A
la primera guerra mundial le suceden los “felices años 20”, en los que domina
aparentemente la despreocupación y la alegría de vivir.
Históricamente
los años 20 son una etapa de entreguerras que prepara el choque de los fascismos
y los frentes populares, lo cual llevará a la segunda guerra mundial.
Se
podría considerar que esa “alegría vital” de esos años es una manifestación de
la desorientación e inseguridad que sigue a la experiencia de la guerra.
El
término “vanguardia”, de origen
militar, y los movimientos que se acogen bajo este rótulo, se caracterizan por
querer romper con el arte anterior. Son la avanzada estética.
Hay
múltiples variantes (cubismo, futurismo, ultraísmo, dadaísmo…). Su estética no
es uniforme y no tuvieron la misma acogida. Pero además se pueden diferenciar
movimientos que aparecieron de manera programática de otros que nacieron sin un manifiesto
previo. Los segundos normalmente eran fruto de la descomposición de tendencias
anteriores.
Los
primeros movimientos de vanguardia son una exaltación de la ciudad y de lo
mecánico.
A
estos movimientos les atrae el hombre interior y subconsciente, enmarañado y
complejo, que había descubierto el psicoanálisis.
En
cierta manera, las vanguardias se adscriben a la revolución estética de
Baudelaire, que rechazó “lo bello” como objetivo general del arte. El arte
moderno olvida las formas atractivas, los tonos agradables de la novela
romántica y costumbrista. Destruye el sentimiento y las imágenes coherentes en
la poesía.
El
experimentalismo del siglo XX lucha contra los medios expresivos
convencionales.
El
principal historiador de esta literatura, Guillermo de la Torre, elaboró una
lista de “ismos” tradicionales (futurismo, expresionismo, cubismo, dadaísmo,
surrealismo, imaginismo, ultraísmo, personalismo, existencialismo, letrismo,
concretismo, neorrealismo, iracundismo, frenetismo y objetivismo).
FUTURISMO
Cronológicamente,
es el primer movimiento vanguardista coherente, aunque en sus comienzos
coincide con el cubismo francés y el
expresionismo alemán.
Su
afán máximo fue el antihistoricismo y el querer mostrarse con un carácter de
espectacularidad.
Hablar
de Futurismo es hablar de Marinetti y de programa, más que de obra. Enamorado
de la modernidad (definió el espíritu del futurismo como “modernolatría”), se
desarraigó de lo pretérito con una expectación volcada en lo inmediato. Atacó
las bibliotecas y los museos por ser instituciones que fosilizaban la
producción pictórica y literaria.
El
primer manifiesto del futurismo fue publicado en Le Fígaro, en París, el 22 de febrero de 1909: “queremos cantar el amor del peligro, el hábito de la energía y la
temeridad”. Entre sus consignas figuraron las expresiones “palabras en libertad” y las frases “vivir peligrosamente” y “matemos el claro de luna”.
Algunos
de los elementos de la poesía futurista fueron el valor, la audacia y la
revolución.
En
Milán, en 1912, aparece el Manifiesto
técnico de la literatura futurista. En él se afirmaba que era menester
destruir la sintaxis, la abolición del adjetivo para que el sustantivo guardase
su color esencial, que no hubiera más puntuación… Fomentaban una escritura que
admitía todos los signos ortográficos y tipográficos, incluyendo fórmulas
químicas y matemáticas.
Los
poemas de Marinetti eran sucesiones fragmentarias y caóticas de sustantivos y
verbos en infinitivo sin conexión lógica ni rítmica.
El
concepto sobre el teatro es que debía ser sintético, rapidísimo, expresado por
medio de la simultaneidad con escenarios que presentaban acontecimientos
ubicuos y decorados de orientación abstracta y cubista. En pocos minutos y en
pocas y condensadas palabras y gestos, debían darse multitud de ideas y
símbolos (lo cual está de acuerdo con el mito de la velocidad).
El
movimiento se disolvió hacia 1920, aunque tuvo gran influencia en Italia.
Popularizó el poema fragmentario en verso libre y el teatro “de lo grotesco”.
CUBOFUTURISMO
Este
movimiento proliferó en Rusia a partir de la aparición del futurismo, del que
se diferenció por el cuidado científico con el que sus principales
representantes (Maiakovsky y Pasternak) elaboraban los poemas.
La
poética de estos autores trataba el poema como una urdimbre de intuiciones y
propuestas que jugaba con la imagen gráfica de la página rasgada por versos,
escalonados, con el fin de producir ciertas impresiones en el ánimo de los
lectores.
Utilizaron
los ritmos y rimas internos, las paronomasias y los juegos de palabras.
EXPRESIONISMO
Es
un movimiento de vanguardia germánico. Probablemente fue el movimiento más
serio y riguroso de la historia del experimentalismo de vanguardia.
Cristalizó
en grupos que fundaban revistas como Der
Sturm y Die Aktion de Berlín y
que vertebraban tertulias y cabarets artístico-literarios. Allí se recitaba
poesía y prosa, se interpretaban pantomimas y se cantaban canciones ligeras.
La
génesis del movimiento se produce en 1905 y alcanza especial auge en 1914,
planteando un enfrentamiento abierto con el medio, para declinar hacia 1927.
Los
principales artistas expresionistas fueron Karl Kraus, Kandinsky y Paul Klee.
El
expresionismo poético se caracteriza por el odio a la guerra, por tener una
intención pacifista, que se apoya en brillantes metáforas.
En
lo que se refiere a la novela y al teatro, aparece el tema de la falta de
entendimiento entre dos generaciones y la rebelión de los hijos contra los
padres. Algunos títulos de esta corriente son El hijo, Parricidio,
El asesino no es el culpable, sino la
víctima,… Entre los autores destacan Kaiser, Toller, Werfel y Bertolt Brecht.
Por
otra parte, la maquinaria teatral del expresionismo se basaba en escenarios
giratorios, claroscuros, objetos distorsionados, varios niveles donde se
representaban escenas simultáneas, histeria, personajes perversos y diabólicos.
Pasó directamente al cine alemán, donde dio frutos como El Golem y El gabinete del
Dr. Caligari.
Los
expresionistas barajaron conceptos abstractos como la Idea, el Hombre y la
Naturaleza, la Acción y el Espíritu, la Humanidad y la Vida, el Bien y el Mal,
la Culpa y la Muerte, la Inocencia y la Destrucción Apocalíptica, la Masa y el
Individuo, lo Masculino y lo Femenino, las Máquinas y el Desdoblamiento de la
personalidad, casi siempre en dualidades y pares antitéticos cuyo objetivo
principal era desentrañar las contradicciones inherentes a valores burgueses,
como el nacionalismo, el militarismo y el realismo artístico.
CUBISMO
El
cubismo literario es un cierto espíritu manifiesto en algunos escritores
franceses al mismo tiempo que se daba el cubismo pictórico.
El
nombre de este movimiento parte de un comentario de Matisse sobre una
exposición de Braque, al hablar de “caprichos
cúbicos” a propósito de ciertas representaciones de tejados y árboles en
perspectiva planista.
La
mitad derecha de Las señoritas de
Aviñón de Picasso (1907) se considera punto de arranque del cubismo.
Literariamente,
el cubismo (1917-1920) es resultado de una estrecha camaradería entre pintores y
poetas, con mutuas influencias. El cubismo literario se basa en la
reestructuración de la realidad mediante el bidimensionalismo y la
simultaneidad de visión. Otros rasgos son la supresión de lo descriptivo y
anecdótico y el predominio de lo intelectual sobre lo sensorial.
Los
Poemas conversación de
Apollinaire son lo más representativo en el movimiento con mezcla de recuerdos,
percepciones inmediatas, diálogos fragmentados oídos por la calle, titulares de
periódicos, todo en el mismo plano.
Es
característica de los poemas cubistas la mera sucesión de anotaciones, estados
de ánimo sin conexión, en una técnica discontinua y donde el tiempo juega sus
tres posibilidades.
Los
máximos representantes del cubismo son Louis Aragon, Eluard, Max Jacob y sobre
todo Apollinaire, con dos obras: Alcools
(1913) y Caligrammes (1918),
con la técnica de representación visual que suponen los poemas dibujados.
DADAÍSMO
El
primer manifiesto de este movimiento es del 14 de julio de 1916 y se debe a
Tristan Tzara: “Dadá… cuatro letras… ¿qué
significan? Dadá no significa nada”.
Dadá
nació en 1916 en el cabaret Voltaire
de Zurich, fruto de un deseo de independencia, de desconfianza. Su meta es la
ruptura con lo precedente. Tiene una motivación histórico-social, producto de
una nube de derrotismo y de ineficacia política.
Es
el antiespectáculo, que provoca y deshace moldes estéticos y literarios
superados. Abogaba por la supresión de las relaciones convencionales entre el
pensamiento y la expresión. Quería destruir lo que obstaculizara la libertad
absoluta.
El
movimiento dura hasta 1921 y contribuyó en París a la aparición del surrealismo.
La época de máximo apogeo dadaísta es hacia 1920.
Los
mismos seguidores del movimiento representaron sus propias obras, que eran una
provocación al espectador, por vía del humor y del absurdo. Era un humor
corrosivo y una ironía violenta. Algunos de los títulos (El paso de la achicoria rizada, El canario mudo o El
ventrílocuo desacordado) fueron recibidos por el público con una lluvia
de hortalizas.
En
poesía destaca la receta de Tzara para hacer un poema dadaísta: “Tomad un diario y unas tijeras. Cortad un
trozo de artículo que tenga la expresión prevista para vuestro poema. Recortad
cada una de las palabras y metedlas en una bolsa. Removedlas suavemente.
Extraed después cada una de las palabras al azar. Copiadlas concienzudamente… Y
heos aquí un escritor infinitamente original y de una sensibilidad encantadora,
aunque incomprendido por el vulgo”.
SURREALISMO
Emparentado
con el dadaísmo, ofrece perspectivas distintas y se afana más por explorar y
sacar a la superficie algo oculto (el inconsciente y el mundo de los sueños)
que por sembrar el absurdo estético y vital tras romper con todo.
En
el surrealismo hay un rigor y una intransigencia estética notables.
En
el primer manifiesto (1924), de Breton, se elogian “los descubrimientos de Freud, gracias a los cuales el explorador
humano podrá ir más lejos en sus búsquedas, autorizado ya a no consolidar
únicamente las realidades sumarias”.
Breton
define el surrealismo como “automatismo
psíquico, mediante el cual se pretende expresar, sea verbalmente, por escrito o
de otra manera, el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento
con ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón, fuera de toda
preocupación estética o moral”.
Todo
ello abocaría en una libertad de pensamiento y de expresión que culminó en una
riqueza de imágenes y metáforas insólita y extraordinaria. Se propuso
sobrepasar las limitaciones de la realidad, aportar a la literatura un material
nuevo (la ensoñación, los sueños, la asociación automática). El escritor
surrealista dejaba que sus obras se organizaran al margen de la lógica para que
sus “normas” tradujeran la dinámica del inconsciente.
Utilizaron
la llamada escritura automática y realizaron experimentos psicoanalíticos.
Hay
una relación con el romanticismo en lo que se refiere al culto al yo, la
importancia de la intimidad, la potenciación del espíritu y la tendencia al
suicidio. Romanticismo y surrealismo tuvieron en común la preferencia por lo
diverso frente a lo uniforme, por lo asociativo frente a lo lógico.
Desconfiaban de lo racional y deseaban “asombrar al burgués”.
El
surrealismo triunfó sobre todo en poesía, con Breton, Eluard y Aragon. En el
cine, destacó Luis Buñuel. Y en pintura, encontramos figuras como Chirico, Dalí
y Max Ernst.
El
movimiento alcanzó hasta la guerra, en 1939, aunque continuaron las actividades
en un segundo período, hasta 1959.
EXISTENCIALISMO
Es
una corriente más filosófica que literaria. Alcanzó sus grandes manifestaciones
a través de la literatura, la cual ganó en intelectualidad. Entre sus
antecedentes se encuentran Unamuno y Kierkegaard.
Las
grandes figuras del existencialismo fueron Sartre y Simone de Beauvoir. El
primero plantea la angustia de la existencia en la novela La Náusea. En piezas teatrales encontramos una particular
recreación de la clásica Orestiada
titulada Las moscas, y A puerta cerrada, en la que la
eternidad y el infierno aparecen simbolizados en una habitación incomunicada.
De
Simone de Beauvoir son El segundo sexo
y Los mandarines.
Por
otra parte hay que recordar que Camus, independiente de esta tendencia, es
ejemplo de existencialismo en el modo de plantear sus temas, como la antigua
metafísica de Calígula, y el absurdo de una situación en El malentendido y en la novela El extranjero.
Lo
más importante del existencialismo en literatura fue la aportación del
compromiso literario, una cuestión tratada en ¿Qué es Literatura? De Sartre.
IMAGINISMO
Este
movimiento floreció en Gran Bretaña y Estados Unidos entre 1910 y 1917. Fue un
movimiento de poetas que se oponían a los cánones heredados del romanticismo.
Se expresó por medio de antologías poéticas de diversos autores que tenían en
común su forma de elaborar las imágenes literarias.
La
primera antología, Des imagistes
(1914) fue obra del norteamericano Ezra Pound. En ella participaron once
poetas. En 1913, en Poetry, el
mismo Pound había expuesto el ideario del movimiento.
La
poesía imaginista se reconocía por consistir en versos cortos, de música
concisa, que evitaba las abstracciones y conjugaba imágenes objetuales
descritas con gran claridad. En los orígenes de este movimiento influyó el descubrimiento de la poesía
japonesa.
ULTRAÍSMO
Fue
un movimiento estrictamente español que se fundó en 1919 con un manifiesto
titulado Ultra, que firmó un grupo de
literatos del momento, de los cuales el más célebre era el crítico Guillermo de
la Torre. Luego se unieron al movimiento otros autores como Jorge Luis Borges y
Gerardo Diego. Pedían la renovación de la literatura española y admitían todas
las tendencias sin excepción, con tal de que expresaran un anhelo nuevo.
Los
ultraístas iban contra la rutina, la retórica hueca y el sentimentalismo en que
habían degenerado las tendencias modernistas y neorrománticas. Querían acabar
con el modernismo.
Cultivaban
la metáfora atrevida, prescindiendo arbitrariamente de la lógica expresiva.
Preferían los temas y motivos de la vida moderna. Utilizaron el verso libre y
prescindían de algunos signos de puntuación. La disposición tipográfica de la
página era aprovechada como un suplemento expresivo.
1925
es la fecha de disolución del movimiento.
CREACIONISMO
Fue
un invento personal del poeta chileno Vicente Huidobro, que vivió en París
durante la primera guerra mundial y que en 1918 se trasladó a Madrid, donde
introdujo las últimas ideas francesas.
Alguno
de sus libros de poemas, por su tipografía y organización formal, estaban
vinculados con el dadaísmo, aunque temáticamente pertenecían al simbolismo.
En
Madrid publicó un breve libro de poemas, que incluía Arte poética, un poema en que se repetía sin cesar el
término “crear”, “creación” y palabras derivadas de estas.
El
creacionismo consistía en elaborar imágenes que sugerían germinación y
nacimiento.
En
1921, Huidobro publicó un escrito justificando su movimiento personal e
intransferible, En él dividía la historia del arte en tres etapas: la del arte
inferior al medio de expresión (fase reproductiva), la del arte equilibrado con
el medio de expresión (fase de adaptación) y la del arte superior al medio de
expresión (fase creativa o creacionista).
LETRISMO
Este
movimiento surgió en Francia cuando empezaba a ponerse de moda el
existencialismo.
Entre
1945 y 1948 ya solo quedan las letras para jugar a novedad con ellas. Isidore
Isou y Sarane Alexandrian comienzan la tendencia letrista, la cual suscitó
burlas del público y contó con escaso radio de acción.
En
1946 se publicó el único número de una revista con el llamativo título de La dictadura letrista.
El
letrismo pretendía una poesía universal, una pura alineación de letras. No hay
nada que comunicar y quizás solo se logre algún juego de sonidos agradable.
Se
descomponían las palabras, se reducían a sílabas y letras y se acumulaban sobre
la página en blanco.
Algunas
de las consignas de este movimiento fueron “la
poesía no tiene nada que ver con la literatura” y “la poesía letrista es la poesía
atómica de nuestro siglo”.
IRACUNDISMO
En
este movimiento inglés y americano destacan Osborne y Colin Wilson.
El
iracundismo es una réplica rebelde y disconforme a las formas consagradas y a
la sociedad.
NEORREALISMO
Este
movimiento nació al amparo del cine de De Sica y Rosellini y ofrece una imagen
de lo cotidiano, lo vulgar, de la vida en las bajas esferas sociales del mundo
obrero y humilde.
Los
representantes más destacados del neorrealismo fueron Cesare Pavese y Alberto
Moravia.
OBJETALISMO
El
objetalismo francés surgió en los años 50 con las teorías estructuralistas y se
manifiesta exclusivamente en la novela. Es el movimiento del nouveau roman. Se vuelve la mirada a
objetos, a cosas concretas, a lo tangible. Lo exterior se abre paso. La nueva
novela es un cúmulo de descripciones, una serie de monólogos pronunciados por
iniciales, de dudosa coherencia. Se proponía describir con absoluta objetividad
los movimientos de los personajes alrededor de objetos tan significativos como
ellos en el seno de la narración.
Entre
los autores del objetalismo encontramos a Natalie Sarraute, Robbe-Grillet y
Michel Buttor.
En
1963 Robbe-Grillet publicó un libro de ensayos que se titulaba Pour un nouveau roman, lo que dio
nombre al movimiento. Pero este no se ciñó a una poética uniforme, sino que
cada autor ensayó fórmulas y teorías propias.
Michel
Buttor conjugó el cambio de persona narrativa. En otros autores el lector no
sabe en ningún momento quién narra la historia.
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