sábado, 21 de enero de 2017

Teatro español a principios del siglo XX




            Hay dos teatros en clara oposición en España hasta 1936. El primero es tradicional, conservador y no sometido a censura previa. El innovador, con una fuerte carga crítica, fue censurado en su mayoría o no era entendido.
            Partiendo de esta doble vía trataremos en esta entrada de Benavente y Carlos Arniches, señalando también cuál fue ese teatro innovador y social.
            La panorámica general podemos presentarla del siguiente modo:



Teatro conservador o teatro “visible”
Teatro burgués: Benavente
Linares Rivas
Martínez Sierra
Teatro cómico: Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero
Teatro poético: Marquina, Villaespesa, Pemán y los hermanos Machado


Teatro innovador y social o teatro “invisible”
Intentos de renovación: Unamuno y Azorín
Teatro del 27
Inicios: Dicenta
Grau
García Lorca
Valle Inclán

            El teatro inmediato a Jacinto Benavente, tanto en España como en Europa es el siguiente:

Teatro Español



Teatro Moderno



Benavente
Teatro Europeo


Tamayo y Baus
Bretón de los Herreros
Hartzenbusch
Rivas
Zorrilla
Echegaray


Dumas
Ibsen
Oscar Wilde
D’Annunzio
Pirandello
Bernard Shaw

            Cuando comienza su carrera de dramaturgo, Jacinto Benavente encuentra en la escena española los esquemas románticos. En Europa, sin embargo, a partir de 1850 hay un teatro distinto.
            Si realizamos un somero repaso de los autores mencionados en el esquema anterior, encontramos obras como la de Manuel Tamayo y Baus, Locura de amor. Esta obra, estrenada en 1855, es un drama histórico al estilo romántico que trata de los celos que siente Juana la Loca hacia su marido, Felipe el Hermoso. La obra de Bretón de los Herreros titulada Muérete y verás es una comedia en cuatro actos publicada en 1840, cuya acción transcurre en la primera guerra carlista. La obra plantea un tema muy querido durante el Romanticismo: el conocimiento del comportamiento humano, presentando el fingimiento con que actuamos y, finalmente, el desengaño. De José Echegaray son En el seno de la muerte (una leyenda trágica en tres actos y escrita en verso, estrenada en 1879, cuya acción se sitúa en el siglo XIII y que presenta un adulterio) y El loco Dios (de 1907, escrita en prosa y dividida en cuatro actos, tiene como protagonista al joven Gabriel Medina, que desea casarse con una viuda rica).
            En el teatro europeo encontramos en primer lugar la comedia social-burguesa de Dumas. Por otra parte se representa a Ibsen, con un teatro simbólico, onírico, mezcla de realidad y sueño. El teatro de Oscar Wilde es un teatro crítico. D’Annunzio, por su parte, resucita la tragedia clásica con obras como La ciudad muerta (publicada en 1898, gira en torno a las ruinas de Micenas, en Grecia). Pirandello presenta el teatro dentro del teatro. Bernard Shaw escribe obras como Cándida, de 1898. La protagonista deberá elegir entre su marido y el amor de un joven poeta.

            Este es el contexto en que se da la comedia burguesa de Jacinto Benavente. Se inicia con la obra El nido ajeno. En ella pone en escena la represión de la mujer casada. Fue un escándalo y la obra se retiró inmediatamente del cartel.
            Un discípulo de Echegaray, Eugenio Sellés, a la hora de realizar la crítica, dijo: “don Jacinto ha conseguido que triunfe un teatro blanducho, sin vida, sin nervio”. Benavente pudo entonces seguir dos caminos: mantener la carga crítica o renunciar a ella. Y claudicó. Giró hacia un teatro no crítico, ganándose al público y a los empresarios. Entonces se le protege y se le aplaude.
            En 1922 se le concede el Premio Nobel de Literatura. Escribe posteriormente el ciclo de las comedias burguesas, también llamadas comedias de salón (Rosas de otoño, Lo cursi y La noche del sábado). Después intenta una nueva línea, la de los dramas rurales. Destacan en este grupo dos obras, Señora ama y La malquerida. La segunda es la historia de una pasión incestuosa. Intentó en ellas plasmar el lenguaje campesino, pero no acertó en este sentido.
            En 1907 se estrena Los intereses creados, que no se sitúa en un tiempo y un lugar concretos. Leandro es un tipo idealista y, junto a él, el criado Crispín es un pícaro que sabe que la vida se mueve por una serie de intereses. La pareja está tomada de Cervantes y la comedia se enmarca, por los prototipos de los personajes, en la Comedía del arte italiana.
            Dentro de las últimas obras de Jacinto Benavente encontramos Santa Rusia y Aves y pájaros. Ambas son de tema político y muestran lo acomodaticio de su ideología. En la primera, de 1933, defiende a Rusia. Está protagonizada por Lenin y en  la obra se utiliza La internacional. La segunda, de 1940, fue calificada por Ruiz Ramón como “una desgraciada y tendenciosa falsificación de la guerra civil”.
            Podríamos preguntarnos si Benavente consiguió un teatro de corte europeo. Y fue, hasta cierto punto, un teatro innovador, porque rompió con una tradición teatral melodramática (la de los románticos y de Echegaray). Pero también, por el contrario, fue un teatro calificado como “de peso muerto”, que no supo dar el paso definitivo hacia un teatro moderno, a pesar de la mitificación del teatro de Benavente.
            Rodríguez Méndez habla de la “dictadura benaventina” en el teatro español. Un dramaturgo portorriqueño, René Marqués, dejaba constancia de esa misma “dictadura” en el teatro hispanoamericano. Su obra más conocida es La carreta.

            Por su parte, Carlos Arniches fue reivindicado a partir de Pedro Salinas y Pérez de Ayala. Esa reivindicación fue apoyada posteriormente por dramaturgos como Lauro Olmo y Buero Vallejo.
            Desde 1888 a 1943 se desarrolla la obra de Arniches. Póstumamente, en 1943, se estrenó Don Verdades. Fue un fecundo autor de comedias y sainetes y se le recuerda sobre todo como pintor de los ambientes populares madrileños. Supo recrear el lenguaje castizo y creó un género al que se denominó tragedia grotesca. Un ejemplo de lo que buscaba en su teatro está en La señorita de Trevélez, de 1916, en la que critica a la juventud burguesa desocupada que gasta bromas pesadas, hiriendo a los demás.
            Escribió 63 obras en solitario y más de cien en colaboración con otros autores. Uno de los principales colaboradores fue Alfonso Paso. Recordemos que en el teatro español anterior a 1936 era normal la colaboración. Había una gran demanda de teatro y los autores se unían para sacar los estrenos adelante.

            Relacionado con esto, podemos recordar el fenómeno de las “parejas literarias” que se han dado a lo largo de la historia, como Boscán y Garcilaso, Nicolás y Leandro Fernández de Moratín, los hermanos Antonio y Manuel Machado, Miguel Hernández y Ramón Sijé, Arniches y Alfonso Paso, Grau y Gual o los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Con el paso del tiempo, uno de ellos se mantiene como autor vivo, mientras que el otro queda en un segundo plano o incluso desaparece, con la excepción de los Quintero.

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