Las
obras literarias, como acto de comunicación, tienen como receptor al público
(lectores no especializados para quienes se escribe la obra). Dámaso Alonso
recordaba: No olvidemos (…) que las obras
literarias no han sido escritas para comentaristas o críticos… Las obras
literarias han sido escritas para un ser tierno, inocentísimo y profundamente
interesante: el lector.
Pero
no siempre es suficiente este acercamiento para penetrar el misterio de la obra
literaria, para poder entablar el diálogo profundo con el autor que culmina el
proceso de creación. Con frecuencia se hace necesaria la ayuda del lector
especializado, del crítico, que se acerca a la obra provisto de los instrumentos
teóricos pertinentes para desentrañar ordenada y metódicamente los mecanismos
que el autor ha puesto en juego para convertir en obra de arte lo que es un
acto de comunicación lingüística.
La
palabra “crítico” deriva del griego “krités”, que significa juez. Su primer
paso consistirá en que el crítico pueda reconocer la calidad de una obra
literaria para lo que ha de contar con instrumentos adecuados y esto supone la
existencia de patrones, normas o modelos absolutos cuya existencia no está
admitida por todo el mundo.
Por
otra parte hay que señalar la existencia de poéticas (teorías de literatura).
Aun cuando la subjetividad del crítico puede constituir el impulso inicial, su
juicio ha de basarse en una teoría determinada porque la mera subjetividad es
explicación para el propio lector, nunca una guía para los demás.
Con
respecto al análisis y la crítica literaria podemos señalar que las
explicaciones que se han dado para basar los fundamentos de la crítica son
esencialmente de tres tipos:
-
Unas ponen el énfasis en el factor genético.
-
Otras renuncian a definir los conceptos, lo que
imposibilita la construcción de una teoría.
-
Otras miran el aspecto histórico y niegan la
posibilidad de separar explicación de valoración.
Una
suposición frecuente sobre la crítica se basa en su dependencia de las
corrientes que prevalecen en la literatura creativa; la crítica sistematiza los
supuestos desde los que se escribe en cada momento. La crítica tendría un
origen inmanente en la literatura. Pero también se puede argumentar que la
crítica literaria surge por la relación que guarda con las teorías científicas
y corrientes de pensamiento de cada época.
Otra
tendencia se basa en la idea de Wittgenstein de que el arte debe huir de
cualquier definición (tesis de Watson: no
es necesario para conocer el romanticismo decir qué es).
Una
tercera corriente que ha impedido el desarrollo de las teorías literarias
proviene de la reacción contra el historicismo, que sostiene la imposibilidad
de separar la exégesis del significado (interpretación) del juicio de valor
(evaluación). El historicismo postula que la interpretación de una obra
literaria solo puede hacerse sobre la base del sistema de valores total de la
época en que se haya escrito, lo que haría imposible la crítica de obras del
pasado, porque nunca se podrán reconstruir con certeza las normas históricas;
pero aunque tal reconstrucción fuera posible, el juicio de valor basado en
ellas no tendría sentido para el lector moderno.
La
mejor crítica a esta tendencia la realizó Wolfgang Kayser. Según él, el juicio
crítico hay que emitirlo en y a través de la interpretación, ya que cada
sistema de valoración se basa en una teoría literaria y cada intérprete es hijo
de su tiempo.
Aunque
no es fácil, toda teoría literaria debe desarrollar métodos para garantizar que
las observaciones y conclusiones del crítico no están mezcladas con sus
preferencias personales.
Los
múltiples métodos existentes se pueden resumir en unos cuantos teniendo en
cuenta el elemento del acto de comunicación en el que se centra el interés. Los
elementos principales que encontramos en todo acto de comunicación son: emisor,
receptor, código, mensaje o texto y contexto. Podemos resumir los métodos de
análisis en dos:
-
Métodos extra o paratextuales (extrínsecos, eclécticos):
El interés se centra en elementos ajenos al texto, aunque íntimamente
relacionados con él. Si se fija en el emisor (autor) estamos ante métodos
psicológicos (psicoanalíticos) o biográficos. Cuando es el receptor (lector),
se emplean métodos sociológicos.
-
Métodos textuales (inmanentes): Cuando el polo de
atención gravita sobre el texto estamos ante las teorías textuales,
estructuralistas y formales. Especial importancia tiene la Estilística, a la
que hay que añadir el Estructuralismo, los métodos semiológicos, la Teoría de
la recepción y la Reconstrucción.
Métodos paratextuales
En este apartado
mencionaremos antecedentes (positivismo, historicismo, impresionismo), la
literatura y la psicología, así como la literatura y el receptor.
En
cuanto a los antecedentes, la crítica literaria surge a finales del siglo XVIII
y se consolida en el XIX. El siglo XVIII es el de las normas rígidas a las que
debía ajustarse la obra para ser considerada artística.
Se
puede considerar el positivismo (siglo XIX) como uno de los momentos iniciales
de la crítica, y dentro de él a H.Teine. Este parte de la idea de Sainte-Beuve
sobre la necesidad de una explicación causal, genética, de los fenómenos
psicológicos observados y descritos en relación a un determinado escritor. Las
fuentes que originan el estado moral elemental, al que Taine llama “facultad
maestra” son tres: la raza, el medio y el momento.
Frente
al positivismo surge una corriente que se centra en hacer acopio de datos
objetivos de tipo histórico-filológico. Pueden incluirse aquí los acercamientos
a la producción de un autor a través de su biografía.
Con
el fin de siglo encontramos teorías que exaltan la intuición, el inconsciente,
el instinto, el vitalismo, etc. Aparecen las corrientes simbolistas e
impresionistas. Muchos escritores hacen una crítica totalmente subjetiva en
consonancia con el esteticismo.
En
los albores del siglo XX se asistió a una reacción contra el subjetivismo,
dando lugar a las principales corrientes críticas de la primera mitad de ese
siglo: formalismo ruso, estilística y new criticism.
Con
respecto a la literatura y la psicología, podemos recordar que el acceso a la
psicología del autor implica que la literatura tendría la función de servir de
vía para desahogar los sentimientos del escritor, eliminando cualquier filtro
entre el mundo interior del escritor y su obra. Este psicologismo (ingenuo) dio
paso a planteamientos como el análisis de la personalidad del escritor y su
relación con los lectores y con los personajes que crea.
Desde
los tiempos de Grecia se consideró al escritor como un hombre con una
psicología especial dentro de la comunidad humana.
En
cualquier caso, se parte de la convicción de que el escritor presenta una
personalidad que se aparta de la normalidad y se preguntan si esa personalidad
se refleja en sus obras.
Freud
consideraba al escritor como un neurótico al que su obra salva del
derrumbamiento, pero a la vez le impide llegar a curarse verdaderamente.
El
subconsciente se expresa como un lenguaje y no hay producto lingüístico inmune
al trabajo del subconsciente. El lugar de ese trabajo es el lenguaje, no el
autor.
Otros
temas estudiados por la psicología es la obra, tipificando a los personajes de
ficción (psicología de la obra literaria).
En
cuanto a la literatura y el receptor, habría que hablar del receptor como
elemento integrante de lo literario como proceso semiótico (lo que nos lleva a
la estética de la recepción).
Teorías textuales
Se
acercan a la obra desde supuestos inmanentistas y en este apartado encontramos
al formalismo ruso, el New Criticism y la Estilística.
El
formalismo ruso apareció en el primer tercio del siglo XX, primero en Rusia y
después en Checoslovaquia. Los autores de este movimiento fueron Jakobson,
Tomachevsky, Schlovskij, Eichenbaum y Propp. Confluyen en él dos círculos, el
de Moscú y el de San Petesburgo, con la “Sociedad para el estudio de la lengua
poética”. Desapareció hacia 1930. A partir de 1920, Jakobson forma el Círculo
Lingüístico de Praga.
Los
principios básicos del formalismo ruso son principalmente seis:
1)
Propugnan un estudio científico de la literatura. Su
objeto es estudiar la “literariedad” (lo que hace que una obra sea literaria:
el conjunto de rasgos distintivos del objeto literario, las propiedades
universales). Comparaban el lenguaje literario con el lenguaje cotidiano.
2)
Según Jakobson, lo distintivo de la poesía es que en
ella una palabra es percibida como una palabra. El lenguaje poético se resiste
a la economía. Se formula la teoría del extrañamiento: La lengua literaria
produce extrañamiento ante actos y acontecimientos habituales haciendo que la
atención se quede en las palabras. Las dificultades para determinar los
mecanismos según los cuales se produce el extrañamiento llevó a formular la
teoría de la función poética. Esta (que se centra sobre el mensaje) consiste
esencialmente en la recurrencia como característica básica del lenguaje
literario; lo ya emitido vuelve a aparecer en la misma secuencia. La
recurrencia la realiza la función poética proyectando el principio de
equivalencia del eje de la selección (paradigmático) sobre el eje de la
combinación (sintagmático). Por otra parte encontramos la teoría de los
“coupling” o emparejamientos de Levin. El coupling consiste en la colocación de
elementos lingüísticos equivalentes o en la utilización de posiciones
equivalentes como engaste de elementos fónicos o semánticos equivalentes.
3)
Eichenbaum subraya la ambigüedad significativa como una
característica del lenguaje literario. Según Tinianov, la palabra en poesía pertenece
a dos planos: el del ritmo y el del significado (desempeñan un papel de
selección de las palabras).
4)
El contenido está condicionado por la forma.
5)
La obra literaria es una estructura en la que se pueden
descubrir distintas funciones. El análisis consiste en describir los elementos
estructurales y sus respectivas
funciones. El método es esencialmente descriptivo y morfológico (el término
función se refiere a la relación existente entre los elementos de una estructura).
6)
Su interés principal residía en descubrir la técnica de
cómo se construye una historia. Para ello introdujeron muchos elementos
técnicos:
A.- La
distinción entre argumento y trama (de Tomachevski). La trama es el conjunto de
acontecimientos vinculados entre sí que nos son comunicados a lo largo de la
obra. Se expone el orden natural, cronológico y causal de los acontecimientos
independientemente del modo en que han sido dispuestos en la obra (lo que ha
ocurrido efectivamente). El argumento está constituido por los mismos
acontecimientos, pero respeta su orden de aparición en la obra y la secuencia
de informaciones que nos lo representan (el modo en que el lector se ha
enterado de lo que ha sucedido).
b.- La
función narrativa. Propp explica que “por
función entendemos lo realizado por un personaje determinado desde el punto de
vista de su significado para el desarrollo de la historia”.
El
New Criticism se dio en Estados Unidos a finales de los años 30 del siglo XX y
en este movimiento aparece T.S. Eliot. Las principales ideas de este autor son
las siguientes:
-
La creación poética es un proceso a través del cual el
artista escapa a la obsesión de sus emociones y de su personalidad. Es un acto
que se apoya en la tradición, la madurez y la reflexión.
-
Se debe estudiar las relaciones existentes entre las
partes de un poema y su significado.
-
La teoría del “correlativo objetivo”, por la que la
única manera de expresar una emoción en forma artística consiste en hallar un
conjunto de objetos, una situación, una cadena de acontecimientos que serán la
fórmula de la emoción particular. Es la obra literaria como estructura
autónoma.
Los
principios fundamentales del New Criticism son tres:
1)
Exclusión del subjetivismo del crítico. Se postula una
crítica ontológica, centrada en la obra en sí, considerada como un mundo
autónomo de fuerzas organizadas en el que cada elemento se halla en dependencia
funcional con los demás.
2)
El lenguaje literario se caracteriza por ser
antilógico. La estructura de un poema está integrada por varios elementos que
solo pueden ser interpretados y valorados dentro del contexto al que pertenece.
3)
El proceso crítico se desarrolla en un plano
sincrónico, aboliendo toda referencia a las circunstancias históricas de la
obra.
Por
otra parte, la Estilística es el estudio del estilo, el modo peculiar en que el
lenguaje está plasmado en cada obra.
Charles
Bally explica que es una rama de la Lingüística, cuyo objeto es estudiar “los
hechos de expresión del lenguaje organizado desde el punto de vista de su
contenido afectivo; es decir, la expresión de los hechos del lenguaje sobre la
sensibilidad”.
Dentro
de la Estilística literaria encontramos a Vossler, Spitzer y Dámaso Alonso:
-
Kart Vossler parte de la teoría de Croce que identifica
lengua con poesía, al considerar que toda actividad lingüística es acto de
creación individual. A la disciplina que estudia el lenguaje como creación
teorética individual y artística la llama Estilística. El estudio de la
literatura debe ser inmanentista, desde su propio lenguaje.
-
Leo Spitzer formuló los principios básicos de la
Estilística, basándose en la teoría del desvío del lenguaje poético. La lengua
literaria consiste en un desvío de la lengua estándar. El punto de partida del
análisis estilístico es la obra. Cada obra requiere una estrategia distinta que
excluye un método único aplicable a cualquier obra literaria. El inicio del
análisis es una intuición inicial, ligada a la subjetividad y a la sensibilidad
del público.
-
Dámaso Alonso adopta un punto de vista inmanentista.
Para llegar a las obras literarias existen tres grados de conocimiento: el del
lector (intuición totalizadora), el del crítico (lector excepcional) y
conocimiento científico, la Estilística (estilo: lo peculiar).
Crisis del inmanentismo. Poéticas no inmanentistas
Lo
literario no viene definido por la literariedad, sino por el reconocimiento de
una modalidad de producción y recepción comunicativa.
Entre
estas poéticas encontraremos las teorías textuales y la pragmática literaria, y
la poética de la recepción.
Con
respecto a las primeras, recordemos que la gramática del texto parte del hecho
de que los conocimientos sintácticos del hablante no son capaces de explicar
por qué hay una determinada sucesión de periodos constituye un enunciado
coherente y otra no. En sentido lato, la pragmática ha de entenderse como el
estudio de los contextos de producción y recepción. En sentido estricto, la
pragmática literaria es una teoría de los actos de habla, considerando al
lenguaje como un modo de actividad.
En
este punto debemos hablar de la estructura del texto literario, de la
estructura del texto lírico y de la estructura del texto narrativo:
-
Estructura del texto literario: como notas distintivas
del texto, en primer lugar encontramos que su extensión no es pertinente. Para
Lotean y Pjatigorsky, sería “una formación semiótica singular, cerrada en sí,
dotada de un significado y de una función íntegra y no descomponible”. La
coherencia implica y presupone una estructura a través de la cual se va
desarrollando. Lotean señala que un texto presupone una estructura, un límite
espacio-temporal y una jerarquía interna en sus constituyentes.
-
Estructura del texto lírico: el “impulso rítmico”
atraviesa todo el poema y constituye su verdadera estructura rítmica. Otros
elementos formales son el verso, la rima, las figuras, los tropos, etc.
Recordemos también los “coupling” de Levin, esa colocación de elementos
lingüísticos equivalentes en posiciones también equivalentes. También aparece
la isotopía de Greimas, el conjunto de categorías semánticas redundantes que
permiten la lectura uniforme de una historia.
-
Estructura del texto narrativo: hay conceptos muy
importantes en narratología, como la distinción entre trama y argumento, el
punto de vista o focalización, y la voz y niveles narrativos (polifonía de la
enunciación).
En
cuanto a la poética de la recepción, recordemos que Pozuelo estudia los puntos
de que se ocupa esta poética: el “uso” como constituyente del carácter
literario de un texto, la “competencia literaria”, la “interpretación” o
lectura de la obra y la “redefinición” de la historia de la literatura:
-
En cuanto al concepto de “uso”, una obra es literaria
cuando una sociedad la acepta como tal.
-
La “competencia literaria” implica la posesión de unas
convenciones que el lector actualiza y que son mayoritariamente de índole
formal.
-
Otro de los puntos señalados es la interpretación de la
obra literaria como un fenómeno de lectura. La recepción tiene una dimensión
social de competencia, pero individualmente es un proceso de creación de
sentido.
-
Obras que en algún momento han sido consideradas
plenamente literarias, en otras épocas no lo son.
Quizá
el mayor interés resida en la distinción entre destinatario y receptor. El
destinatario es la persona a quien efectivamente va dirigido el mensaje y que
figura en la portada (como el Duque de Béjar en la primera parte del Quijote).
El receptor literario es el lector genérico.
Un
concepto importante es el de la “cooperación interpretativa” de Umberto Eco.
Podemos
concluir señalando que en la interpretación de la obra literaria han de
integrarse todos los elementos que intervienen en el proceso de comunicación
literaria.
Estoy tratando de perfeccionar y enriquecer mi lenguaje y obtener conocimientos de literatura.Soy una persona común y corriente y no tengo titulo profesional de ningún tipo sólo lo hago por superación personal.
ResponderEliminarSu Blog me parece muy interesante.
Muchísimas gracias por su comentario. Una de las cosas que más me gusta de la literatura es que cada uno de nosotros aporta una visión y una interpretación diferente sobre las obras. El Arcipreste de Hita hablaba del libro como un instrumento musical, ya que la clave del libro está en el lector. Un saludo.
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