miércoles, 11 de septiembre de 2013

Rasgos estilísticos de La casa de Bernarda Alba







Propios del lenguaje teatral


Propios del lenguaje conversacional (muchos inspirados en la expresividad popular andaluza)
Propios del neopopularismo literario del estilo lorquiano (basado en la libre intervención o en la manipulación del lenguaje común, sometiéndolo a una elaboración poética)
Acotaciones, referidas al decorado, al vestuario, acciones e intenciones de los personajes.
Formas de expresión de los personajes: aparecen dos apartes, un monólogo, y el diálogo. En lo que se refiere a su extensión, hay parlamentos breves, que reflejan la tensión de los interlocutores o el tono desganado e insustancial de lo que se dice, y aparece la alternancia de historias o exposiciones detalladas de ideas y réplicas breves. En cuanto al contenido e intención de los diálogos, los hay informativos, que cuentan historias, en los que se aportan datos y opiniones sobre personajes y situaciones o se ofrecen detalles de espacio y tiempo. También destaca el carácter dinámico, cuando los personajes discuten sobre los temas y conflictos de la acción dramática.
Los que traducen la subjetividad y emotividad de los interlocutores:
Interjecciones propias e impropias.
Tonos exclamativos con los que se dramatiza lo que se dice.
Hipérboles con que se ponderan los hechos o los sentimientos.
Afirmaciones y negaciones categóricas.
Aparición de tú y yo deícticos para subrayar la presencia de los interlocutores y como fórmula de tratamiento (tú, usted).
Diminutivos y apelativos cariñosos o despectivos.
Reiteraciones expresivas de palabras. Paralelismos.
Tematizaciones con que se resalta algún concepto del enunciado de la oración.
Interrogaciones retóricas que traducen el estado de ánimo del emisor.
Ironías e insinuaciones.

Los que expresan la relación y cooperación entre los interlocutores
Apelaciones al interlocutor: vocativos (denotativos, afectivos, latiguillos…), insultos y maldiciones, términos exhortativos de valor fático, para llamar o mantener la atención del interlocutor y mandatos categóricos, con especial atención a la retórica del mandato de Bernarda (imperativos, sustantivos interjectivos, oraciones exhortativas, preguntas retóricas, infinitivos vulgares, presente o futuro de mandato…)
Lenguaje inquisitivo: preguntas al interlocutor, interrogaciones retóricas que suponen el asentimiento o son reproches al interlocutor.
Frases inacabadas por interrupciones del interlocutor, porque vacila el emisor o porque se sobreentiende lo que sigue (reticencia).
Retórica de la cortesía: formulismos fáticos de saludo y despedida y otros recursos que regulan el trato entre los interlocutores.

Espontaneidad, economía en el uso del lenguaje verbal
Brevedad, mediante elipsis, con la supresión de elementos redundantes en las respuestas, y sintaxis poco compleja, con predominio de frases cortas, oraciones simples y compuestas poco complejas, réplicas y contrarréplicas breves, que traducen la tensión de los interlocutores, y oraciones inacabadas, fruto de la vacilación del emisor.
Deícticos (pronombres y adverbios) para señalar los elementos y lugares presentes en el contexto físico o en la mente de los interlocutores.
Palabras baúl de significado genérico e impreciso.
Uso de giros y clichés del habla popular (muletillas, latiguillos, locuciones, frases hechas, refranes, símiles y metáforas populares)

Símiles e imágenes de tono irracional, para ponderar sentimientos y estados de ánimo.
Tono proverbial, con invención de sentencias o adaptación de refranes ya existentes.
Símbolos en los que se condensan los temas o las pasiones de los personajes.



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