sábado, 2 de marzo de 2013

Literatura en la Edad Media: marco histórico, social y cultural




(Apuntes de Toñi García Bernal)

El término Edad Media fue ideado por los humanistas del Renacimiento para referirse al periodo que separaba la civilización grecolatina, de la que ellos se consideraban continuadores, de su propio tiempo.
Transcurre entre los siglos V y XV. Su comienzo y su final están marcados por la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 y la toma de Constantinopla por los turcos en 1453 (en España coincide con el final de la Reconquista y el descubrimiento de América, en 1492).
El inicio de la literatura en lenguas romances, sin embargo, se produce entre los siglos X y XI. Hasta entonces, la única lengua de cultura es el latín.
La Edad Media suele dividirse en dos etapas:
-          Alta Edad Media, hasta el siglo XI. Caracterizada por la organización feudal.
-      Baja Edad Media, entre los siglos XI y XV. Caracterizada por la reaparición de las ciudades. El siglo XV se considera Prerrenacimiento.

1.1. Historia

Este periodo se caracteriza históricamente por la expansión del cristianismo, la aparición de las lenguas vernáculas, la aparición de las distintas nacionalidades y el paso del sistema feudal a una economía de mercado.

1.2. Sociedad y cultura. Su relación con la literatura

·         Visión del mundo
El sentido religioso cristiano impregna la visión del mundo del hombre medieval. Los puntos esenciales de esta visión de mundo son los siguientes:
- Se considera que el orden social ha sido establecido por Dios y que el hombre debe aceptarlo.
- El hombre es una criatura de Dios, a la vez señor de la naturaleza y pecador débil y vicioso.
- Aunque hay oscilaciones, la visión del hombre es esencialmente pesimista: la salvación se alcanza a través de la penitencia.
- La vida es considerada un camino y el hombre un viajero hacia la eternidad, es decir, un peregrino real o simbólico.

·                   Sociedad

La sociedad medieval se estructura en tres grandes estados, cada uno con una función. 

a.    Nobleza (defensores). Posee la tierra y tiene la misión de defenderla. Vive en feudos, territorios obtenidos de un señor con quien establece solemnes pactos de vasallaje. Dentro del feudo se halla el castillo, donde viven el noble y su familia, y donde se refugia el pueblo llano cuando hay invasiones.
En la Baja Edad Media, la nobleza deja de tener una función estrictamente guerrera y los castillos terminan constituyendo pequeñas cortes.
El ideal de la nobleza es la aventura que encuentra en la Reconquista española y las Cruzadas. Estas hazañas darán origen a los cantares de gesta y a los libros de caballería.

b.    Clero. Su misión consiste en predicar el cristianismo y orar. Vive en los monasterios, centros de cultura y de trabajo muy semejantes al feudo. Es el depositario de la cultura que, además, traduce a los clásicos y los copia en sus bibliotecas. Al afán de estos clérigos (palabra que designa a la vez al hombre culto y al eclesiástico) por hacer partícipes del mensaje bíblico a oyentes de escasa cultura, debemos los orígenes del teatro y muchos pequeños relatos, así como la obra que se engloba bajo la denominación de mester de clerecía.

c.    Pueblo llano. Está formado por siervos adscritos a la tierra y por campesinos libres. Trabajan las tierras de sus señores feudales o eclesiásticos a los que están sometidos a cambio de protección. A finales de la Edad Media, protagonizarán violentas sublevaciones. Constituyen la gran mayoría de la población. Transmiten y conservan la literatura folclórica de la que forma parte el refrán, la lírica popular y el romancero.
Hacia finales de la Edad Media, entre los siglos XII y XIII, animado por el auge económico, aparece una nueva clase con ideales muy diferentes a los de los caballeros: la burguesía, que vive en las ciudades.
     
            Como curiosidad, destacamos que, formando parte de grupos de escasa consideración social se encuentran los goliardos, clérigos secularizados de vida errante y vagabunda que vivían al margen de toda convención y cultivaban una poesía muy interesante escrita en latín que cantaba los placeres de la taberna, el juego y de las relaciones amorosas. En cuanto a la mujer, su poder se limita al espacio doméstico; sin embargo, en literatura oiremos su voz en  jarchas y villancicos y será la dama a la que dedicarán su vida trovadores y caballeros.

·             El siglo XIV

El siglo XIV constituye una época de crisis general: se descomponen los feudos, se consolida la burguesía, hay sublevaciones campesinas, luchas entre los propios nobles y hasta se produce la división de la Iglesia, cuyo poder se tambalea con el nombramiento de varios papas simultáneos (Cisma de Occidente). También es la época de las grandes epidemias de peste que causan un profundo pesimismo a la vez que un deseo desenfrenado de disfrutar de la vida.
En consonancia con esta situación de crisis, aparece una literatura realista y satírica donde dominan las preocupaciones por lo cotidiano y por disfrutar de la vida. Contamos con testimonios en cuentos y en el teatro (en España, destaca la obra de don Juan Manuel y del Arcipreste de Hita).

·        El siglo XV. Prerrenacimiento

El siglo XV supone una etapa de transición entre el mundo medieval y el renacentista. El sistema feudal ve disminuir su poder con la consolidación de las monarquías frente a la nobleza. Los valores burgueses (individualismo, idea del provecho económico, importancia de los avances científico-técnicos…) se imponen paulatinamente. En nuestro país, el contacto con Italia permite que el conocimiento de los clásicos y de la obra de los escritores italianos abra el camino hacia el Renacimiento. La mentalidad también cambia: el pesimismo cristiano se impregna de ansias de disfrutar de la vida, abriéndose así una perspectiva secular que socavará el monopolio cultural de la Iglesia.
En 1440, Guttemberg inventa la imprenta, que, unida a la difusión del papel, provoca el abaratamiento de los libros y la ampliación del público lector. En 1492, se publica la primera gramática de una lengua romance: Arte de la lengua castellana, de Antonio de Nebrija.
Obras esenciales de esta época son las Coplas a la muerte de su padre y La Celestina.


·        La Edad Media en la península ibérica

La situación política peninsular se caracteriza por la fragmentación. Tras la invasión de los árabes en el año 711, el territorio se divide en dos zonas: los reinos cristianos y los musulmanes. Durante ocho siglos, los cristianos dedican sus esfuerzos a la Reconquista, que termina con la conquista de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, fecha que coincide con el final de la Edad Media.

Durante estos siglos, España fue un crisol de culturas: convivían cristianos, musulmanes y judíos y, aunque las relaciones no siempre fueron fáciles, dieron lugar a un enriquecedor mestizaje cultural cuya máxima expresión fue la Escuela de Traductores de Toledo.
Se  llamaba   mudéjares a  los  musulmanes  que  vivían  en tierras cristianas y
mozárabes, a  los   cristianos  que lo hacían en tierra musulmana. Los judíos formaban una casta aparte, no siempre bien aceptada.
Culturalmente, España, puente entre la cultura árabe y la latina, recibe influencias de ambas: el arte mudéjar, las miniaturas, el zéjel, la jarcha, los cuentos con marco… son parte de la herencia árabe, mientras que, a través del Camino de Santiago, se produjo la influencia francesa, que nos trajo el arte románico y gótico.

En relación a las lenguas, tras las invasiones romanas el latín había sustituido a las lenguas peninsulares excepto al vasco; pero, hacia el siglo VIII, el latín ya no se entiende y afloran los dialectos romances primitivos: asturleonés, galaicoportugués,  castellano, navarroaragonés y catalán. En la España musulmana, se hablaba el árabe, que convivía con los dialectos mozárabes. Hacia el siglo X, aparecen los primeros testimonios escritos en lengua romance: Glosas Emilianenses y Glosas Silenses. A partir de este momento, se inicia la expansión del castellano, aunque la lengua de cultura sigue siendo el latín.

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