viernes, 6 de noviembre de 2015

Contenido y estructura de “Los santos inocentes” de Miguel Delibes




            La novela se abre con Azarías, un campesino retrasado mental, que lleva a cabo tareas rurales sencillas en el cortijo de la Jara. Cuando el dueño lo expulsa, se va a vivir con su hermana, la Régula, casada con Paco el Bajo y madre de dos hijos (el Quirce y Rogelio) y dos hijas (Nieves y la Niña Chica, que sufre una parálisis cerebral que le hace emitir alaridos sobrecogedores y a la que Azarías calma diciéndole las mismas palabras que al búho o a la grajeta amaestrados: “Milana bonita”). Por otra parte, Paco el Bajo, insustituible ayudante del señorito Iván en sus cacerías, se quiebra al caer de un árbol. La nula consideración de aquel hace que Paco se lesione por segunda vez, ya que no le ha permitido guardar el reposo prescrito por el médico. Le sustituye el Quirce y posteriormente Azarías. En una ocasión en la que no consigue cazar nada, se le cruza una bandada de grajos entre los que va la milana. Cuando Azarías la llama y esta baja a posarse en su hombro, cae abatida de un disparo. Cuando vuelve a salir por la tarde se lleva a cabo la terrible venganza: Azarías mata al señorito Iván ahorcándolo con una cuerda.
            Miguel Delibes publicó el cuento La milana que con algunas variantes se corresponde con el Libro I de la novela de Los santos inocentes. La obra tiene dos fases de creación: los tres primeros libros están escritos en torno a 1963 (profundización en el paisaje del inocente) y los tres últimos cerca de su publicación en 1981 (el mundo de los señoritos se contrapone al de los humildes; los dos últimos capítulos preparan el desenlace trágico).
            La obra presenta unidad estructural. Estamos ante una novela que desde el punto de vista argumental se corresponde con una novela tradicional, de composición episódico-dramática, con planteamiento, nudo y desenlace. El desenlace (crimen) puede tener dos interpretaciones: lo que justifica y motiva el relato o un episodio más. A pesar de esa unidad estructural, es significativo el hecho de que alguno de los libros de la novela pueda separarse del conjunto y pueda ser publicado con identidad propia. De ahí el término “Libro” con el que denomina a cada una de las partes.
            Desde el punto de vista de la estructura externa, los dos primeros libros nos presentan a los personajes humillados, los que socialmente viven en la miseria, sufren las injusticias sociales, viven determinados (determinismo) biológica (subnormalidad) o históricamente (la pobreza es igual a sumisión) y los que existencialmente buscan afecto y la redención fracasada para sus hijos. El tercer libro sirve de engarce, pues Azarías se integra en la familia de Paco. El libro cuarto nos presenta el personaje antagónico, el señorito Iván, cuya concepción de la vida es muy diferente a la anteriormente descrita. Frente a la sumisión, la arrogancia y el paternalismo mal entendido, pues es un paternalismo aparente (como podemos ver, por ejemplo, en la marquesa preocupada por la educación de sus sirvientes) y la pasión por la caza, que también contrasta con el amor a la naturaleza de los personajes humildes. Los dos últimos libros reiteran temas, episodios y caracterizaciones. Los accidentes de Paco ponen a Azarías al servicio del señorito Iván y la muerte de la milana desemboca en el desenlace trágico. El señorito Iván muere a manos del inocente Azarías: ¿venganza o inocencia?
            Desde el punto de vista interno, Delibes es un autor preocupado por el perfil humano de sus personajes, especialmente Azarías, y por la naturaleza. Enfrenta en el marco de un cortijo, que reproduce una estructura semifeudal y arcaica, dos pasiones: la pasión de los señoritos por la caza, que lleva consigo el desprecio hacia los hombres y hacia la naturaleza, y la pasión real por la naturaleza de unos personajes que se integran en el medio en el que viven y son nobles en sus actitudes, como demuestra el amor de Azarías a la milana.

            Por lo que se refiere a la construcción de la narración, el narrador renuncia a la objetividad, pues su mirada compasiva se fija en los humildes. Se pone del lado de los desheredados para resaltar la idílica relación que hay entre ellos y el paisaje, especialmente con los animales, lo que justifica que la novela tenga la forma de un largo poema en versículos. De ahí la supresión de signos de puntuación que romperían el ritmo. Asimismo, se reiteran acciones habituales o cotidianas o maneras de vivir de los personajes. Al conjunto de acciones habituales se le incorporan anécdotas que ayudan a profundizar en personajes o paisajes y soportan, a su vez, los episodios básicos de la historia. Delibes trata de forma subjetiva el tiempo (más lento en los cuatro primeros libros) y utiliza diferentes formas de expresión que ponen de manifiesto su dominio del lenguaje. La historia se traza mediante fragmentos narrativos ágiles, mediante breves descripciones, en los que destaca el uso del epíteto y hay un predominio del diálogo. Mezcla el lenguaje rural, con el que demuestra ser un gran conocedor del paisaje (de la flora, de la fauna, etc.) y del mundo cinegético, y el literario. El acento lírico del relato se refuerza con el estribillo “milana bonita” con el que se cierra la novela.

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