Junto a la lengua común
o estándar, existen las lenguas especiales de los oficios y profesiones, de las
ciencias y de las diversas técnicas. Los lenguajes especiales mantienen en
general la estructura gramatical de la lengua común y solo se diferencian por
poseer terminologías propias. Los términos
son vocablos dotados de un significado preciso e inequívoco para todos los que
cultivan ese saber.
La rapidez con que se producen hallazgos, descubrimientos
e invenciones en todas las ciencias obliga a forjar incesantemente vocablos,
aumentando la terminología científica y técnica, es decir, los tecnicismos.
Como los avances tienen lugar en los países que van a la
cabeza de la investigación, los demás se ven obligados a adoptar los términos a
sus propias lenguas. Hay diferentes posibilidades:
-
Mantenimiento del tecnicismo extranjero
en su forma originaria, como by-pass,
doping,…
-
Adaptación fónica del tecnicismo, como pedigrí.
-
Calco, traducción o sustitución del
tecnicismo, como rascacielos (calco)
o corriente del golfo (traducción)
Teniendo
en cuenta el carácter internacional
que posee la terminología científica y técnica, el mantenimiento de su forma
original facilita la comprensión entre los científicos.
El rasgo fundamental de los tecnicismos es su monosemia, a cada término corresponde
un único significado.
En la actualidad, sigue en vigor el procedimiento de constituir
los términos científicos y técnicos empleando formantes grecolatinos (penicilina, estreptomicina). También
encontramos tecnicismos formados por acronimia,
al reunir las iniciales de varias palabras (radar, cegesimal). También se
forjan tecnicismos apelando a vocablos
propios de la lengua en que se crean, a giros descriptivos o a metáforas
(fluter).
Recordemos que el lenguaje científico posee
características gramaticales y semánticas que tienen que ver con un especial
rigor. Hemos mencionado el carácter monosémico de los tecnicismos. Otra
característica es la extremada claridad
en las oraciones, de modo que la comunicación no ofrezca dificultad.
Darwin, Marañón, Ramón y Cajal, Galileo o Descartes son verdaderos clásicos en
la literatura.
Al tratar cuestiones científicas y técnicas hay que
proponerse como objetivos la propiedad
y la corrección y, si es posible, la elegancia. En este tipo de lenguaje las
repeticiones son muchas veces
necesarias para lograr la claridad.
En estos textos, hay un predominio de oraciones coordinadas y yuxtapuestas. Cuando aparece
la subordinación, se trata especialmente de subordinadas adjetivas explicativas que actúan como aclaración. Se
utiliza el se impersonal y de pasiva
refleja. Hay un uso predominante del modo
indicativo.
El código propiamente lingüístico es auxiliado por signos y símbolos científicos.
Por último debemos recordar que los escritos de carácter
científico y técnico pertenecen normalmente a los tipos de expresión
denominados exposición y argumentación.
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