martes, 15 de mayo de 2012

Cuentos de Chejov



    Hijo de un comerciante que había nacido siervo, Antón Pávlovich Chéjov nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog (Ucrania) y estudió Medicina en la Universidad Estatal de Moscú. Cuando aún no había terminado sus estudios universitarios, ya comenzaba a publicar relatos y algunas descripciones humorísticas en revistas. Su fama rápida como escritor y su delicada salud (padeció de tuberculosis, de la que murió en 1904, a los 44 años), hicieron que ejerciera muy poco su profesión de médico.
    La primera colección de sus escritos humorísticos, Relatos de Motley, apareció en 1886. Desde niño había sentido inclinación por el teatro, pero se dedicó a escribir para este género a los 30 años. Entre sus dramas se destacan Ivanov (1887), El Oso y La Petición de Mano. De sus obras teatrales, las más significativas fueron representadas en el Teatro de Arte de Moscú, dirigidas por su amigo Konstantín Stanislavski, como El tío Vania, Las Tres Hermanas, El Jardín de los Cerezos y La gaviota. En 1901 se casó con la actriz Olga Knipper, que había actuado en muchas de sus obras.
    Dentro de la corriente realista y naturalista, es uno de los grandes maestros del relato corto. Es difícil clasificar los cuentos de Chejov, debido a la variedad de tonos, asuntos e inspiraciones. La materia literaria se basa  en el reconocimiento de la vida social de la Rusia finisecular, sobre la que actúa mediante la observación y la objetividad.
Temas

    Antón Chéjov nos ofrece a través del conjunto de su obra literaria una exaltación de la existencia humana, pero con el distintivo de la melancolía y la tristeza que fluye por todos los personajes. La angustia ante lo inevitable de la muerte y la fugacidad de la vida están casi siempre presentes en sus narraciones. Sus personajes no comprenden el mundo que les rodea. Hasta en las historias más optimistas como La dama del perrito se percibe una zozobra casi invisible pero de extrema importancia en su literatura.
    El narrador profundiza en el mundo interno de los personajes, tras los acontecimientos vividos en la historia que se cuenta. Pero Chéjov, no da respuestas a las preguntas, prefiere que cada lector extraiga sus propias conclusiones. Tampoco hay en sus cuentos una lección moral a partir de las decisiones del personaje.
    En los cuentos de Chejov brilla un singular sentido del humor que desarma en ocasiones al lector, provocando una sonrisa, aunque sea imposible olvidar la crueldad y la mezquindad que abundan en muchos personajes y que revelan el estado de un mundo en crisis, injusto e insolidario.
    En cuentos como En la barbería aparece un humor distendido y refrescante, lleno de ironía, mezclado con cierto dramatismo. En el transcurso del diálogo entre el peluquero y el cliente (Erast Ivánich), aquel se entera de que su prometida, la hija de Erast, va a casarse con otro. El cliente entonces acabará con la mitad de la cabeza pelada al rape y sin arreglar ese desaguisado acudirá a la boda.
    En El camaleón aparece el cinismo social, que denota el estado de dependencia y servilismo en que se encontraba una parte del pueblo ruso. Todo parte de una pequeña anécdota insignificante: un perro muerde a un hombre en el dedo y el inspector decide multar al dueño hasta que se entera de que el animal es propiedad de un general y de un modo radical domina su ira y llega a justificar la mordedura.
    Tampoco evita el mal y la angustia el autor en sus historias. En Tristeza, un cochero roto por el dolor ante la muerte de su hijo debe continuar con su trabajo para salir adelante en la noche nevada y gélida de San Petesburgo. La desolación se intensifica ante esa obligación de seguir trabajando, de tener que soportar las humillaciones de juerguistas trasnochadores sin que nadie se pare a su lado para compadecerlo. Yona, el protagonista, acaba hablando con el caballo como si se tratara de un amigo. Enemigos nos conmueve desde el principio. Al doctor Kirilov se le muere en medio de la noche su único hijo, pero en ese momento de desolación lo requiere un paciente para que visite a su esposa enferma, en un lugar bastante alejado. En mitad de su amargura, para cumplir con su deber, se marcha con el hombre, dejando a su mujer sola. Cuando llegan a casa del otro, descubren que todo ha sido una estratagema de la mujer para quedarse a solas con su amante y el doctor se derrumba, consciente de la crueldad gratuita de esa farsa. Los dos, el médico y el hombre engañado, terminan insultándose en un final intenso y patético.
    Ganas de dormir es un ejemplo en el que se aúnan el gusto por narrar una pequeña historia de inhumanidad y la voluntad de exhibir una situación de injusticia social. Varka, huérfana de 13 años, cuida al bebé en la casa de sus amos. El trabajo del día la fatiga de tal modo que cuando llega la noche el llanto del bebé que debe cuidar constituye una tortura. La tensión progresa en el relato hasta provocar el desquiciamiento de la protagonista. La niña sabe que no puede dormirse porque la azotarían como un animal, pero entre el cansancio y el miedo, el final de la narración no podía ser otro: matar al niño y dormir.
    En El violín de Rothschild encontramos una denuncia de la pobreza con tintes esperpénticos. Yakov es fabricante de ataúdes y violinista en bodas. No le va bien el negocio y se reconcome pensando en el dinero que pierde día a día. El relato roza el humor negro. Cuando su esposa enferma de muerte, el hombre calcula las pérdidas que se le avecinan y aprovecha los últimos días de vida de su mujer para construir su ataúd. En cuentos como este, Chejov construye una sátira moral.

Estilo

    Su característica esencial es la brevedad. Todo aparece teñido por el humor y la ironía, rebosante de humanidad y sencillez, con rasgos de pesimismo y crítica social. Sus narraciones presentan un amplio abanico de registros: desde los campesinos más pobres hasta los nobles más educados, mujeres y hombres, jóvenes y viejos. Chéjov transforma el modelo realista mediante la selección de datos, la poetización de la prosa y la integración del sentimiento personal con la realidad observada, de ahí la importancia del recuerdo en su escritura.
    Nadie ha comprendido tan clara y sutilmente como Antón Chéjov la tragedia de las pequeñeces de la vida.
    En este sentido, es paradigmático el ejemplo de La dama del perrito, historia de un adulterio (tema preeminente en la narrativa del siglo XIX, con Ana Karenina o Madame Bovary), que es transformada por Chejov en un relato poético de amor, al concentrar su atención en el mundo interno de los dos únicos personajes y sus relaciones. Enfrentados a la cuestión de cómo libran su amor del secreto, se dejan llevar hacia el sueño de un feliz y liberado futuro.


martes, 1 de mayo de 2012




La metamorfosis (Die Verwandlung) es un relato de Franz Kafka, publicado en 1915, que narra la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo. Un día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento. De hecho, cuando se estaba preparando la edición de 1915, el ilustrador Ottomar Starke recibió la orden del autor de que en ninguna de las imágenes se viera la figura del insecto, que Kafka pensaba debía dejarse a la imaginación de los lectores.
En ocasiones el título es traducido como La transformación. Esto se debe a que en alemán la voz Verwandlung corresponde a cambio, transformación, conversión, reducción, mutación, y solo como Metamorfosis cuando apunta a la mitología clásica. La palabra en alemán para denominar Metamorfosis es Metamorphose.
La obra se ubica dentro del género narrativo, es un relato realista, con rasgos expresionistas (en el sentido, por ejemplo, de plasmar la falta de entendimiento entre generaciones) y surrealistas. Durante toda la historia, el autor plasma situaciones que no están fuera de lo normal; sin embargo, forma parte de esta corriente por la transformación que sufre el personaje principal.

Para entender este libro necesitamos conocer la vida de su autor, cómo era, quiénes le rodeaban, cuáles eran sus miedos, sus esperanzas y sus frustraciones. Sin esos datos, la obra pierde parte de su sentido.
Kafka nació en Praga el 3 de julio de 1883 como miembro de una familia judía en la que predominaban los comerciantes. Su familia paterna era una familia rural judía de carniceros, con frecuentes problemas económicos. Su padre, Hermann, se estableció por su cuenta en Praga en 1881, regentando un negocio textil que contaba con 15 empleados cuando el pequeño Franz nació. La madre de Franz, Julie, era hija de Jakob Löwy, un próspero fabricante de cerveza. El matrimonio se instaló en Praga y pasó a formar parte de su mejor sociedad. Desde el comienzo, quien marcará la pauta de la educación de Franz es el padre que insistirá en la necesidad del esfuerzo continuado para superar todas las dificultades de la existencia, desde una actitud permanente de autoritarismo y prepotencia hacia sus hijos. La madre quedó relegada a un papel secundario en el aspecto educativo.
El pequeño recibió su nombre en honor al emperador Francisco José I. Era el mayor de seis hermanos. Dos de ellos, Georg y Heinrich, fallecieron a los quince y seis meses de edad respectivamente, antes de que Franz cumpliera los siete años. Tuvo tres hermanas llamadas Gabriele, Valerie, y Ottilie (Ottla). Tras la ocupación nazi de Checoslovaquia, las tres hermanas fueron enviadas al ghetto de Łódź. De allí, Ottilie fue enviada al campo de concentración de Theresienstadt, y de allí, el 7 de octubre de 1943, al campo de exterminio de Auschwitz, donde aquel día 1.318 personas fueron asesinadas en las cámaras de gas a su llegada, incluyendo a Ottilie. Las otras dos hermanas también perecieron en el Holocausto.
Las relaciones con sus hermanos constituyeron una experiencia singular en la conformación de la personalidad de Franz, especialmente en lo que respecta a Georg y Heinrich, por cuya muerte se sintió culpable, ya que en sus oraciones y sus fantasías deseaba que desapareciesen porque sentía celos. Cuando murieron, ese estigma quedó sobre su conciencia.
Durante toda su vida, el autor de La Metamorfosis mantuvo una relación tempestuosa con su padre. Era un hombre grande, fornido, intimidatorio, que amedrentaba a su hijo con imprevisibles estallidos de cólera. Kafka siempre le tuvo miedo y asco, especialmente porque hacía muchísimo ruido al comer y era muy escandaloso a la hora de mantener relaciones sexuales con su esposa, lo cual alteraba los nervios del hipersensible Franz.
Franz Kafka hablaba checo y alemán. Posteriormente adquirió conocimientos de francés (también estudió algo de hebreo) y cultura francesa. Entre sus autores favoritos estaban Flaubert, Dickens, Cervantes y Goethe.
Un detalle importante de la época en que estudió bachillerato es que tuvo que leer las Metamorfosis de Ovidio, traducir fragmentos y leerlos en voz alta en clase y esta obra influyó en su novela.
En 1902 conoció a Max Brod, un muchacho bajito, jorobado y que escribía mucho. La diferencia física entre los dos amigos era notable. Kafka, que llegó a pesar 57 kilos, medía 1’82 de estatura. La figura de Brod está siendo revisada en la actualidad porque se le acusa de manipular textos de Kafka, así como de haber dejado inéditos algunos textos de su amigo, en concreto un diario.
Al acabar Derecho, Franz consiguió algunos trabajos que no le hicieron ganar mucho dinero, pero que le sirvieron para conocer por dentro el mundo de la administración y la burocracia que se ve reflejado en algunos de sus escritos.
En 1912 Kafka toma conciencia de ser escritor. Escribe Das Urteil (El juicio) y a finales de noviembre termina de escribir Contemplación (Betrachtung), una colección de 18 relatos que habían aparecido dispersos en diferentes medios. La aparición de esta obra le da a conocer como escritor ante la sociedad en general. En 1913 escribe Consideración, y en 1915 La metamorfosis (aunque gracias a sus diarios y a las revelaciones de su amigo Max Brod sabemos que este relato se le ocurrió exactamente la mañana del domingo 17 de noviembre de 1912).
A partir de 1912 comienza a cartearse con uno de sus amores emblemáticos, Felice Bauer, con la que mantuvo una relación tormentosa. Al parecer Kafka mantuvo una relación paralela con Grete Bloch, la mejor amiga de Felice. En teoría el autor fue un chico atormentado y con poco éxito con las mujeres, pero repasando su trayectoria sentimental encontramos a Hedwig Weiler, Mania Tschissik, Margarethe Kirchner, Felice, Grete, Milena Jesenska y Dora Diamant.
En 1917 se le diagnosticó tuberculosis, lo que le obligó a mantener frecuentes períodos de convalecencia, durante los cuales recibió el apoyo de su familia, en especial de su hermana Ottilie, con quien tenía mucho en común. En 1919 finaliza los catorce cuentos fantásticos (o catorce lacónicas pesadillas) que componen Un médico rural.
Un tema de gran importancia en su obra es su relación con un padre autoritario. En la intimidad, este no dejó nunca de menospreciar a su hijo y hasta el año 1922 lo tiranizó. De ese conflicto y de sus tenaces meditaciones y las ilimitadas exigencias de la patria potestad, declaró el propio Kafka que procedía toda su obra, incluyendo en particular su célebre Carta al padre, nunca publicada en vida. Un ejemplo de esa relación sucede en 1922, cuando el padre de Franz es operado de una hernia y el autor acude a su lado. Su progenitor entonces le dice que está más a gusto sin su presencia.
La tuberculosis que padecía se agravó con rapidez y Franz Kafka murió en junio de 1924.
En cuanto a la obra que nos ocupa, La metamorfosis, ha recibido varias interpretaciones, como las referidas al trato de una sociedad autoritaria y burocrática hacia el individuo diferente, que queda aislado e incomprendido ante una maquinaria institucional abrumadora y la monotonía que no comprende. Otros temas que se incluirían en este sentido serían la soledad y el aislamiento que provoca la ruptura de relaciones humanas. Otra interpretación reconocida se refiere a la identidad desdoblada de Kafka, quien por un lado siente nostalgia por la identidad judía de sus abuelos y por otro siente que no logra hacer pie en el mundo "gentil" de Praga al que pertenece su padre. También se ha señalado que la obra plasma el egoísmo humano ante el bienestar de los demás. Sobre Gregorio recaía todo el peso de mantener económicamente a su familia, pero cuando es la familia la que tiene que hacerse cargo de Gregorio, lo dejan morir. También se dice que Kafka escribió la obra incluyendo sus sensaciones anímicas y  recogiendo sus complejos en cuanto a su físico (el autor era flaco, débil y decía “Yo me veía patético ante el mundo entero”)
En La metamorfosis, Franz Kafka aborda el tema del autoritarismo, mediante la historia de un viajante de comercio, llamado Gregor Samsa, el cual despierta una mañana transformado en un insecto, un pecado que lo lleva a sufrir los más grandes sinsabores por parte de su familia, el trabajo y la sociedad. Después de diversos acontecimientos, el personaje principal termina de una manera trágica, mientras que su familia, lo más cercanos a él, toman este suceso como una liberación para seguir adelante con su vida.
El autor plantea su biografía, su sometimiento hacia su padre, dándonos a conocer las consecuencias y sentimientos experimentados bajo tal régimen autoritario, en donde el único error cometido es haber nacido dentro de ese sistema. Asimismo, la obra es una crítica al gobierno de aquella época, plena de subordinación y autoritarismo, donde las cosas están ya predeterminadas sin explicación ni razón alguna —como se observa en el relato—, así como la inferioridad suscitada por el hecho de ser judío.
En cuanto a la estructura externa de la obra, el texto se divide en cuatro partes carentes de nombre. La ausencia de nombres crea una igualdad entre esas partes, sin que una parezca más importante que la otra. En la primera parte, el personaje principal se ve enfrentado a su jefe, quien después de un rato de espera, habla con Gregorio a través de la puerta. Al ver la reacción del principal, sale ya convertido en un insecto, provocando la exaltación de los personajes en la escena. En la segunda parte, Grete, la hermana, es la encargada de la supervivencia de Gregorio: le da de comer y limpia un poco. La tercera parte es la centrada en el arrebato del padre, originado por la supuesta agresión de Gregorio hacia su madre. Comienzan así las actitudes hostiles que llevan al paulatino desdén por Gregorio. La última parte, es donde la autoridad es ejercida por tres huéspedes representantes de la sociedad hacia la familia entera. La obra está fuertemente relacionada con su autor y época, ya que Franz Kafka sufrió la obligada subordinación de su padre y la sociedad en que vivía, así como el cuidado por parte de su hermana cuando enfermó de tuberculosis.
Refiriéndonos a la estructura interna, el planteamiento es la metamorfosis de Gregorio en un insecto. Al desarrollarse la historia, se observa cómo la vida de Gregorio se ve afectada, y los sucesos ocurridos durante su estado. Sin embargo, estos sucesos que se vuelven cotidianos son interrumpidos por el desmayo de la madre, atribuyendo al personaje principal una culpa que es castigada por el señor Samsa al arrojarle manzanas, lo que al final hiere a Gregorio, y lo lleva a su trágico desenlace.
La historia es planteada por un narrador externo omnisciente.
El tiempo en el que se desarrolla el relato es un tiempo lineal, sin digresiones, que proporciona un fácil entendimiento en el transcurso de los acontecimientos.
Los personajes son:
-          Gregorio Samsa, el protagonista de la historia, de unos 23 años. Trabaja como viajante de comercio para mantener a su hermana y a sus padres. Se despierta una noche como un gran insecto. Tras la metamorfosis, Gregorio se encuentra incapacitado para trabajar. Y esto obligará a su padre, a su madre y a su hermana a tener que hacerlo. Sufrirá la incomprensión por parte de toda su familia, que cada vez irán despreciándolo más.
-          Grete es la hija pequeña de la familia, tiene unos 17 años, se convierte en la cuidadora de Gregorio. Al principio Grete y Gregorio tenían una relación muy íntima pero Grete cada día se despreocupa más de él. Ella toca el violín y parece tener cualidades para ir al conservatorio, un sueño que secretamente Gregorio quería hacerle cumplir. Para aumentar los ingresos de la familia, Grete empieza a trabajar como dependienta en una tienda.
-          El Señor Samsa es el padre de Gregorio. Contrajo una deuda con el jefe actual de Gregorio, por ello su hijo tiene que trabajar durante cinco años. Cuando Gregorio se transforma, las circunstancias obligan a su padre a cambiar su carácter perezoso y vago y buscar un trabajo para mantener a la familia.
-          La Señora Samsa es la madre de Gregorio. Al principio de la historia se encuentra conmocionada por su transformación aunque quiere entrar en su habitación. En ella se crea un conflicto interno, una lucha entre la repulsión que le produce el bicho y su instinto materno.
-          Los tres huéspedes son de un carácter serio e inquisitivo. Cuando ven a Gregorio, deciden marcharse de la casa sin pagar.
-          El apoderado es otro personaje inquisitivo. Cuando comprueba que Gregorio no ha tomado el tren que le debería llevar a otra ciudad a trabajar, acude a la casa de su empleado, entrando casi hasta su habitación sin ningún tipo de respeto por su intimidad. Reprime a Gregorio llamándole irresponsable por no haber salido a trabajar y le llama vago por el poco rendimiento que, según él, está teniendo. Cuando Gregorio sale de su habitación, el apoderado se asusta y sale disparado de la casa por las escaleras.
-          Las criadas son dos: la primera no tiene mucha importancia, siempre se queda en la cocina, y ante la abominable situación pide ser despedida y jura no comentar con nadie lo ocurrido. La segunda, en cambio, suele entrar en la habitación de Gregorio para insultarle y burlarse de él. Es esta segunda criada quien encuentra el cuerpo sin vida de Gregorio.

En la obra hay dos espacios: el comedor, donde la familia habla de los acontecimientos y de su mala situación económica, y la habitación de Gregorio, donde el protagonista pasa la mayor parte de su tiempo después de su transformación y en la que hay dos elementos muy importantes, una ventana y un sillón donde se esconde cuando se siente apenado.

En cuanto a la forma del relato en general, el texto se caracteriza por el dinamismo con el que transcurre la obra, y la exigua descripción que se le otorga al entorno, limitándose a los detalles más fundamentales. La atención se dirige hacia la acción.
La metamorfosis se considera una metáfora de la vida: al morir, Gregorio pierde lo más parecido que tenía al hombre: humedad y forma en su cuerpo. Con esto toda su inferioridad se reduce a nada, sucumbiendo ante la fuerte autoridad de la que era víctima.
La metamorfosis pertenece a las grandes obras del siglo XX, y representa lo que un hombre puede vivir, lo solo que puede llegar a sentirse hasta llegar al punto más trágico. El personaje que es distinto resulta señalado, acorralado y repudiado.