La
novela se abre con Azarías, un campesino retrasado mental, que lleva a cabo
tareas rurales sencillas en el cortijo de la Jara. Cuando el dueño lo expulsa,
se va a vivir con su hermana, la Régula, casada con Paco el Bajo y madre de dos
hijos (el Quirce y Rogelio) y dos hijas (Nieves y la Niña Chica, que sufre una
parálisis cerebral que le hace emitir alaridos sobrecogedores y a la que
Azarías calma diciéndole las mismas palabras que al búho o a la grajeta
amaestrados: “Milana bonita”). Por
otra parte, Paco el Bajo, insustituible ayudante del señorito Iván en sus
cacerías, se quiebra al caer de un árbol. La nula consideración de aquel hace
que Paco se lesione por segunda vez, ya que no le ha permitido guardar el
reposo prescrito por el médico. Le sustituye el Quirce y posteriormente
Azarías. En una ocasión en la que no consigue cazar nada, se le cruza una
bandada de grajos entre los que va la milana. Cuando Azarías la llama y esta
baja a posarse en su hombro, cae abatida de un disparo. Cuando vuelve a salir
por la tarde se lleva a cabo la terrible venganza: Azarías mata al señorito
Iván ahorcándolo con una cuerda.
Miguel
Delibes publicó el cuento La milana
que con algunas variantes se corresponde con el Libro I de la novela de Los santos inocentes. La obra
tiene dos fases de creación: los tres primeros libros están escritos en torno a
1963 (profundización en el paisaje del inocente) y los tres últimos cerca de su
publicación en 1981 (el mundo de los señoritos se contrapone al de los
humildes; los dos últimos capítulos preparan el desenlace trágico).
La
obra presenta unidad estructural.
Estamos ante una novela que desde el punto de vista argumental se corresponde
con una novela tradicional, de composición episódico-dramática, con
planteamiento, nudo y desenlace. El desenlace (crimen) puede tener dos
interpretaciones: lo que justifica y motiva el relato o un episodio más. A
pesar de esa unidad estructural, es significativo el hecho de que alguno de los
libros de la novela pueda separarse del conjunto y pueda ser publicado con
identidad propia. De ahí el término “Libro” con el que denomina a cada una de
las partes.
Desde
el punto de vista de la estructura
externa, los dos primeros libros nos presentan a los personajes humillados,
los que socialmente viven en la miseria, sufren las injusticias sociales, viven
determinados (determinismo) biológica (subnormalidad) o históricamente (la
pobreza es igual a sumisión) y los que existencialmente buscan afecto y la
redención fracasada para sus hijos. El tercer libro sirve de engarce, pues
Azarías se integra en la familia de Paco. El libro cuarto nos presenta el
personaje antagónico, el señorito Iván, cuya concepción de la vida es muy
diferente a la anteriormente descrita. Frente a la sumisión, la arrogancia y el
paternalismo mal entendido, pues es un paternalismo aparente (como podemos ver,
por ejemplo, en la marquesa preocupada por la educación de sus sirvientes) y la
pasión por la caza, que también contrasta con el amor a la naturaleza de los
personajes humildes. Los dos últimos libros reiteran temas, episodios y
caracterizaciones. Los accidentes de Paco ponen a Azarías al servicio del
señorito Iván y la muerte de la milana desemboca en el desenlace trágico. El
señorito Iván muere a manos del inocente Azarías: ¿venganza o inocencia?
Desde
el punto de vista interno, Delibes
es un autor preocupado por el perfil humano de sus personajes, especialmente
Azarías, y por la naturaleza. Enfrenta en el marco de un cortijo, que reproduce
una estructura semifeudal y arcaica, dos pasiones: la pasión de los señoritos
por la caza, que lleva consigo el desprecio hacia los hombres y hacia la
naturaleza, y la pasión real por la naturaleza de unos personajes que se
integran en el medio en el que viven y son nobles en sus actitudes, como
demuestra el amor de Azarías a la milana.
Por
lo que se refiere a la construcción de
la narración, el narrador renuncia a la objetividad, pues su mirada
compasiva se fija en los humildes. Se pone del lado de los desheredados para
resaltar la idílica relación que hay entre ellos y el paisaje, especialmente
con los animales, lo que justifica que la novela tenga la forma de un largo
poema en versículos. De ahí la supresión de signos de puntuación que romperían
el ritmo. Asimismo, se reiteran acciones habituales o cotidianas o maneras de
vivir de los personajes. Al conjunto de acciones habituales se le incorporan
anécdotas que ayudan a profundizar en personajes o paisajes y soportan, a su
vez, los episodios básicos de la historia. Delibes trata de forma subjetiva el
tiempo (más lento en los cuatro primeros libros) y utiliza diferentes formas de
expresión que ponen de manifiesto su dominio del lenguaje. La historia se traza
mediante fragmentos narrativos ágiles, mediante breves descripciones, en los
que destaca el uso del epíteto y hay un predominio del diálogo. Mezcla el
lenguaje rural, con el que demuestra ser un gran conocedor del paisaje (de la
flora, de la fauna, etc.) y del mundo cinegético, y el literario. El acento
lírico del relato se refuerza con el estribillo “milana bonita” con el que se cierra la novela.
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