jueves, 10 de marzo de 2016

El discurso periodístico



            Recordemos que en función del lenguaje específico utilizado, podemos hablar del discurso periodístico, publicitario, científico, humanístico, jurídico-administrativo y literario.
            Observamos que el discurso periodístico presenta contenidos que tienen que ver con la transmisión de información y opiniones consideradas de actualidad y de interés para la sociedad, mediante diversos géneros en los que la información y la opinión se expresan con un estilo ameno, claro y conciso para el lector.

            Las características principales del discurso periodístico son las siguientes:
-         Se produce en el ámbito social de la comunicación de información, que es actualizada a través de diferentes medios (prensa escrita o digital) y géneros (crónica, noticia, etc.)
-         Orienta sobre la interpretación o juicio que merecen los acontecimientos mediante el análisis y el comentario.
-         Utiliza otros códigos, además del lingüístico: el paralingüístico presente en las diferentes tipografías, y el icónico, presente en las fotografías, ilustraciones y gráficos.
-         Presenta una disposición en una página determinada (en la que hay otros textos) del periódico, revista o página web, y organizando el contenido de forma atractiva para los lectores o siguiendo los esquemas estructurales propios de los diferentes géneros periodísticos.
-         Utiliza un estilo informativo que busca la objetividad y la claridad o un estilo de opinión en el que priman los rasgos lingüísticos de la argumentación e incluso características propias del lenguaje literario.
-          
            En lo que respecta a los principios del discurso periodístico, debemos señalar tres:
            1.- Pertinencia: información veraz, completa, actual e interesante.
            2.- Objetividad: diferencia información de opinión y de publicidad para no originar confusión.
            3.- Transparencia: difusión de noticias comprobadas, no difusión de rumores, para lo que se cita una fuente si no se ha estado en el lugar de los hechos o se acude a las dos partes en caso de litigio. La transparencia exige rectificación si se ha producido un error.

            Por otra parte, la comunicación periodística, el esquema comunicativo aplicable al discurso periodístico, puede presentarse de la siguiente forma:

EMISOR
Se dan las funciones representativa (se trata de informar), apelativa (convencer) y poética.
El emisor es el propietario (que es el soporte económico e ideológico), las agencias informativas (seleccionan la información que se distribuye a los medios) y el periodista (que redacta y elabora la información).
INTENCIÓN COMUNICATIVA
Se trata de transmitir información (noticias), interpretar la información críticamente para formar la opinión del receptor (géneros de opinión) y entretener (crucigramas)
MENSAJE
Unidireccional, excepto en las cartas al director.
Información (noticia)
RECEPTOR
Colectivo, heterogéneo e indeterminado
CANAL
Inmediatez, medio de comunicación
REFERENTE
Actualidad
Universalidad
CÓDIGO
Lingüístico (culto, formal, claro, conciso y correcto) + Paralingüístico (tipografía) + Iconos (fotografías, gráficos, etc.)

            En otro orden de cosas, refiriéndonos a los géneros periodísticos, debemos recordar la clasificación de géneros de información y géneros de opinión. Entre los primero encontramos la noticia, el reportaje y la entrevista. Entre los géneros de opinión señalamos el editorial, las cartas al director, el artículo y las colaboraciones, la columna y la crónica.

            Géneros de información

            La noticia relata de forma impersonal unos hechos de interés, con extensión variable. Utiliza la forma habitual de la narración.
            Presenta como estructura la siguiente: titular (a veces antetítulo y subtítulo), que resume el contenido de la noticia; entrada o primer párrafo, que es un resumen de la noticia o la información básica que responde a las seis W (qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo), y párrafos con información decreciente. Es lo que se llama “pirámide invertida”.
            La noticia no suele ir firmada, aunque sí suele aportar la fuente (agencia de noticias).
            El reportaje se basa en una noticia previa, que se desarrolla incorporando más elementos informativos. Es, por tanto, más extensa que la noticia y posee mayor información gráfica.
            Utiliza la narración objetiva, la exposición, la descripción de personas y ambientes, y la cita en estilo directo de los protagonistas o testigos.
            Suele ir firmado por el reportero, quien aporta tonos subjetivos a la redacción de la noticia (como la denuncia, la ironía, etc.)
            La entrevista transcribe el diálogo, normalmente planificado, entre un periodista y un especialista de interés (informativa) o un personaje de interés (de personalidad).
            Utiliza el diálogo y la exposición y la descripción pueden estar presentes en la presentación del personaje.

            Géneros de opinión

            El editorial es el texto que representa la línea ideológica del medio para influir en la opinión pública a través de la argumentación más o menos objetiva sobre hechos de interés y de actualidad y temas variados (política, economía, cultura, etc.). Los autores suelen ser los directores o miembros del consejo editorial, que no suelen firmar.
            Las cartas al director recogen una breve opinión del lector. Se trata de textos argumentativos, que expresan queja, felicitación, experiencia personal, un comentario sobre la actualidad o la réplica a algún artículo publicado.
            En el artículo o las colaboraciones es donde se aprecia mayor carga de subjetividad y voluntad de estilo. Suele ser un periodista de prestigio o colaborador de relevancia cultural o social que comenta la actualidad con total libertad, tanto en la selección (ensayo breve) del tema como en el tratamiento y tono del mismo.
            El artículo lleva firma.
            La columna es una variante más breve y con una continuidad temporal de este género.
            La crónica es un texto amplio de base narrativa y argumentativa sobre temas de actualidad (deportes, vida parlamentaria, toros, etc.) en los que los corresponsales o enviados especiales dan cuenta, subjetivamente, de su interpretación de lo sucedido, valorando, describiendo, aportando testimonios, etc.
            Se denomina crónica porque se cuentan hechos desarrollados a lo largo de cierto tiempo. Si ese factor temporal no es importante porque se cubren acontecimientos puntuales de tipo cultural (como la presentación de un libro o el estreno de una película) se llama crítica.
           
            En cuanto a la estructura posible del discurso periodístico podemos hablar de diversas formas, según el texto:
            1.- Pirámide invertida (en los textos informativos)
            2.- Cronológica: se sigue un relato lineal propio de la narración (planteamiento, nudo y desenlace)
            3.- Mixta o encuadrada: mezcla de los dos anteriores. El primer párrafo es la entrada y luego se procede a la narración cronológica, en la que el desenlace coincide con la información de la entrada.
            4.- Las estructuras argumentativas (en los textos de opinión)

            Los principales rasgos lingüísticos del discurso periodístico son los siguientes:

NIVEL PRAGMÁTICO TEXTUAL
-Progresión temática lineal, constante o derivada
-Marcadores discursivos propios de la narración (entonces, luego) y estructuradores de la información (en primer lugar, por último). En los géneros de opinión conectores consecutivos, adversativos, aditivos, conclusivos y operadores discursivos (frecuentemente)
-Modalización: verbos de opinión (creo, me parece) y adjetivos valorativos
-Emisor en primera persona en textos subjetivos de opinión y en tercera en los objetivos de información
-Textos con base expositiva, con secuencias narrativas y descriptivas (información) y argumentativa (opinión). Presencia de secuencias dialógicas en noticias, reportajes y entrevistas.
NIVEL MORFOSINTÁCTICO
-Géneros objetivos: oraciones enunciativas, tercera persona, presente y pretérito perfecto simple, sintagmas nominales extensos, adjetivos escasos, sintaxis simple o sencilla.
-Géneros subjetivos: oraciones exhortativas e interrogativas, primera y segunda persona, presente, pretérito imperfecto o condicional, sintaxis compleja (adverbial)
-Titulares: Estructuras nominales, presente histórico si hay verbos, recursos como la metáfora o la personificación.
NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO
-Géneros objetivos: léxico denotativo, tecnicismos del tema (política, economía,etc.), siglas y acrónimos.
-Géneros subjetivos: léxico connotativo, recursos literarios, coloquialismos.
ERRORES
-Excesivo uso de expresiones coloquiales y frases hechas.
-Exceso de eufemismos
-Exceso de retórica
-Exceso de extranjerismos y calcos
-Uso de infinitivo fático (como Solo comentar que…)
-Condicional de rumor (El presidente se habría reunido…)
-Abundancia de locuciones prepositivas (En base a, a nivel de)
-Exceso de construcciones pasivas

            Debemos recordar la noción de secuencia argumentativa a propósito del tema que nos ocupa.
            Las ideas se organizan en párrafos y se ajustan a las características estructurales de un tipo de texto (narración, descripción, diálogo, exposición y argumentación). La mayoría de los textos presenta una estructura heterogénea, resultado de la combinación de diferentes formas de organización textual. De ahí el término secuencia. Un texto suele tener una secuencia dominante y otra u otras secundarias (por ejemplo, en un cuento es dominante la narración y secundarias la descripción y el diálogo).
            Expone opiniones sobre un tema con el fin de convencer o persuadir. Está presente en el ámbito profesional (entrevista laboral), periodístico o literario (ensayos), jurídico (demandas o sentencias) y académico (artículos de investigación, tesis).
            La estructura de la secuencia argumentativa presenta una introducción, un cuerpo argumentativo y una conclusión.
            La introducción es el planteamiento de la tesis, de la opinión que se quiere defender.
El cuerpo argumentativo es el desarrollo de los argumentos o razones que justifican la tesis o invalidan los contraargumentos o ideas contrarias.
Hay varios tipos de argumentos, como las generalizaciones (ideas o verdades admitidas por el conjunto de la sociedad), los hechos (presentación de pruebas comprobables, que no dependen del emisor), ejemplos concretos que apoyan la tesis y citas o argumentos de autoridad, que recogen la opinión de personas de prestigio.
El cuerpo de la argumentación puede presentarse, como la exposición, con estructura inductiva o deductiva.
La conclusión presenta el resumen de las ideas desarrolladas y establece como válida la tesis inicial.
Los principales rasgos lingüísticos de la secuencia argumentativa son la utilización del presente de indicativo, las oraciones complejas, el uso de conectores textuales que expresan relaciones lógicas de causa o consecuencia y operadores discursivos que orientan la interpretación de los enunciados (en efecto, es cierto, etc.)

Por último señalaremos algunos tipos de argumentación:

OBJETIVA
SUBJETIVA
-Se ajusta a un esquema previo.
-Tono forma
-Evita valoraciones subjetivas
-Uso de argumentos racionales, pruebas, ejemplos, citas de autoridad,…
-No se ajusta a un esquema previo, sino que presenta una estructura libre
-Tono informal, irónico y uso de recursos literarios
-Elementos moralizadores que manifiestan la opinión del emisor
-Uso de argumentos generalizadores y tópicos


miércoles, 9 de marzo de 2016

Obra de Lope de Vega



(Trabajo de Ana Carmen Cánovas Martínez, María Cerón Ramírez y Eugenia Isabel Muñoz Navarro)

            Tendremos en cuenta para el desarrollo de este tema el contexto histórico y social y realizaremos la clasificación de las obras de Lope de Vega por género y temas tratados, de forma que hablaremos de su teatro, su poesía y su obra narrativa.
Contexto histórico y social
La obra de Lope de Vega se desarrolla entre 1580 hasta su muerte, en 1635. Lope vivió bajo la monarquía de Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Fue una etapa histórica depresiva en la economía europea y en particular en la española, que iba de mal en peor. Un sinfín de guerras al principio y al final del periodo hundió la producción, diezmó la población y estancó el desarrollo. En la etapa intermedia, durante el reinado de Felipe III, se dio el llamado “pacifismo barroco”, una especie de tregua que respondía al cansancio de los contendientes.
Los metales preciosos que venían de América permitían importar casi todo lo necesario en vez de producirlo en España, lo cual limitaba las aspiraciones de los españoles a tres campos: hacerse religiosos, emigrar a América o servir en los cargos públicos (en la Iglesia, el mar o la casa real)
El Siglo de Oro se hallaba dividido por rígidas barreras sociales de origen medieval que era muy difícil traspasar: en la base se situaba el pueblo llano, que no tenía privilegios; los nobles o no pagaban impuestos y tenían privilegios sociales. Por último, el rey tenía todos los poderes y había absolutismo monárquico.

Clasificación de las obras por género y temas
            Teatro

Lope de Vega logró un tipo de obra teatral que entusiasmaba al público. Para ello recogió la herencia medieval y los intentos renovadores renacentistas, fundiéndolo todo en un nuevo modo de hacer, más acorde con los nuevos tiempos. A sus conocimientos unió también su experiencia personal, ya que vivió muy de cerca el mundo del teatro. Se relacionó con comediantes, asistió a representaciones donde estudiaba las reacciones del público y procuró escribir sus textos dramáticos ateniéndose a esos gustos. Lope orientó sus obras teatrales hacia una organización dramática que se impuso como la fórmula general de la llamada comedia española.
Lope fue el verdadero creador de la comedia nueva, que alcanzó con él categoría nacional. El comienzo de este nuevo período de poesía dramática puede colocarse entre 1587 y 1588. Al comenzar el siglo XVII Lope ya tenía escritas unas 150 comedias. La comedia nueva era ya un hecho y la fórmula de Lope se había de conservar durante siglo y medio. La existencia misma del teatro español está vinculada a la obra de este autor.
Recordemos que en el último tercio del siglo XVI comenzaron a existir en algunas ciudades españolas lugares fijos de representación, llamados comúnmente corrales. Fuera de tales casos, las representaciones estaban a cargo de gentes andariegas, muy semejantes a los antiguos juglares medievales. Los primeros teatros fueron los corrales, los patios traseros de las casas, sin cubierta ni asientos; los mejores lugares para ver la representación eran las ventanas o balcones de las casas vecinas. Luego se construyó un toldo. A las mujeres (que no se podían juntar con los espectadores masculinos) se les reservaba un lugar aparte al fondo del patio, llamado cazuela. Luego se construyeron a lo largo de las paredes galerías de madera como anfiteatro.
Se representaba casi sin decorado, lo que permitía la ilimitada libertad de acción que Lope llevó a sus últimas consecuencias. De una escena a otra podían saltarse tiempos y lugares bruscamente y sin transición. Bastaba una pausa o un romance para que el público pudiera suponer cualquier proceso cronológico.
Una gran variedad de aquellas comedias son hoy irrepresentables, porque sus numerosas escenas exigirían muchos decorados; y puede ser que el espectador de hoy no aceptara el escenario desnudo. Se prohibió la intervención de las mujeres en el teatro porque su atractivo era estimado como pecaminoso, de modo que los papeles femeninos los hacían muchachos. Al fin se autorizó a las mujeres actuar (hacia 1587), y esto fue razón muy importante para el éxito de las comedias (aunque esto llevó consigo el problema de la moralidad de las comedias).
Las prohibiciones sobre el teatro volvieron en 1596. En 1597, Felipe II cerró los teatros. Con Felipe III se levantó la prohibición (en 1599) y el teatro se convirtió en espectáculo nacional.
La función comenzaba con una introducción o loa, a veces cantada, luego seguía la comedia. Entre el primero y el segundo acto se representaba un entremés, entre el segundo y el tercero se cantaba una jácara, y al final de la sesión se daba un baile como fin de fiesta.
Podemos concluir con que al fracasar la tragedia clásica del Renacimiento, comienza con Lope de Vega un teatro de mayor tradición medieval y de nivel nacional.
Los rasgos fundamentales de este teatro son los siguientes:  
· El populismo (es un teatro para el pueblo).
· Exalta los ideales monárquico y religioso.
· Es importante el vitalismo de sus personajes.
· Aparece una concepción apasionada de la vida (vemos la importancia de los sentimientos), con más acción que reflexión.
· Su visión de la vida tiene fuentes inmediatas en el pueblo y en la tradición más auténtica de la literatura española, la del romancero y la poesía popular.
· Calidad poética en el lenguaje, que se manifiesta en el ritmo y la musicalidad del verso que lo hace natural y espontáneo.
· Pretende usar un lenguaje apropiado a la situación y al personaje, que además sea comprensible para el espectador.
· Intercala canciones y villancicos de aire popular.
· Hay dinamismo (es un teatro de acción): las escenas se suceden con rapidez sin dar un respiro ni al personaje ni al espectador, ya que procuraba no dejar el escenario vacío para que el público mantuviera el interés.

Se dice que Lope escribió más de mil quinientas comedias, aunque se conservan unas 430. Esta inmensa producción dramática se suele clasificar del siguiente modo:
-          Dramas del poder injusto: tratan del abuso de poder por parte de un noble, como Peribáñez y el Comendador de Ocaña y Fuenteovejuna. Cuando un noble ejerce injustamente el poder, el villano, impulsado por su conciencia y dignidad personal, acude al rey para que le castigue o corrobore su venganza. En estas obras Lope de Vega interpreta el sentir de las gentes de su tiempo: el sentimiento monárquico y la valoración personal de todos sin distinción de clases en cuanto a la honra. Hasta entonces el honor era tenido como patrimonio exclusivo de la nobleza y no de los villanos. Al villano en el teatro solo se le concedían papeles cómicos. Pero en los tiempos de Lope, la preocupación por la limpieza de sangre hizo ascender en estima a los villanos debido a su calidad de “cristianos viejos”, incontaminados y de pura sangre; por su baja condición social no se había podido mezclar con la rica población judía, emparentada con la clase hidalga. No hay demasiada diferencia entre el lenguaje que usan la nobleza y el pueblo. Es un lenguaje rico y elaborado.
-          Dramas de honor: alguna de estas obras son El castigo sin venganza y Los comendadores de Córdoba. En la época de Lope había una espesa red de normas sociales. Además del honor de cada persona, que era algo íntimo, tenía gran importancia el concepto de honra, que dependía de la opinión de la sociedad. El individuo debía comportarse como los demás esperaban que se comportara. Surgía entonces el conflicto dramático en el alma del personaje entre su ser individual y su ser social, que es el que vencía siempre.
-          Dramas de amor y muerte: un ejemplo es El caballero de Olmedo, que cuenta los amores de doña Inés y de don Alonso, el caballero. Al final de la obra él es asesinado por un rival amoroso.
-          Las comedias de amor: en La dama boba o El perro del hortelano el amor vence todos los obstáculos. La pareja protagonista vive en un mundo donde todo acaba bien.  Lope compagina en la comedia elementos inventados con otros tomados de la vida real. En sus obras recoge situaciones fuera de lo común y las rodea de datos concretos del entorno para hacerlas creíbles.
En el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609) expuso las características de su teoría dramática es un texto ensayístico (lo que supone una reflexión personal del autor sobre el tema que trata). Lope de Vega la leyó como discurso ante la Academia de Madrid. Se trata de una obra de encargo escrita en verso en la que realiza una confesión de sus logros y fracasos con el objetivo de realizar una defensa de su teatro ante los académicos. Estos son principalmente la mezcla de lo trágico y lo cómico, con momentos de gran tensión y momentos en que el espectador se relaja y se ríe. De las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar), se mantiene la de acción. Esta debe ser unitaria, con episodios que desemboquen en el tema central. Estas son reglas literarias, diseñadas especialmente para el teatro, pero que tienen una extensión más amplia como criterio estético y de teoría del arte. Las obras se dividen en tres actos, con planteamiento, nudo y desenlace. Apenas hay acotaciones, las informaciones llegan a través de las palabras de los personajes. La comedia debe escribirse en verso y debe reinar la variedad de metros. El lenguaje se atiene a las reglas del decoro, de modo que cada personaje se exprese como le corresponde según su estado. El final es generalmente feliz, excepto en las piezas trágicas.
El público de la época era heterogéneo, así que Lope supo crear un teatro mayoritario, esencialmente popular y nacional, con calidad poética.
Debemos recordar también que muchos dramaturgos imitaron temas, asuntos y técnicas de este autor, formando lo que se denomina la Escuela de Lope de Vega. Entre ellos destacan Guillén de Castro, Juan Ruiz de Alarcón y Tirso de Molina.

Poesía
       La forma que tenía Lope de publicar su poesía lo diferencia de otros poetas de su tiempo. Desde 1598 hasta su muerte edita sistemáticamente sus libros de versos procurándoles una cierta unidad de tono, de temas o de métrica, superando la frecuente recolección de poemas.
Otra característica que lo diferencia de sus contemporáneos (y en realidad de todos los escritores españoles hasta el romanticismo) es que utiliza su lírica para contarnos su intimidad.
Su poesía lírica es más fresca y popular que las de Góngora y Quevedo. Lope de Vega  prefiere más la naturalidad. Sin embargo, no solo escribió poesía sencilla, siguió la moda y escribió a veces poesía tan hermética como la de Góngora.
Su extensa producción poética podríamos agruparla de la siguiente manera:

Épica

1.      La Dragontea (1598) es un poema en diez cantos motivado por la muerte del corsario inglés Francis Drake.
2.      El Isidro (1599) consta de diez cantos en los que se narra la vida y milagros del patrono de Madrid.
3.      La Jerusalén conquistada (1609) es el intento más importante de Lope por escribir un poema épico. En los veinte cantos que la componen se narra (con más o menos fidelidad a la historia) la tercera Cruzada.

Poemas extensos de carácter mitológico

Aquí se incluyen dos volúmenes en los que Lope mezcla dos géneros: la novela y la fábula mitológica y que son
1.      La Filomena (1621).
2.      La Circe (1624)

Poemas cortos

1.      Rimas (Sevilla, 1604): se trata de un conjunto de 200 sonetos de tema diverso, donde predomina el amoroso y el laudatorio.
2.      En las Rimas sacras (Madrid, 1614) refleja sus crisis espirituales y vitales y su contrición ante su vida pecaminosa. Predomina el soneto y el arte menor.
3.      Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (Madrid, 1634). El volumen contiene poemas burlescos en los que Lope modernizó las modas literarias del momento.
Narrativa

Las obras de Lope de vega en este apartado son las siguientes:

Novelas pastoriles

-                           La Arcadia: hacia finales del siglo XVI, desterrado de la corte, Lope aceptó trabajar como secretario del Duque de Alba. Durante este periodo escribió esta obra en la que se relata los amores de Anfriso y Belisarda. Aunque se trata de una historia unitaria (sin narraciones paralelas), el autor intercala anécdotas, versos, digresiones eruditas, etc.
-                           Pastores de Belén: novela pastoril a lo divino publicada en 1612. La historia cuenta el nacimiento de Jesús.

El peregrino en su patria  

Se trata intento novelístico más ambicioso de Lope. Apareció en Sevilla en 1604. Aunque contiene los elementos principales de la novela bizantina (amor, aventura y religión), se añade la dimensión patriótica, en forma de una nacionalización de la novela. En este sentido, se podría hablar de una superación de la novela bizantina.

Las novelas a Marcia Leonarda

Se trata de una colección de cuatro novelas que tienen una fuerte cohesión en su origen y desarrollo, aunque no se publicaron juntas, la primera apareció en 1621 y las otras tres en 1624. El centro de todas ellas es Marta de Nevares, aquí denominada Marcia Leonarda, que fue el último amor de Lope y a la que vio morir en su propia casa en 1632. Ella comenzó a quedarse ciega y posteriormente comenzó a sufrir ataques de locura.
La originalidad de esta colección se encuentra no en los argumentos de las diferentes historias, sino en los incisos (dirigidos a su amada) en lo que el autor analiza la obra y sus peripecias.
1. En Las fortunas de Diana se nos cuentan las peripecias de dos enamorados de distinta condición social que, tras su unión, se fugan de Toledo, ciudad donde vivían.
2. El desdichado por la honra cuenta la historia de un caballero español y residente en Italia que, descendiente de Abencerrajes (nombre castellanizado con el que se conoce a un linaje nobiliario de origen norteafricano del Reino de Granada gobernado por nazaríes) se marcha a Constantinopla en busca de honra cuando en España se decreta la expulsión de los moriscos.
3. La prudente venganza es la más interesante por su argumento, ya que se trata de una historia policíaca pero al revés: conocemos al asesino y contemplamos sus crímenes, sin que nadie se percate de que realmente lo son.
4. Guzmán el Bravo es una novela de cautivos.

La Dorotea

Se publicó en Madrid en 1632, con el subtítulo de «acción en prosa», para eludir la prohibición entonces vigente de imprimir «libros de novelas, comedias ni otros de este género» y para subrayar la originalidad de la obra. 
La Dorotea está directamente inspirada en un episodio transcurrido cuarenta años antes, que dejó una huella permanente en el alma y los escritos de Lope de Vega, que al parecer nunca pudo olvidar a Elena Osorio. La llama que lo abrasó en la juventud siguió brillando hasta los últimos años de su vida, cuando escribió esta obra, hasta el punto de que confesaba: «póstuma de mis musas y por dicha de mí la más querida».
Al volver de la expedición a la isla de Terceira, en las Azores, en torno a 1583 , Lope se enamoró perdidamente de Elena Osorio, la hija del director de una compañía de comedias, Jerónimo Velázquez, y cuyo marido (un tal Cristóbal de León) había emigrado a las Indias. Los amores de Lope y Elena duraron cinco años hasta que suplantó a Lope un rival con más posibles, Francisco Perrenot de Granvela. Herido y humillado, Lope se vengó de la familia de Elena, a la que culpaba de haber favorecido al nuevo amante, en unos feroces versos y libelos:
Una dama se vende a quien la quiera.
En almoneda está.
¿Quieren comprarla?
Su padre es quien la vende, que aunque calla
su madre la sirvió de pregonera.
Los primeros días de 1588 (Lope de Vega tenía 25 años) los pasa nuestro escritor en la cárcel. Había sido detenido el 29 de diciembre en el Corral de la Cruz durante una representación. Y lo había sido a petición del director de teatro Jerónimo Velázquez, quien le acusaba de ser autor de una serie de libelos en los que se difamaba al propio Velázquez y a sus deudos.
Lope se recuperó rápidamente de este episodio e Isabel de Urbina sustituyó a Elena, inaugurando una larga sucesión de mujeres que habría a lo largo de su vida: Juana de Guardo, Micaela de Luján, Marta de Nevares… Pero Elena Osorio nunca se le fue del corazón: la que desde los romances y sonetos contemporáneos del episodio mencionado se conocía como Filis, no dejó de aparecer en sus versos y su prosa hasta convertirse en un motivo obsesivo que atraviesa tanto su teatro (Belardo el furioso), como su épica (Canto XIX de La hermosura de Angélica), sus novelas cortas (La prudente venganza) y su lírica.
No es probable que este fuera su primer amor, pero la pasión de Lope por Elena fue intensa. Lope no escatimó los elogios ni los poemas, que podrían constituir un verdadero Cancionero amoroso. Elena Osorio es siempre designada bajo el nombre de Filis. La pasión debió ser desordenada y repentina, a juzgar por las palabras de La Dorotea (donde en sustancia se cuenta este episodio): «No sé qué estrella propicia a los amantes reinaba entonces que apenas nos vimos y hablamos cuando quedamos rendidos el uno al otro». Y, como mencionábamos, tanto en prosa como en verso, de mil maneras y artificios, ha loado Lope de Vega los encantos de Elena Osorio:
Tu gracia y gallardía,
tu vista soberana,
y los serenos ojos por quien muero
dan fuerzas al grosero
estilo de mi pluma
La Dorotea consta de cinco actos divididos en escenas. Y su argumento es el siguiente: Dorotea, que tiene a su marido en América, es amante de don Fernando. Teodora, madre de la protagonista, la regaña (como sugiere la celestina Gerarda) por amar a un joven sin posibles. Entonces Dorotea rompe con su amante, que despechado se va a Sevilla. Dorotea cae enferma. El indiano rico Don Bela, por mediación de Gerarda, inicia con la joven convaleciente una relación de la que todos obtienen beneficio económico. Don Fernando, incapaz de soportar la ausencia, regresa y, sin saber que es ella, le cuenta a su amada su historia. Ambos se reconcilian para separarse de nuevo por celos y malentendidos. La obra termina con la muerte de don Bela y Gerarda.

domingo, 14 de febrero de 2016

La Lingüística hasta el siglo XIX



(Resumen a partir de Las grandes corrientes de la Lingüística, de Maurice Leroy)

            La Lingüística en el sentido que le damos hoy día tuvo su apogeo y florecimiento en la primera mitad del siglo XX y se originó por la renovación en el campo de los estudios del lenguaje que llevó a la constitución de la gramática comparada.
            Para desarrollar el tema del epígrafe debemos hacer un recorrido a través de diversos grupos y estudios desde la antigüedad hasta comienzos del siglo XIX: hindúes, griegos, latinos, para continuar por las épocas de la Edad Media y el Renacimiento hasta llegar al siglo XVIII.
            Los antiguos hindúes comenzaron a estudiar la lengua por motivos religiosos. Era importante que los textos sagrados, reunidos en el Veda, no sufriesen alteraciones cuando eran recitados durante los sacrificios, así que se conservaban de la forma más pura posible. El más célebre de los gramáticos hindúes fue Panini, que vivió en el siglo IV a.C, y que junto a otros gramáticos observó el valor y el empleo de las palabras y realizó descripciones fonéticas y gramaticales. Estos estudios fueron descubiertos en el siglo XVIII y constituyeron el punto de partida de la creación de la gramática comparada. Aún así eran estudios estáticos, limitados al sánscrito, clasificaciones de hechos que no buscaban explicación de los mismos.
            Los griegos estudiaron su lengua atentamente, tanto desde el punto de vista estético como filosófico, teniendo en cuenta por tanto el estilo y la adecuación del lenguaje al pensamiento.
            El principal problema que se presentaba a los filósofos griegos era definir las relaciones entre la noción y la palabra que la designa. El debate, que continuará hasta la escolástica medieval, consiste en saber si el lenguaje ha sido creado por la naturaleza o es resultado de una convención. Platón presentó este problema en el Cratilo, pero no llegaba a ninguna conclusión. También mostraba algunas tesis que aún aparecen en la lingüística contemporánea, como la relación entre significante y significado, la arbitrariedad del signo o el valor social del lenguaje. Aristóteles por su parte llevaría a la constitución de la gramática. Considerando que conocemos el mundo exterior, de la naturaleza, por las impresiones sobre nuestros sentidos y declarando que las palabras son los símbolos y no las imágenes exactas, Aristóteles fue el primero en intentar un análisis preciso de la estructura lingüística. Intentó elaborar una teoría de la frase, estableció una distinción entre las partes del discurso y realizó una enumeración de las categorías gramaticales. Por su parte, Dionisio de Tracia, entre los siglos II y I a.C., fue el modelo de referencia durante siglos.
            Entre los griegos se enfrentaron quienes deseaban construir un sistema gramatical fundándose en las analogías y quienes se basaban en las anomalías en la estructura de la lengua. Pero estas querellas resultaron estériles.
            Entre los latinos sobresale Varrón, que hizo un gran esfuerzo para definir la gramática a la vez como ciencia y como arte.
            Las concepciones de la antigüedad seguían dominando los estudios del lenguaje en la Edad Media. El cuadro gramatical de Dionisio de Tracia permaneció intacto hasta el Renacimiento. La escolástica hace revivir la controversia sobre la justeza de las palabras, con la oposición entre realistas (para los que las palabras son el reflejo de las ideas) y los nominalistas (que creen que los nombres han sido dados arbitrariamente a las cosas). Los modistae, por otra parte, consideraban que existe una estructura gramatical, única y universal, inherente a todas las lenguas y por lo tanto las reglas de la gramática son independientes de los lenguajes particulares en los cuales encuentran realización.
            En 1303 Dante redacta la obra De vulgari eloquentia, en la que considera las lenguas de si, oc y oil como integrantes de un mismo grupo y distingue catorce formas de dialectos italianos.
            Hay que esperar al siglo XVI para un clima más favorable para un estudio lingüístico serio. Se traducen libros sagrados a diferentes dialectos y el desprecio hacia las lenguas vulgares acaba por desaparecer. Las controversias teológicas hacen indispensable el conocimiento del hebreo, lengua semítica con una estructura diferente a la de las lenguas europeas, lo que trae consigo comparaciones lingüísticas. Se ve necesaria la clasificación de los hechos, a fin de ofrecerlos cómodamente reunidos a la observación y a la curiosidad.
            El diccionario polígloto más antiguo es de 1502 y es obra del italiano Ambrosio Capelino. En 1538 Guillaume Postel publica Linguarum duodecim characteribus differentium alphabetum. Ya en 1555 aparece Mithridates, de Conrado Gesner, del mismo género que el anterior. En 1592, Jérome Megiser publicaba un repertorio que ofrecía muestras de cuarenta lenguas, con 50 al año siguiente y que ascendía a 400 en 1603, en el Thesaurus Polyglottus, que incluye dialectos americanos.
            Desde el siglo XVI aparecía también el principio de la comunidad de origen, que permite clasificar las lenguas en familias.
            No olvidemos que por razones religiosas se consideraba el hebreo como la lengua primitiva, a partir de la cual se explicaban las otras.
            Escaligero presentaba el cuadro de las lenguas de Europa en Diatriba de Europaeorum linguis. En ellas distinguía once lenguas matrices de las que habían surgido propagines, así que estas estaban emparentadas entre sí. Las cuatro lenguas principales (“lenguas tronco”) se designaban con el nombre de Dios. Eran las lenguas eslavas (Boge), germánicas (Godt), romances (Deus) y griego (θɛȯç).
            A principios del siglo XVIII, Leibniz combatió la hipótesis del origen hebraico. En otro orden de cosas, recomendaba en el estudio del lenguaje humano remitirse a los documentos escritos de las épocas antiguas para compararlas con las lenguas modernas.
            Giambattista Vico publicó su Scienza nuova en 1725. Fue el primero en expresar la opinión de que tras el nombre de Homero se escondían varios rapsodas. Considera que la historia del género humano es cíclica y que se divide en tres etapas: teocrática, heroica y democrática. La lengua de la primera edad fue muda y los hombres se comunicaban entre sí por medio de signos, pero el primer lenguaje articulado fue simbólico y los hombres se expresaban en verso. El tercer estado de la lengua es la lengua humana compuesta de vocablos. Los pueblos son los que fijan el sentido de dichos vocablos. Por lo tanto, la interpretación de las leyendas primitivas es muy importante para conocer las sociedades antiguas, al igual que el estudio del simbolismo lingüístico lo es para la historia de las lenguas.
            El prestigio de Aristóteles se muestra en el éxito de la Grammaire générale et raisonnée de Port Royal. Este texto será la obra gramatical de referencia durante más de dos siglos. Arnauld, discípulo de Descartes pasa del razonamiento a la lengua. La gramática de Port-Royal quiere explicar los hechos, demostrar que el lenguaje está fundado en la razón, construir de forma lógica una especie de esquema del lenguaje, al que deben plegarse las múltiples apariencias de la lengua real.

            En el siglo XIX estos razonamientos perderán terreno por la ampliación del conocimiento de las cada vez más numerosas lenguas, por el interés hacia las lenguas vivas, hacia el habla y, sobre todo, por el desarrollo de un método histórico que trabaja sobre los hechos que observa. La formación y el progreso de la gramática comparada han hecho posible la elaboración del pensamiento lingüístico contemporáneo. 

sábado, 6 de febrero de 2016

Procedimientos de cohesión textual



            A la cohesión de un texto contribuyen múltiples y variados procedimientos. Entre ellos nosotros veremos la recurrencia, la sustitución, la elipsis, el orden de los constituyentes, la topicalización y los marcadores u operadores discursivos.

La recurrencia

            Es la repetición de un elemento del texto en el texto mismo. Existen diversos tipos de repetición, entre los cuales los más destacables son la reiteración léxica, la sinonimia y la repetición de lo designado, aunque también es importante la utilización de hiperónimos, por ejemplo.
            Cuando hablamos de mera reiteración léxica nos referimos a la repetición de un elemento léxico, una palabra. Mediante los sinónimos el hablante reitera el significado de un elemento. En la repetición léxica de lo designado se produce identidad referencial (por ejemplo, un balón puede designarse también como esférico, pelota, cuero, etc.).
            La recurrencia puede ser reforzada por medio de piezas lingüísticas con función anafórica o catafórica, como el artículo o los determinantes. Existe el uso anafórico asociativo, que se basa en el conocimiento general del mundo y en compartir unos mismos presupuestos culturales.

La sustitución

            Consiste en la reiteración de una determinada unidad del texto mediante el empleo de proformas de contenido muy general, que se especializan en esta función sustitutoria. Pueden distinguirse proformas léxicas, pronombre y proadverbios.
            Las proformas léxicas son lexemas especializados en la sustitución. Pueden tener valor nominal (como cosa) y verbal (como hacer).
            Entre los pronombres, solo los de tercera persona se consideran sustitutos textuales, sustitutos de elementos ya aparecidos o que están por aparecer en el texto. Estas formas pueden cumplir una función endofórica (si remiten a unidades presentes dentro del texto) o exofórica (si remiten a referentes que están fuera del texto, aunque son identificables). Pueden ser sustitutos textuales los pronombres reflexivos, recíprocos, relativos, indefinidos, posesivos y demostrativos.
            Los proadverbios se pueden utilizar para sustituir elementos del texto con función adverbial (por ejemplo: Pedro pasea todos los días y así descansa)

La elipsis

            Con este término nos referimos a ciertas supresiones de elementos lingüísticos en un texto. Podemos señalar varios tipos de elipsis, pero básicamente nos referimos a la contextual, la que cuenta con el contexto lingüístico.
            La elipsis puede señalarse como nominal, comparativa y oracional o verbal. La nominal es la que se da en la frase nominal (en la cual no se expresa el núcleo).  Por otra parte, cuando en estructuras comparativas omitimos los términos de la comparación por estar presentes en el contexto, estamos ante un empleo cohesivo de la comparación.
            En cuanto a la elipsis verbal, se produce cuando el lugar que corresponde a la forma verbal está vacío por presuponerse en el contexto. Puede darse la elipsis de formas personales del verbo y de las formas no personales. La elipsis de las formas personales se da normalmente en respuestas a preguntas y en ella se presuponen elementos de la oración precedente, como el verbo elidido, la persona, el tiempo y la voz (por ejemplo en ¿Vas a leer? No, a pasear). La elipsis de las formas no personales está restringida a un conjunto de verbos, como deber, querer, pensar, soler, conseguir,… que se pueden combinar con infinitivo.

Orden de los constituyentes

            Otro de los factores que contribuyen a la cohesión de un texto es la organización o estructuración informativa de los elementos del enunciado. Los componentes de un enunciado suelen polarizarse en elementos conocidos (tema, tópico, presuposición, etc.) y elementos nuevos (rema, comentario y foco). Se entiende por tema aquello de lo cual trata el mensaje, la información conocida. Rema es lo que se dice sobre el tema, lo que se presenta como información nueva.
            Según algunas teorías, todos los enunciados poseen una estructura informativa bimembre, con tema y rema. Existirían así dos tipos de enunciados:
-         Los de estructura informativa dicotómica, con el orden sujeto-verbo, bimembres, analizables en tema y rema (enunciados categóricos)
-         Los de estructura informativa unimembre, de tipo global, sin tema y sin rema. Se expresan mediante el orden verbo-sujeto (enunciados téticos)
            La oposición tético/categórico se refiere al tipo de información que proporciona un enunciado, en términos de “referencia a un hecho”/”referencia a un actante”. Un enunciado tético establece un hecho de modo global y posee una estructura informativa unimembre. Un enunciado categórico representa una “predicación” acerca de un actante y es bimembre.
            El enunciado de estructura tética puede dividirse en dos tipos:
-         Enunciado presentador de existencia, en el que se establece simplemente la existencia de un hecho.
-         Enunciado presentador de suceso. Los actantes forman con el suceso una unidad indivisible.
            La estructura tética puede tener uno, dos o tres actantes. En el primer caso es con verbos intransitivos.
            La estructura categórica puede presentar diferentes tipos, como sujeto-verbo, sujeto-verbo-complemento directo, complemento directo-verbo-sujeto, complemento indirecto-verbo-sujeto, o sujeto-verbo-complemento directo-complemento indirecto.
            El hablante utiliza una u otra construcción en función de la finalidad perseguida con ese acto de habla y dependiendo del contexto y de la situación en que se produce la acción discursiva. El orden tético tiene función introductiva, enmarcadora y descriptiva, mientras que el orden categórico es continuativo y narrativo.

Topicalización

            También llamada tematización, consiste en la selección de un elemento como tópico o tema de la predicación. Existen diferentes formas de marcar esa selección: asignando a un elemento la posición inicial o separándolo del resto de la oración por una pausa, anteponiéndole expresiones topicalizadoras, mediante reduplicación léxica, procedimientos fónicos, etc.
            Hay marcadores tematizadores como “en cuanto a” o “por lo que se refiere a”. Un procedimiento tematizador muy frecuente en la lengua coloquial es la reduplicación léxica. El tema aparece en infinitivo, después se repite el verbo en forma personal, como en “Llover lo que se dice llover, no llovió”.
            Hay un procedimiento con adjetivos, por el que se extrae el predicativo y se antepone.
            Cuando el componente tematizado es una frase nominal, debe aparecer un pronombre átono correferencial con la frase.

Marcadores y operadores discursivos

            Las conjunciones expresan transiciones o conexiones mentales que van más allá de la oración. Ciertas conjunciones relacionan la oración en la que se encuentran con el sentido del contexto. Esas conjunciones son enlaces extraoracionales.
            Dentro de la categoría de los marcadores discursivos hay una gran heterogeneidad: conjunciones, interjecciones, locuciones, adverbios, etc. Al mismo tiempo, todas coinciden en su carácter invariable y en su lexicalización. Es frecuente, por otra parte, la acumulación de partículas (como en “o sea que”, por ejemplo).
            Es difícil establecer el significado subyacente a todos sus posibles empleos discursivos. Esa dificultad se agrava por la multifuncionalidad de muchas partículas, por lo que no siempre queda claro si se utilizan como operadores modales en el discurso o son conexiones interoracionales.
            Los marcadores de función transoracional pueden ser adverbios modificadores oracionales y marcadores de función textual. Los primeros son adverbios que presentan una función que no puede considerarse de aditamento. Afectan a la oración en su totalidad, introduciendo comentarios relativos a elementos externos a la oración. Se desplazan libremente por la oración y van entre pausas. No pueden ser sustituidos por adverbios interrogativos ni admiten ser integrados en la unidad enfatizada. No pueden coordinarse con adverbios.
            Los modificadores oracionales se pueden clasificar en función de aquello que comentan. Puede expresar la actitud del hablante acerca del contenido del enunciado. Puede también referirse a la enunciación del hablante o del oyente. Por otra parte puede tratarse de un comentario del texto en cuanto tal. Este comentario puede ser metatextual, temático (como formalmente), y expresivo en cuanto al orden (como primeramente, finalmente, etc.).
            En función del contenido semántico expresado por el adverbio, estos modificadores se pueden clasificar según la actitud emocional y la gradación en el discurso aseverativo. En este se distingue la “suspensión motivada de la aserción” (posiblemente), el “refuerzo de la aserción” (efectivamente) y el “juicio no basado en la realidad” (aparentemente).
            En cuanto a los marcadores de función textual, destaca su acusada multifuncionalidad. Pueden agruparse de acuerdo con la función textual que desempeñan:

Función textual
Marcadores
Adición
Y, además, asimismo, de igual forma
Advertencia
¿Cuidado!, mira, oye, ojo
Afirmación
Sí, claro, exacto, de acuerdo, sin duda
Aprobación
Bien, bueno, vale, de acuerdo
Asentimiento
Claro, en efecto, vale, bueno, desde luego, por supuesto
Atenuación
Si acaso, en todo caso, en cierta medida
Autocorrección
Mejor dicho, o sea, quiero decir
Causalidad
Porque, pues, entonces, por lo tanto
Cierre discursivo
En fin, por último, he dicho, nada más
Comienzo discursivo
Bueno, bien, pues, ¿dígame?
Concesividad
Aunque, a pesar de todo
Conclusión
En conclusión, en consecuencia, total, en fin, en resumen
Condición
A condición de que, si, con tal de que
Consecuencia
De ahí que, por ende
Culminación
Hasta, incluso, para colmo
Digresión
Por cierto, a propósito de
Duda
Quizá, tal vez, acaso
Ejemplificación
Por ejemplo, así, verbigracia, tal como
Énfasis
Claro que
Enumeración
En primer lugar, en segundo lugar
Evidencia
Por supuesto, desde luego
Explicación
Es decir, o sea, esto es, a saber
Intensificación
Más aún, máxime
Llamada de atención
Mire, mira, venga, vamos
Mantenimiento de atención
¿No?, ¿verdad?, entonces
Matización
Mejor dicho, bueno
Negación
No, tampoco, ni hablar, nunca
Oposición
Por el contrario, en cambio, no obstante
Precaución
Por si acaso, no sea que, no vaya a ser que
Precisión
En rigor, en realidad
Recapitulación
Al fin y al cabo
Restricción
Si acaso, excepto que, salvo que
Resumen
Resumiendo, en resumidas cuentas, en suma, en pocas palabras
Topicalización
En cuanto a, a propósito de
Transición
Por otra parte, por otro lado