lunes, 11 de enero de 2016

La Lingüística americana




            Los fines que persigue la Lingüística americana son muy similares a los que aparecen en otras corrientes estructurales: describir una lengua, segmentar sus elementos constitutivos, clasificarlos y estudiar sus relaciones. Sin embargo, la necesidad de trabajar con lenguas de estructura no muy conocida por parte del investigador y recurrir únicamente a los datos directamente observables, produjo sistemas refinados que, en apariencia, por su riqueza de procedimientos de análisis y por su abundancia terminológica, dan aspecto original al descriptivismo estadounidense.
            En la investigación sobre las lenguas indígenas destacan dos científicos: Franz Boas (1858-1942), que preparó una completa introducción para el estudio de las lenguas amerindias, y Edward Sapir (1884-1939), autor de uno de los libros más sugestivos de la historia de la Lingüística, Language, de 1921. En Sapir aparece la influencia de Humboldt, Croce y Saussure. Concibe la lengua como un sistema simbólico y funcional, concede gran importancia a los elementos culturales y hace un completo estudio de la clasificación etimológica de las lenguas, además de formular los supuestos de estructuralismo fonológico (de modo no muy distinto al que se seguiría en el Círculo de Praga).
            En la década de 1920 comienza el auge de los estudios lingüísticos en Estados Unidos. En 1924 se funda la Linguistic Society of America y un año más tarde comienza la publicación de la revista Language. Este auge va ligado a la figura de Leonard Bloomfield (1887-1949).
            Frente al idealismo y mentalismo que traslucen las páginas de Sapir, el libro Language de Bloomfield establecerá las bases para el desarrollo del descriptivismo estadounidense hasta la década de 1960. Bloomfield estuvo al principio influido por Wilhelm M. Wundt (1832-1920), pero pronto sus trabajos muestran la influencia del enfoque estadounidense en psicología conocido como behaviorismo o conductismo, en especial los trabajos de A.P.Weiss (1879-1931).
            De Bloomfield procede el análisis de constituyentes inmediatos por el que las emisiones se van descomponiendo en sus constituyentes hasta llegar a los últimos elementos lingüísticos provistos de significación, los morfemas, formados por fonemas, elementos que ya no presentan carácter significativo, y que se van reconociendo por la posibilidad de repetirse en distintos morfemas. También procede de él la distinción entre formas libres y formas trabadas.
            El descriptivismo americano a partir de Bloomfield sigue preferentemente los métodos de carácter inductivo y se situará preferentemente en el análisis del plano sintagmático, ya que es el único que presenta posibilidades de acceso directo. La lengua será para ellos un complejo sistema de hábitos que se manifiestan en una serie de emisiones que los reflejan y dependen de ellos.
            El descriptivismo americano comenzó con el análisis de elementos fónicos, análisis basado en la “distribución”. Posteriormente se extendió, a partir de 1942, al estudio de la morfémica, parte de la gramática especializada en los morfemas. Ambas zonas de la investigación lingüística fueron exhaustivamente examinadas, mientras que la sintaxis y la semántica quedaban relegadas.

            

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