sábado, 24 de marzo de 2012

Mitos de la literatura: Hamlet



           No se conoce la fecha exacta en que Shakespeare (1564-1616) compuso Hamlet, príncipe de Dinamarca, pero hechos históricos referidos en la obra, el análisis de su técnica dramática y algunos datos de la biografía del autor, permiten suponer que se escribió entre 1600 y 1601. Tuvo que ser terminada antes del 26 de julio de 1602, fecha en que fue inscrita en el registro legal de publicaciones londinenses con el título La venganza de Hamlet, príncipe de Dinamarca, según fue presenciada recientemente por los servidores del Lord Chambelán. La obra se distribuye en cinco actos desde la edición de Nicolas Rowe de 1709, y cada uno de ellos está formado por un número variado de escenas. En la obra se alternan el verso y la prosa. Ésta se utiliza en las situaciones en que es necesario un realismo descarnado y en que debe quedar patente la locura fingida de Hamlet, para que la acción siga su curso. El verso es la forma de las alocuciones de los personajes.
            La obra cuenta la historia del príncipe Hamlet, el cual  se encuentra estudiando en la universidad alemana de Wittemberg y ha vuelto a la corte en Dinamarca a raíz de la muerte de su padre y del enlace de su madre, la reina Gertrudis, con el nuevo rey, su tío Claudio. El fantasma de su padre se le aparece y le informa de que fue Claudio quien lo mató vertiendo veneno en su oído y pide a su hijo que vengue su muerte. Hamlet duda entre la certidumbre del regicidio y la necesidad de obrar, por lo que aumenta su melancolía y parece volverse loco. Por otra parte, el rey Claudio contrata a Rosencrantz y Guildenstern, dos nobles compañeros de estudios de Hamlet, para que espíen el comportamiento del príncipe. Polonio, un cortesano viejo y pomposo, tiene una hija, Ofelia, y cree que la causa de la locura del personaje está en su pasión amorosa por ella y así se lo comunica a los reyes. Hamlet y Ofelia están realmente enamorados, pero el joven ve en ella la representación de la traición y de la lujuria que pueden motivar las mujeres y la increpa de forma despectiva, soez y brutal. Hamlet urde un plan para averiguar la verdad y contrata a un grupo teatral para que representen una obra (La muerte de Gonzago) en la que un rey es envenenado por su hermano quien seguidamente se casa con su viuda. Claudio insta a Gertrudis a que tenga una conversación con su hijo, Polonio se esconde tras una cortina y Hamlet, creyendo que se trata de Claudio, lo mata en las habitaciones de la reina. Con el pretexto de esconderlo, Claudio lo envía a Inglaterra con Rosencrantz y Guildenstern, que llevan órdenes confidenciales de matar al príncipe. Hamlet descubre el complot y altera las órdenes secretas del rey de tal manera que los dos jóvenes serán los ajusticiados. Con la ayuda de unos piratas, Hamlet vuelve a Dinamarca, acude al entierro de Ofelia que enajenada se ha suicidado, se enfrenta a Laertes, hermano de la muchacha y ambos se emplazan a un duelo. Claudio proporciona un veneno a Laertes para que impregne la punta de su espada y además envenena el vino que piensa dar a Hamlet. La reina bebe de ese vino y muere. Los dos jóvenes reciben heridas mortales en el duelo, pero antes de morir, Laertes descubre la verdad, venga la muerte de su padre y hace las paces con Hamlet. Éste consigue también herir mortalmente a Claudio y después expira con todos los honores recuperados y como legítimo rey de Dinamarca. Fortimbrás, príncipe de Noruega, hereda la corona y preside el funeral real de Hamlet.
           
Hamlet es la dramatización de una antigua leyenda escandinava del siglo XII, a la que se adaptan materiales de diferentes obras históricas y de dramas representados con anterioridad. Entre las principales fuentes de que se sirvió el autor citaremos: Historias de los Reyes y héroes de los daneses (en el original, Historia Danicae), de 1514, compuesta en latín por el poeta e historiador Saxo el Gramático y que relata la leyenda del príncipe Amleth, y en la cual se encuentran, sólo con la variante del final feliz para el victorioso príncipe, todos los lances y elementos dramáticos de la obra de Shakespeare; Historias trágicas de Bellforest, traducción al francés de la obra de Saxo el gramático, del último tercio del siglo XVI, y que fue probablemente la versión que leyó Shakespeare; La venganza de Hamlet o Ur-Hamlet, drama desconocido en la actualidad, que debió escribirse antes de 1589 y que ha sido atribuido a Thomas Kydd; y La muerte de Gonzago, desconocido relato al parecer escrito originariamente en italiano y considerado fuente de la representación teatral escenificada en el castillo de Elsinor (Escena II del Acto III). Con esta obra, Hamlet motivará el remordimiento de Claudio, ya  que sintetiza la traición de éste a su hermano, el rey.
            Son varios los elementos que concurren en la construcción de Hamlet. En lo que respecta al tema general, Shakespeare plantea el concepto de que la ambición de poder es fuente de desorden moral y político, produce un estado continuo de violencia y sangrientas venganzas, lleva en último término a la destrucción del propio conspirador y de la forma de estado, y exige un inmediato castigo, requerido también desde el mundo sobrenatural. Por otra parte, la materia dramática está fundamentalmente tomada de una leyenda escandinava y responde al contenido típico de las “tragedias de venganza” (el fantasma de una persona ultrajada reclama venganza contra un rey asesino, el vengador finge locura para realizar su cometido), aunque sobre esta materia Shakespeare añade elementos que revelan su pensamiento sobre la ambición de poder y la gestión política, la violencia y la venganza, el dolor e infortunio humanos, las relaciones familiares, el amor y la amistad, la influencia de la razón y la pasión en los actos humanos, la locura como instrumento de la verdad, el teatro de su época, el valor de la apariencia frente a la realidad y la fatalidad como determinante de la vida del hombre. La trama está dispuesta en forma de rápido encadenamiento de situaciones espectaculares y efectistas, la obra parte de la intervención sobrenatural del rey Hamlet, provocada por el desorden moral de Claudio y que sirve de inicio al conflicto moral del príncipe Hamlet, causa a su vez de las muertes de Polonio y Ofelia y de la intervención de la fatalidad, agente de las muertes de Hamlet, los Reyes y Laertes. Los personajes pertenecen en su mayoría a la aristocracia: Claudio y la reina funcionan como agentes del desorden moral y político, Polonio aparece como colaborador voluntario de ese desorden, Laertes como hombre de acción es la contrapartida de Hamlet, los cómicos representan el fingimiento como valor social, mientras que en Ofelia, Rosencrantz y Guildenstern ese fingimiento está definido como degradación ética. Horacio es el punto de referencia hamletiano de normalidad ética y social, y a él recurre Shakespeare para lograr un contraste esclarecedor de la acción y acentuar con ello la intensidad dramática.
            Entre todos los personajes destaca Hamlet por su individualidad y la universalidad de su concepción. Está presentado como hombre religioso y humanista. Su personalidad se define por una compleja estructura psicológica, cuyos elementos fundamentales son una profunda sensibilidad ética y estética y su intelectualismo. La peculiaridad de su espíritu se muestra en una rica y variada expresión irónica, cínica y sarcástica, a veces dolorida o argumentativa, y a través de la cual es posible conocer sus más íntimos impulsos.
            Debemos recordar que, por encima de todo, Shakespeare es el gran creador de prototipos universales de una pasión o de un carácter. Hamlet quedó para siempre  como encarnación de la duda paralizadora.


Aunque en este sentido, debemos destacar la obra de Álvaro Cunqueiro, El incierto señor don Hamlet (1958), donde el autor gallego desarma el mito de Hamlet con humor e ironía, convirtiéndolo en una parodia. Entre la obra de Shakespeare y la de Cunqueiro hay enormes diferencias. Ya en la primera línea nos encontramos que mientras Shakespeare necesita cinco palabras para describir el escenario y sus circunstancias (Elsinor. Explanada delante del castillo), Cunqueiro desarrolla seis páginas para relatarnos qué es Elsinor. Y al comenzar el primer acto aparece un coro que lo aclara todo todavía más. Pero lo más atrayente está por llegar. Shakespeare se toma todo el primer acto solamente para desplegar en toda su magnitud el «hecho inicial» de la obra: la aparición del padre de Hamlet en forma de fantasma y su pedido de venganza filial. Sin este hecho, el Hamlet de Shakespeare sería otra obra, otra historia. Por eso necesita un acto entero para desarrollarlo y darle la trascendencia que para él y para su obra tiene. El director debe poner en escena la profunda conmoción que le produce a Hamlet ver a su padre. Esta conmoción es el motor que lleva a Hamlet a través de toda la obra. En Cunqueiro, en cambio, no aparece el fantasma del padre, simplemente porque no hay padre muerto. El padre de Hamlet está vivo y es el Rey. Este es el hecho inicial de Cunqueiro: Hamlet se entera de que al que han asesinado es a su tío. Pero lo más curioso es que cuando se abre el telón ya hay varios personajes (el coro, Laertes, Poloño) que conocen todo esto, ya que ha sucedido antes. No ocurre como con la aparición del fantasma, en la obra de Shakespeare, que se produce delante de nosotros y condiciona toda la obra, sino que ya ha sucedido. Todo lo que fue el hecho inicial de Shakespeare, en Cunqueiro es una circunstancia dada. Todo ya pasó y los personajes ya lo saben, salvo Hamlet que no se entera. Nos queda así un patético personaje, único ciudadano de Elsinor que absurdamente no conoce la verdadera historia de su padre, el Rey. La reina se nos muestra inocente, nunca quiso nada, su embarazo fue un simple juego del que no conocía las consecuencias. Era una niña que no conocía la vida. Un absurdo que provoca la risa. Nos queda la extraordinaria escena de la reina con su hijo, pactando la forma de llevar adelante el reino y más que nada de consumar el incesto. Sutil, refinada, los personajes van mutando para dejarnos ver dos amantes que se miran con deseo ante la promesa de la reina de dejar siempre la puerta entreabierta y esperarlo. Sin haberlo sospechado terminamos así entrando en el mundo de Edipo, que súbitamente se desmorona cuando Hamlet sin más, de repente, acuchilla a su madre. Toda la estructura de la obra está clara. Cunqueiro maravillosamente nos ha sumergido en el mundo del absurdo. Hamlet se ahorca al final. A lo largo de la obra, en los momentos más trágicos, surge un humor negro y lacerante que convierte a los personajes en seres patéticos, ridículos, muy difíciles de representar.

           
Durante la primera mitad del siglo XX, cuando el psicoanálisis se encontraba en el punto álgido de su influencia, la tragedia de Hamlet fue utilizada como ejemplo en la justificación de sus teorías, especialmente por Sigmund Freud, Ernest Jones y Jacques Lacan. En su obra La interpretación de los sueños (1900), el análisis de Freud parte de la premisa de que “la obra está construida sobre las dudas de Hamlet en cuanto a si llevar a cabo el deber de la venganza que le ha sido asignado, pero el propio texto no ofrece razón o motivo alguno para tales dudas”. Freud concluye que Hamlet siente “un deseo edípico por su madre y la subsiguiente hace que evite el asesinato del hombre [Claudio] que ha realizado lo que él inconscientemente quería hacer”. Freud sugiere que el aparente “desagrado por la sexualidad” de Hamlet, articulado en su conversación sobre el “convento” con Ofelia, es coherente con esta interpretación. Ernest Jones desarrolló las ideas de Freud en su libro Hamlet y Edipo (1949). Hamlet está disgustado por la relación "incestuosa" de su madre con Claudio mientras que simultáneamente tiene miedo de matarle, pues esto le allanaría el camino hacia la cama de su madre. La locura de Ofelia tras la muerte de su padre también puede ser leída en términos freudianos: se trata de una reacción ante la muerte de su anhelado amante, su padre. Ella se encuentra abrumada ante el amor paternal frustrado que tan bruscamente cesó y deriva en la inconsciencia de la locura. En la década de 1950, Jacques Lacan presentó una serie de teorías estructuralistas sobre Hamlet, que fueron publicadas en Deseo y la interpretación del Deseo en Hamlet. Lacan postulaba que la psique humana está determinada por las estructuras del lenguaje y que concretamente las de Hamlet arrojan luz sobre el deseo humano. En el análisis de Lacan, Hamlet se distancia paulatinamente de la realidad «mediante el luto, la fantasía, el narcisismo y la psicosis», lo cual crea vacíos o faltas (manque) en los aspectos real, imaginario y simbólico de su psique. Las teorías de Lacan influenciaron la crítica literaria de Hamlet por su visión alternativa de la obra y su uso de la semántica para explorar el escenario psicológico que en ésta se da.

           
En el terreno musical, tanto la figura de Hamlet como la de Ofelia han servido como tema para diferentes composiciones, algunas de ellas unidas a las versiones cinematográficas. Robert Schumann (1810-1856) escribió una Sinfonía de Hamlet en 1830, aunque no se publicó hasta 1981. Algunos consideran que estos fragmentos podrían corresponder a la obertura de una ópera. Quien sí realizó una ópera Hamlet en cinco actos fue Ambroise Thomas (1811-1896), con libreto de Jules Barbier y Michel Carré, y que fue estrenada en París el 9 de marzo de 1868.  Tchaikovsky (1840-1893) compuso un poema sinfónico Hamlet. Y entre la música compuesta para el cine, destacan la de Shostakovich (1906-1975) para la versión rusa y la de William Walton (1902-1983) para el Hamlet de sir Laurence Olivier. Entre las composiciones dedicadas a Ofelia, destacan La muerte de Ofelia de Berlioz (1803-1869), una balada para coro femenino y orquesta con letra de Ernest Legouvé, además de las Cinco canciones de Ofelia de Johannes Brahms (1833-1897). Éste compuso las canciones por encargo de su amigo, el actor Josef Lewinsky, para ser interpretadas por su novia (más tarde su esposa), la actriz Olga Precheisen. El texto corresponde a las canciones que, acompañándose con un laúd y con el pelo suelto, canta Ofelia en el acto IV, escena V de Hamlet dando muestras de su desvarío. El estreno tuvo lugar el 22 de diciembre de 1873 en el Teatro Alemán de Praga.

           
En el terreno artístico, debemos destacar la figura de Eugéne Delacroix (1798-1863), pintor romántico francés interesado por la temática exótica y violenta y muy atraído por la luz y el color. Delacroix realizó dos versiones sobre Hamlet en el cementerio. La figura de este joven príncipe medieval se consideraba el prototipo de la personalidad romántica: el joven atormentado por la duda, entre dos mundos, el real y el de ultratumba, acosado por el deseo incestuoso, la pasión no correspondida de Ofelia, el asesinato de su padre, la traición de sus cortesanos... Todo un torbellino de pasiones que enfrentaban al hombre con sus mitos y tabúes sociales más antiguos. El hecho se consideraba de la más rabiosa modernidad y todos los admiradores de Delacroix se sentían identificados con este príncipe taciturno que se sienta sobre una tumba del cementerio para reflexionar sobre la existencia.


         Otro de los personajes que se trataron en la pintura fue el de Ofelia, sobre todo a propósito de su muerte. Quizás la versión de este tema más conocida sea la de John Everett Millais, en 1852.


        Emile-Antoine Bourdelle realizó en 1891 una escultura en bronce de Hamlet, también llamado Hombre que sostiene en su mano una calavera.


Sin duda es en el terreno cinematográfico donde mayor número de versiones acerca de este mito podemos encontrar. Por orden cronológico, señalaremos las más importantes y curiosas de todas ellas. De 1900 es Le duel a Hamlet, donde es Sarah Bernhardt quien realiza el papel protagonista, ya que ella fue la primera actriz en representar tanto el papel de Hamlet como el de Ofelia. En 1942 Ernst Lubitsch dirige la comedia Ser o no ser, con Carole Lombard como protagonista.

La acción se sitúa en la Segunda Guerra Mundial, en Varsovia, durante la ocupación alemana. El profesor Siletsky, un espía al servicio de la Gestapo, está a punto de entregar una lista con el nombre de los colaboradores de la resistencia. Joseph Tura, actor polaco intérprete de Hamlet y esposo de María Tura, también conocida actriz, intentará solucionar esta situación, con la ayuda de los actores de su compañía.

Una de las versiones más conocidas e importantes de Hamlet es la dirigida y protagonizada por Laurence Olivier en 1948, y que fue ganadora de cuatro óscar en 1949.


En 1964 se realizaron dos versiones de la obra de Shakespeare, una americana y otra rusa. La primera, interpretada por Richard Burton, es el rodaje de una representación teatral en Nueva York. El guión de la versión rusa se realizó a partir de la traducción del Nobel de Literatura Boris Pasternak y la música fue compuesta como ya vimos por Shostakovich.
            De 1987 es la película finlandesa Hamlet va en viaje de negocios, de Aki Kaurismäki, donde el mito se traslada a nuestros días. Aquí Hamlet, tras la muerte de su padre, hereda su empresa, que desea controlar su tío, lo que sirve al director para criticar los excesos del capitalismo.


           En 1990, Franco Zeffirelli dirigió una versión que obtuvo dos nominaciones al óscar y que estuvo protagonizada por Mel Gibson. La película es bastante respetuosa con la fuente original.


          Del mismo año, 1990, es Rosencrantz y Guildenstern han muerto, basada en la obra de Shakespeare, sobre dos personajes secundarios en Hamlet. El título es la frase que pronuncia el embajador inglés al final del drama. El director, Tom Stoppard ya había obtenido el éxito teatral con esta obra cuando la estrenó en 1967.


Quizás una de las versiones más importantes de este mito haya sido la realizada por Kenneth Brannagh, en 1996. La acción se traslada al siglo XIX.


Por otra parte habría que señalar, de los directores Roger Allers y Rob Minkoff, la película de animación de la factoría Disney de 1994 titulada El rey león, en la que varios animales de la sabana africana viven la historia shakesperiana. En esta versión, Simba, un pequeño león heredero del trono, se exilia al ser injustamente acusado de la muerte de su padre, pero acaba regresando para recuperar lo que es suyo.


Por último recordaremos que en un capítulo (el episodio 283) de Los Simpsons parodian la historia de Hamlet, en ella Bart Simpson representa al Príncipe Hamlet. Su tío Claudio (Moe) se casa con Gertrudis (Marge) luego de matar al Rey Hamlet (Homero), envenenándolo. El Rey se encuentra con su hijo convertido en fantasma, y le dice cómo había muerto y que debía vengar su muerte. El Príncipe Hamlet, con la ayuda de un actor profesional (Krusty el Payaso), organiza una obra de teatro para lograr que Claudio confiese su culpabilidad. Luego, Claudio descubre que Hamlet conocía el secreto, por lo que determina matarlo. Hamlet, en un intento de matar a Claudio, mata a Polonio (el jefe Wiggum). Su hijo, Laertes (Ralph Wiggum), le propone a Hamlet un duelo para vengar la muerte de Polonio. Sin embargo, como "puñalada de práctica", Laertes se mata a sí mismo, y Hamlet procede a matar a Claudio. Rosencarl y Guildenlenny (Carl y Lenny), mientras tanto, habían sido cubiertos con veneno y se habían matado a sí mismos chocándose las manos. Hamlet, luego de asesinar a Claudio, comienza a celebrar, pero se resbala con sangre y muere. Viendo el gran desastre que se había formado y sin ganas de limpiar, Gertrudis se suicida golpeándose la cabeza con un mazo. Bart piensa que la obra Hamlet era aburrida, ya que todos los personajes mueren, pero Homero le dice que la historia había inspirado la película Los Cazafantasmas, y todos los Simpson bailan la canción de la película.

2 comentarios:

  1. Gracias, lo necesitaba para hacer los deberes

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    1. Nos alegra que te haya servido. Gracias por tu comentario. Un saludo.

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