martes, 10 de mayo de 2016

Lírica peninsular en la Edad Media




            Fundamentalmente existían dos tipos en la primitiva lírica de la Península Ibérica, uno de carácter culto y otro popular. Al primer tipo pertenecen las moaxajas, las cantigas de amor y la lírica catalana, mientras que en el grupo de la lírica popular encontramos jarchas, cantigas de amigo y villancicos.

Zéjel y moaxaja: la canción andalusí

            A finales del siglo XI los poetas árabes utilizaban una estrofa que llamaron zéjel. Abén Guzmán fue uno de los grandes cultivadores de esta forma. El zéjel tiene como núcleo tres versos monorrimos (al igual que la lírica castellana más antigua y que la lírica provenzal).
            El esquema del zéjel es el siguiente:

Estribillo (markaz)
Rima aa
Vivo ledo con razón,
Amigos, toda sazón
Trístico monorrimo
(mudanza o dyuz)
Rima bbb
Vivo ledo e sin pesar,
Pues amor me fizo amar
A la que podré llamar
Verso vuelta (gula)
Rima a
Más bella de cuantas son
Repetición del estribillo
Rima aa
Vivo ledo…

            El verso de vuelta es igual en rima al estribillo y se repite en todas las estrofas. La rima del trístico monorrimo varía en cada estrofa.

            Al parecer el creador del zéjel fue Mucaddan ben Cabrí, el Ciego.

            El zéjel es una canción árabe-románica: árabe en la lengua, la rima y el tema amoroso; y románica respecto a la división estrófica, el estribillo y temas como la separación de los amantes.
            El zéjel ofrece cinco variantes:
a)      Verso de vuelta más corto
b)      Dos versos de vuelta
c)      Presencia de rimas internas que se repiten en el estribillo
d)      Mudanzas o trísticos de más de tres versos.
e)      La vuelta consta de tres versos, el primero más corto.

            La moaxaja consta generalmente de cinco estrofas con dos partes cada una. La primera parte tiene rima propia y la segunda se repite en todas las estrofas. El esquema podría ser (AA) BBBAA  CCCAA  DDDAA  EEEAA  FFFAA.
            Las moaxajas están compuestas en árabe o hebreo clásicos, excepto los versos finales del poema, que se conocen como jarcha.

            Por lo tanto, el zéjel hispano-árabe está escrito en árabe vulgar, aunque alguna vez introduzca palabras mozárabes. El zéjel y la moaxaja se desarrollan en España. Parece que los primeros zéjeles fueron creados en Andalucía y se atribuye la invención de esta estrofa a un poeta cordobés.

            Esta lírica es original por los motivos y los temas.

Las jarchas

            Las jarchas eran pequeñas composiciones de dos o tres versos, escritas en lengua vulgar con mezcla de palabras romances, que se colocaban al final de las moaxajas árabes o hebreas. Se cree que el poeta culto construía sus moaxajas partiendo de la cancioncilla popular (recordemos que una misma jarcha aparece en varios poetas).
            En lo que respecta a la forma, influye en la jarcha la poesía latina, que usaba el trístico monorrimo como estribillo. Por otra parte, se han señalado como rasgos de la jarcha el lenguaje incorrecto, hábil, sollocero, suplicante y salpicado de palabras infantiles. Se introduce bruscamente en la moaxaja y su contenido se pone en boca de una mujer o de un niño. Debe estar escrita en lengua extranjera y que las palabras no tengan sentido.
            Por lo tanto, la jarcha es una canción amorosa en boca femenina, sin artificios, sencilla, intensa pero dentro de un estilo íntimo y familiar. Expresa estados de ánimo comunes: inquietud, dolor, desasosiego, angustia por el retraso del amado, dudas sobre el amor o el pesar de la separación (siempre estados propios de una joven enamorada).
            Contienen pocas referencias a casas, vestidos o elementos de escenarios naturales. Casi todos los objetos aludidos son símiles o metáforas. Sí abundan referencias al corazón de la amante o a las penas del amor. Estas canciones utilizan el motivo amoroso, con el amanecer en sus dos vertientes (el alba, en la que los amantes que han pasado la noche juntos deben separarse al comenzar el día, y la alborada, en la que los amantes se encuentran al amanecer).
            En el siglo XX, gracias a sabios hebraístas, se descubrieron veinte de estas cancioncillas, teñidas de arabismos, fechadas y recogidas por poetas que escriben desde la primera mitad del siglo XI.

El villancico castellano

            En su mayoría, los villancicos aparecen en obras impresas en el siglo XV, aunque sabemos que son más antiguos.
            Fueron la forma predominante de la lírica castellana hasta el siglo XVII, en que fueron sustituidos por la seguidilla.
            El villancico consta de dos partes: el estribillo (de dos, tres o cuatro versos y que se repite al final de la estrofa) y la glosa (la estrofa que desarrolla el tema propuesto por el estribillo). La mayoría de las glosas son cultas.
            Los villancicos son poemas amorosos en los que habla una doncella y cuyos temas suelen ser el amor de un hombre, el lamento por la ausencia del amante, la malcasada, o ya algunos temas propios del ambiente social castellano como la protesta de la muchacha a la que quieren hacer monja.

La lírica galaico-portuguesa

            En Galicia hubo una floración poética de fondo provenzal, aunque los lazos con la Provenza no eran lo suficientemente fuertes como para que los poetas locales escribieran en una lengua distinta a la suya. Esa influencia se explica sobre todo por la afluencia de peregrinos a Santiago.
            Existía en la lírica galaico-portuguesa una vertiente religiosa y otra profana, aunque esta última es la más importante. Se divide en tres categorías: cantigas de amor, de escarnio y de amigo.
            Esta lírica se transmitió a través de cancioneros. Los que se conservan son del siglo XV, tres siglos después de que se produjeran las composiciones.
            Debemos recordar que las cantigas de amigo expresan el amor femenino y las cantigas de amor, las emociones del amante. La diferencia entre ambas es que en las primeras solo habla la mujer, mientras que en las segundas el hombre es el primer personaje.

            Las cantigas de amor son composiciones de amor cortés, cuyas características esenciales podemos encontrar en muchas obras hispánicas medievales y que podemos resumir en varios puntos:
1)      El amor es cortés y exige cierto grado de nobleza en el hombre y en la mujer.
2)      El amante posee cualidades admirables. La fuerza del amor presenta como admirable a la amada y engendra virtud en el amante.
3)      Con frecuencia no se alude al matrimonio.
4)      El objetivo del amante es lograr el trato sexual dentro o fuera del matrimonio.
5)      El amor cortés es un amor frustrado, sea por la imposibilidad de la consumación, sea porque el desastre sigue inmediatamente a la consumación.
6)      El amor cortés es trágico.
7)      Se da frecuentemente una transposición de las emociones y de la imaginería religiosa al amor sexual.
8)      El amante reconoce su inferioridad respecto a la dama.
9)      La pasión del amante puede ser correspondida por la dama, pero esto sucede en pocas ocasiones.
10)  Los amantes tratan de encubrir el secreto de su amor.
            Cuando una obra reúne estos rasgos, podemos caracterizarla como cortesana.
            Por otra parte podemos señalar que los poetas gallegos, aunque utilizan las mismas formas métricas que los trovadores provenzales, dan menos importancia a la complejidad formal.

            Las cantigas de escarnio se apoyan en el sirventés provenzal y son invectivas procaces, elaboradas ingeniosa y cómicamente, que van dirigidas contra una víctima a la que se nombra en muchas ocasiones.

            Las cantigas de amigo han sido agrupadas en varias categorías:
1)      Cantigas de romería o canciones de peregrino, en las que la peregrinación de una joven aun santuario local es el pretexto para el encuentro con su amante.
2)      Barcarolas, que son una mezcla de canciones del mar y del amor.
3)      Bailados, canciones de danza en las que se mezclan el baile y el amor.
4)      Alborada, un poema sobre el encuentro de los amantes al amanecer.
5)      Pastorela, una canción de amor puesta en boca de una pastora.
6)      Otras que no se ajustan a los tipos anteriores.
           
            Los poetas que compusieron en gallego-portugués pertenecían a diferentes clases sociales (juglares, clérigos, almirantes, reyes) y a diferentes regiones. Entre los autores medievales europeos, más que el idioma del autor, el género determinaba la lengua que se utilizaba.

La lírica catalana medieval

            En la historia de la literatura en Cataluña podemos apreciar tres grandes etapas: la propiamente medieval (siglos XII a XVI), la conocida como de decadencia (siglos XVI y XVII) y la época de la Renaixença (siglo XIX).
            Refiriéndonos a la época medieval, esta se divide en cuatro periodos:
1)      Orígenes: siglo XII
2)      Nacional, hasta el reinado de Pedro I
3)      Prerrenacimiento, el reinado de Juan I de Aragón
4)      Renacimiento, hasta el reinado de Fernando el Católico.
            Recordemos, no obstante, que no se puede hablar de poesía catalana antes del siglo XV, ya que los primeros poetas en esta zona escriben en provenzal.
            El primer poeta que escribe en catalán es Ausias March.           
            En la poesía trovadoresca los tres temas predominantes son el amor, las armas y la moral. Los principales géneros que se cultivan son la cansó, el sirventés, la tensó, el joc partit o el alba.
            Podemos encontrar tres grandes trovadores que son Guillem de Cabestany (el poeta del amor apasionado), Guillem de Berguedá (que escribió composiciones satíricas) y Guirau de Cabrera. Junto a los trovadores, había juglares, que cultivaron la narrativa y la poesía guerrera, por ejemplo.


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