jueves, 5 de junio de 2014

Ejemplo de redacción del mito de Fausto para la PAU



           En la pregunta de mitos de la prueba PAU se solicita que se incluya la descripción del mito, así como su aparición no solo en obras literarias, sino también en obras pertenecientes a las diferentes artes.
            El guion que puede seguirse a la hora de responder esta cuestión es el siguiente:
1)      Origen del mito, tanto histórica como literariamente.
2)      Principales obras literarias en que aparece, haciendo especial mención a Marlowe y Goethe.
3)      Aparición del mito en la música, en la pintura y en el cine.

Fausto es un personaje de ficción, pero parece basado en un mago que vivió realmente en el siglo XV en Alemania. De él se decía que había muerto durante una explosión cuando realizaba experimentos químicos.
Algunos testimonios señalaban que ese doctor iba siempre acompañado de dos perros y ahí surgen las leyendas en torno a su figura. Se decía que esos perros eran demonios y, por lo tanto, Fausto hacía pactos con el diablo. La figura de este doctor se mezcla en las leyendas con otro personaje citado por Martín Lutero, un universitario que se ganaba la vida mediante conjuros y la lectura de la buenaventura, del que el teólogo afirmaba que tenía poderes diabólicos.
La figura de Fausto pasó a los cuentos populares y a las historias de aventuras. De esta forma apareció en el Fausto de Spiesz, que fue quien publicó esas historias en el siglo XVI. En esta obra, Fausto obtiene sabiduría, juventud y poderes mágicos a cambio de vender su alma al diablo. La obra tuvo mucho éxito y el tema del pacto con el diablo entró en la mitología popular.
 La leyenda traspasó las fronteras alemanas y llegó a Inglaterra, donde Philip Marlowe escribió La historia trágica del doctor Fausto hacia 1588. En esta obra aparece un Fausto que está al comienzo muy orgulloso de obtener la sabiduría, pero que después aparece cada vez más atormentado y arrepentido. Pero su arrepentimiento se produce demasiado tarde y no logra salvarse del infierno. En el prólogo de la obra hay un detalle importante y es la comparación de Fausto con Ícaro, que quiso volar tan cerca del sol que este derritió sus alas y el muchacho murió al estrellarse en el mar. Fausto desea tanto el conocimiento que se condena. Vende su alma al diablo a cambio de que Mefistófeles le sirva durante veinticuatro años en los que obtendrá sus conocimientos. A medida que ese plazo llega a su fin, Fausto comienza a arrepentirse del pacto. La obra termina con la advertencia a los sabios de que no pongan en peligro su alma a cambio de su sabiduría.
Durante el movimiento del Sturm und Drang, el personaje de Fausto representará la rebelión contra Dios. Lessing será el primero que considerará la posibilidad de que el personaje pueda salvarse, si Dios ve su sincero arrepentimiento.
Para Goethe, Fausto representará el ideal del hombre que aunque es culpable, no permite que prevalezca el mal. Este autor escribió Fausto durante media vida. Empezó en 1774 la primera parte, que se publicó en 1808. Es la parte más dramática y la más conocida. Goethe terminó la segunda parte poco antes de su muerte, en 1832. Esta segunda parte es más compleja.
En la primera parte, Mefistófeles le dice a Dios que puede conseguir a su humano favorito (Fausto), que está empeñado en aprender todo lo que se puede conocer, alejado de propósitos morales. El protagonista ciertamente está desesperado porque el conocimiento religioso y científico es insuficiente. En su estudio se le aparece el diablo y accederá a firmar el pacto que conocemos. Pero después conocerá a Margaret, a la que deja embarazada. Ella ahoga a su hijo y es condenada por ese asesinato. Cuando Fausto intenta liberarla, ella muere en sus brazos. Es una historia romántica que ya no aparece en la segunda parte de la obra. En esta, Fausto viaja en el tiempo y el espacio (por ejemplo sigue a Helena a la edad antigua). El protagonista destruye varias vidas sin quererlo, aunque termina encontrando un lugar donde podría vivir en paz para siempre. Al final, Fausto va al cielo gracias a la intercesión de Margaret.
Goethe presenta a un personaje que se ve forzado a enfrentarse a cuestiones como el bien y el mal o Dios y el diablo.
Aún en el terreno literario, debemos recordar al menos otra versión. Se trata de la novela de Thomas Mann titulada Doctor Faustus, de 1947. El protagonista es un músico prodigioso que, inspirado por un demonio, desarrolla su arte. La obra le sirvió a Mann para enlazar elementos como la Alemania del nazismo, la filosofía de Nietzsche y el arte musical de vanguardia. También aparecen como temas la amistad y el amor desgraciado.
            En el terreno musical, Fausto aparece en lieder de distintos compositores, como Beethoven o Schubert. Wagner compuso la obertura Fausto. Berlioz, por otra parte, compuso una obra entre la ópera y la sinfonía, titulada La condenación de Fausto, basada en la obra de Goethe, y se centró en la historia de amor de Fausto y Margarita. Liszt compuso una sinfonía coral, la Sinfonía Fausto, que se estrenó con motivo de la inauguración del monumento a Goethe y Schiller.
            A mediados del siglo XIX se estrenó la ópera Fausto de Charles Gounod. Se basa en el romance entre Margarita y el doctor Fausto. Esta obra fue revisada posteriormente para ser representada como gran ópera, sustituyéndose los diálogos hablados por los cantados.
            Se considera que la obra musical que más se acerca a la obra de Goethe es la ópera Mefistófeles del italiano Arrigo Boito.
En pintura, podemos destacar el grabado de Rembrandt dedicado al personaje y, sobre todo, la obra de Delacroix, que pintó diecisiete litografías para ilustrar la versión francesa del Fausto de Goethe. En España encontramos la obra de Mariano Fortuny Marsal titulada Fantasía sobre Fausto. En este cuadro se representa una velada en la que se interpreta al piano una melodía de la ópera de Fausto. En medio de una niebla surgen Mefistófeles, Marta y Margarita.
También en el terreno cinematográfico aparecen varias versiones del mito, La primera muestra importante es un clásico del cine mudo, el Fausto de Murnau, que se basa en los cuentos tradicionales y en la versión de Goethe.
Podemos destacar también una película española, Faustina, en la que el infierno decide enviar a la Tierra a un diablo para que devuelva su juventud a una anciana. Eligen a un personaje condenado por suicidarse por esa mujer, ya que ella fue la causa de que perdiera su alma. También española es Fausto 5.0, una versión del grupo La fura dels baus.
Otras versiones del mito de Fausto, esta vez en el cine estadounidense, son Crossroads y Ghost Rider. La primera de ellas se centra en el mundo de la música. Eugene desea ganar un duelo de guitarristas y para ello convence a un anciano, virtuoso de la armónica, para que le enseñe cuanto sabe. El viejo había vendido su alma al diablo cuando tenía diecisiete años y ahora podrá buscar una revisión de ese pacto. Ghost Rider trata sobre un piloto de motos que firma un pacto con el diablo para que su padre no muera de cáncer.

Como hemos podido comprobar, el mito de Fausto sigue vigente desde su creación y aunque hemos intentado recoger muchas de las versiones que se han realizado en las distintas artes, quedan muchas en el tintero.


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