Propios del
lenguaje teatral
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Propios del
lenguaje conversacional (muchos inspirados en la expresividad popular
andaluza)
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Propios del
neopopularismo literario del estilo lorquiano (basado en la
libre intervención o en la manipulación del lenguaje común, sometiéndolo a
una elaboración poética)
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Acotaciones, referidas al
decorado, al vestuario, acciones e intenciones de los personajes.
Formas de
expresión de los personajes: aparecen dos apartes, un monólogo, y el diálogo.
En lo que se refiere a su extensión,
hay parlamentos breves, que reflejan la tensión de los interlocutores o el
tono desganado e insustancial de lo que se dice, y aparece la alternancia de
historias o exposiciones detalladas de ideas y réplicas breves. En cuanto al contenido e intención de los
diálogos, los hay informativos, que cuentan historias, en los que se aportan
datos y opiniones sobre personajes y situaciones o se ofrecen detalles de
espacio y tiempo. También destaca el carácter dinámico, cuando los personajes
discuten sobre los temas y conflictos de la acción dramática.
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Los que
traducen la subjetividad y emotividad de los interlocutores:
Interjecciones propias e
impropias.
Tonos
exclamativos con
los que se dramatiza lo que se dice.
Hipérboles con que se
ponderan los hechos o los sentimientos.
Afirmaciones y
negaciones
categóricas.
Aparición de
tú y yo deícticos
para subrayar la presencia de los interlocutores y como fórmula de
tratamiento (tú, usted).
Diminutivos y
apelativos
cariñosos o despectivos.
Reiteraciones
expresivas
de palabras. Paralelismos.
Tematizaciones con que se
resalta algún concepto del enunciado de la oración.
Interrogaciones
retóricas
que traducen el estado de ánimo del emisor.
Ironías e
insinuaciones.
Los que
expresan la relación y cooperación entre los interlocutores
Apelaciones al
interlocutor: vocativos
(denotativos, afectivos, latiguillos…), insultos
y maldiciones, términos exhortativos de valor fático, para llamar o
mantener la atención del interlocutor y mandatos categóricos, con especial
atención a la retórica del mandato de Bernarda (imperativos, sustantivos
interjectivos, oraciones exhortativas, preguntas retóricas, infinitivos
vulgares, presente o futuro de mandato…)
Lenguaje
inquisitivo:
preguntas al interlocutor, interrogaciones retóricas que suponen el
asentimiento o son reproches al interlocutor.
Frases
inacabadas
por interrupciones del interlocutor, porque vacila el emisor o porque se
sobreentiende lo que sigue (reticencia).
Retórica de la
cortesía:
formulismos fáticos de saludo y despedida y otros recursos que regulan el
trato entre los interlocutores.
Espontaneidad,
economía en el uso del lenguaje verbal
Brevedad, mediante elipsis, con la supresión de
elementos redundantes en las respuestas, y sintaxis poco compleja, con predominio de frases cortas,
oraciones simples y compuestas poco complejas, réplicas y contrarréplicas
breves, que traducen la tensión de los interlocutores, y oraciones
inacabadas, fruto de la vacilación del emisor.
Deícticos (pronombres y
adverbios) para señalar los elementos y lugares presentes en el contexto
físico o en la mente de los interlocutores.
Palabras baúl de
significado genérico e impreciso.
Uso
de giros y clichés del habla popular
(muletillas, latiguillos, locuciones, frases hechas, refranes, símiles y
metáforas populares)
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Símiles e
imágenes de tono irracional, para ponderar sentimientos y estados
de ánimo.
Tono
proverbial,
con invención de sentencias o adaptación de refranes ya existentes.
Símbolos en los que se
condensan los temas o las pasiones de los personajes.
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miércoles, 11 de septiembre de 2013
Rasgos estilísticos de La casa de Bernarda Alba
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