domingo, 25 de enero de 2015

Romeo y Julieta




La lamentable tragedia de Romeo y Julieta (1597) es una tragedia de William Shakespeare (1564-1616), que pertenece al llamado teatro isabelino, en la que se analizan las pasiones humanas y cuyos personajes se convirtieron en arquetipo del amor juvenil imposible. La obra cuenta la historia de dos jóvenes enamorados que, a pesar de la oposición de sus familias, rivales entre sí, deciden casarse de forma clandestina y vivir juntos; sin embargo, la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades conducen al suicidio de los dos amantes. La muerte de ambos supone la reconciliación de las dos familias.
Se trata de una de las obras más populares del autor inglés y, junto a Hamlet y Macbeth, la que más veces ha sido representada. Aunque la historia forma parte de una larga tradición de romances trágicos que se remontan a la antigüedad, el argumento está basado en la traducción inglesa de un cuento italiano de Mateo Bandello, realizada por Arthur Brooke, que se basó en la traducción francesa hecha por Pierre Boaistuau en 1559. Por su parte, en1582William Painter realizó una versión en prosa a partir de relatos italianos y franceses, que fue publicada en la colección de historias Palace of Pleasure.
Shakespeare tomó elementos de ambas obras, aunque creó nuevos personajes secundarios como Mercutio y Paris. Algunas fuentes señalan que comenzó a escribirla en 1591 y que estaba acabada en 1595. Sin embargo, otras mantienen la hipótesis de que la terminó de escribir en 1597.
La técnica dramática utilizada se caracteriza por el uso de fluctuaciones entre comedia y tragedia como forma de aumentar la tensión, por la relevancia argumental que confiere a los personajes secundarios y por el uso de subtramas para adornar la historia. Además, en ella se adscriben diferentes formas métricas para los distintos personajes, que, en ocasiones, terminan cambiando de acuerdo con la evolución de los mismos personajes (por ejemplo, Romeo se va haciendo más experto en el uso del soneto a medida que avanza la trama).
 La primera edición de Romeo y Julieta es de 1597 y fue publicada por John Danter en formato de cuarto (un libro de ocho páginas). Las diferencias que presenta su texto respecto de ediciones posteriores han propiciado que haya sido catalogada como una mala versión. Un editor del siglo XX describió su texto como "detestable. Una reconstrucción a partir de los recuerdos imperfectos de uno o dos actores", sugiriendo que se trata de una copia ilegal. Se ha aducido también que sus defectos derivan de que, al igual que ocurre con otros textos teatrales de la época, pudo haber sido publicado antes de su representación. No obstante, su aparición respalda la hipótesis de que 1596 es la última fecha posible para la composición de esta tragedia.
La segunda edición llevaba como título La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta. Fue publicada en 1599 por Cuthbert Burby y editada por Thomas Creede. Respondiendo a lo indicado en la portada (el texto ha sido "corregido, aumentado y revisado"), incluye unos 800 versos más que el texto anterior.
Algunos especialistas creen que esta versión está basada en el borrador de la primera escenificación, porque contiene rarezas textuales como diferentes nombres asignados a un mismo personaje y "comienzos falsos" en los discursos que, se presume, podrían haber sido suprimidos por el autor, pero preservados erróneamente por el editor. La segunda versión fue reeditada en 1609, 1622 y 1637. Y es el texto que se sigue en las ediciones modernas.
La obra transcurre en Verona, que es una de las más prósperas del norte de Italia. Posee un edificio denominado la casa de Julieta que atrae a muchos visitantes, aunque no existe ninguna prueba de que allí vivieran los Capuleto. Su construcción se inició en el siglo XVIII, y podría haber pertenecido a la familia Cappello.
La cuestión de la existencia histórica de Romeo y Julieta es difícil de dirimir. Existen documentos en los que se afirma que la relación de los dos jóvenes amantes había ocurrido realmente en 1303, aunque ello no ha podido ser comprobado. Lo único que puede afirmarse es que las familias Montesco y Capuleto sí que existieron realmente, aunque no se sabe si vivieron en la península itálica y tampoco se puede certificar que hayan sido rivales. Otra fuente literaria que menciona a las dos familias es la Divina Comedia. En este poema, Dante cita a los Montesco y a los Capuleto como participantes de una disputa comercial y política en Italia. En el mismo testimonio, ambas familias se encuentran en el purgatorio, tristes y desoladas. Puede que ambas familias representaran a dos importantes partidos políticos que se hallaban enfrentados en territorio italiano: güelfos y gibelinos. Secundando el mismo aspecto se encuentra Luigi da Porto. Sin embargo, autores como Lope de Vega y Mateo Bandello creían que la gente había enriquecido la "creencia" de su existencia con el paso del tiempo.
Se desconoce cuándo se realizó la primera escenificación de la obra. La primera edición de 1597 dice que: "ha sido teatralizada públicamente [y con muchos aplausos]", deduciendo que ya se había puesto en escena antes de que fuese publicado el texto. No obstante, se sabe que la compañía teatral de Lord Chamberlain fue la primera en escenificarla. Tomando en cuenta sus conexiones con el dramaturgo, en la segunda edición aparece publicado en una línea del Acto V el nombre de uno de sus actores, William Kempe, en lugar del nombre de uno de los sirvientes de la familia Capuleto. Igualmente, se considera que Richard Burbage interpretó por primera vez a Romeo (en ese entonces era el actor principal de la compañía), mientras que el joven Robert Goffe asumió el rol de Julieta. El hecho de que un hombre interpretara a un personaje femenino se debe a que por entonces las leyes prohibían que las mujeres actuaran en el teatro. Debido a que en 1604 se estrenó una versión simplificada en la localidad alemana Nördlingen, también sabemos que es una de las primeras obras de Shakespeare escenificada fuera del territorio inglés.
El gobierno clausuró los teatros ingleses el 6 de septiembre de 1642. Tras la restauración de la monarquía, en 1660, se erigieron dos compañías de teatro (King's Company y Duke's Company), por lo que todo el repertorio teatral existente hasta ese momento quedó dividido entre ambas. De esta forma, William Davenant (de Duke's Company) montó una nueva versión de Romeo y Julieta en 1662.
Con respecto a los antecedentes de la obra, podemos señalar que para escribir Romeo y Julieta el dramaturgo se basó en varios elementos provenientes de una antigua tradición de relatos trágicos sobre el amor. Uno de ellos es Píramo y Tisbe de Las Metamorfosis de Ovidio, el cual posee algunas similitudes con la tragedia de Shakespeare (las dos tramas se enfocan en los desacuerdos existentes entre los padres de los jóvenes enamorados y la falsa creencia por parte de Píramo de que su amada Tisbe estaba muerta). Por otra parte, la novela griega Habrócomes y Antía, escrita por Jenofonte de Éfeso en el siglo III incluye la separación de los protagonistas, así como la poción que induce al "sueño profundo".
La primera edición conocida fue el relato trigésimo tercero de Il Novellino, obra del autor Masuccio Salernitano publicada en 1476. Esta novela italiana se desarrolla en Siena, y es un relato acontecido en la época del autor. Algunos de sus elementos narrativos (la boda secreta, el fraile bondadoso, el exilio de Mariotto, el matrimonio forzado de Gianozza, el veneno y el importante mensaje que nunca llega a su destinatario) son más conocidos por la obra de Shakespeare. No obstante, cuenta con grandes diferencias hacia el final del relato: Mariotto es capturado y decapitado, mientras que Gianozza muere de tristeza.
Luigi da Porto adaptó Il Novellino en una nueva edición titulada Giulietta e Romeo, lanzada en 1530 con la denominación original de Historia novellamente ritrovata di due Nobili Amanti ("Novela del encuentro de dos nobles amantes"). Para redactar su escrito, Da Porto se inspiró en Píramo y Tisbe y en el libro de cuentos El Decamerón de Boccaccio. Algunas fuentes insisten en que Giulietta e Romeo se convirtió en la primera obra en incluir la mayoría de los elementos característicos de Romeo y Julieta, citando entre ellos a los nombres de los protagonistas y los de las familias rivales, así como la sede de la tragedia en Verona. Además Da Porto introdujo a los personajes originales de Mercutio, Teobaldo y el conde Paris, que Shakespeare desarrolló. La primera edición hecha sobre su obra la publicó como "historia verídica", insistiendo en que los sucesos presentados en la tragedia habían sucedido en el siglo XIII. En esa misma época se tiene constancia de la existencia de los Montesco y de los Capuleto como facciones políticas, sin embargo su única interacción apareció plasmada en cantos del Purgatorio de Dante Alighieri. Otra de las similitudes es la manera en que Giulietta se atraviesa el pecho con la daga de Romeo, quien antes había muerto tras beber el veneno.
En 1554Matteo Bandello publicó su propia versión de Giuletta e Romeo, siendo incluida en el segundo volumen de poemas de la colección Novelle. Su adaptación ahonda en la depresión de Romeo al comienzo de la novela original de Da Porto, al igual que en la rivalidad de los Montesco y los Capuleto; él fue quien introdujo a la nodriza de Julieta y a Benvolio.
En esa época, había fascinación por las novelas y cuentos italianos, por lo que se considera que Shakespeare pudo haberse familiarizado con la colección de William PainterPalace of Pleasure, de1567. Esta colección incluía una versión en prosa de Romeo y Julieta, titulada "The goodly History of the true and constant love of Rhomeo and Julietta" ("La grandiosa historia del constante amor verdadero de Romeo y Julieta"). A partir de lo anterior, el autor inglés optaría por redactar una serie de novelas provenientes de relatos italianos, entre ellas El mercader de VeneciaMucho ruido y pocas nuecesA buen fin no hay mal principio y Medida por medida. Finalmente, su interpretación de Romeo y Julieta se convertiría en una dramatización del poema de Brooke, así como en una extensión de la trama a partir de los personajes protagonistas y secundarios (especialmente, la nodriza y Mercucio).
Tanto el poema mitológico Hero y Leandro como Dido, reina de Cartago, ambos de Christopher Marlowe, se redactaron durante la época en que Shakespeare comenzó a escribir Romeo y Julieta. Dichas obras son consideradas como influencia indirecta de esta última, pudiendo ser las responsables de la atmósfera en la que la historia del amor trágico logra concretarse.
Para hablar de los personajes de la obra, podemos tener en cuenta el papel que representan en la misma y la familia a la que pertenecen o con la que se relacionan. Así, en el hogar de los Capuleto encontramos al patriarca y la matriarca (señor y señora Capuleto), padres de Julieta; a Julieta, la protagonista de la obra, Tebaldo, primo de Julieta y sobrino de la señora Capuleto, es uno de los personajes en que mejor se observa el odio entre las familias; la nodriza personal de Julieta, que es además su confindente; los sirvientes Pedro, Sansón y Gregorio. En el hogar de los Montesco encontramos a los patriarcas, el señor y la señora Montesco, a Romeo, hijo de los anteriores y protagonista de la obra, a su primo y amigo Benvolio; Mercucio, amigo de Romeo, que representa la figura del gracioso, y a los sirvientes Abraham y Baltasar. En el gobierno de la ciudad de Verona aparecen el Príncipe della Escala (que intenta varias veces acabar con la enemistad entre Montesco y Capuleto) y a su pariente, el conde Paris, que desea casarse con Julieta. Completan la nómina de personajes el fraile franciscano Fray Lorenzo, amigo de Romeo; Fray Juan, el enviado para descubrir la carta escrita por Fray Lorenzo a Romeo, el boticario que le vende el veneno a este, el coro que lee los prólogos y Rosalina, la mujer con quien Romeo mantiene una relación sentimental antes de conocer a Julieta. Y no olvidemos que en la puesta en escena aparecen otros personajes, tales como sirvientes, músicos, guardianes y habitantes de Verona.
La representación y puesta en escena comienza con una disputa callejera entre los Montesco y los Capuleto. El príncipe de Verona, Della Escala, interviene entre ellos y declara un acuerdo de paz que en caso de ser violado habría de ser pagado con la muerte. Después de los sucesos, el conde Paris se reúne con el señor Capuleto para conversar sobre la idea de contraer matrimonio con su hija, pero Capuleto le pide que espere durante un plazo de dos años cuando Julieta cumpliría quince años. Aprovechando el ofrecimiento, le sugiere que organice un baile familiar de carácter formal para celebrar tal acontecimiento. Mientras tanto, la señora Capuleto y la nodriza de Julieta intentan convencer a la joven de que acepte casarse con Paris.
En diferentes circunstancias, Benvolio habla con su primo Romeo, hijo de los Montesco, sobre su tristeza, convencido de que se debe al amor no correspondido de Rosalina, sobrina de Capuleto. Benvolio le informa del baile familiar de los Capuleto. Romeo acepta acudir al mismo, esperando encontrarse con Rosalina. Pero cuando llega al hogar de los Capuleto, se encuentra con Julieta y se enamora perdidamente de ella. Tras concluir el baile, en la secuencia conocida como "la escena del balcón", Romeo se infiltra en el patio de los Capuleto y escucha secretamente a Julieta, quien está en el balcón de su dormitorio admitiendo su amor por él a pesar de la hostilidad entre su familia y los Montesco.
Los jóvenes tienen una serie de encuentros, hasta que deciden casarse. Con la asistencia de Fray Lorenzo, quien espera reconciliar a los grupos rivales de Verona a través de la unión de sus hijos, los enamorados se casan en secreto. Ofendido por la intromisión de Romeo en el baile familiar, Tebaldo, primo de Julieta, reta al joven a un duelo. Sin embargo, Romeo evade el combate. Impaciente tanto por la insolencia de Tebaldo como por la "cobarde sumisión de Romeo", Mercucio, amigo de Romeo, acepta el duelo y muere. Dolido, Romeo retoma el enfrentamiento y logra asesinar al primo de Julieta. A consecuencia de esto, el príncipe exilia al joven de la ciudad, reiterando que si regresa, "sería lo último que haría en su vida". Malinterpretando la tristeza de su hija, el señor Capuleto decide ofrecerla en matrimonio al conde Paris, intentando convencerla de aceptarlo como esposo. Finalmente, la joven acepta bajo la condición de prolongar la boda. Mientras tanto, Romeo pasa la noche secretamente en la alcoba de Julieta, donde ambos tienen relaciones sexuales.
Julieta visita a Fray Lorenzo y este le ofrece una droga que la induciría a un coma de dos días. Una vez que la joven acepta llevar a cabo la farsa, el fraile le promete enviar un mensaje a Romeo informándole sobre su plan secreto por lo que podría volver cuando ella despertase. La noche anterior a la boda, Julieta ingiere la droga y sus familiares, al creerla muerta, depositan su cuerpo en la cripta familiar.
A pesar de su promesa, el mensaje de Fray Lorenzo no llega a Romeo. A cambio, este se encuentra con un sirviente que le informa de la repentina muerte de Julieta. Romeo decide comprarle al boticario de la ciudad un eficaz veneno, antes de acudir a la cripta donde se encuentra Julieta. Al llegar se encuentra con Paris, quien momentos antes había estado llorando sobre el cuerpo de su amada. Creyendo que Romeo es un saqueador de tumbas, el conde lo enfrenta pero muere asesinado por Romeo. Convencido de que su amada está muerta, Romeo se bebe el veneno. Al despertar del coma, Julieta se encuentra con los cadáveres de Romeo y Paris en la cripta y determina atravesarse el corazón con la daga de su esposo. Tiempo después, los Montesco y los Capuleto, acompañados del príncipe, se percatan de la muerte de los jóvenes y del conde. Absorto por la trágica escena, Fray Lorenzo comienza a relatar la historia completa del amor prohibido entre Romeo y Julieta. Su revelación consigue terminar con la rivalidad entre ambas familias.
Romeo y Julieta finaliza con la elegía de Della Escala sobre el "amor imposible" de los jóvenes: "Nunca ha habido una historia más trágica / que ésta, la de Julieta y su Romeo..."
 No se ha delimitado un tema central en la obra (habría al menos dos principales: el amor y la muerte), pero sí hay varios temas secundarios que se enredan de manera compleja en la trama. Así, el amor intemporal es uno de los elementos representativos de Romeo y Julieta. Con el paso del tiempo, sus protagonistas han pasado a ser considerados como iconos del "amor joven destinado al fracaso". En su primer encuentro, Julieta y Romeo utilizan una metáfora recomendada por varios autores convencionales durante la época en que vivió Shakespeare. Haciendo uso de ella al implicar las palabras "santo" y "pecado", Romeo fue capaz de evaluar los sentimientos de Julieta hacia él. El escritor Baltasar de Castiglione aconsejó que, en caso de que un hombre usara una metáfora a manera de invitación para una mujer, ella podría fingir que no lo entendió, con lo que su pretendiente podría retirarse sin perder su honor. Contrariamente, Julieta participa en la metáfora, expandiéndola. Los términos religiosos "sepulcro", "senda" y "santo" eran muy populares en la poesía de entonces, mostrando una propensión al tono romántico, más que a una indirecta blasfemia  Más adelante, en el mismo texto, Shakespeare determinó remover la más clara referencia a la resurrección de Cristo y la Pascua. En la "escena del balcón" de Shakespeare, Romeo escucha discretamente el soliloquio de Julieta. No obstante, en la versión de Brooke, ella hace su declaración de amor estando sola. Al introducir a Romeo en la escena donde escucha a escondidas, el autor se deslinda de la secuencia normal del cortejo. Normalmente, se solicitaba que una mujer siguiera un patrón de conducta basado en la modestia y la timidez, con tal de asegurarse de que su pretendiente fuese honesto. La razón de desviarse de la secuencia mencionada, se debe a que Shakespeare quiso agilizar la trama. De esta forma los jóvenes enamorados se vuelven aptos para evadir parte del proceso de cortejo, desplazando el relato, que inicialmente se halla centrado en el desarrollo de su relación sentimental, a un contexto enfocado hacia su decisión de contraer matrimonio, tras descubrir sus sentimientos mutuos en una sola noche. En la escena final del suicidio, existe una contradicción en el vínculo con la religión católica, pues los suicidios son considerados por esta como un pecado que debe ser castigado en el infierno, aunque quienes recurren a este con tal de estar con su enamorado ("amor cortés") se vuelven acreedores al paraíso, en donde estarán acompañados de su amante. Es así como el amor entre Romeo y Julieta tiende a ser más platónico que religioso. Otro punto a considerar es la consumación del amor citada en el escrito original; aun cuando el amor entre ambos era apasionado, la pareja solo consuma su amor después de casados, cosa que les previene de perder la simpatía del público.
Es posible que Romeo y Julieta funcione como una ecuación del amor y el sexo con la muerte. A lo largo de la tragedia, tanto él como ella fantasean con esta "igualdad fulminante", normalmente atribuida a un amante. Por ejemplo, el señor Capuleto es quien se percata primero de la "muerte" de Julieta, comparando este factor con el desvirgamiento de su hija. Más adelante Julieta compara, eróticamente, a Romeo con la muerte. Justo antes de suicidarse, decide emplear la daga de éste, diciendo, "¡Oh, feliz daga! Este es tu filo. Corróeme entonces, y déjame morir".
En lo que respecta al rol que desempeña el destino en Romeo y Julieta, no hay consenso que decida si los personajes verdaderamente están destinados a morir juntos, o si los sucesos ocurridos se deben a una serie de eventos desafortunados. En los argumentos a favor de la importancia del destino se suele describir a Romeo y Julieta con el término Star-crossed lovers: "Las estrellas han predeterminado el futuro de ambos"John W. Draper indica la similitud entre la creencia de "los cuatro humores" y los personajes principales de la trama (a manera de ejemplo, Tebaldo representaría el enojo). Tras interpretar el texto mediante esta creencia, se reduce la cantidad de texto atribuido al azar. Algunos investigadores ven la historia como una serie de eventos desafortunados, al mirarlo como un melodrama emocional. El continuo énfasis de la causalidad en el argumento hace que Romeo y Julieta sea una tragedia no tan nefasta del azar, pero tampoco una tragedia de los personajes. Por ejemplo, el hecho de que Romeo desafiara a Tebaldo no es resultado de una acción compulsiva, sino la consecuencia esperada ante el homicidio de Mercucio. En esta misma escena, se observa en Romeo una actitud de perspicacia ante los peligros derivados de las normas sociales, la identidad y los compromisos. Por eso decide matar: es producto de una circunstancia determinada.
A lo largo del escrito trágico de Shakespeare, se ha identificado el uso frecuente de imaginería o de elementos relacionados con la luz y la oscuridad. La luz es "un símbolo de la belleza natural del amor joven". Julieta y Romeo se miran recíprocamente como una manifestación conjunta de la luz en un entorno oscuro. Él la describe "similar al sol, más brillante que una antorcha, una joya destellante en medio de la noche, y un ángel iluminado entre nubes oscuras". Incluso cuando ella permanece estática sobre la tumba, aparentemente muerta, él exclama, "Tu belleza hace / de esta bóveda un lugar lleno de luz". Julieta describe a Romeo como "el día en la noche" y como algo "más blanco que la nieve en el lomo de un cuervo". Este contraste de luz y oscuridad pudiera ser entendido, simbólicamente, como el amor y el odio, la juventud y la madurez en una forma metafórica. En ocasiones, estas metáforas crean una ironía dramática. Lo anterior puede evidenciarse en la asimilación del amor entre Romeo y Julieta como "una luz en medio de una oscuridad producida por el odio que los rodea". No obstante, todas sus actividades como pareja son realizadas durante la noche, mientras que la contienda llega a cumplirse en pleno día. Esta paradoja de la imaginería brinda una nueva atmósfera al dilema moral de los jóvenes enamorados: lealtad a la familia o lealtad al amor. Al final de la historia, cuando la mañana se ensombrece y el sol está ocultando su rostro de tristeza, la luz y la oscuridad han regresado a sus lugares apropiados: la oscuridad externa ahora refleja la verdadera lobreguez interior de la disputa familiar, más allá del pesar por el trágico desenlace de los amantes. Cada uno de los personajes reconoce su locura en el día, y finalmente las cosas regresan a su orden natural, debido a la revelación del verdadero amor entre Romeo y Julieta. La luz, como elemento temático, juega también un papel imprescindible al estar involucrada con el tiempo, concluyendo entonces que Shakespeare la utilizó como una manera conveniente de expresar el transcurso del tiempo a través de las descripciones del sol, la luna y las estrellas.
La percepción del tiempo juega un papel importante en el lenguaje y la trama de la obra. Tanto Romeo como Julieta luchan por mantener un mundo imaginario ausente del transcurso del tiempo frente a las duras realidades que los rodean. Por ejemplo, cuando Romeo jura su amor a Julieta teniendo a la luna de fundamento, ella dice “no jures por la luna, la inconstante luna, / que mensualmente cambia en su órbita circular, / a menos de que el amor pueda demostrarse igual de variable". Desde un comienzo, los jóvenes son catalogados como "un par de enamorados con estrellas opuestas”, situación que refiere a un vínculo entre las creencias astrológicas y el tiempo. Se pensaba que las estrellas controlaban el destino de la humanidad, y con el paso del tiempo, se movían progresivamente en el cielo trazando junto con su movimiento el destino de la vida humana. En las primeras líneas del escrito, Romeo habla de un presentimiento que tiene sobre la traslación de estos cuerpos celestes, por lo que al enterarse de la muerte de Julieta, desafía a las estrellas preguntando qué es lo que tienen destinado para él.
Otro tema central de Romeo y Julieta es la precipitación. La obra de Shakespeare se desarrolla en unos seis días. El autor utilizó referencias "a corto plazo" para la relación de los jóvenes, un concepto contrario a las alusiones "a largo plazo" existentes para describir a las generaciones más antiguas, con el propósito de resaltar "una carrera destinada a la perdición". Julieta y Romeo se enfrentan al tiempo para propiciar que su amor se extienda por toda la eternidad. Al final, la única manera perceptible en la que ellos pueden vencer al tiempo es con la muerte, aspecto que los vuelve inmortales a través del arte.
Generalmente, en el plano literario, se considera que el tiempo está vinculado con la luz y la oscuridad. En la época de Shakespeare, las obras teatrales eran representadas al mediodía, en plena luz del día. Esto pudo haber obligado al autor a usar palabras que crearan una ilusión dual del día y la noche en sus escritos. Además, Shakespeare utilizó referencias para las estrellas, la luna, el sol y el día junto a la noche para poder crear esta percepción. De forma similar, hizo que algunos de sus personajes se refirieran a los días de la semana y a horas específicas para ayudar a que la audiencia comprendiera cuánto tiempo había transcurrido en su historia. En conjunto, se han encontrado unas cien referencias en la obra para ayudar a entender este paso del tiempo.
En Romeo y Julieta, Shakespeare emplea varias técnicas dramáticas. El principal rasgo es el cambio repentino de la comedia a la tragedia, situación que puede ejemplificarse en el juego de palabras entre Romeo y Mercucio momentos antes de que llegue Tebaldo. Previo a la muerte de Mercucio en el Acto III, el guion tiende hacia una postura más cómica. Después adopta un tono serio y trágico. Aun cuando Romeo es desterrado, y no ejecutado, mientras Fray Lorenzo le sugiere un plan a Julieta para que ella pueda reunirse con su amado, la audiencia todavía puede esperar que todo finalice bien. De forma imperceptible, el público queda en un intenso estado de suspense para cuando inicia la última escena en la tumba: si Romeo se retrasa lo suficiente como para que Fray Lorenzo pueda llegar a tiempo, el primero y Julieta podrían salvarse. Estas permutaciones que van desde la esperanza hasta la desesperación, para continuar con el indulto y un nuevo sentimiento de optimismo, sirven para enfatizar la tragedia en el final, donde la última esperanza ha quedado descartada y ambos protagonistas mueren en la última escena.
El autor también hace uso de argumentos secundarios para ofrecer una visión más clara de las acciones desarrolladas por cada uno de los personajes principales. Por ejemplo, al comienzo del relato, Romeo está enamorado de Rosalina, quien se había mantenido indiferente ante sus insinuaciones románticas. La irracionalidad de Romeo provocada por los rechazos de ella está en un contraste evidente respecto a su posterior enamoramiento con Julieta. Lo anterior proporciona una comparación a través de la cual la audiencia puede observar la seriedad de la relación entre los amantes. El amor de Paris por Julieta establece igualmente una disparidad entre los sentimientos que la muchacha tiene por él y la afectividad que tiene por Romeo. El lenguaje formal que ella utiliza con Paris, así como la manera en que habla de él con su nodriza, muestra que sus sentimientos están solo con Romeo. Más allá de todo esto, la historia complementaria del enfrentamiento entre las familias Montesco y Capuleto se agrava, suministrando una atmósfera de odio fundamental que se convierte en el principal factor para que la historia finalice trágicamente.
El dramaturgo utiliza varias formas poéticas a lo largo de su obra; inicia con un prólogo de catorce líneas en forma de soneto, el cual es narrado por un coro. La mayor parte de Romeo y Julieta está escrita en verso blanco, redactada en pentámetros yámbicos, con una menor variación rítmica que en las obras posteriores del mismo autor. En cuanto a la elección de formas poéticas, Shakespeare va relacionando cada una de ellas a un personaje específico. Tales son los casos de Fray Lorenzo utilizando el sermón, así como la nodriza haciendo uso del verso blanco, lo que muestra un lenguaje coloquial. Cada una de estas formas se moldea y adapta a la emoción inherente en la escena donde participa el personaje. Por ejemplo, cuando Romeo habla sobre Rosalina en las líneas iniciales, intenta emplear el soneto de Petrarca (describe ese amor como “niebla de suspiros hecha humo”, por ejemplo). Usualmente, esta corriente la aplicaban los hombres para exagerar la belleza de las mujeres, cualidad que les era imposible alcanzar tal y como se describe en la situación de Romeo y Rosalina. Esta forma poética la usa también la Señora Capuleto cuando le describe a Julieta la apariencia física de Paris, a quien califica como "atractivo". En el momento en que la joven pareja se conoce, Shakespeare cambia el petrarquismo de sus respuestas a un estilo de soneto más contemporáneo, mediante el uso de metáforas relacionadas con «santos» y «peregrinos». Finalmente, cuando ambos se encuentran en el balcón, Romeo utiliza un soneto para expresarle su amor, pero Julieta lo interrumpe con el interrogante infalible "¿Me amas?". Busca la expresión verdadera más que el uso de una exageración poética acerca de su amor. 
Otras formas poéticas existentes en la obra incluyen un epitalamio de Julieta, una rapsodia compuesta por Mercucio para definir a la Reina Mab y una elegía hecha por Paris. Shakespeare conserva su típico estilo de prosa para delimitar las expresiones de la gente común, aun cuando en ocasiones la utiliza en personajes como Mercucio. Asimismo, el humor juega un rol indispensable: se han identificado al menos 175 juegos de palabras en el texto, la mayor parte de naturaleza sexual, primordialmente existentes en la relación de Mercucio y la nodriza.
 Para finalizar, recordemos que Romeo y Julieta continúa siendo considerada como una de las mejores obras de Shakespeare.


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