(Apuntes para 4º de ESO)
Este
grupo toma su nombre como alusión a la fecha de la pérdida de las últimas
colonias españolas en ultramar. Es un movimiento puramente español formado por
jóvenes escritores que desean la renovación estética de la literatura y la regeneración
socio-cultural del país. A partir del desastre colonial surge la conciencia de
la pobreza, la miseria, la injusticia social. Y con ello la urgente necesidad
de un cambio en la estructura del poder, pues la Restauración no satisfacía a
nadie.
Ante
esta situación, un grupo de escritores (Baroja, Azorín y Maeztu), que firmaban
con el seudónimo de Los tres,
publican en 1901 un manifiesto en el que denuncian la realidad del país, la
desorientación de la juventud, la falta de valores… Pero este grupo dura poco.
No encuentran la acogida que esperaban y el sentimiento de impotencia les hace
abandonar. El fracaso les lleva al idealismo y a posturas políticas cada vez
más conservadoras. El problema de España continúa preocupándoles, pero ahora su
interés se centra en la renovación espiritual del país. Se sienten atraídos por
descubrir el alma nacional, la esencia del país. Se produce así la
interiorización del problema de España, la proclamación de lo castizo y un
subjetivismo que, unido a las corrientes filosóficas en boga (existencialistas,
vitalistas…), originan una respuesta personal.
Debemos
recordar que en la actualidad no se acepta de forma unánime la Generación del
98 como una corriente literaria diferenciada del Modernismo y, por otra parte,
la crítica no está completamente de acuerdo en los escritores que la forman. A
este respecto, Pedro Salinas aplicó al 98 los criterios que estableció Petersen
para poder hablar de “generación literaria”:
-
Nacimiento en
años poco distantes: once años separan al más viejo, Unamuno, y al más
joven, Machado.
-
Formación
intelectual semejante: la mayoría son autodidactas.
-
Relaciones
personales: Baroja, Azorín y Maeztu establecieron contactos tempranos con
Unamuno y Valle Inclán.
-
Participación en
actos colectivos propios: visita a la tumba de Larra, protesta por la
concesión del premio Nobel a Echegaray en 1905 (para ellos simbolizaba la
España pasada).
-
Un
acontecimiento generacional que aúna sus voluntades: fue el desastre del
98, fecha que les ha dado nombre.
-
Presencia de un
“guía”: podemos considerar guías del grupo a Nietzsche y a Schopenhauer.
-
Un lenguaje
generacional distinto al de la generación anterior.
-
Anquilosamiento
de la generación anterior: Ya no aportan nada decisivo Pereda, Valera,
Galdós o Pardo Bazán y Clarín.
En
cuanto a las características
principales de este grupo podemos señalar las siguientes:
-
Adquieren relieve las preocupaciones existenciales y
religiosas, interrogantes sobre el sentido de la vida, el destino del hombre,
la existencia de Dios, etc. Esto ha hecho que se les haya considerado
precursores del existencialismo. Las distintas actitudes ante estos temas
difieren entre unos autores y otros: angustia y obsesión por el deseo de
inmortalidad en Unamuno, preocupación por la caducidad de lo terrenal en Azorín
o incredulidad religiosa en Baroja.
-
El tema de España se enfocará de forma subjetiva e
individualista, pero todos tienen la misma intención: descubrir el alma de
España por medio de:
·
El paisaje se sublima y se convierte en el
símbolo del alma española. Su descripción es poética y expresa la emoción que
siente quien lo contempla.
·
La historia, pero no la de los grandes
acontecimientos bélicos o poéticos, sino la del hombre anónimo, la
intrahistoria.
·
La literatura, volviendo a autores medievales
como Berceo, Rojas o Manrique, y a los clásicos olvidados, como Góngora o
Gracián, en busca del idioma. Muestran especial interés por el Quijote, obra en la que ven reflejadas
las conductas de los españoles.
-
El amor a España se une a un deseo de europeización,
muy vivo en su juventud. Ser europeo es estar abierto a las corrientes modernas
del pensamiento y vivir en un espacio ancho y sin fronteras. Pero el amor a
España les lleva también a profundizar en el conocimiento de lo español.
Con
respecto al estilo, es característico de la generación del 98 el rechazo de la
expresión retoricista y grandilocuente y la defensa de la sencillez y la
claridad, pero sin perder fuerza expresiva.
Tienden
a la precisión léxica, a la elección de la palabra justa, precisa para el
momento y el concepto adecuado, buscando a veces vocablos que resulten extraños
por su sabor local o arcaizante (palabras tradicionales y terruñeras).
Es
un léxico impregnado de valoraciones subjetivas que desvelan sus sentimientos
íntimos. En cuanto a la sintaxis, evitan las oraciones excesivamente complejas
por esa tendencia a la sencillez; abundan las simples o, en todo caso, la
yuxtaposición.
Se
produce una importante innovación en los géneros literarios: en el 98 se
configura el ensayo moderno; se renueva profundamente la novela; el teatro, sin
embargo, no conseguirá cambiar como los demás géneros.
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