En las últimas
décadas del siglo XIX se produce una reacción en el terreno de la literatura y
de las artes en general contra las tendencias dominantes como son el
realismo y el naturalismo. Esta reacción es especialmente significativa en el
ámbito de la poesía, género literario que había quedado relegado por los
escritores realistas y naturalistas, mucho más inclinados al cultivo de la
novela y del teatro. De este modo, se van sentando las bases de la poesía del
siglo XX.
Las
principales corrientes estéticas representativas de esta voluntad innovadora en
poesía tienen lugar en Francia, y son conocidas con los nombres de Parnasianismo y Simbolismo.
Antes de que surgiera el simbolismo, el
Naturalismo era la tendencia del momento. El escritor francés y fundador de
este movimiento fue Emile Zola, para quien el objetivo del naturalismo era
reproducir la realidad con una objetividad perfecta en todos sus aspectos,
tanto los más delicados como los más vulgares.
Por otro lado,
el Parnasianismo nace en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX. Fue creado
como reacción contra el Romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el
socialismo artístico. Los parnasianos cuidaban mucho de la forma, por ello
su lema era “el arte por el arte”, pues se comprometían con la belleza y
rechazaban el compromiso social y político.
SIMBOLISMO
Es un movimiento artístico que
se originó en Francia a finales del siglo XIX. Surge en contra de tendencias como
el Realismo, el Naturalismo y el Parnasianismo. Encontramos un rechazo total a
reproducir la realidad de manera objetiva (Realismo y Naturalismo). Por otro
lado, comparte con el Parnasianismo la reacción contra esos movimientos, pero los simbolistas no se muestran contrarios a la
sentimentalidad y al reflejo de la intimidad, propios de los autores
románticos, ni tampoco consideran al poeta como un inadaptado social.
En Un manifeste
littéraire ("Un manifiesto literario"), publicado en 1886, Jean
Moréas definió este nuevo estilo como "enemigo de la enseñanza, la
declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva".
Las características principales de este estilo son:
-
Es un movimiento basado en el subjetivismo, en la vaguedad de sus
ideas y el uso de símbolos que
evocan emociones. En 1885, muchos escritores y artistas no estaban de acuerdo
con la incapacidad de la sociedad para resolver los problemas,
por ello buscaron nuevos valores que estuvieran basados en lo espiritual.
Además muestran cierta inclinación hacia lo sobrenatural y lo que no se ve. La
necesidad del Simbolismo es expresar una realidad distinta a lo tangible y por
ello tiende a inclinarse hacia la espiritualidad. Este movimiento utiliza el
símbolo como un instrumento de comunicación que trasciende lo material. Fue un
movimiento estético que animó a los escritores a expresar sus ideas,
sentimientos y valores mediante símbolos o de manera implícita, más que a
través de afirmaciones directas.
-
Se concibe la poesía como algo misterioso, intentando no reflejar la realidad de
manera objetiva ni directa, sino buscando hacerla a través de las sugerencias
que permiten las imágenes, los símbolos y las intuiciones.
-
Niegan la
función social y el valor utilitario de la poesía, ya que de lo que se
trata es de representar los misterios que esconde la realidad, así como la
intimidad y las emociones del poeta.
-
Buscan la renovación
formal de la poesía. Para ello, abandonan la métrica tradicional y cultivan
el verso libre, el poema en prosa y las asociaciones libres de ideas.
-
También utilizan procedimientos técnicos como
las repeticiones de palabras, los paralelismos y especialmente las sinestesias.
-
Conceden una importancia capital a la música, la
cual influirá en el ritmo y la musicalidad
de sus versos y en la sugerente sonoridad de las palabras empleadas.
El Simbolismo tuvo como sus principales
representantes a Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé.
- Charles Baudelaire
(1821-1867) fue un poeta francés precursor
del Simbolismo y uno de los poetas más importantes del siglo XIX y XX. Su
forma de concebir la vida encaja con la condición de “poeta maldito”, término
acuñado por Paul Verlaine para referirse a aquellos escritores que se desmarcan
de la sociedad en que viven y muestran rebeldía, desorden y provocación. En
este sentido, Baudelaire vivió de lleno la vida bohemia parisina y la de los
bajos fondos, en permanente contacto con el mundo del hachís y de la
prostitución, lo que le llevó a una penosa situación económica y de salud:
contrajo la sífilis y sufrió una parálisis cerebral, que sería la causante de
su muerte. En cuanto a sus
obras, podemos destacar Las flores
del mal (1857) que representó un momento fundamental para la poesía
moderna, a pesar de las acusaciones de inmoralidad con la que fue recibida su
publicación. Es una obra de concepción clásica en su
estilo, y oscuramente romántica por su contenido, en la que los poemas se
disponen de forma orgánica. En ella, Baudelaire expone la teoría de las correspondencias y, sobre todo, la concepción del poeta
moderno como un ser maldito, rechazado por la sociedad burguesa, a cuyos
valores se opone. El poeta se entrega al vicio, pero sólo consigue el tedio (spleen,
como se decía en la época), al mismo tiempo que anhela la belleza y nuevos
espacios. El autor señaló ante las acusaciones de inmoralidad que mencionábamos
que el libro debía ser "juzgado en su conjunto", tal como él lo había
concebido: un poema total, que no seguía un orden cronológico sino un orden de
finalidades. Con Las flores
del mal, Baudelaire realizó el descubrimiento de la belleza en lo "no
bello". Por otra parte, Baudelaire es autor del libro Pequeños poemas en prosa,
también conocido como El spleen de
París (1869). Escrito en prosa poética, recoge la realidad de la ciudad
parisina, en sus múltiples aspectos y ambientes, y la melancolía y la miseria.
- Paul Verlaine (1844-1896)
mantuvo una apasionada y tormentosa relación amorosa con el joven poeta Rimbaud,
al que hirió de un disparo cuando este intentó abandonarlo. Tras su estancia en
la cárcel, se convirtió al catolicismo, lo cual no sirvió para apartarlo de la
vida desordenada que siempre llevó. Sus obras más conocidas son Fiestas galantes (1869) y Romanzas sin palabras (1874). La
primera de ellas ofrece un mundo decadente y voluptuoso, representado por
paisajes otoñales, parques abandonados, hojas muertas, estatuas abandonadas y
ruinosas, amores decadentes,… En la segunda, relata su relación con el poeta
Rimbaud. Pero el principal mérito de Verlaine radica en la musicalidad de su poesía, en la sensualidad de la misma, en
la sencillez de su lenguaje y, especialmente, en el conjunto de símbolos e
imágenes asociados al tema de la melancolía.
- Stephan Mallarmé (1843-1898)
fue un poeta obsesionado con los temas existenciales, como la soledad y la
muerte. Igualmente, se mostró siempre preocupado por la perfección formal de su
poesía, para lo cual recurría a un constante proceso de depuración del lenguaje
y al simbolismo, lo que conduce a su poesía al hermetismo y a la ambigüedad. Bajo
el título general de Verso y prosa
se recoge su escasa obra publicada, en la que destacan los poemarios Herodías
y Siesta de un fauno, así como su libro de prosa Divagaciones.
- Arthur Rimbaud (1854-1891)
fue un poeta precoz, pues empezó a escribir a los 10 años, pero también fugaz,
ya que dejó de escribir a los 21, para dedicarse a una vida de aventura y de
viajes, que incluso le llevó a traficar, desde Abisinia, con marfil, armas y
esclavos. También hay que destacar la relación amorosa que mantuvo durante varios
años con el poeta Verlaine. Según Rimbaud, el poeta ha de ser una especie de vidente,
en busca de lo desconocido y lo misterioso, de la alucinación y de lo
irracional. De las tres obras que escribió, las dos más interesantes son Una temporada en el infierno
(1873) e Iluminaciones
(1886). La primera de ellas presenta una serie de poemas autobiográficos,
satíricos y de denuncia acerca de la vida burguesa, la religión y la patria. En
Iluminaciones, el poeta
continúa en esa misma línea argumental, pero con un estilo mucho más libre que
incluye prosas poéticas.
La influencia del simbolismo fue especialmente notable en Rusia, donde cabe
destacar la obra del poeta Alexander Blok, y tuvo un gran impacto en la
literatura del siglo XX. En el área española influyó en la poesía de Rubén
Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.
POESÍA PURA
En los
primeros años del siglo XX se puede hablar de la existencia de una corriente
“postsimbolista” llamada poesía pura. Se trata de una corriente poética que
presta más atención a la forma que a los sentimientos y que elabora una poesía
en la que se propone la introspección y la reflexión acerca del poder del
lenguaje.
Su rasgo más característico es la
utilización de un lenguaje ajeno a la lógica, lo que posibilita que los poemas
puedan presentar un significado ambiguo y múltiple. Por ello, el lector debe
dejarse llevar por la sugestión que le despiertan las palabras y las imágenes empleadas.
De ahí que se pueda hablar de una poesía hermética, que busca la expresión de
lo esencial, lo trascendente y lo metafísico. La poesía pura se puede
considerar como una continuación y una evolución de los movimientos
vanguardistas, con los que comparte el rechazo del Modernismo y el gusto por la
metáfora. Después de los excesos cometidos por algunos vanguardistas, se hizo
necesaria una “depuración” que llevara al equilibrio y a devolver a la poesía el
lirismo del que se la había despojado. Por eso, se considera que es necesario
eliminar de la poesía todo lo que no sea lírico, incluyendo una contención de
las emociones y los sentimientos.
En la poesía
pura se huye de las palabras rebuscadas, exóticas o preciosistas y se despoja
al lenguaje de la ornamentación retórica. No obstante, se usa con frecuencia la
metáfora. Al mismo tiempo, se tiende a simplificar al máximo las conexiones
gramaticales y los nexos sintácticos, para dotar al poema de una mayor
concentración y rapidez. Se concede una gran importancia a la adjetivación,
pues se considera que el adjetivo establece con el sustantivo una relación
nominal entre dos realidades. Así se explican expresiones tales como “ahínco
cabizbajo”, “beato sillón” o “atónita luz”, empleadas por Jorge Guillén. Se
vuelven a utilizar estrofas clásicas como el soneto, la décima, la silva y la
octava.
Principales representantes de la
poesía pura son:
- Francia: Paul Valéry (1871-1945) con la
publicación de El cementerio marino
(1920), un extenso poema escrito en versos elegantes y de estilo clásico. Para
Valéry, el trabajo del poeta es similar al del orfebre, pues busca la
perfección formal despojando a su obra de todo lo accesorio y retórico.
- Inglaterra: el irlandés William Butler Yeats (1865-1939)
escribe una poesía que gira en torno a dos motivos centrales. En un primer
momento, lucha por la defensa de la identidad nacional y la independencia de
Irlanda frente a Inglaterra. Muestra un gran interés por las leyendas y el
folclore de su tierra, como ocurre en El
viento entre las cañas (1899). Ya en su madurez, su poesía se centra en
las preocupaciones espirituales y en los misterios psíquicos y sobrenaturales. Un
ejemplo de ello es La torre
(1928), en donde recoge sus preocupaciones intelectuales y místicas.
- Norteamérica: Thomas Stearns Eliot (1888-1965), fue un aristócrata norteamericano, ensayista, poeta y dramaturgo, que obtuvo la nacionalidad inglesa. En su obra poética La tierra baldía (1922) ofrece un panorama desolador de la Europa posterior a la primera guerra mundial y reflexiona sobre el destino del ser humano.
- Norteamérica: Thomas Stearns Eliot (1888-1965), fue un aristócrata norteamericano, ensayista, poeta y dramaturgo, que obtuvo la nacionalidad inglesa. En su obra poética La tierra baldía (1922) ofrece un panorama desolador de la Europa posterior a la primera guerra mundial y reflexiona sobre el destino del ser humano.
- Portugal: Fernando Pessoa (1888-1935) fue un poeta
solitario y retraído, que recurrió a varios heterónimos (otros «yoes»
diferentes a él, con vida, personalidad y obra propias) para expresar sus
diferentes creaciones líricas y sus sentimientos. Incluso llegó a inventar la
biografía de esos heterónimos. En prosa escribió su famoso Libro del desasosiego, mezcla de diario, ensayo y prosa
poética. Su obra poética fue recogida, después de su muerte, en varios libros,
como el titulado Poesía de Fernando
Pessoa (1942).
- Grecia: Konstantinos Kaváfis (1863-1933) escribió tan sólo unos ciento cincuenta poemas que no publicó en libro, sino que los repartía en hojas sueltas entre sus conocidos. Atraído por el pasado, canta a personajes de la historia y la leyenda clásicas, como a los héroes de la Ilíada, como ejemplo de la fugacidad de la vida y el amor.
- España: La desnudez sentimental de la poesía pura tiene en España a un auténtico maestro, Juan Ramón Jiménez, que marcará los primeros pasos de los poetas del 27. Así, la aparición en 1916 del poemario en verso libre de Juan Ramón Jiménez Diario de un poeta recién casado marcará un hito en la superación del Modernismo y el inicio del canon de la poesía pura. Y otro tanto cabe decir a propósito de su libro Eternidades (1916-1917) y de su Segunda antología poética (1922), en donde habla de la “poesía desnuda”. Entre los poetas de la llamada Generación del 27 que cultivaron la poesía pura, hemos de citar a Pedro Salinas (1891-1951), quien prescinde de lo superfluo y lo anecdótico, para mostrar la realidad íntima de las cosas, la pura esencia. Así lo podemos apreciar en sus primeras obras como Presagios (1924), y en poesía conceptual, en la trilogía que supone la expresión de un proceso amoroso La voz a ti debida (1933) con el encuentro y el intento del enamorado por descubrir la esencia de la mujer amada, Razón de amor (1936) que presenta el hallazgo de la pareja y la despedida parcial, y Largo lamento (1936-1939), el final doloroso tras un reencuentro imposible.
- Grecia: Konstantinos Kaváfis (1863-1933) escribió tan sólo unos ciento cincuenta poemas que no publicó en libro, sino que los repartía en hojas sueltas entre sus conocidos. Atraído por el pasado, canta a personajes de la historia y la leyenda clásicas, como a los héroes de la Ilíada, como ejemplo de la fugacidad de la vida y el amor.
- España: La desnudez sentimental de la poesía pura tiene en España a un auténtico maestro, Juan Ramón Jiménez, que marcará los primeros pasos de los poetas del 27. Así, la aparición en 1916 del poemario en verso libre de Juan Ramón Jiménez Diario de un poeta recién casado marcará un hito en la superación del Modernismo y el inicio del canon de la poesía pura. Y otro tanto cabe decir a propósito de su libro Eternidades (1916-1917) y de su Segunda antología poética (1922), en donde habla de la “poesía desnuda”. Entre los poetas de la llamada Generación del 27 que cultivaron la poesía pura, hemos de citar a Pedro Salinas (1891-1951), quien prescinde de lo superfluo y lo anecdótico, para mostrar la realidad íntima de las cosas, la pura esencia. Así lo podemos apreciar en sus primeras obras como Presagios (1924), y en poesía conceptual, en la trilogía que supone la expresión de un proceso amoroso La voz a ti debida (1933) con el encuentro y el intento del enamorado por descubrir la esencia de la mujer amada, Razón de amor (1936) que presenta el hallazgo de la pareja y la despedida parcial, y Largo lamento (1936-1939), el final doloroso tras un reencuentro imposible.
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