Ferdinand
de Saussure (1857- 1913) publicó en 1879, a los 22 años, una reconstrucción del
sistema vocálico indoeuropeo siguiendo un método nuevo: Memoria sobre el sistema primitivo de las vocales indoeuropeas.
Posteriormente,
en 1881, publicó su tesis doctrinal, de corte más tradicional, sobre el empleo
del genitivo absoluto en sánscrito. Además publicó algunos trabajos menores.
Su
influencia sobre generaciones lingüísticas se debió a sus conferencias de Lingüística
General, que se publicaron después de su muerte, recurriendo a notas tomadas
por sus discípulos. La obra fue publicada en 1916 con el título de Cours de Lingüistique Générale y fue
redactada por dos de sus antiguos discípulos, Charles Bally y Albert Sechehaye.
Las circunstancias de esta publicación dificultan conocer si la obra reproduce
con exactitud las ideas genuinas de Saussure. En cualquier caso, esta obra es
la fuente de la mayoría de los principios básicos que distinguen la Lingüística
moderna de la histórica comparativa del siglo XIX y es fundamento de gran parte
de las teorías estructurales europeas.
La
obra, tal como se publicó en 1916, presenta una división en cinco partes,
además de una introducción bastante extensa y varios apéndices:
-
En la introducción se plantea la tarea de la
Lingüística, la distinción entre lengua y lenguaje y el lugar de la lengua en
los hechos humanos.
-
La primera parte se dedica a los denominados
“principios generales”: naturaleza del signo lingüístico y dualidad entre
lingüística estática y lingüística evolutiva.
-
La segunda parte se ocupa de la lingüística sincrónica,
el problema de las unidades, el concepto de valor, el papel de las relaciones
sintagmáticas y asociativas en el mecanismo de la lengua y las cuestiones
referentes a la división de la Gramática.
-
La tercera parte está centrada en la Lingüística
diacrónica.
-
La cuarta parte tiene como tema central la Geografía
lingüística.
-
La quinta parte se refiere a la lingüística de tipo
retrospectivo.
Algunas
de las principales ideas de Saussure están expresadas en conocidas dicotomías:
lengua versus habla, sincronía versus diacronía, el significado versus
significante del signo lingüístico, y las relaciones sintagmáticas frente a las
relaciones asociativas.
I.- La dicotomía
Lengua vs Habla se basa en una oposición fundamental: sistema-realización del
sistema. La lengua representa el lazo social, mientras que el habla supone la
ejecución, el carácter individual. Esta distinción resulta fundamental tanto
para el pensamiento contenido en el Curso
como para las investigaciones estructuralistas posteriores. Desde Saussure el
estudio lingüístico tendrá como parte esencial la lengua, el sistema, lo que
posteriormente se llamará “estructura”, mientras que el estudio del habla presentará
un carácter secundario. Existe por otra parte un enorme acierto de Saussure al
enfocar las relaciones Lengua-Lenguaje: “Se
podría decir que no es el lenguaje hablado el natural del hombre, sino la
facultad de constituir una lengua; es decir, un sistema de signos distintos que
corresponden a ideas distintas”. En este punto concreto se encuentra una de
las mayores diferencias entre las teorías estructuralistas y las de corte
generativo. Las primeras se ocuparán casi exclusivamente de la investigación de
la lengua, mientras que Chomsky y sus seguidores pondrán su atención en el
estudio de la “facultad de constituir una lengua”. Al concebir la lengua como
un sistema de signos y como una institución social, Saussure plantea la
posibilidad de constituir una ciencia que se centre en el “estudio de la vida
de los signos en el seno de la vida social”. Esta ciencia, la semiología,
contendría a la lingüística y quedaría enmarcada dentro de la Psicología
social.
II.-
Todo examen científico de una lengua o de una familia de lenguas puede
realizarse desde dos perspectivas diferentes: la evolución a lo largo de la
historia (diacronía) o el estudio de un estado de la lengua (sincronía).
III.-
Los signos lingüísticos que componen el sistema de una lengua se conciben por
parte de Saussure como elementos psíquicos. Todo signo lingüístico es una
unidad diferencial compuesta por dos elementos interdependientes: significante
y significado. El aspecto más importante de toda la problemática del signo
lingüístico se centra en el carácter arbitrario de las relaciones entre los dos
elementos constitutivos, principio fundamental de todas las lenguas naturales.
En su concepción del signo lingüístico Saussure se mueve dentro de una
tradición que arranca de Parménides y llega a los investigadores del siglo XIX,
como Whitney o Bréal. Junto a la arbitrariedad, el signo presenta el principio
del “carácter lineal del significante” (los significantes no pueden aparecer de
manera simultánea en la cadena) y los principios, aparentemente paradójicos, de
“mutabilidad” e “inmutabilidad”.
IV.-
Los signos pueden contraer dos tipos de relaciones:
a)
relaciones que se establecen en el encadenamiento
lineal de las unidades.
b)
Relaciones y conexiones que aparecen fuera del
encadenamiento citado.
El
primer tipo de relaciones, denominadas por Saussure “relaciones sintagmáticas”,
depende del principio del carácter lineal del significante; las relaciones del
tipo “asociativo”, que integran el segundo apartado, son de estructura más
compleja y están basadas en un entramado de factores lingüísticos y
psicológicos, caracterizados además por no presentar un orden fijo ni un número
determinado de elementos. La relación sintagmática se realiza “en presencia”,
puesto que se apoya en dos o más elementos en una serie efectiva. Las
relaciones asociativas, por el contrario, se producen entre términos “en
ausencia”, términos que no presentan este encadenamiento efectivo y lineal.
Como
observó Bloomfield, Saussure se apoya en las palabras más que en la oración.
Este desinterés por la sintaxis procede de las características especiales de
los estudios indoeuropeístas y será uno de los elementos decimonónicos que
heredará una parte de la lingüística estructural.
Los
conceptos de Saussure han ejercido una gran influencia en la Escuela de Ginebra
(dedicada al mantenimiento de las ideas del maestro ginebrino), en los
principios teóricos del Círculo de Praga y en la Glosemática danesa. Algunos
estudiosos como Koerner consideran que Saussure está presente también en Sapir
y en Bloomfield y que algunas de las cuestiones planteadas por el ginebrino se
vuelven a encontrar en discusiones de Chomsky.
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