lunes, 10 de junio de 2013

Errores de peso




(Artículo publicado en la revista Azaraque, nº 3, de junio de 2013, pág. 91)

           El conocimiento del cerebro y su funcionamiento ha costado al hombre más de tres mil años solo para saber que se compone de redes neuronales y que es algo más que una masa que regula la temperatura corporal. Durante este tiempo, numerosas teorías se han visto fortalecidas y otras solo han reflejado disparates propios de la época en que fueron establecidas. Entre estas, una de las resoluciones que quizás más puedan alegrar a algunas mujeres es la de la inferioridad femenina establecida por Bischoff.

            Theodor von Bischoff (Hanover, 1807- Munich, 1882) fue un fisiólogo alemán experto en Anatomía de la Universidad de Heidelberg. A finales del siglo XIX Bischoff investigaba el cerebro y las diferencias existentes entre el masculino y el femenino. Tras varios años de acumular datos observó que el peso medio del cerebro del hombre era de 1350 gramos, mientras que el promedio para las mujeres era de 1250 gramos. Durante toda su vida se basó en este hecho para presentar a la mujer como un ser de menores capacidades intelectuales que el hombre, y defendió esta tesis hasta la muerte. Bischoff estipuló en su testamento que su cerebro fuese donado a la ciencia y el peso del mismo incluido en la estadística. La balanza marcó 1245 gramos.

            Lamentablemente otras teorías erróneas siguen gozando de gran popularidad, a pesar de que la ciencia las considera meras anécdotas. Así por ejemplo, la teoría del trauma postulada por Freud (y que refutó él mismo al descubrir que los eventos relatados por sus pacientes como traumáticos no les habían sucedido realmente), la frenología de Gall que aseguraba que las formas craneales determinaban el carácter de la gente, la teoría del hemisferio dominante (los hemisferios cerebrales no son independientes y ninguno de ellos domina al otro), o una de las falacias más lucrativas de la pseudociencia: la programación neurolingüística. Según esta teoría, a través de los movimientos oculares se puede descifrar fácilmente el pensamiento de la gente. Sus autores, Bandler y Grinder, desacreditaron ellos mismos esa teoría al separarse y emprender acciones legales uno contra el otro, y ya a finales del siglo XX la PNL se enseñaba en las universidades de Estados Unidos para ejemplificar cómo se construye una pseudociencia.

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