            Utilizaron la llamada escritura automática y realizaron experimentos psicoanalíticos.
            Hay una relación con el romanticismo en lo que se refiere al culto al yo, la importancia de la intimidad, la potenciación del espíritu y la tendencia al suicidio. Romanticismo y surrealismo tuvieron en común la preferencia por lo diverso frente a lo uniforme, por lo asociativo frente a lo lógico. Desconfiaban de lo racional y deseaban “asombrar al burgués”.
            El surrealismo triunfó sobre todo en poesía, con Breton, Eluard y Aragon. En el cine, destacó Luis Buñuel. Y en pintura, encontramos figuras como Chirico, Dalí y Max Ernst.
            El movimiento alcanzó hasta la guerra, en 1939, aunque continuaron las actividades en un segundo período, hasta 1959.

EXISTENCIALISMO

            Es una corriente más filosófica que literaria. Alcanzó sus grandes manifestaciones a través de la literatura, la cual ganó en intelectualidad. Entre sus antecedentes se encuentran Unamuno y Kierkegaard.
            Las grandes figuras del existencialismo fueron Sartre y Simone de Beauvoir. El primero plantea la angustia de la existencia en la novela La Náusea. En piezas teatrales encontramos una particular recreación de la clásica Orestiada titulada Las moscas, y A puerta cerrada, en la que la eternidad y el infierno aparecen simbolizados en una habitación incomunicada.
            De Simone de Beauvoir son El segundo sexo y Los mandarines.
            Por otra parte hay que recordar que Camus, independiente de esta tendencia, es ejemplo de existencialismo en el modo de plantear sus temas, como la antigua metafísica  de Calígula, y el absurdo de una situación en El malentendido y en la novela El extranjero.
            Lo más importante del existencialismo en literatura fue la aportación del compromiso literario, una cuestión tratada en ¿Qué es Literatura? De Sartre.

IMAGINISMO

            Este movimiento floreció en Gran Bretaña y Estados Unidos entre 1910 y 1917. Fue un movimiento de poetas que se oponían a los cánones heredados del romanticismo. Se expresó por medio de antologías poéticas de diversos autores que tenían en común su forma de elaborar las imágenes literarias.
            La primera antología, Des imagistes (1914) fue obra del norteamericano Ezra Pound. En ella participaron once poetas. En 1913, en Poetry, el mismo Pound había expuesto el ideario del movimiento.
            La poesía imaginista se reconocía por consistir en versos cortos, de música concisa, que evitaba las abstracciones y conjugaba imágenes objetuales descritas con gran claridad. En los orígenes de este movimiento  influyó el descubrimiento de la poesía japonesa.

ULTRAÍSMO

            Fue un movimiento estrictamente español que se fundó en 1919 con un manifiesto titulado Ultra, que firmó un grupo de literatos del momento, de los cuales el más célebre era el crítico Guillermo de la Torre. Luego se unieron al movimiento otros autores como Jorge Luis Borges y Gerardo Diego. Pedían la renovación de la literatura española y admitían todas las tendencias sin excepción, con tal de que expresaran un anhelo nuevo.
            Los ultraístas iban contra la rutina, la retórica hueca y el sentimentalismo en que habían degenerado las tendencias modernistas y neorrománticas. Querían acabar con el modernismo.
            Cultivaban la metáfora atrevida, prescindiendo arbitrariamente de la lógica expresiva. Preferían los temas y motivos de la vida moderna. Utilizaron el verso libre y prescindían de algunos signos de puntuación. La disposición tipográfica de la página era aprovechada como un suplemento expresivo.
            1925 es la fecha de disolución del movimiento.

CREACIONISMO

            Fue un invento personal del poeta chileno Vicente Huidobro, que vivió en París durante la primera guerra mundial y que en 1918 se trasladó a Madrid, donde introdujo las últimas ideas francesas.
            Alguno de sus libros de poemas, por su tipografía y organización formal, estaban vinculados con el dadaísmo, aunque temáticamente pertenecían al simbolismo.
            En Madrid publicó un breve libro de poemas, que incluía Arte poética, un poema en que se repetía sin cesar el término “crear”, “creación” y palabras derivadas de estas.
            El creacionismo consistía en elaborar imágenes que sugerían germinación y nacimiento.
            En 1921, Huidobro publicó un escrito justificando su movimiento personal e intransferible, En él dividía la historia del arte en tres etapas: la del arte inferior al medio de expresión (fase reproductiva), la del arte equilibrado con el medio de expresión (fase de adaptación) y la del arte superior al medio de expresión (fase creativa o creacionista).

LETRISMO

            Este movimiento surgió en Francia cuando empezaba a ponerse de moda el existencialismo.
            Entre 1945 y 1948 ya solo quedan las letras para jugar a novedad con ellas. Isidore Isou y Sarane Alexandrian comienzan la tendencia letrista, la cual suscitó burlas del público y contó con escaso radio de acción.
            En 1946 se publicó el único número de una revista con el llamativo título de La dictadura letrista.
            El letrismo pretendía una poesía universal, una pura alineación de letras. No hay nada que comunicar y quizás solo se logre algún juego de sonidos agradable.
            Se descomponían las palabras, se reducían a sílabas y letras y se acumulaban sobre la página en blanco.
            Algunas de las consignas de este movimiento fueron “la poesía no tiene nada que ver con la literatura” y “la poesía letrista  es la poesía atómica de nuestro siglo”.

IRACUNDISMO

            En este movimiento inglés y americano destacan Osborne y Colin Wilson.
            El iracundismo es una réplica rebelde y disconforme a las formas consagradas y a la sociedad.

NEORREALISMO

            Este movimiento nació al amparo del cine de De Sica y Rosellini y ofrece una imagen de lo cotidiano, lo vulgar, de la vida en las bajas esferas sociales del mundo obrero y humilde.
            Los representantes más destacados del neorrealismo fueron Cesare Pavese y Alberto Moravia.

OBJETALISMO

            El objetalismo francés surgió en los años 50 con las teorías estructuralistas y se manifiesta exclusivamente en la novela. Es el movimiento del nouveau roman. Se vuelve la mirada a objetos, a cosas concretas, a lo tangible. Lo exterior se abre paso. La nueva novela es un cúmulo de descripciones, una serie de monólogos pronunciados por iniciales, de dudosa coherencia. Se proponía describir con absoluta objetividad los movimientos de los personajes alrededor de objetos tan significativos como ellos en el seno de la narración.
            Entre los autores del objetalismo encontramos a Natalie Sarraute, Robbe-Grillet y Michel Buttor.
            En 1963 Robbe-Grillet publicó un libro de ensayos que se titulaba Pour un nouveau roman, lo que dio nombre al movimiento. Pero este no se ciñó a una poética uniforme, sino que cada autor ensayó fórmulas y teorías propias.

            Michel Buttor conjugó el cambio de persona narrativa. En otros autores el lector no sabe en ningún momento quién narra la historia.

martes, 28 de enero de 2014

Ulises en la música



    Esta es la ampliación del mito de Ulises en el terreno musical, realizado y presentado a propósito de un curso de profesores:

ULISES EN LA MÚSICA

            El mito de Ulises ha conocido versiones en diferentes disciplinas artísticas. También ha sido así en el terreno musical. Ahora señalaremos la aparición de Ulises en diferentes obras en orden cronológico.
El primer nombre que surge al hablar de Ulises es el del compositor italiano Claudio Monteverdi (Cremona, 1567- Venecia, 1643), quien hizo evolucionar la ópera ampliando la orquesta y exigiendo mayor técnica vocal.
            En 1641 se estrenó en Venecia su ópera de cinco actos y un prólogo Il ritorno  d’Ulisse in patria (El regreso de Ulises a su patria), cuya acción transcurre desde el momento en que Ulises llega a Ítaca. El libreto, basado en la parte final de la Odisea, era de Giacomo Bodoaro.
            Debemos citar también una obra de Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681). El mayor encanto, amor, estrenada en 1637 con motivo de la inauguración del Palacio del Buen Retiro, trata de los amores de Circe y Ulises. Aunque aún no recibiera ese nombre, era una zarzuela, ya que ofrecía partes cantadas e incluía danzas.
            La obra de Calderón sirvió de base para otras dos obras posteriores. Ruperto Chapí (Villena, 1851- Madrid, 1909) escribió la ópera en tres actos Circe, con libreto de Miguel Ramos Carrión. Esta ópera se representó en 1902 en la inauguración del Teatro Lírico de Madrid.
            La otra obra basada en la de Calderón fue escrita por el compositor alemán Werner Egk (1901-1983), conocido por la música de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Berlín en 1936. Es autor de la ópera Circe, compuesta en 1945 y estrenada en Berlín en 1948.
            El autor español Salvador Bacarisse (Madrid, 1898- París, 1963), perteneciente a la llamada “generación de la República”, compuso el poema sinfónico La nave de Ulises, obra escrita para coro de voces femeninas y gran orquesta. Con esta obra obtuvo en 1921 el Premio Nacional de Música. Debido a su complejidad, la obra no llegó a estrenarse.
            Sin duda, una de las obras más importantes referentes al personaje de Ulises es la del compositor italiano Luigi Dallapiccola (1904-1975), autor de la ópera en dos actos y un prólogo Ulises, con libreto propio, que fue estrenada en Berlín en 1968. El autor se basó en la Odisea y en textos de Dante y Pascoli. En esta ópera, tras ser reconocido por Penélope, Ulises comprende que el objetivo de sus aventuras no era ese reencuentro, sino hallar el sentido de su vida, así que se hace de nuevo al mar.

            Por otra parte, debemos recordar que el personaje de Ulises ha sido llevado en varias ocasiones a la gran pantalla. Una parte importante de las películas que versan sobre el personaje es la banda sonora. Así, en el Ulises (1955) de Mario Camerini, encontramos la obra del compositor Alessandro Cicognini.
La música de la serie de dibujos animados Ulises 31, tenía bastante relevancia. El rock con referencias electrónicas marcaba las secuencias de luchas y batallas. Esa banda sonora fue compuesta por Tomoaki Taka.
En 1995, Theo Angelopoulos dirigió La mirada de Ulises, con música de la compositora griega Eleni Karaindrou.

En la versión de la Odisea de los hermanos Coen, titulada O’Brother! (2000),  destaca la canción I am a man of constant sorrow (Soy un hombre con una melancolía constante), de “The soggy bottom boys”, en la que el personaje cuenta que “vaga por el mundo”.

viernes, 24 de enero de 2014

Glosario de recursos retóricos




Acrónimo.- Sustitución de un grupo de palabras por una abreviatura formada por sus iniciales (letras o sílabas), de tal forma que la nueva creación se lexicalice, como ocurre en RENFE (REd Nacional de Ferrocarriles Españoles)

Acróstico.- Palabra o frase cuyas letras leídas de cierta manera forman una frase, un nombre o un vocablo ocultos a simple vista. El más característico en la lengua española es el que aparece en La Celestina, donde se lee El bachiller Fernando de Royas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalbán.

Aféresis.- Supresión de algún sonido o grupo de sonidos al principio de un vocablo. Bus es aféresis de autobús.

Aforismo.- Sentencia breve y doctrinal que se pone como regla en alguna ciencia o arte. Un ejemplo puede ser: La verdad no está de parte de quien grite más. (Rabindranath Tagore)

Aglutinación.- Unión de dos o más palabras para formar una sola. (De+el= Del)

Alegoría.- Ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra diferente.// Obra literaria con dos niveles paralelos de significado en que los personajes representan ideas o conceptos.// Imagen no circunscrita a un término, sino continuada en sus distintas relaciones a lo largo de varios términos, que pueden abarcar todo un poema o una obra.
            Por ejemplo, una alegoría de la fe: La fe es como intentar escalar una cuesta empinada y rocosa. Solo un mero tropiezo podría hacerte caer rodando, pero la creencia y la perseverancia te verán en la cima.

Aliteración.- Repetición del mismo sonido consonante en secuencia.// Repetición de uno o varios sonidos similares en el mismo verso o estrofa.
            Ejemplo: El ruido con que rueda/ la ronca tempestad... (José Zorrilla)

 
Alusión.- Procedimiento para designar algo evitando la mención expresa de su nombre.
            Ejemplo:
Y cuando llegue el día del último viaje, 
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar…
(Antonio Machado)

Amplificación.- Recurso característico de la literatura didáctica que consiste en explicar de formas distintas un mismo concepto.
¿Qué es la vida? Un frenesí
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción…
(Calderón de la Barca)

Anacronía.- Subversión del orden. Se refiere a la discordancia entre el orden del discurso y el de la historia. Un ejemplo aparece en El túnel, la novela de Ernesto Sábato, donde desde el principio se sabe que Castel ha asesinado a María Iribarne.

Anadiplosis.- Repetición de una palabra al final de un verso o un párrafo y al comienzo del siguiente.
Verde que te quiero verde.
Verde viento, verde rama
(García Lorca)

Anáfora.- Figura retórica consistente en la repetición de una o más palabras al comienzo de varias cláusulas o versos sucesivos.
            Ejemplo: …el páramo no puede mirar a sus pies; el páramo no puede mirar más que al cielo… (Unamuno)

Anfibología.- Término que designa las palabras o construcciones lingüísticas que admiten varias interpretaciones semánticas. Un ejemplo lo tendríamos en enunciados como Mi padre fue al pueblo de José en su coche, donde no queda claro de quién es el coche.


Antítesis.- Contraposición de dos pensamientos o ideas.  Un ejemplo lo encontraríamos en la famosa frase pronunciada por Amstrong al pisar la luna, Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad.

Antonomasia.- Consiste en convertir en común un nombre propio o al contrario, conversión en propio de un nombre común. Encontramos ejemplos en expresiones como el Azote de Dios (Atila) o Duce (Benito Mussolini).

Apócope.-  Término con que se designa la pérdida de los elementos finales de una palabra.// Supresión de una vocal al final de una palabra. (cuán, recién, san, muy…)

Apóstrofe.- Expresión vehemente dirigida a una persona o cosa personificada.
Ejemplo: Si tú quisieras, Granada,
            Contigo me casaría… (de Abenámar, Abenámar)

Asíndeton.- Supresión de conjunciones para dar más rapidez, intensidad o viveza a un período o enumeración:
Ejemplo: Vine, vi, vencí (Julio César)

Cacofonía.- Sonoridad fea o desagradable de una palabra.
            Ejemplo: El que poco coco come, poco coco compra

Calambur.- Variedad del juego de palabras en el que las sílabas de dos palabras contiguas producen una palabra de sentido distinto.
            Ejemplo: - ¿Este es conde?
-         Sí, este esconde
La calidad y el dinero

Digresión.- Desviación del argumento principal para tratar temas secundarios aunque pertinentes para la cuestión principal.

Dilogía.- Utilización de una palabra de doble valor semántico con ambos valores en el mismo contexto.
            Ejemplo: Con las impresoras X tendrás una magnífica impresión.

Elipsis.- Supresión de algún elemento de la frase.
            Ejemplo: Hoy iré a trabajar, mañana no (iré)

Énfasis.- Figura retórica que consiste en dar a entender más de lo que explícitamente se dice. Es sinónimo de insistencia, de acentuación en el discurso.
            Ejemplo: Llegó, después de largos años de estudio, a la casa de sus padres. Esfuerzo y sufrimiento se ven coronados ahora con su título de ingeniero. Carrera, un naciente prestigio; dinero, si no de sobra, por lo menos suficiente para vivir con decoro. Lo que había soñado cuando se fue: ser un señor ingeniero.

Enumeración.- Sucesión de elementos que pertenecen, generalmente, a la misma clase gramatical, y que cumplen la misma función sintáctica. Puede ser gradativa u ordenada, cuando esos elementos guardan entre sí una cierta relación semántica, y caótica, cuando no guardan entre sí relación semántica.
            Ejemplo:
El puerto, el saco, el fruto, en mar, en guerra,
en campo, al marinero y al soldado
y al labrador anima y quita el sueño… (Lope de Vega, Rimas, LXXVI)

Epanadiplosis.- Repetición de la misma palabra al principio y al final de un verso u oración.
            Ejemplo: Verde que te quiero, verde (García Lorca)

Epíteto.- Adjetivo semánticamente innecesario por redundante, ya que describe una cualidad inherente al sustantivo al que acompaña., como en “noche oscura” o blanca nieve”.

Etopeya.- Descripción de una persona atendiendo a sus rasgos psicológicos o morales.
            Ejemplo: "Esther, mi abuela, era una mujer cálida y amable, siempre dispuesta a estar ahí contigo, cuando uno la necesitaba. Aunque no era una mujer moderna y de mente abierta, sí era una mujer que sabía escuchar a todo aquel que necesitaba ser escuchado…”


Eufemismo.- Alusión perifrástica o imagen metafórica para eludir el empleo de una palabra tabú, o que no quiere mencionarse expresamente. Así podemos encontrar que alguien “ha pasado a mejor vida” en lugar de decir que “ha muerto”.

Gradación.- Enumeración ordenada de palabras o frases en escala ascendente o descendente, que suele concluir en una culminación o clímax. Un ejemplo, en este caso ascendente: Aspiro siempre a lo bello, lo perfecto, lo sublime...

Hipérbaton.- Ruptura violenta del orden gramatical, con formas como “Atónito me dejas”

Hipérbole.- Figura retórica basada en una exageración absolutamente desmesurada.
            Ejemplo: Tú, que has puesto más tinieblas en mi noche... (Ricardo Jaimes Freyre)

Humanización.- Aplicación de cualidades propias de los humanos a las cosas inanimadas o a los animales, como por ejemplo en “El árbol miraba con sus ojos y hablaba a los pájaros”

Interrogación retórica.- Pregunta que no espera respuesta alguna pues su objeto no es el de interrogar sino el de dar énfasis o intensificar el contenido. Así por ejemplo cuando decimos ¿Cuántas veces tengo que decirte que te vayas?

Invocación.- Exclamación de súplica dirigida a un ser superior.
            Ejemplo: "tú, infinito cielo ¿cuándo será el día que me muestres tus misterios?"

Ironía.- Expresión lingüística que debe entenderse en sentido contrario de lo dicho. Se consigue un efecto de lejanía, de no estar afectado, y cierto humorismo.
            Ejemplo: ¡Cuánto dolor! Tus cuantiosas lágrimas lo proclaman. (Quevedo)

Lítotes.- Tipo de perífrasis que consiste en la negación de lo contrario. Tiene efecto irónico.
            Ejemplo: “No fue poco lo que hablaron”

Metáfora.- Identificación de un término real y otro figurado que guardan entre sí una relación de semejanza. Puede ser pura, aquella en la que no aparece el término real sino el metafórico solamente. Cuando aparece tanto el término real como el término figurado puede ser copulativa (A es B, B es A), aposicional (A,B), complementaria (A de B), descriptiva (A,B,C…).
            Ejemplo: “La luna nueva es una vocecita en la tarde” (Borges)

Metonimia.- La designación de una cosa con el nombre de otra se produce por existir una relación de causalidad o dependencia entre ambas.
            Ejemplo: Lavaré los puños de la camisa

Onomatopeyas.- Palabras cuyo aspecto fónico simboliza de algún modo el significado.
            Ejemplo: Cric, cric, cric,
                        El grillo llora

Paradoja.- Unión de dos ideas contrarias y en apariencia irreconciliables.
            Ejemplo: Quiero amor o la muerte

Paralelismo.- Repetición de todo un verso o frase completa, con una ligera variación con respecto a la frase o verso anterior.
            Ejemplo:
Los suspiros son aire y van al aire,
las lágrimas son agua y van al mar... (Bécquer)
Perífrasis.- Expresión de un concepto simple a través de una circunlocución. En Literatura, expresar el contenido de una palabra mediante varios términos. Por ejemplo, encontramos en lugar de “estrellas” Ilustre coro de los errantes astros y fijados,…” en Fernando de Herrera.

Pleonasmo.- Repetición aparentemente innecesaria de una palabra o idea. Se emplea normalmente para dar mayor énfasis a la expresión.
            Ejemplo: Temprano madrugó la madrugada... (Miguel Hernández)

Polípote.- Repetición de un nombre en distintos casos o de un verbo en distintas personas o tiempos.
            Ejemplo:
Si por pensar enojaros
pensase no aborresceros,
pensaría en no quereros
por no pensar desamaros;
más pensando en mi tormento,
sin pensar por dónde vo,
pienso que mi pensamiento
no piensa que pienso yo.

Francisco López de Villalobos (1473-1549 )


Polisíndeton.- Repetición innecesaria de conjunciones para unir frases o palabras.
            Ejemplo:
Después no puedes hacer nada
ni dar cuerda al reloj, ni despeinarte
ni ordenar los papeles.
Gloria Fuertes.

Prosopografía.- Descripción física de una persona.
            Ejemplo: “Todavía veo a Hassan encaramado a aquél árbol, con la luz del sol iluminando su cara casi perfectamente redonda, una cara parecida a la de una muñeca china tallada en madera: tenía la nariz ancha y chata; sus ojos eran rasgados e inclinados, semejantes a las hojas del bambú, unos ojos que según les diera la luz, parecían dorados, verdes e incluso color zafiro. Todavía veo sus diminutas orejas bajas y la protuberancia puntiaguda de su barbilla, un apéndice carnoso que parecía como añadido en el último momento. Y el labio partido, a medio terminar…”  (Cometas en el cielo, K. Hosseini)

Prosopopeya.- Aplicación de cualidades propias de los seres animados, o bien humanas, a las cosas inanimadas o a los animales. Así por ejemplo, cuando decimos que “la naturaleza es sabia”.

Quiasmo.- Simetría invertida o repetición de una misma estructura sintáctica en orden inverso.
            Ejemplo: Ancho el amor y el dolor largo

Retrato.- Descripción de una persona atendiendo tanto a los rasgos físicos como psíquicos.
            Ejemplo: “El tío Lucas era más feo que Picio. Lo había sido toda su vida, y ya tenía cerca de cuarenta años. Sin embargo, pocos hombres tan simpáticos y agradables habrá echado Dios al mundo. Luego venía la voz, vibrante, elástica, atractiva. Llegaba después lo que aquella voz decía: todo oportuno, discreto, ingenioso, persuasivo.” (Pedro Antonio de Alarcón, El sombrero de tres picos)

Retruécano.- Conmutación. Es la repetición de un verso o una frase, pero invirtiendo el orden de sus elementos.
            Ejemplo:  
No se puede olvidar lo presentido
ni presentir el olvido a cada instante

Símbolo.- Representación de una noción abstracta por un ente material.
            Ejemplo: Unamuno alude a la angustia que le corroe el alma mediante el símbolo del buitre:
Este buitre voraz de ceño torvo
Que me devora las entrañas fiero
Y es mi único constante compañero,
Labra mis penas con su pico corvo.

Símil.- Comparación expresa de dos términos, uno real y otro imaginario.
            Ejemplo: Tenía el gaznate largo como de avestruz. (Quevedo)

Sinestesia.- Figura retórica que consiste en la descripción de una experiencia sensorial en términos de otra.

            Ejemplo: Cuando el silencio clarea se escuchan los oscuros presagios. (Mía Couto)

miércoles, 22 de enero de 2014

Resumen de Modernismo y 98



MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98:

LA NARRATIVA, EL ENSAYO Y EL TEATRO

(resumen para 4º de ESO) 
            La novela

Los escritores de esta época ensayarán diferentes modos de renovar este género literario.
Pío Baroja piensa que lo mejor es la acumulación de sucesos y que en la novela caben todos los géneros. Una de sus novelas es Zalacaín el aventurero.
Miguel de Unamuno en su obra Niebla dialoga con sus propios personajes, que no están satisfechos con el destino que les da el novelista.
Valle Inclán selecciona para sus novelas algunos fragmentos de la historia de España y los idealiza o los trata de forma burlesca.
Azorín se identifica con uno de sus personajes para explicar sus propias experiencias y sus pensamientos.

            El ensayo

Los ensayos son textos breves, en prosa, en los que alguien expresa (con un estilo libre y desde un punto de vista personal) su opinión sobre algún tema.
En la generación del 98 destaca como ensayista Unamuno.

            El teatro

En esta época podemos estudiar dos formas diferentes de teatro: el comercial y el renovador. Un autor representativo de la tendencia renovadora es Valle Inclán. Los personajes de este teatro renovador se caracterizan por la rebeldía contra el sistema social y por las contradicciones en su forma de ser.
Valle Inclán empieza siendo un autor modernista. Poco a poco mostrará una nueva estética: el esperpento, que consiste en representar la realidad deformada para que se vean sus defectos.
La obra de teatro más importante es Luces de bohemia. El protagonista, un poeta ciego que se llama Max Estrella, pasea una noche por Madrid.

miércoles, 15 de enero de 2014

Breve historia de la noción de género





            La palabra género proviene del griego “genos”, que tenía fundamentalmente dos sentidos, uno como género literario en términos teóricos , y otro como “eidos”, que delimitaba la anterior en la forma o aspecto. Esta palabra pasa al latín como “genus” indicando fundamentalmente, por una parte, la idea de sexo y estirpe o linaje, pero por otra parte, en el ámbito literario, se utilizaba para realizar clasificaciones que distinguieran género frente a especie. Este tipo de conceptualización, la de los primeros sentidos, se va a convertir en una conceptualización normativa, mientras que las segundas acepciones o sentidos de su significado van a incidir en lo que son clasificaciones formales, y es a partir de esas segundas acepciones de donde se desarrollará la idea de género. En su uso literario, además, hay una oposición entre género y especie que se opone globalmente a “genera scribendi”, que definiría a los estilos.
            La reflexión sobre los géneros literarios, su desarrollo, es posterior a la elaboración de las obras. Genette critica que las poéticas modernas digan partir de Platón y Aristóteles cuando en realidad las modifican.

            Período clásico: Platón y Aristóteles

            Platón, siguiendo un criterio idealista, en el libro III de la República afirma que todo poema es relato de sucesos pasados, presentes o futuros. Cuando Platón plantea la expulsión de los poetas de la ciudad ideal, se basa en dos motivos, de los cuales interesa especialmente el de la forma o la dicción. Este relato de sucesos pasados, presentes o futuros de que habla Platón tiene tres formas: el relato puramente narrativo (ditirambo), el relato puramente mimético (tragedia y comedia) y la forma mixta, que combina el relato y el diálogo (epopeya).
            De estos géneros, Platón considera solo las formas de la poesía narrativa, aunque más tarde Aristóteles la llamara mimética, refiriéndose a aquella narración que relata sucesos verdaderos o ficticios.
            Aristóteles, con un criterio empírico, en su Poética actúa como historiador de la literatura, como crítico literario y como filósofo. Será su autoridad como filósofo la que hará que si Poética se lea como preceptiva en épocas posteriores, y que además sea interpretada como normativa. Su obra es una reflexión posterior al propio desarrollo de los géneros, que son considerados como procesos de perfeccionamiento a los que estos habían llegado.
            Aristóteles define la poesía como el arte de la imitación en verso, y la única categoría que considera es la poesía representativa.
            Los criterios que sigue Aristóteles para diferenciar los géneros son fundamentalmente dos (aunque hay un tercer criterio que es puramente formal): el objeto imitado (lo que se imita; para Aristóteles lo constituyen los seres humanos actuando, que pueden ser superiores a la condición humana normal, iguales o inferiores) y la manera o modo de imitar (dos modos: relatar y presentar a los personajes en acto, actuando, hablando, que es la mimesis platónica).
            Aristóteles hace desaparecer el tipo mixto platónico como principio taxonómico. Tanto con él como con Platón, se trata de una clasificación no de formas, sino de situaciones de enunciación.



MODO
Dramático
Narrativo

O
B
J
E
T
O

Personajes
superiores


Tragedia


Epopeya

Personajes
inferiores

Comedia

Parodia

            Con respecto al modo, cuando hablan los personajes, nos encontramos ante el modo dramático, y cuando habla el autor, nos encontramos ante un modo narrativo.

            Aristóteles reconoce y valora el carácter mixto del modo épico. Lo que desaparece en Aristóteles con respecto a Platón es el estatuto del ditirambo y la necesidad de distinguir entre modo narrativo puro y modo narrativo impuro. Aristóteles es un empirista, así que para él, del modo donde solo habla el poeta (modo narrativo puro para Platón) es ficticio. Mientras Platón había distinguido relato narrativo puro, mixto y dramático, Aristóteles obvia el modelo narrativo puro y convierte el modelo mixto de Platón en narrativo, puesto que en este alterna la narración y el diálogo.

PLATÓN
Narrativo
Mixto
Dramático
ARISTÓTELES

Narrativo
Dramático

Enunciación reservada al poeta

Enunciación alterna
Enunciación reservada a los personajes

            Este período clásico se trataba más de un sistema de modos de enunciación que de géneros propiamente dichos. Y la visión platónica-aristotélica pesará sobre la teoría de los géneros.

            Período helenístico: siglos IV a.C.- VI d.C.

            Se divide en un período alejandrino y un período romano o imperial.
            En el período alejandrino (332 a.C.- 30 d.C.) madura una doctrina precisa de los géneros, pero está llevada a cabo por filósofos y gramáticos y se describe como un intento clasificatorio donde se hacen catálogos de obras, autores, estilos, etc, y como un intento normativo, como reorganización del pasado y encarando el futuro. Se hacen clasificaciones de géneros en un momento en el que la literatura griega está acabada. Los géneros se identifican con los estilos, se clasifican detalladamente y se hacen observaciones precisas sobre el lenguaje de cada autor.
            Como autor representativo de este período está Dionisio de Tracia, que escribe un Arte gramatical que es la primera gramática que se conoce. En la obra se incluyen consideraciones sobre los géneros literarios. Su canon es bastante abierto y recoge e introduce el género lírico, que él llama “melico”.

            Por otra parte, el período  romano o imperial tiene dos momentos: uno desde principios de nuestra era hasta el año 324, y otro desde el 324 al siglo VI. En este segundo momento encontramos al autor que será el modelo a seguir en la Edad Media, Horacio, cuya Arte poética es una teoría del drama y una exposición de las reglas dramáticas. Horacio alude a Quintiliano, quien establece siete grandes géneros poéticos: epopeya, tragedia, comedia, elegía, yambo, sátira y poema lírico. Y aunque constata la existencia de estos géneros, Quintiliano no da mayor definición.
            Como gramático, destaca en esta época Diomedes, quien añadió a sus dos libros de Ars gramatica un tercero sobre la métrica, en el cual se ocupó de algunos aspectos que forman parte de la poética. En su aportación a los géneros, Diomedes constituyó el paradigma y modelo a seguir de toda la Edad Media. Diomedes rebautizó como géneros los tres modos platónicos y reparte todos los géneros que ya existían. Diomedes, por tanto, reinterpreta los modos platónicos y diferencia tres tipos de géneros intentando situar la literatura de la época en esos tres géneros. Así distingue:
a)      género activo (dramático, mimético, sin intervención del autor), que comprende: tragedia, comedia, drama de sátira, mimo y algunas églogas.
En estos tipos introduce una división entre palliatae (objetos y vestidos griegos), togatae (objetos y vestidos romanos), que se subdividen en praetextae (dramas históricos), tabernariae (dramas de la época) y atellanae (farsas).
b)      Género narrativo (enunciativo, exegético, puro, continuo, sin intervención directa de personajes, prácticamente el poeta es el único que habla), que comprende lo gnómico (máximas), lo histórico (genealogías) y lo didáctico (ciencia y filosofía).
c)      Género común (mixto, discontinuo, con intervención directa de los personajes, habla lo mismo el poeta que los personajes), que comprende epopeya (heroica), elegía (triste), sátiras y bucólicas.

La baja latinidad tipificó los estilos clásicos en las tres obras maestras de Virgilio (Bucólicas, Geórgicas y Envida), formando la “rueda de Virgilio”. Estas tres obras se asumen como modelos de los tres géneros en los que se realizan los tres estilos:

Gravis stylus
Activo
Eneida
Mediocres stylus
Narrativo
Geórgicas
Humilis stylus
Común
Bucólicas


            Período renacentista y barroco

            Lo que se hace en esta época es fundamentalmente comentarios de Aristóteles en los que se perpetúa el debate sobre los méritos de la tragedia y la epopeya. Se trata del concepto de mimesis, no solo como imitación de la realidad sino también como imitación de los clásicos, y las reglas aristotélicas. Emergen géneros nuevos como el poema heroico-burlesco, el drama pastoril y la tragicomedia. La aparición de estos géneros modificará el cuadro clásico. Cuando quieren reconciliar lo nuevo con los modelos clásicos, distinguen entre los grandes géneros (perpetuados desde la clasicidad) y los nuevos. La relación será inclusiva (incluyendo los géneros nuevos en los clásicos) o diferenciadora (creando otro grupo).
            Boileau agrupa la tragedia, la epopeya y la comedia en un grupo, y los demás géneros en otro. No ignora la existencia del género lírico, pero intenta incluir todos los tipos de poemas en un tercer grupo, frente a la epopeya y la tragedia.
            Francisco Cascales entiende que la lírica tiene como fábula no una acción, sino un pensamiento, así que intenta dar un estatuto diferenciador a la lírica con respecto a la tragedia y a la epopeya.
            Por otra parte, Batteaux extiende la imitación como principio de la poesía lírica, por lo que esta imita los sentimientos. Batteaux intenta una tripartición de géneros apoyándose en unas explicaciones de Aristóteles. Así distingue el ditirambo, la epopeya y el drama, interpretando el ditirambo como género lírico. Distingue Batteaux entre una enunciación reservada al poeta, una alterna y otra reservada a los personajes. La situación narrativa del poeta puede ser tanto narrativa como expresiva (lírica). A partir de aquí se distingue lírica, épica y dramática. Batteaux mezcla elementos modales y elementos temáticos o de enunciación.

PLATÓN
Narrativo
Mixto
Dramático
ARISTÓTELES

Narrativo
Dramático

Enunciación reservada al poeta
Enunciación alterna
Enunciación reservada a los personajes

LÍRICA
ÉPICA
DRAMÁTICA

            Período romántico

            La tríada de Lírica, Épica y Dramática predominará en toda la teoría romántica, aunque con variaciones internas.
            Friedrich Schlegel conserva la clasificación  platónica, pero le da una nueva significación, desplazando el criterio modal de la situación enunciativa hacia un plano más psicológico o existencial. Para él, la forma lírica es la forma subjetiva por excelencia, la forma dramática es objetiva, y la forma épica es subjetivo-objetiva, ocupando por ello un lugar preeminente en tanto que forma. En esta caracterización, Schlegel da dos dimensiones a los géneros que nadie había dado: por una parte, una dimensión diacrónica por la que plantea una sucesión histórica de los distintos géneros, y por otra parte, una dimensión valorativa o de juicio, que tampoco nadie había hecho antes y que es la de etiquetar cada género según su grado de objetividad o subjetividad.
            Por otra parte, Holderlin define las formas de la siguiente manera: el poema lírico es ideal según la apariencia e ingenuo en su significación, es una metáfora continua de un sentimiento único; el poema épico es ingenuo según la apariencia y heroico por su significación, es la metáfora de las grandes voluntades; el poema trágico es heroico según la apariencia e ideal por su significación, es la metáfora de una intuición intelectual. La lírica ocupa un lugar preeminente para Holderlin, ya que ve en ella la unión de la expresión épica y la pasión trágica. Rechaza toda jerarquía y establece entre los dos géneros una cadena de superaciones recíprocas. En el poema trágico reside el acabamiento de la épica, en la lírica el acabamiento de lo trágico y en la épica reside el acabamiento de la lírica.
            August Wilhelm Schlegel invalida la división platónica y define las tres formas del siguiente modo: la épica se define como tesis y su rasgo característico es la objetividad; la lírica es definida como antítesis y su rasgo característico es la subjetividad pura, y la dramática es definida como síntesis y su rasgo característico es el de ser una totalidad armónica y ser la interpretación de las otras dos formas. El orden en A. Schlegel es el mismo que había realizado su hermano Friedrich: Épica, Lírica y Dramática.
            Schelling invertirá el orden de los dos primeros términos. Para él, el arte comienza por la subjetividad lírica y después se eleva a la objetividad épica, llegando al fin a la síntesis o identificación dramática.
            Hegel vuelve al esquema de A. Schlegel (épica, lírica y dramática) y define la poesía épica como expresión primera de la consciencia ingenua de un pueblo. En el polo opuesto está la poesía lírica, que es cuando el yo individual se ha separado de todo lo sustancial de la nación. Y la poesía dramática, que reúne los dos tipos de poesía precedentes, forma una nueva totalidad que comporta un desarrollo objetivo y a la vez nos hace asistir al surgimiento de la interioridad individual.


            Este tipo de definiciones de géneros se mantiene prácticamente hasta el siglo XX. Los grandes géneros diferenciados (Lírica, Épica y Dramática) son tres modos de concebir la vida y el universo. Tanto el clasicismo como la época actual apoyan las teorizaciones de los géneros literarios que se apoyan en el esquema platónico-aristotélico. En medio de estas etapas, al romanticismo y el post-romanticismo no le preocupan las teorías platónico-aristotélicas. La división romántica contempla a la lírica, la épica y la dramática no como modos de enunciación, sino como auténticos géneros literarios. Géneros y modos poseen un estatuto claramente diferenciado: Modos son una categoría lingüístico-pragmática que afecta al estatuto de la enunciación, y Géneros son categorías propiamente histórico-literarias. Pero esta diferenciación de las tres categorías como géneros solo se puede mantener si los clasificamos como modos de enunciación. Lírica, Épica y Dramática no tienen por qué ser los géneros hegemónicos dentro de la teoría de los géneros.