En
primer lugar en la novela se da una alteración de los elementos fundamentales
del género:
ACCIÓN
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TIEMPO
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HÉROE
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PUNTO DE VISTA
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Hay zonas oscuras que el lector
debe interpretar por su cuenta. Los temas decimonónicos, como el adulterio,
ceden su lugar a la soledad, el absurdo de la existencia, el sexo, a la
destrucción de la familia como institución, a la metaliteratura, etc.
A veces se rompe el sentido
argumental de los relatos.
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Hay un dislocamiento del
tiempo. No discurre linealmente, sino a saltos: avanza y retrocede
continuamente.
El espacio temporal puede ser
reducido a pocos meses o días (un día, por ejemplo, en el Ulises de James Joyce).
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El héroe clásico se convierte
en un “antihéroe”, un ser problemático y contradictorio, o también un
personaje colectivo, carente de individualidad.
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Multiperspectivismo. No hay un
punto de vista único, sino visión múltiple. La historia puede ser contada por
varios narradores. El fluir de la conciencia o el monólogo interior se
convierte en una forma de expresión habitual.
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Con
esta descomposición, el género narrativo refleja la desorientación y la
confusión que caracteriza al individuo de la época.
Francia: el
existencialismo y el nouveau roman
Debemos
destacar la fortaleza de la narrativa francesa en la posguerra. Esa narrativa a
través del existencialismo primero y del nouveau
roman después, se consolida como una de las referencias de mayor prestigio
en el ámbito del pensamiento y de la estética.
El
existencialismo es un movimiento cultural y filosófico que proclama
fundamentalmente la idea de que la vida y la muerte no tienen sentido. La
promulgación del sinsentido de las cosas conduce a la teoría del absurdo
aplicada a la condición humana. Los escritores existencialistas más importantes
e influyentes fueron Jean Paul Sartre (1905-1980), la teórica del feminismo
Simone de Beauvoir (1908-1986), Albert Camus (1913-1960), Jean Genet
(1910-1986), Boris Vian (1920-1959) y Marguerite Yourcenar (1903-1987).
Por
otra parte, en los años 50 surge el movimiento del nouveau roman, un movimiento experimental que elimina los rasgos de
la narrativa tradicional (el realismo, el mensaje, el tipo de personajes, la
acción, etc.) y se centra en un solo aspecto, en consonancia con el cine de la
época. El objetivo que se persigue es buscar algo que vaya más allá de lo
establecido. En este grupo destaca Alain Robbe-Grillet, que es el teórico del
movimiento y el máximo defensor de la idea de que la novela no tiene por qué
encerrar ningún mensaje, tan solo debe transcurrir por una permanente y
constante duda. También podemos destacar a Nathalie Sarraute y Marguerite
Duras. Los autores más recientes tienden a recuperar el gusto por el relato, y
en este sentido podemos señalar al escritor Amin Maalouf.
Narrativa de
posguerra en lengua inglesa
En
este bloque distinguiremos dos grupos, el de los narradores británicos y el de
los norteamericanos. Entre los primeros destacan George Orwell (1903-1950), un
implacable crítico contra el totalitarismo estalinista, que escribió dos
novelas emblemáticas, 1984 y Rebelión en la granja; Malcom Lowry
(1909-1957), que escribió Bajo el volcán,
el retrato de un personaje alcohólico; Graham Greene (1904-1991), autor de El poder y la gloria, un relato en el
que plantea cuestiones religiosas; y Lawrence Durrell (1912-1990), autor de Cuarteto de Alejandría. Entre los
autores más recientes, destacaremos a Salman Rushdie, autor de Los hijos de la medianoche.
Respecto
a los narradores norteamericanos, muchos novelistas siguieron los pasos de los
autores de la llamada “generación perdida” (Scott Fitzgerald, Hemingway, Dos
Passos, etc.). Entre los novelistas de posguerra destacan James Agee
(1909-1955) y Robert Warren (1905-1989). Dentro del subgénero de la novela
negra Raymond Chandler es el escritor que destapa el lado sórdido de la
sociedad americana. La problemática racial está presente en El hombre invisible (1952), de Ralph
Ellison que cuenta el progresivo desencanto de un hombre negro., en una obra
que no oculta que el autor pertenece a una minoría dentro de un país del primer
mundo. Entre los sureños que denuncian el ambiente desesperanzado de las
provincias del sur, el más famoso es Truman Capote (1924-1984), quien después
de tratar ese tema, dio testimonios de la cara amable de la juventud en Desayuno con diamantes y también de su
cara más oscura en A sangre fría.
Merece también mención la generación beat de los 50, inconformista y rebelde,
cuyo maestro fue Henry Millar (1891-1980), autor de la trilogía La crucifixión rosada, de temática
sexual, compuesta por Sexos, Nexos y Plexos. El miembro de esta generación
más emblemático es Jack Kerouac (1922-1969), autor de En el camino, manifiesto de un viaje sin rumbo de un grupo de
jóvenes (sus amigos) que no hace asco a nada. El mundo de la droga es el tema
central de El almuerzo desnudo de
William Burroughs. En los últimos años del siglo predomina una tendencia
experimental con Paul Auster como ejemplo. Por otra parte, hay un grupo de
autores que no se incluyen en una determinada generación, pero que son
excelentes narradores, como Salinger, Nabokov o Paul Bowles.
La narrativa alemana
de posguerra
La
literatura alemana de posguerra refleja progresivamente temáticas sugerentes y
documentales como la herida abierta por el fascismo, la reconstrucción
económica y el desarrollo social. Los narradores alemanes o austriacos más
importantes son Elías Canetti, con Auto
de fe, Heinrich Böll con Opiniones de
un payaso y Günter Grass con El
tambor de hojalata. Entre los autores de una narrativa más reciente
encontramos a Michael Ende, con La
historia interminable y al novelista Patrick Süskind con su obra El perfume.
Narrativa italiana de
posguerra
Sobre
todo debemos mencionar el neorrealismo, un movimiento que surge inmediatamente
después de la posguerra italiana. Pretende ser un reflejo fiel y exacto de los
conflictos sociales de la época y utiliza un lenguaje sencillo y de fácil
comprensión para todos los públicos. Los temas más frecuentes de este movimiento
son el atraso en las zonas del sur, los estragos del fascismo, los ambientes
urbanos populares o la persecución de los judíos. Una de las obras sobre este
tema es la terrible novela Si esto es un
hombre de Primo Levi. Otros autores importantes son Cesare Pavese, Alberto
Moravia e Italo Calvino. Este último empezó siendo neorrealista, después pasó
al realismo grotesco, luego se adscribió a la narrativa ilustrada filosófica y
acabó escribiendo novela experimental. A finales de siglo, la novela realista tuvo
como referencia a dos escritores sicilianos, di Lampedusa y Leonardo Sciascia,
analista de la mafia. También podemos señalar como autores importantes a Bassani,
Eco y Antonio Tabucchi.
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