sábado, 7 de febrero de 2015

Panorámica de la novela occidental en la segunda mitad del siglo XX




            En primer lugar en la novela se da una alteración de los elementos fundamentales del género:

ACCIÓN
TIEMPO
HÉROE
PUNTO DE VISTA
Hay zonas oscuras que el lector debe interpretar por su cuenta. Los temas decimonónicos, como el adulterio, ceden su lugar a la soledad, el absurdo de la existencia, el sexo, a la destrucción de la familia como institución, a la metaliteratura, etc.
A veces se rompe el sentido argumental de los relatos.
Hay un dislocamiento del tiempo. No discurre linealmente, sino a saltos: avanza y retrocede continuamente.
El espacio temporal puede ser reducido a pocos meses o días (un día, por ejemplo, en el Ulises de James Joyce).
El héroe clásico se convierte en un “antihéroe”, un ser problemático y contradictorio, o también un personaje colectivo, carente de individualidad.
Multiperspectivismo. No hay un punto de vista único, sino visión múltiple. La historia puede ser contada por varios narradores. El fluir de la conciencia o el monólogo interior se convierte en una forma de expresión habitual.


            Con esta descomposición, el género narrativo refleja la desorientación y la confusión que caracteriza al individuo de la época.

Francia: el existencialismo y el nouveau roman

            Debemos destacar la fortaleza de la narrativa francesa en la posguerra. Esa narrativa a través del existencialismo primero y del nouveau roman después, se consolida como una de las referencias de mayor prestigio en el ámbito del pensamiento y de la estética.
            El existencialismo es un movimiento cultural y filosófico que proclama fundamentalmente la idea de que la vida y la muerte no tienen sentido. La promulgación del sinsentido de las cosas conduce a la teoría del absurdo aplicada a la condición humana. Los escritores existencialistas más importantes e influyentes fueron Jean Paul Sartre (1905-1980), la teórica del feminismo Simone de Beauvoir (1908-1986), Albert Camus (1913-1960), Jean Genet (1910-1986), Boris Vian (1920-1959) y Marguerite Yourcenar (1903-1987).
            Por otra parte, en los años 50 surge el movimiento del nouveau roman, un movimiento experimental que elimina los rasgos de la narrativa tradicional (el realismo, el mensaje, el tipo de personajes, la acción, etc.) y se centra en un solo aspecto, en consonancia con el cine de la época. El objetivo que se persigue es buscar algo que vaya más allá de lo establecido. En este grupo destaca Alain Robbe-Grillet, que es el teórico del movimiento y el máximo defensor de la idea de que la novela no tiene por qué encerrar ningún mensaje, tan solo debe transcurrir por una permanente y constante duda. También podemos destacar a Nathalie Sarraute y Marguerite Duras. Los autores más recientes tienden a recuperar el gusto por el relato, y en este sentido podemos señalar al escritor Amin Maalouf.

Narrativa de posguerra en lengua inglesa

            En este bloque distinguiremos dos grupos, el de los narradores británicos y el de los norteamericanos. Entre los primeros destacan George Orwell (1903-1950), un implacable crítico contra el totalitarismo estalinista, que escribió dos novelas emblemáticas, 1984 y Rebelión en la granja; Malcom Lowry (1909-1957), que escribió Bajo el volcán, el retrato de un personaje alcohólico; Graham Greene (1904-1991), autor de El poder y la gloria, un relato en el que plantea cuestiones religiosas; y Lawrence Durrell (1912-1990), autor de Cuarteto de Alejandría. Entre los autores más recientes, destacaremos a Salman Rushdie, autor de Los hijos de la medianoche.
            Respecto a los narradores norteamericanos, muchos novelistas siguieron los pasos de los autores de la llamada “generación perdida” (Scott Fitzgerald, Hemingway, Dos Passos, etc.). Entre los novelistas de posguerra destacan James Agee (1909-1955) y Robert Warren (1905-1989). Dentro del subgénero de la novela negra Raymond Chandler es el escritor que destapa el lado sórdido de la sociedad americana. La problemática racial está presente en El hombre invisible (1952), de Ralph Ellison que cuenta el progresivo desencanto de un hombre negro., en una obra que no oculta que el autor pertenece a una minoría dentro de un país del primer mundo. Entre los sureños que denuncian el ambiente desesperanzado de las provincias del sur, el más famoso es Truman Capote (1924-1984), quien después de tratar ese tema, dio testimonios de la cara amable de la juventud en Desayuno con diamantes y también de su cara más oscura en A sangre fría. Merece también mención la generación beat de los 50, inconformista y rebelde, cuyo maestro fue Henry Millar (1891-1980), autor de la trilogía La crucifixión rosada, de temática sexual, compuesta por Sexos, Nexos y Plexos. El miembro de esta generación más emblemático es Jack Kerouac (1922-1969), autor de En el camino, manifiesto de un viaje sin rumbo de un grupo de jóvenes (sus amigos) que no hace asco a nada. El mundo de la droga es el tema central de El almuerzo desnudo de William Burroughs. En los últimos años del siglo predomina una tendencia experimental con Paul Auster como ejemplo. Por otra parte, hay un grupo de autores que no se incluyen en una determinada generación, pero que son excelentes narradores, como Salinger, Nabokov o Paul Bowles.

La narrativa alemana de posguerra

            La literatura alemana de posguerra refleja progresivamente temáticas sugerentes y documentales como la herida abierta por el fascismo, la reconstrucción económica y el desarrollo social. Los narradores alemanes o austriacos más importantes son Elías Canetti, con Auto de fe, Heinrich Böll con Opiniones de un payaso y Günter Grass con El tambor de hojalata. Entre los autores de una narrativa más reciente encontramos a Michael Ende, con La historia interminable y al novelista Patrick Süskind con su obra El perfume.

Narrativa italiana de posguerra


            Sobre todo debemos mencionar el neorrealismo, un movimiento que surge inmediatamente después de la posguerra italiana. Pretende ser un reflejo fiel y exacto de los conflictos sociales de la época y utiliza un lenguaje sencillo y de fácil comprensión para todos los públicos. Los temas más frecuentes de este movimiento son el atraso en las zonas del sur, los estragos del fascismo, los ambientes urbanos populares o la persecución de los judíos. Una de las obras sobre este tema es la terrible novela Si esto es un hombre de Primo Levi. Otros autores importantes son Cesare Pavese, Alberto Moravia e Italo Calvino. Este último empezó siendo neorrealista, después pasó al realismo grotesco, luego se adscribió a la narrativa ilustrada filosófica y acabó escribiendo novela experimental. A finales de siglo, la novela realista tuvo como referencia a dos escritores sicilianos, di Lampedusa y Leonardo Sciascia, analista de la mafia. También podemos señalar como autores importantes a Bassani, Eco y Antonio Tabucchi.

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