En La casa de Bernarda Alba se combinan realidad y poesía. No se puede
hablar de drama realista con respecto a esta obra, ya que supera los límites
del realismo. Sí es cierto que se toman datos de la realidad, que la acción
dramática se sitúa en un marco realista, que la dimensión humana de los
personajes es verosímil y que Lorca ha procurado crear la impresión de
verosimilitud.
Pero tanto los personajes como la
situación dramática, el espacio simbólico, todo está contemplado desde una
dimensión poética. La hipérbole en la descripción de los caracteres, la
acentuada diferencia de edad entre Angustias y Pepe el Romano, las metáforas e
imágenes en el habla de los personajes, la estructuración de la obra en un
plano real (representado) y otro imaginado (no visible, simbólico), así como la
antítesis nos hablan de la poetización de la realidad. La aproximación a los
problemas humanos de su tiempo se hace desde la poesía y no desde el realismo
literario.
Quizá el mayor mérito de García
Lorca resida en integrar el lenguaje poético en el habla de los personajes, de
forma que parezca natural y espontáneo.
Junto a expresiones coloquiales,
andalucismos, vulgarismos, insultos o frases hechas, encontramos las imágenes
sorprendentes y propias de la lírica de Lorca (por ejemplo cuando Poncia dice
en el acto I que En el Pater Noster
subió, subió la voz que parecía un cántaro llenándose de agua; o la
intervención de Martirio en el acto III, Déjame
que el pecho se me rompa como una granada de amargura)
Con estos procedimientos, el autor
se aleja del realismo del XIX y ofrece al espectador la posibilidad de juzgar
los hechos desde la distancia y a través de su sensibilidad artística.
Si nos situamos en el realismo, son
muchos los rasgos y notas tomados de la realidad (nombres de personajes,
situación dramática básica, ambientación espacial). En el primer acto Poncia
nos sorprende con una acción sumamente vulgar y prosaica, ya que sale a escena
comiendo pan y chorizo. La criada lleva a cabo un acto doméstico habitual e inicia su actuación limpiando.
Podemos señalar otros elementos de carácter
realista en el primer acto, como la mendiga pidiendo limosna, el doblar de las
campanas por la muerte de Antonio María Benavides, la llegada del notario para
leer el testamento, la mención de Enrique Humanes, los zapatos desabrochados de
Magdalena, etc.
En el segundo acto disminuyen los detalles
realistas, aunque podemos encontrar algunos como las mujeres cosiendo al
inicio, las declaraciones amorosas, la visita del hombre de los encajes, los
cantos de los segadores, el calor sofocante, el retrato de Pepe el Romano o el
linchamiento de la hija de la Librada.
El realismo pierde aún más fuerza en el tercer
acto. Los personajes se van diluyendo, constituyendo imágenes fotográficas y
siluetas perfiladas. No obstante, podemos señalar elementos realistas como las
mujeres cenando en la escena inicial, los golpes del caballo en el corral, los
ladridos de los perros o el que Adela salga del corral con las enaguas llenas
de pajas de trigo.
En lo que respecta a la poesía, en el tercer
acto se introducen elementos mágicos, fantásticos o poéticos, como la noche
estrellada, la persecución en la semioscuridad entre Adela, Martirio y María
Josefa o la plasticidad de la imagen de la anciana con la oveja en sus brazos.
La obra va perdiendo realismo en beneficio del
carácter poético.
Además debemos señalar que García Lorca se sirve
del verso en cuatro ocasiones:
-
En
la letanía (creada por el poeta) del primer acto, que rezan Bernarda y las
mujeres del duelo.
-
En
la canción de los segadores, que atrae la atención de las muchachas y les
recuerda la libertad, la alegría y el amor que existen en el mundo fuera de la
casa. La canción está compuesta por dos cuartetas asonantadas (versos octosílabos
con rima asonante cruzada 8a8b8a8b). La segunda cuarteta es repetida por
Martirio y Adela. Los segadores actúan como coro que pone de relieve las
pasiones ocultas de las mujeres.
-
En
un dicho popular al que se da forma estrófica, cuando en el tercer acto Adela
pregunta: Madre, ¿por qué cuando se corre
una estrella o luce un relámpago se dice: Santa Bárbara bendita/ que en el
cielo estás escrita/ con papel y agua bendita? (son tres versos octosílabos
con rima consonante)
-
En
la canción de cuna que canta María Josefa con la oveja en brazos en el acto
III. En esta canción vuelve a referirse al mar como símbolo de libertad e
insulta a Bernarda y a Magdalena.
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