viernes, 29 de junio de 2012

Una visión del mito de Frankenstein



(Una clase magistral de Fernando Pérez Cárceles, traductor de lieder de Schubert, Schumann y Mahler)

En el verano de 1816 se reunieron en la casa de Lord Byron en Suiza su médico, John Polidori, el escritor Percy Shelley y su esposa Mary Shelley. Lord Byron lanzó el reto de que cada uno de los cuatro escribirían un relato de terror. Mary Shelley escribió una excelente novela gótica que es considerada la primera novela de ciencia ficción. Su título, Frankenstein o el moderno Prometeo y trata de la moral científica y la creación de la vida rivalizando con la divinidad. Como vemos, este es un debate tremendamente actual: clonación, experimentos con células madres,... 
Aunque Frankestein es el nombre con que popularmente es conocido el monstruo, en realidad es el de su creador, Victor Frankenstein, un joven estudiante suizo que realiza el experimento de crear un cuerpo a partir de cadáveres y consigue gracias a la electricidad dar vida a la criatura. El dilema de Victor es que frente a su éxito siente el horror del mismo y es perseguido por su pecado. El monstruo siente el rechazo de un mundo que no lo acepta y se convierte en asesino. Victor perseguirá a la criatura quien finalmente matará a su creador y se autoinmolará. 


FILMOGRAFÍA y MÚSICA

El número de películas sobre el monstruo de Frankenstein es elevado, por lo que vamos a elegir las más significativas.

- FRANKENSTEIN (1910). Es la primera película sobre este tema. Producida por Edison, duraba 16 minutos y estaba rodada con una cámara fija. 

- FRANKENSTEIN (1931). Dirigida para la Universal por James Whale con música de David Brockman, con Boris Karloff quien nos dio la iconografía del monstruo. Basta comprobarlo en las tiendas de disfraces. Puede que fuese una de las causas de que el film Frankenstein de Mary Shelley (1994) dirigida por Kenneth Branagh con Robert de Niro en el papel de la criatura y música de Patrick Doyle no tuviese el éxito esperado.

- LA NOVIA DE FRANKENSTEIN (1935). Dirigida también por James Whale y con Boris Karloff. Es la segunda parte del film anterior. La música es de uno de los grandes del cine, Franz Waxman, premiado con dos óscar: El crepúsculo de los dioses (1950) de Billy Wilder y Un lugar en el sol (1951) de George Stevens.

La productora inglesa Hammer retomó este personaje y entre 1957 y 1973 realizó siete películas sobre Frankenstein. La primera de ellas fue LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN, dirigida por Terence Fisher e interpretada por Peter Cushing y Christopher Lee. La música es de James Bernard.

- EL JOVENCITO FRANKENSTEIN (1974). Versión humorística de Mel Brooks con Gene Wilder, Martín Feldmann (en el papel de Igor) y Peter Doyle como el monstruo. La música es de John Morris.

Respecto a la música, además de la de las películas encontramos algunas comedias musicales, como el musical estrenado en Nueva York en 2007 con música de Mark Baron. También está en cartel el musical El jovencito Frankenstein según la película del mismo título.
En marzo de 2009 la Universidad mejicana de Guadalajara puso en escena la obra Doctor Frankenstein con música de José Fors y en septiembre de 2009 se estrenó en Buenos Aires el musical Frankenstein con música de Gabriel Goldman.

Como señala el título de la novela, Frankenstein es una renovación del mito de Prometeo, el creador de la Humanidad.
Prometeo era hijo del Titán Japeto y la ninfa Clímene. En la guerra de los Titanes contra los dioses olímpicos, Prometeo y su hermano Epimeteo se pusieron al lado de los dioses; en cambio sus hermanos Atlante y Menecio lucharon a favor de los Titanes y cuando fueron derrotados, el primero fue castigado a sostener la bóveda celeste y el segundo fue arrojado al Hades. Prometeo era el más inteligente de los Titanes y fue el preceptor de Atenea.
Apolodoro (siglo II a.C.) escribe en el libro I de su Biblioteca que “Prometeo modeló a los hombres con agua y tierra”. Esta acción creadora viene de Oriente, pues lo podemos encontrar en el Génesis. En Babilonia también encontramos que la diosa-madre creó al hombre a partir del barro.
Prometeo dio a los hombres el fuego y les aleccionó en muchas artes civilizadas. Es el “inventor” del sacrificio a los dioses, pues cuando desolló y descuartizó un toro, puso la mejor carne bajo el estómago del animal y los huesos en una bolsa embadurnada de grasa. Se lo ofreció a Zeus, quien engañado por las apariencias, eligió la bolsa que contenía los huesos y la grasa. Desde entonces esa fue la parte que se le ofrecía a los dioses. Zeus quitó el fuego a los hombres y mandó atar a Prometeo en el Cáucaso y todos los días un águila (o un buitre) venía acomerle el hígado, el cual se regeneraba milagrosamente. Fue liberado por Hércules con el beneplácito de Zeus.
En otra ocasión entró secretamente en el Olimpo y robó fuego del carro del sol que guiaba Helios, lo introdujo en el tallo de una cañaheja y lo devolvió a los hombres. Zeus juró venganza y mandó a Hefesto que hiciera una mujer a partir de arcilla y todos los dioses la dotaron con todos los dones. Era Pandora y Zeus se la regaló a Prometeo junto con una caja (o ánfora según autores) pero éste, cuyo nombre significa “previsión”, la rechazó. Pese a sus advertencias, su hermano Epimesteo la desposó y abrió la caja. De ella salieron todos los males que infestan a la Humanidad: la Vejez, el Trabajo, la Enfermedad, la Locura, el Vicio y la Pasión. Tan sólo quedó dentro la necia Esperanza.
Pandora la podemos equiparar a la Eva bíblica, y sobre la mujer recae la misoginia de la tradición judeo-cristiana, grecolatina y oriental: “Una mujer trajo la perdición al mundo”, ergo....   

Audición musical

Vamos a seguir la pista a un tema sencillo y bellísimo. Se trata de la séptima de las Doce contradanzas WoO.14, primero a piano y después en la versión orquestal. Se trata de música “ligera”, para danzar en los saraos. El autor es ¡Beethoven! Tal vez esto nos ayude a eliminar los prejuicios, pues todos los grandes músicos han escrito música danzable. Pero hay más. El tema es muy hermoso y cuando tiene que componer un ballet (algo que puede parecer extraño, pues siempre pensamos en el estereotipo del Beethoven autor de la Novena Sinfonía) utiliza esta melodía en su ballet Las criaturas de Prometeo op. 43. No nos quedemos aquí, pues Beethoven ennoblece el tema y lo emplea en el movimiento final de su Sinfonía nº 3 op. 55, “Heroica”, una sinfonía en la que después de sus dos primeras surge la chispa divina del Beethoven revolucionario y hace saltar por los aires la sinfonía clásica. El apelativo de la sinfonía tiene una pequeña historia. En un principio la iba a dedicar a Napoleón que ante sus ojos representaba el héroe revolucionario, el portador de esa nueva Humanidad que surgía de la Revolución Francesa y hacía a todos los hombres iguales gracias a la Declaración de los derechos del hombre. “Bonaparte” parece ser que iba a ser el nombre. Pero su discípulo Ferdinand Ries le dio la noticia de que había sido coronado emperador. Beethoven montó en cólera, cogió el folio en el que figuraba el título y lo rompió mientras exclamaba: “¡Es un hombre como los demás y se convertirá en otro tirano!”. Escribió un nuevo frontispicio: “Sinfonía Heroica, para festejar la llegada de un gran Hombre”.

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