lunes, 16 de septiembre de 2013

Los personajes en La casa de Bernarda Alba




            Los personajes femeninos de García Lorca suelen destacar por su hondura y buen trazado y La casa de Bernarda Alba es un buen ejemplo dentro de su obra. Lorca suprime los personajes masculinos, entre ellos una figura fundamental: Pepe el Romano. Pero la supresión física del personaje se acompaña de un dominio extendido de su persona ausente.

El simbolismo de los nombres:

-          Bernarda: nombre de origen germánico que se refiere a “con fuerza y empuje de oso”.
-          Alba: del latín “albus”, blanco, significa también pureza, limpieza y apariencia.
-          Adela: de naturaleza noble, sincera.
-          Amelia: sin miel, sin gracia, tímida.
-          Angustias: mujer amargada, angustiada.
-          Martirio: apasionada, sufre un verdadero martirio por su enfermedad y deformación física.
-          Magdalena: nombre de un personaje bíblico, llora con facilidad.
-          Prudencia: sabiduría y resignación de la vejez.
-          Poncia: referencia a Poncio Pilatos, que se lava las manos en los momentos importantes.
-          Mª Josefa: unión de los nombres de los padres de Cristo.

Tipos de personajes

Visibles
Invisibles
Aludidos
Aparecen en escena como protagonistas (las mujeres) o como episódicos (mendiga)
No aparecen en la escena pero influyen en el desarrollo de la acción dramática (Pepe, la hija de Librada, segadores)
Son anecdóticos y sin entidad dramática: se cuenta su historia o permite la entrada y salida de personajes (Enrique Humanes, Paca la Roseta)

Las mujeres

-          Bernarda: es la representación hiperbólica del autoritarismo y las convenciones sociales retrógradas (el qué dirán y la honra). Es descrita antes de aparecer en escena por el diálogo Poncia-Criada. Destacan en él el autoritarismo de Bernarda (mandona, dominanta, tirana de todos los que la rodean) y la limpieza y orgullo de su casta (Ella la más aseada, la más decente, ella la más alta). La primera visión que tiene el espectador de ella nos reitera ese autoritarismo: vestida de negro impone silencio y lleva un bastón, símbolo de ese poder. Como viuda asume el papel masculino (Hasta que salga de esta casa con los pies por delante mandaré en lo mío y en lo vuestro). Su lenguaje está lleno de mandatos, órdenes y prohibiciones, sin posibilidad de diálogo ni rectificación.
-          Hijas: Están condenadas a convivir sin entenderse, reunidas en la casa por lazos de sangre ineficaces: entre ellas no hay amor, solo cierta amistad entre Martirio y Amelia. Adela se referirá a esto (Nos enseñan a querer a las hermanas). Además, la desigualdad económica desencadenará el conflicto. Angustias tiene 39 años, es de carácter egoísta y no goza de buena salud. Su nivel económico la acerca a Pepe, la única manera de salir de este infierno que es la casa. Magdalena, de 30 años, no alcanza como personaje mucho desarrollo. Es la que más ha sentido la muerte de su padre. Es hacendosa, la que mejor borda y corta, pero reniega de su condición de mujer. Es la única que dice las verdades en voz alta (Nos pudrimos por el qué dirán). Amelia tiene 27 años. Es el personaje más desdibujado, quizá por el lugar de hermana mediana que ocupa. Es tímida, tiene buena relación con Martirio y se preocupa por su salud. Para ella, nacer mujer es el mayor castigo. Martirio, con 24 años, está enferma, deforme y atormentada. Tuvo un novio, Enrique Humanes, pero su madre lo rechazó por la desigualdad social. Por un lado tiene miedo a los hombres, pero por otro, se siente atraída por ellos. De ella dice Poncia que es un pozo de veneno, no en vano provocará la desgracia. Adela tiene 20 años, es la hija rebelde y por ello se atreve a vestir de color y a llevar un abanico de flores de colores a pesar del luto. Quiere salir y se resigna a envejecer. Es consciente de su atractivo físico, lo que utilizará para conseguir a Pepe. Su mayor rebeldía es romper el bastón de su madre. La muerte es para ella una liberación.
-          Poncia: tiene 60 años como Bernarda y una mentalidad similar. Lleva sirviéndola treinta años, pero la odia. Está al tanto de todo lo que pasa en la casa y avisa a Bernarda de lo que se avecina. Le gusta hablar de sexo con las hijas. Utiliza un lenguaje desgarrado y lleno de sabiduría popular.
-          Mª Josefa: La madre de Bernarda, tiene 80 años y sufre demencia senil, por lo que está encerrada. Da voces continuamente y dice que quiere casarse. En su primera aparición en escena lleva unas flores en la cabeza, un símbolo de erotismo; en la segunda, su lenguaje es el de un niño: “Pepe el Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar a vosotras porque vosotras sois granos de trigo”.
-          Pepe el Romano: tiene 25 años. No aparece en escena. Es interesado y ruin.

Relaciones entre personajes

Señora- criadas
Resentimiento y odio de clase
Madres-hijas
Autoritarismo y rebeldía
Hermanas
En general, envidia. El odio las irá poseyendo y provocará las luchas por defender lo que se les niega a todas: el amor y el sexo.
Afecto entre Magdalena y Adela, por un lado, y por otro entre Amelia y Martirio.
Bernarda-vecinas
Temor y odio

Caracterización

Indirecta
A través de los diálogos (las acotaciones son escasas y funcionales).
Autodefinición
El personaje habla de sí mismo (por ejemplo, Martirio se reconoce "débil y fea")
Actuación
Conocemos a los personajes también por su actuación y comportamiento. La inflexibilidad y rigidez de Bernarda contrasta con la actitud sumisa de sus hijas y de las criadas.
Lenguaje
Mediante insultos y vulgarismos (Poncia), imperativos (Bernarda), simbolismo (Josefa)
Movimientos
Dinamismo de Bernarda (con movimientos vigorosos y violentos) frente a las hijas sentadas (estáticas, en actitud de espera).
Objetos
Bastón, Abanico, Retrato, Oveja



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