En 1895
comienza a dibujar y a componer versos. Hay un dibujo de esta época, La boda y la muerte, que es la
representación de un poste telegráfico y de una mesa con un tintero, pluma y
sobres, símbolos de la escritura y la comunicación.
De 1895 es Álbum de poesías, que contiene sobre
todo poesías amorosas. En él todo está dominado por un tono melancólico y una
obsesión enfermiza por la muerte. Un ejemplo podemos encontrarlo en el poema A mi novia:
Si me muero tampoco me olvides.
En mi tumba pon flores.
Entre
1898 y 1900 inicia estudios de pintura en Sevilla con Salvador Clemente, y
traba amistad con el pintor onubense Daniel Vázquez Díaz.
En
1898 y 1899 publica distintas composiciones en las revistas El gato negro de Barcelona, Vida nueva de Madrid y El programa de Sevilla. En estas fechas
intensifica la lectura de poetas como Rubén Darío, Villaespesa o Salvador
Rueda, y de autores franceses como Victor Hugo y Lamartine.
En
1900 llega a Madrid, donde participa en tertulias con Valle Inclán o
Villaespesa.
Concluye
la preparación de un conjunto de poemas que quiere titular Nubes. Finalmente lo dividirá en dos libros, Ninfeas y Almas de violeta,
avalados por un soneto de Darío y un prólogo de Villaespesa. El primero de esos
libros está impreso en tinta verde y el segundo en color morado. En ambos
libros se recogen poemas de gran erotismo, unido a motivos fúnebres,
manifestados en las imágenes elegidas: bruma, sombras, niñas muertas,
enfermedad, tensión entre los anhelos espirituales y la exaltación carnal. Todo
ello implica la existencia de un mundo peculiar, de estirpe romántica, con una
gran variedad de formas métricas y léxico propio del primer modernismo, con
alguna experimentación poco afortunada. Es una lírica doliente y apasionada que
le da rápida notoriedad.
En
1900 se produce la muerte del padre de Juan Ramón Jiménez y aparece la primera
crisis depresiva del poeta.
En
1901 está en el sanatorio del doctor Lalanne en Burdeos. Allí tiene relación
con varias mujeres y lee a poetas como Laforgue y Francis Jammes.
En
1902 regresa a Madrid y permanece en el sanatorio del Rosario, donde compone el
volumen Rimas.
En
abril de 1903 se produce la creación de la revista literaria Helios, de la que se publicarán catorce
números hasta 1904, y en la que colaboran Darío, los hermanos Machado, Unamuno,
Benavente y Azorín. También aparecen traducciones de Verlaine.
Aparecen
algunos libros como Arias tristes (en
1903), Jardines lejanos (de 1904), Baladas de primavera (en 1910), La soledad sonora y Pastorales (ambos de 1911) y Melancolía
(de 1912). En estas fechas también está concluido Laberinto. Se instala en Madrid y modifica su caligrafía.
La
primera época, hasta Laberinto, es
fruto de una labor incesante de crecimiento y depuración. Va dejando paso a una
mayor contención expresiva. El paisaje, a menudo crepuscular o velado por la
bruma, se convierte en espejo de sentimientos afines, expresado por medio de
contornos borrosos y toques de color. Se trata de una realidad esfumada, cambiante
y poco definida.
En
Jardines lejanos hay una atmósfera
doliente y sensual. En la obra se reproduce una partitura de Gluck.
En
Pastorales el poeta recoge partituras
de Beethoven y Schumann.
En
La soledad sonora aparecen elementos
modernistas, como serventesios en versos alejandrinos, fuentes y jardines en el
marco de una naturaleza estilizada y pictórica, el tema del anhelo erótico.
Algunos motivos como el ángelus o la flauta hacen pensar en el influjo de
Francis Jammes y Albert Samain. En conjunto hay una opulencia sensorial, una
riqueza de sensaciones visuales y auditivas, así como su uso como expresiones
analógicas de estados de ánimo.
A
partir de 1913, Juan Ramón Jiménez está instalado en la Residencia de
Estudiantes en Madrid. Conoce a Zenobia Camprubí.
Compone
Estío, que aparece en 1916, Diario de un poeta recién casado (1917), Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919) y Belleza
(1923). En la primera de las obras citadas aparece el motivo de la mujer, que
es una realidad presente.
Diario de un poeta recién casado fue
escrito durante el viaje a Estados Unidos. En esta obra hay poemas en prosa y
el poeta utiliza el verso libre. Se interioriza la contemplación del mar. Hay
un intento de borrar las fronteras entre prosa y verso.
En
Piedra y cielo el tema central es la
obra poética.
En
1921 funda la revista Índice, y en
1922 publica la Segunda antología poética.
Publica también prosas (Autorretrato-Para
uso de reptiles de varia categoría) y reflexiones estéticas en forma de
breves aforismos.
En
1927, años del tricentenario de Góngora, Juan Ramón Jiménez escribe páginas
desdeñosas sobre la corriente neopopularista.
De
1934 es una nota necrológica.
En
1935 rechaza el ingreso en la RAE.
A
partir de esa fecha, reúne y selecciona poemas unidos por su carácter popular: metros
cortos, coplas y estribillos. El libro aparecerá en 1936 con el título de Canción.
En
agosto de 1936, el poeta consigue un pasaporte diplomático para salir del país
como agregado cultural honorario en la embajada española en Washington.
En
1940 comienza a impartir cursos en la Universidad de Miami como lector de
español y realiza obra crítica.
En
una carta que escribe en 1943 dirigida a Díaz Canedo dice “en la Florida empecé a escribir otra vez en verso”.
Reanuda
su actividad con romances y canciones, en la que aparece la actitud
característica del desterrado. La obra que las recoge es Romances de Coral Gables (1948).
También
en 1948 aparece La estación total, con
las canciones de la nueva luz. Ese mismo año fue recibido de forma
apoteósica en Buenos Aires.
En
1949 se publica Animal de fondo.
En
1951 Zenobia sufre un quebranto en su salud. Mientras, el poeta emprende una
vez más la reordenación de su obra completa, en siete partes.
El
25 de octubre de 1956 le fue concedido el premio Nobel de Literatura. Tres días
después fallece Zenobia. Juan Ramón Jiménez escribe “Todo es menos”.
El
poeta había concebido un título para su obra, En el otro costado, que abarcaría cinco apartados: 1) Mar sin caminos, 2) Canciones de la Florida, 3) Espacio,
4) Romances de Coral Gables y 5) Caminos sin mar, en una agrupación
simétrica.
Espacio sería la síntesis de toda la
obra madura del poeta. Se trata de un poema largo en prosa. Sin interrupciones,
es un monólogo sin fin donde las palabras se engarzan, creando asociaciones,
fundiendo planos cronológicos distintos en un presente único equivalente a la
visión de Dios. Los motivos que aparecen son recuerdos, evocaciones literarias,
nostalgia, búsqueda de constantes que anulen las variaciones contingentes del
ser humano y coloquen la existencia bajo una luz única.
Juan
Ramón murió el 29 de mayo de 1958.
Dentro
de su obra hay que destacar, por otra parte, los libros en prosa (Platero y yo, Españoles de tres mundos,
Ideología).
La
primera edición de Platero y yo, no
completa, es de 1914 y se compone de sesenta y tres capítulos y un texto final
(A Platero).
En
1917 se publica la obra en su totalidad, ya con 138 capítulos.
En
Platero y yo, el “niño” es la persona
no adulta, incluyendo al que no es como el adulto. Aparece una pequeña
comunidad: poeta y burrito, a veces un par de animales más, niños y seres
marginados.
Los
adultos traen el dolor o la tristeza a los niños, a los animales o al poeta.
Michael
Predmore destacaba la visión del mundo que aparecía en la obra. En ella el
hombre está en contacto y armonía con su medio natural. La conjunción
franciscana seres/naturaleza se expresa:
-
por medio de la humanización de Platero
-
por la humanización de otros animales
-
por la comparación de hombres con animales, vegetales y
objetos inanimados
-
por la comparación de hombres con animales, vegetales y
minerales entre sí
-
por la humanización de la naturaleza.
El
tema de la muerte está muy presente en la niña chica, el canario, la yegua
blanca, Platero, la hija de Darbón, el padre del poeta, Mamá Teresa o el perro
Lord.
En
la obra hay una prosa sobria, abundante en adjetivos. Carlos Bayón destacaba la
violencia de las imágenes.
Españoles de tres mundos, de 1942, es
una serie de semblanzas de escritores y artistas de entre 1914 y 1940.
Ideología por su parte es una edición de
los aforismos de Juan Ramón Jiménez y fue publicada en 1990.
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