jueves, 28 de noviembre de 2013

Funciones de la literatura: las dualidades horacianas




            La creación literaria responde a tres preguntas que Horacio resolvió en tres dualidades, las mismas que García Berrio entendió como eje vertebrador de toda la teoría literaria de occidente:
-          La primera dualidad es la pregunta en torno a la causa final del arte, y es la oposición docere versus delectare. El arte como enseñanza se da en Platón y las poéticas medievales. Estas entenderán la forma y el deleite como un medio para transmitir la medicina edulcorada de la enseñanza. La poética neoclásica fomenta una literatura fundamentalmente didáctica, al igual que la poética realista y la marxista. El arte como deleite se da en todas las épocas, desde la Edad Media hasta las poéticas de las vanguardias del arte por el arte.
-          La segunda dualidad responde a la causa formal o instrumental, y es la oposición res/verba. Opone el predominio del pensamiento y el predominio formal. Para Pozuelo Yvancos, esta dualidad es fundamentalmente importante en el Formalismo Ruso, donde nace toda la crítica literaria contemporánea. Los formalistas quisieron romper con la dualidad de fondo/forma, con esa dicotomía de expresión y contenido, y dijeron que una teoría del lenguaje literario solo se puede basar en una teoría formal: todo es forma y los contenidos son también elementos formales. Ya lo había anticipado Croce diciendo que no hay existencia, sino expresión, y que solo existen pensamientos.
-          La tercera dualidad se refiere a la causa eficiente, y es quien hace, y entonces se responde con la dualidad horaciana natura/ars o ingenium/ars. Esta tercera dualidad está referida al artista. Opone “naturaleza” a “fuego”. Platón había dicho que el poeta es poeta por tener un ingenium, de forma que la literatura se puede considerar como un arrebato, lo que dio origen a la teoría del poeta maldito, inspirado. Frente a ese ingenium o natura, está el ars, que concibe la creación como laboratorio.
            Las dualidades horacianas se rompen en favor de una doble corriente, en la que la crítica sociológica la hacen filósofos y sociólogos, y la crítica formal la realizan filólogos. Como consecuencia de la metodología científica se ha producido una especialización por la que hemos de separar la crítica anterior de las dualidades y la moderna crítica formal. Los responsables de esta separación son tres movimientos simultáneos que no tienen nada que ver entre sí: el Formalismo Ruso, el New Criticism norteamericano, y la Estilística europea. Los tres movimientos dicen que la teoría de la literatura debe especificarse. La literatura comprende todo el hombre y para hacer una teoría de la literatura necesitaríamos el concurso de la historia, la psicología, la Ética, la lógica, la lingüística, etc.
            La literatura debe estudiarse en tanto literatura. Así se crea el concepto de literariedad. Lo que hace que un objeto verbal se califique como literatura es esa literariedad. Los formalistas rusos dicen que no son formalistas, sino que son especificadores morfológicos. Especificadores porque querían un objeto específico y propio. Era específico en cuanto que el lenguaje de la literatura es un lenguaje especial, con un comportamiento diferente al de los demás. Alguien debe hablar de la literatura como objeto, en cuanto literatura, aunque otros estudios puedan o quieran hablar también de ella.
            El Formalismo Ruso se proyecta sobre la Escuela de Praga. El New Criticism norteamericano, hacia los años 60 del siglo XX, crea un cuerpo común a todo occidente, del que se nutre el llamado Estructuralismo, donde encontraremos la Teoría del Desvío, la de la Connotación y el llamado Formalismo francés, que nutrirá la Narratología de los 60 y la Neorretórica. Después se desarrolla la crisis del Estructuralismo hacia 1970, que llevará a la Teoría del Texto (la crisis de la literariedad, según Pozuelo Yvancos), que nace como desarrollo del Generativismo y del Estructuralismo. De la Teoría del Texto hay tres grandes ramas: la Semiótica de la Cultura de Lotman (que entronca con la semiótica rusa), la llamada Pragmática literaria, y la Teoría o Estética de la Recepción. Fuera de la teoría del texto se sitúa el surgimiento de la Teoría de la Deconstrucción.


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