domingo, 31 de marzo de 2013

La Celestina





           La celestina se publicó en Burgos, en 1499, anónima, con dieciséis actos y con el título de Comedia de Calisto y Melibea. En la tercera edición, de 1501, aparecieron dos añadidos: un prólogo de “El autor a un su amigo”, y el nombre del autor que se conocía uniendo las iniciales de unas octavas acrósticas (El Bachiller Fernando de Rojas acabó la Comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalbán). En las ediciones de 1502 se añadieron cinco actos, conocidos como el “Tratado de Centurio” y se puso el título de Tragicomedia de Calisto y Melibea.

            En el prólogo, Fernando de Rojas explicaba que encontró una obra de amor breve y que decidió continuarla.

            La Celestina se centra en los amores de Calisto y Melibea. Calisto, enamorado de Melibea, es aconsejado por su criado Sempronio para que pida ayuda a la alcahueta Celestina, la cual con sus artes logrará que Melibea le corresponda. Calisto le regala una cadena de oro a la vieja, que morirá a manos de los criados de Calisto por no compartir con ellos esa recompensa. Los criados serán ajusticiados. Calisto, una noche en que visita a Melibea, cae de la escalera y muere. Melibea, desesperada, cuenta lo sucedido a su padre y se arroja desde una torre.

            Los personajes que forman parte de la obra son verosímiles, casi “seres humanos”:

-          Melibea (“la de la voz dulce”) está dominada por las convenciones de la sociedad. En su negativa inicial y en su aceptación y actuación posteriores no hay pudor ni sujeciones morales, sino la manifestación del concepto externo del honor. Es un personaje enérgico y decidido, que toma sus propias decisiones y las lleva a cabo.
-          Calisto (“hermosísimo”) es egoísta e irreflexivo, solo piensa en sí mismo y en su propio goce.
-          Celestina es codiciosa, maestra de embrujos, pócimas y filtros, es hábil en el arte de la seducción y en trazar planes. Es un personaje denso y complejo.
-          Elicia y Areúsa son pupilas de Celestina. La primera es irritable y dura de corazón, mientras que Areúsa es más amable y sosegada.
-          Sempronio y Pármeno son los criados de Calisto. El primero es egoísta y cobarde. Pármeno es un adolescente agudo e inteligente.
-          Pleberio y Alisa son los padres de Melibea. Él es un padre amoroso y preocupado por la seguridad de su hija, en la que confía. Alisa está orgullosa de su posición social y, aunque cree lo contrario, no conoce la personalidad de Melibea.

            La Celestina es una obra dialogada, dominada por la acción, con personajes que se sitúan en un tiempo y un espacio dramáticos. Pero es demasiado larga para su representación, por lo que se considera una comedia humanística, una comedia hecha para ser leída en voz alta.

            Lo más llamativo de la obra es su riqueza de lenguaje, adaptado a los personajes y a las situaciones. En la obra alternan el lenguaje culto y popular. En los diálogos se observa la variedad de registros, desde el lenguaje común en la calle hasta el estilo latinizante y erudito.

            La Celestina es reflejo de la sociedad medieval, pero apunta ya en ella una nueva valoración de la vida terrena del Renacimiento. Es medieval sobre todo en la intención moralizadora: todos los personajes que han pecado mueren de forma violenta y sin disfrutar del fruto que esperaban de su pecado. Pero, por otra parte, es renacentista el ansia de los personajes por disfrutar de la vida, la actitud pagana de Calisto que dice no ser cristiano, sino “melibeo”, así como también en la importancia que se da a la vida, las inquietudes y las preocupaciones del propio individuo.

            La Celestina muestra la angustia ante la fugacidad de la vida, que trata de compensarse apurando el placer. Calisto se alía con personajes que viven al margen de los valores dominantes, Celestina es el triunfo de la lujuria frente al honor social.

            La obra de Rojas es un drama moral que analiza las relaciones personales de unos personajes que, mientras buscan el placer, caminan hacia la muerte. Con respecto a la intención de su comedia, Rojas explicaba que la había escrito contra los locos enamorados, aunque a veces esa intención moralizante parece diluirse.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Novecentismo y vanguardias



(Apuntes para 4º de E.S.O.)

         Los autores del Novecentismo y de la Generación del 14 se caracterizan por su orientación europeísta y por su concepción del arte como una actividad separada de lo social y lo político.

            Durante las primeras décadas del siglo XX aparecen en Europa distintos movimientos artísticos, los vanguardismos, que se interesan por los avances tecnológicos, por descomponer la realidad o por el mundo de los sueños. Los novecentistas ven en los vanguardismos el concepto de arte como acto lúdico y libre.

            Las características más importantes del lenguaje de los novecentistas son la precisión conceptual  y la expresión de lo subjetivo a través de la metáfora.

            Los géneros literarios más importantes en el Novecentismo son la lírica y el ensayo.

            EL ENSAYO

            José Ortega y Gasset es el ensayista más importante de este grupo. Sus textos reflejan el pensamiento de su generación.

            LA LÍRICA

            Los novecentistas quieren conseguir un mensaje exacto y claro que transmita fielmente la idea. Los vanguardistas quieren ofrecer nuevas versiones del universo.

            Entre los novecentistas aparecen personalidades que no se pueden encasillar, como León Felipe y Juan Ramón Jiménez.

            En la literatura vanguardista destaca Ramón Gómez de la Serna, que facilitó la entrada de las nuevas tendencias artísticas en España.

            Juan Ramón Jiménez (1881-1958). La poesía pura.

            Recibió el Nobel de Literatura en 1956. En su poesía recoge rasgos de la poesía culta, popular y vanguardista. Juan Ramón Jiménez destaca por la búsqueda constante de la expresión precisa que muestre claramente su forma de entender el mundo y de verse a sí mismo.

            El tema que más aparece en su obra es la naturaleza, cuyo tratamiento es distinto en cada una de las etapas de la poesía de Juan Ramón Jiménez, que él mismo llamó sensitiva, intelectual y suficiente.
            En la etapa sensitiva, los poemas tienen influencias románticas y modernistas y la naturaleza es descriptiva.
            En la etapa intelectual, el poeta busca la sencillez y la pureza expresiva. La naturaleza le sirve como ejemplo de sus estados de ánimo.
            En la etapa suficiente, el poeta se fusiona con la naturaleza, forma parte de ella.

            Entre las obras de Juan Ramón Jiménez, destacan Platero y yo y Diario de un poeta recién casado.

            Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). La greguería.

            Este autor escribió narrativa y teatro, editó revistas, realizó programas de radio y promovió tertulias.
           
            Su creación más conocida es la greguería. Con este nombre se refería a la metáfora humorística con que él presentaba su visión del mundo.



El Realismo



(Apuntes para 4º de E.S.O.)

               Es el movimiento artístico que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, y se puede pensar que es una reacción contra el Romanticismo.
            Ahora hay un gran interés por la realidad externa. El escritor habla de lo que le rodea y da una referencia objetiva de lo que describe. Por eso observa meticulosamente todo lo que quiere llevar a su obra. Imita a los científicos, observando y analizando la sociedad como si fuese un laboratorio, y ofrece los datos al lector para que saque conclusiones.
            Se describen escenas de la vida cotidiana y se presentan los problemas económicos, sociales e ideológicos del momento.
            En cuanto al estilo, los escritores prefieren una expresión sobria y precisa, con una intención “docente”.
            La novela y el cuento de esta época fueron los géneros que alcanzaron mayor calidad.

            Las características de la novela realista son:

-          Descripción detallada de los ambientes y personajes.
-          El narrador es omnisciente (conoce lo que hacen los personajes, pero también conoce sus pensamientos y sus sentimientos), hace comentarios y pretende influir en el lector.
-          Predominan los temas sobre los conflictos entre el progreso y la tradición y sobre las clases sociales y sus costumbres.
-          Un estilo sencillo.

Uno de los autores más importantes del Realismo en España es Benito Pérez Galdós. Entre sus obras destacan los Episodios Nacionales, inspirados en la historia española. En sus primeras novelas (como Doña Perfecta) Galdós muestra las consecuencias negativas de la intolerancia; posteriormente presenta un mayor propósito crítico, y es muy preciso en las descripciones (como en Fortunata y Jacinta).

Entre los autores del Realismo en Europa, podemos destacar a Charles Dickens en Inglaterra. En sus novelas se alterna el humor y el dolor de los humildes. En Oliver Twist y David Copperfield cuenta la historia de dos niños. En esas dos novelas, Dickens muestra los sufrimientos de varios personajes tomados de la realidad de su época.

Literatura en la primera mitad del siglo XX



(Apuntes para 4º de E.S.O.)


En el siglo XX destacan tres corrientes literarias: la existencial, la experimental y la social, que a veces aparecen unidas.
            Al final del siglo XIX se produce un rechazo del Realismo, a partir de unos movimientos que aprecian lo subjetivo y desean alcanzar la perfección formal. Aparece el modernismo, un movimiento artístico que durará hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y que se caracteriza por usar un lenguaje con rasgos musicales y con símbolos.
            Hasta 1920 se desarrolla la literatura experimental, que se aleja del realismo y que influirá en muchos escritores del siglo XX.
            Aparecen los llamados vanguardismos, movimientos artísticos influidos por los avances tecnológicos y científicos. Los vanguardistas se interesan por aspectos formales en sus obras y no utilizan cuestiones sociales o personales. En esta época, el lenguaje literario se renovó.
            Cuando termina la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), aparece la literatura existencial. Los autores intentan explicar las causas de los conflictos humanos. Se desarrolla el realismo social (a partir de 1930), que quiere mostrar los defectos de la sociedad y transformarla.
            A partir de 1960, se produce el boom hispanoamericano y resurgen los movimientos de vanguardia. Ya no se abandona el deseo de renovar y experimentar en los géneros literarios.

Modernismo y Generación del 98.
La Lírica.

            A finales del siglo XIX aparecen en España el Modernismo y un grupo de intelectuales llamado Generación del 98. Los dos movimientos literarios se muestran insatisfechos por el momento que atraviesa el país. Los modernistas se evaden de la realidad por medio de lo fantástico, lo suntuoso y la sensualidad; los de la Generación del 98 tratan temas de la actualidad española con un estilo sobrio.
            Los modernistas utilizan neologismos y cultismos. El léxico de los noventayochistas es sencillo: buscan la claridad en las descripciones y emplean arcaísmos.
            En el Modernismo se incluye a Rubén Darío y Manuel Machado; en la Generación del 98, a Unamuno, Azorín y Pío Baroja.
            Antonio Machado y Valle-Inclán tienen características de los dos grupos.

            La poesía modernista

            La poesía modernista intenta eludir la realidad mediante la imaginación y el deleite de los sentidos. Le dan mucha importancia a los efectos plásticos, táctiles, olfativos, gustativos y acústicos.
            Hay dos temas esenciales en la poesía modernista: los estados de ánimo del poeta y la creación de mundos exóticos y fantásticos.

            Rubén Darío (1867-1916)

            En su obra podemos distinguir dos etapas: en la primera (con Azul y Prosas Profanas) predomina la fantasía y las ambientaciones exóticas, en la segunda (con Cantos de vida y esperanza), el poeta hace un balance de su vida y trata temas sociales.

            La poesía de la Generación del 98

            Los poetas de este grupo expresaban a través de la poesía las inquietudes que sentían por la sociedad española.
            Un tema fundamental es Castilla, por su paisaje y porque simboliza todo aquello que puede hacer que España salga de su crisis.
            El estilo de estos poetas busca la sencillez.

            Antonio Machado (1875-1939)

            En él se encuentra la influencia del Modernismo y la admiración por Castilla. Entre sus obras destacan Soledades, galerías y otros poemas y Campos de Castilla.

Otras Literaturas

            Charles Baudelaire: poeta francés en el que se encuentran aspectos románticos y del parnasianismo, a los que añade ambientes urbanos y ambigüedad en el tratamiento de los temas.

            Franz Kafka: escritor en alemán, renovador de la narrativa, precursor del existencialismo, refleja en sus obras la angustia del ser humano ante la realidad. 

martes, 26 de marzo de 2013

Jorge Manrique: Coplas





               Jorge Manrique es el máximo poeta del siglo XV, a pesar de la brevedad de su obra. Hijo de don Rodrigo Manrique, conde de Paredes y maestre de la orden de Santiago, participó en contiendas nobiliarias. Se sabe poco de su vida. Nació en 1440 y murió en 1479 en el asalto al castillo de García-Muñoz.

               Al morir su padre, en 1476, compuso las coplas a las que debe su fama, cuarenta estrofas de pie quebrado (versos octosílabos y tetrasílabos, con rima consonante y el esquema métrico 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c). Estas coplas son medievales en su forma, pero modernas en su visión del hombre como individuo y en su deseo de fama póstuma.

               Las Coplas pueden dividirse en tres partes:

-          Las primeras trece estrofas contienen reflexiones sobre la igualdad de todos ante la muerte, la fugacidad de la vida y la vanidad.
-          Las coplas comprendidas entre la 14 y la 24 recuerdan los acontecimientos más famosos de la historia reciente. El poeta desarrolla la fórmula del Ubi sunt, orientando la pregunta hacia personajes cercanos.
-          Las dieciséis últimas son la elegía por la muerte de don Rodrigo, al que equipara con personajes de la antigüedad clásica y del que elogia su aceptación de la muerte, sus virtudes y sus méritos naturales.

               En las coplas, Manrique emplea un tono sencillo, sosegado y sincero.


Coplas por la muerte de su padre


  Recuerde el alma dormida,         
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte              5
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,             10
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

  Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,                           15
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar             20
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

  Nuestras vidas son los ríos        25
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;                          30
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos          35
y los ricos.

Invocación:

  Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,            40
que traen yerbas secretas
sus sabores;
A aquél sólo me encomiendo,
aquél sólo invoco yo
de verdad,                           45
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.

  Este mundo es el camino
para el otro, que es morada          50
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,             55
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.                         60

  Este mundo bueno fue
si bien usáramos de él
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél                  65
que atendemos.
Aun aquel hijo de Dios,
para subirnos al cielo
descendió
a nacer acá entre nos,               70
y a vivir en este suelo
do murió.

  Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,                          75
que en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdamos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados           80
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.

  Decidme: la hermosura,             85
la gentil frescura y tez
de la cara,
el color y la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?                       90
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal              95
de senectud.

  Pues la sangre de los godos,
y el linaje y la nobleza
tan crecida,
¡por cuántas vías y modos            100
se pierde su gran alteza            
en esta vida!
Unos, por poco valer,
¡por cuán bajos y abatidos
que los tienen!                      105
otros que, por no tener,             
con oficios no debidos
se mantienen.

  Los estados y riqueza
que nos dejan a deshora,             110
¿quién lo duda?                 
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna            115
que revuelven con su rueda          
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.                         120

  Pero digo que acompañen             
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por eso nos engañen,
pues se va la vida apriesa           125
como sueño;                     
y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,             130
que por ellos esperamos,             
eternales.

  Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,                         135
no son sino corredores,             
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño,
corremos a rienda suelta             140
sin parar;                      
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

  Si fuese en nuestro poder          145
hacer la cara hermosa               
corporal,
como podemos hacer
el alma tan glorïosa,
angelical,                           150
¡qué diligencia tan viva            
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dejándonos la señora                 155
descompuesta!                   

  Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
por casos tristes, llorosos,         160
fueron sus buenas venturas          
trastornadas;
así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y prelados,                          165
así los trata la muerte             
como a los pobres pastores
de ganados.

  Dejemos a los troyanos,
que sus males no los vimos           170
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos
sus historias.
No curemos de saber                  175
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.                        180

  ¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención           185
como trajeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?               190
¿qué fueron sino verduras
de las eras?

  ¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?                          195
¿Qué se hicieron las llamas         
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas                200
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

  Pues el otro, su heredero,         205
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!                          210
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él               215
lo que le dio!

  Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan febridas,           220
los enriques y reales
del tesoro;
los jaeces, los caballos
de sus gentes y atavíos
tan sobrados,                        225
¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?

  Pues su hermano el inocente,
que en su vida sucesor               230
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
le siguió!
Mas, como fuese mortal,              235
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïcio divinal,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua!                        240

  Pues aquel gran Condestable,
maestre que conocimos
tan privado,
no cumple que de él se hable,       
sino sólo que lo vimos               245
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?          250
¿Qué fueron sino pesares
al dejar?

  Y los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,                          255
que a los grandes y medianos
trajeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alta fue subida              260
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?

  Tantos duques excelentes,          265
tantos marqueses y condes
y varones
como vimos tan potentes,
di, muerte, ¿dó los escondes
y traspones?                         270
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras           275
y deshaces.

  Las huestes innumerables,
los pendones, estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,           280
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?                      285
que si tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.

  Aquél de buenos abrigo,
amado por virtuoso                   290
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros          295
no cumple que los alabe,
pues los vieron,  
ni los quiero hacer caros
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.                       300

  Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados           305
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Cuán benigno a los sujetos!         310
¡A los bravos y dañosos,
qué león!

  En ventura Octaviano;
Julio César en vencer
y batallar;                          315
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad                  320
con alegría;
en su brazo, Aureliano;
Marco Tulio en la verdad
que prometía.

  Antonio Pío en clemencia;          325
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en elocuencia;
Teodosio en humanidad
y buen talante;                      330
Aurelio Alejandro fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el gran amor               335
de su tierra.

  No dejó grandes tesoros,
ni alcanzó muchas riquezas
ni vajillas;
mas hizo guerra a los moros,         340
ganando sus fortalezas
y sus villas;
y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron;                        345
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.

  Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados,            350
¿cómo se hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos           355
hizo en esta misma guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aún más tierra
que tenía.                           360

  Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas victorias
ahora las renovó                     365
en senectud.
Por su grande habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad                  370
de la gran Caballería
de la Espada.

  Y sus villas y sus tierras
ocupadas de tiranos
las halló;                           375
mas por cercos y por guerras
y por fuerza de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró             380
fue servido,
dígalo el de Portugal
y en Castilla quien siguió
su partido.
                                
  Después de puesta la vida          385
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero:                           390
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar              395
a su puerta,

  diciendo: «Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago;
vuestro corazón de acero,            400
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis tan poca cuenta
por la fama,                         405
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os llama.

  No se os haga tan amarga
la batalla temerosa                  410
que esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dejáis,
(aunque esta vida de honor           415
tampoco no es eternal
ni verdadera);
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal
perecedera.                          420

  El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados             425
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,              430
con trabajos y aflicciones
contra moros.

  Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramasteis
de paganos,                          435
esperad el galardón
que en este mundo ganasteis
por las manos;
y con esta confianza
y con la fe tan entera               440
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis.»

  «No tengamos tiempo ya             445
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;                           450
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera         455
es locura.

Oración:

  Tú, que por nuestra maldad,
tomaste forma servil
y bajo nombre;
tú, que a tu divinidad               460
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona,                       465
no por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona.»

Fin:

  Así, con tal entender,
todos sentidos humanos               470
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio        475
(en cual la dio en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria.                          480

lunes, 25 de marzo de 2013

La prosa medieval





            Orígenes:

            La prosa en castellano no se desarrolló hasta el siglo XIII. El cultivo de la misma se vio impulsado por el aumento del nivel cultural en la gente y por la necesidad de escribir documentos oficiales en ayuntamientos, universidades, etc.
            Los primeros textos en prosa romance aparecen en las Glosas de San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos. Son palabras en romance anotadas en los márgenes de una homilía y de un penitencial escritos en latín, para facilitar la comprensión del original.
            Poco a poco el romance se utilizó en otros documentos. Durante el siglo XIII aparecieron algunas colecciones de cuentos de tradición oriental, que tenían un propósito didáctico (se llamaron a menudo enxiemplos).

            La obra de Alfonso X, el Sabio:

            Alfonso X (1221-1284) creó la prosa literaria castellana. Reunió en la corte a poetas, trovadores y sabios de las diversas materias y de diferentes religiones. Perseguía conservar por escrito todo lo que tenía importancia política, social, económica o científica. Así hubo un enriquecimiento progresivo de la prosa castellana, que expresó contenidos reservados hasta entonces a las lenguas cultas. Para ello, hubo que crear palabras nuevas, casi siempre a partir del latín, aclarando su significado con otro término o mediante perífrasis. Se sentaron las bases de la sintaxis para reflejar el rigor lógico y ordenar las materias en párrafos y capítulos. La obra promovida por Alfonso X abarcaba las diferentes ramas del saber: derecho (Las siete partidas dotaban al pueblo de normas jurídicas claras, basadas en el derecho romano y las leyes existentes), ciencias, juegos o historia (quiso contar el proceso de la humanidad desde los orígenes hasta su época en la General Estoria y la Crónica General).

            La obra de don Juan Manuel:

            Don Juan Manuel (1282-1348) fue noble, sobrino del rey Alfonso X. En su obra se unen los ideales de la vida caballeresca de su tiempo con la moral cristiana. El propósito didáctico está presente en todos sus libros y para ello se sirvió de los dos modelos de la didáctica medieval: exponer de forma ordenada razones convincentes por sí mismas y probar la razón por medio de un ejemplo ficticio.
            Don Juan Manuel es un escritor diferente de entre los de su época. Se preocupó de presentar catálogos de sus libros, dispuso en un códice todas sus obras y, celoso de la fidelidad de sus escritos, lo depositó en el monasterio de Peñafiel.
            Su producción literaria está orientada en la línea del “enseñar deleitando”: introducir en la mente del lector enseñanzas a través de elementos amenos y asequibles.

            Su obra más importante es el Libro de Patronio o Conde Lucanor, obra que se puede dividir en tres partes:

-          Parte primera, de enxiemplos, que se centra en el relato de cincuenta y una narraciones.
-          Parte segunda, proverbios, en la que aparecen cien sentencias de contenido moral y en un estilo más oscuro.
-          Parte tercera, un tratado doctrinal, dedicado a la salvación del alma.

            La parte central de la obra está constituida por la colección de ejemplos. Su marco argumental es el del tópico de senex/puber (viejo/joven). El joven conde Lucanor pide consejo a Patronio, un anciano experimentado, para poder triunfar en la corte. El conde plantea varias situaciones a las que Patronio responde poniendo un ejemplo. Las situaciones planteadas son de carácter práctico. Todos los cuentos tienen la misma estructura: el planteamiento inicial del conde Lucanor a Patronio, el ejemplo que pone el ayo, la aplicación del ejemplo al caso planteado por el conde y la moraleja final, en verso, en la que interviene el propio autor.
            Los ejemplos proceden de diversas fuentes antiguas, evangélicas, narraciones cristianas y árabes,… Predominan aquellos en los que los protagonistas son hombres y mujeres.
            El estilo es más claro y sencillo en la parte de los ejemplos, mientras que en los proverbios predomina la oscuridad de la forma y del concepto.

            Los libros de caballerías y las novelas de aventuras:

            En el siglo XIV se desarrolló un tipo de relato que prescindía de la finalidad moralizante y se centraba en la creación de un mundo de ficción: el libro de caballerías. Era un género que exaltaba los ideales caballerescos en un momento en que la nobleza se hizo cortesana y prefería una literatura refinada e idealizada. En este género apareció el héroe galante, cuyo único móvil era la defensa de la justicia y el servicio a su dama.
            En el primer cuarto de siglo debió de componerse Amadís de Gaula, aunque la versión que nos ha llegado es una refundición de Garci Rodríguez de Montalvo que se publicó en 1508. Esta novela influyó poderosamente en la narrativa del siglo XVI.

martes, 19 de marzo de 2013

Teatro medieval. El Auto de los Reyes Magos


              En la Edad Media el teatro, lo mismo que la poesía juglaresca, desempeñó durante mucho tiempo una misión importante en la comunicación, ya que comportaba una actitud moral, satírica y ejemplificadora. Los autores, anónimos, clérigos o no, conocían los resortes para interesar a sus conciudadanos.
            Los ámbitos preferidos en la Edad Media para las representaciones fueron las plazas (donde se representaban farsas sobre tablados) y los atrios de las catedrales. La puesta en escena se veía favorecida por el decorado simultáneo (el escenario múltiple vertical y horizontal).
             Quedan muy pocas muestras del teatro medieval en Castilla: solamente 147 versos que pertenecieron a un drama litúrgico, el Auto de los Reyes Magos, compuesto en Toledo a finales del siglo XII o principios del XIII. El teatro medieval surgió vinculado a las ceremonias litúrgicas de la Navidad y la Pascua de Resurrección. El punto de partida fueron, probablemente, los tropos (breves piezas cantadas que se hacen dialogadas con el tiempo).
Pese a la inexistencia de acotación escénica, la representación se suele dividir en escenas. La primera son tres monólogos simétricos en el que los reyes debaten sobre el hallazgo de una nueva estrella y su posible significado. La siguiente escena presenta a los magos que deciden emplear los regalos para averiguar la verdadera naturaleza del infante. Después se muestra a los magos visitando el palacio de Herodes que promete adorar también al niño. A continuación aparece un monólogo de este que teme el nacimiento del nuevo rey y hace llamar a sus sabios para que le asesoren sobre lo que ha ocurrido. La obra queda interrumpida en esta escena.
El autor intenta acercar la trama al público del momento, por ejemplo mediante los oficios que resultaban conocidos. La obra se representaría en un escenario con varios niveles en los que se irían colocando los actores. En el texto predominan los versos alejandrinoseneasílabos y heptasílabos.

AUTO DE LOS REYES MAGOS

Personas que hablan en él:

GASPAR, rey
BALTASAR, rey
MELCHOR, rey
HERODES, rey
MAYORDOMO
SABIOS
Dos RABÍES

Escena I

GASPAR:
¡Dios criador, cuál maravilla!
No sé cuál es aquesta estrella.
Agora primas la he veída.
Poco tiempo ha que es nacida.
¿Nacido es el Criador
que es de las gentes señor?
Non es verdad, no sé qué digo.
Todo esto non vale un figo.
Otra noche me lo cataré.
Si es verdad, bien lo sabré.
¿Bien es verdad lo que yo digo?
En todo, en todo lo prohío.
¿Non puede ser otra señal?
Aquesto es y non es ál;
nacido es Dios, por ver, de fembra
en aqueste mes de diciembre.
Allá iré; [d]o que fuere, adorarlo he,
por Dios de todos lo tendré.

Escena II

BALTASAR:
Esta estrella non sé dond viene,
quien la trae o quien la tiene.
¿Por qué es aquesta señal?
En mis días non vi a tal.
Ciertas nacido es en tierras
aquel que en pace y en guerra
señor ha de ser de oriente,
de todos hasta en occidente.
Por tres noches me lo veré
y más de vero lo sabré.
¿En todo, en todo es nacido?
Non sé si algo he veído;
iré, lo adoraré
y pregaré y rogaré.


Escena III

MELCHOR:
¡Val, Criador!, ¿a tal facienda
fue nunca alguandre fallada
o en escritura trovada?
Tal estrella non es en cielo,
de esto soy yo buen estrellero;
bien lo veo sin escarno
que un hombre es nacido de carne
que es señor de todo el mundo.
Así como el cielo es redondo;
de todas gentes señor será
y todo siglo juzgará.
¿Es? ¿Non es?
Cudo que verdad es.
veer lo he otra vegada,
si es verdad o si es nada.
Nacido es el Criador
de todas las gentes mayor;
bien lo veo que es verdad,
iré allá, por caridad.

Escena IV

(A BALTASAR)
BALTASAR:
¡Dios vos salve, señor!; ¿sodes vos estrellero?
Decidme la verdad, de vos saberlo quiero.
GASPAR:
¿Vedes tal maravilla?
Nacida es una estrella.
MELCHOR:
Nacido es el Criador,
que de las gentes es señor.
BALTASAR:
Iré, lo adoraré.
GASPAR:
Yo otrosí rogar lo he.
(A los otros dos)
MELCHOR:
Señores, ¿a cuál tierra queredes andar?
¿Queredes ir conmigo al Criador rogar?
¿Habedes lo veído? Yo lo voy [a] adorar.
GASPAR:
Nos imos otrosí, si le podremos fallar.
MELCHOR:
Andemos tras la estrella, veremos el lugar.
BALTASAR:
¿Cómo podremos probar si es hombre mortal
o si es rey de tierra o si celestial?
MELCHOR:
¿Queredes bien saber cómo lo sabremos?
Oro, mirra, incienso a él ofreceremos;
si fuere rey de tierra, el oro querrá;
si fuere hombre mortal, la mirra tomará;
si rey celestial, estos dos dejará,
tomará el incienso quel' pertenecerá.
[LOS DOS]:
Andemos y así lo fagamos.

Escena V

(GASPAR y los otros dos reyes a HERODES)
GASPAR:
¡Sálvate el Criador, Dios te curie de mal!
Un poco te diremos, non te queremos ál.
MELCHOR:
¡Dios te dé longa vida y te curie de mal!
BALTASAR:
Imos en romería aquel rey [a] adorar
que es nacido en tierra, nol' podemos fallar.
HERODES:
¿Qué decides, [d]ó ides? ¿A quién ides buscar?
¿De cuál tierra venides, o queredes andar?
Decidme vuestros nombres, nom' los querades celar.
GASPAR:
A mí dicen Gaspar;
este otro, Melchor; a aquéste, Baltasar.
BALTASAR:
Rey, un rey es nacido que es señor de tierra,
que mandará el siglo en gran paz, sin guerra.
HERODES:
¿Es así por verdad?
MELCHOR:
Sí, rey, por caridad.
HERODES:
¿Y cómo lo sabedes?
¿Ya probado lo habedes?
MELCHOR:
Rey, verdad te diremos,
que probado lo habemos.
GASPAR:
Esto es gran maravilla,
una estrella es nacida.
MELCHOR:
Señal face que es nacido
y en carne humana venido.
HERODES:
¿Cuánto i ha que la visteis
y que la percibisteis?
BALTASAR:
Trece días ha,
y más non habrá
que la habemos veída
y bien percibida.
HERODES:
Pues andad y buscad,
y a él adorad,
y por aquí tornad.
Yo allá iré,
y adorarlo he.

Escena VI

HERODES:
¡Quién vio nunca tal mal
Sobre rey otro tal!
¡Aún non soy yo muerto
ni so la tierra puesto!
¿Rey otro sobre mí?
¡Nunca a tal non vi!
El siglo va a zaga;
ya non sé qué me faga.
Por verdad no lo creo
hasta que yo lo veo.
Venga mío mayordoma
que míos haberes toma.
(Sale el MAYORDOMO)
Idme por míos abades,
y por mis podestades,
y por míos escribanos,
y por míos gramtagos,
y por míos estrelleros,
y por míos retóricos;
decirme han la verdad, si yace en escrito,
o si lo saben ellos, o si lo han sabido.

Escena VII

(Salen los SABIOS de la corte)
[LOS SABIOS]:
Rey, ¿qué te place? Henos venidos.
HERODES:
¿Y traedes vuestros escritos?
LOS SABIOS:
Rey, sí traemos,
los mejores que nos habemos.
HERODES:
Pues catad,
decidme la verdad,
si es aquel hombre nacido
que estos tres reyes me han dicho.
Di, Rabí, la verdad, si tú lo has sabido.
RABÍ 1:
Por veras vos lo digo
que no lo fallo escrito.
RABÍ 2:
¡Hamihalá! ¡Cómo eres enartado!
¿Por qué eres rabí llamado?
Non entiendes las profecías,
las que nos dijo Jeremías.
¡Por mi ley, nos somos errados!
¿Por qué non somos acordados?
¿Por qué non decimos verdad?
RABÍ 1:
Yo non la sé por caridad.
RABÍ 2:
Porque no la habemos usada,
ni en nuestras bocas es fallada.