miércoles, 28 de marzo de 2012

Orfeo en el teatro en español del siglo XX



           - Los tangos de Orfeo (1965) es una pieza de A. Rodríguez Muñoz. El mito de Orfeo simboliza una crisis existencial en el contexto de un prostíbulo, con personajes realistas que utilizan el dialecto bonaerense. El texto se caracteriza por la ironía y el humor negro. La acción se sitúa en una habitación con plantas que son símbolos fúnebres, y el diálogo revela que el lugar es antesala del reino subterráneo de Hades. Hay un patrón burdo y filosófico, que es Plutón o Hades. Sus tres pupilas son las Parcas. Tiene a su servicio al Chueco, a quien maltrata. A Nena (Perséfone) la traen vestida de negro, y tras ella llega en su busca Cholo (Orfeo en busca de Eurídice), tocando la armónica. Recuerda un sueño en el que vio a Eurídice que lo saludaba desde la orilla (él iba en una barca). Pero la orilla comenzó a moverse en la dirección del río (llevaba hacia el reino de la muerte). Ella lo recuerda a la inversa (ella navegaba y él estaba en la orilla). En el tercer acto de la obra, regresan a la vida. A Cholo le advierten que no debe mirar hacia atrás, pero lo hace cuando el Chueco lo provoca. Cuando Nena vuelve a morir, Cholo canta con tristeza e ira, interroga a Dios y a Zeus, al que termina insultando. Cholo se va, y silenciada su armónica, la música es reemplazada por los gritos del público de un partido de fútbol y por los ladridos del Chueco (es Cerbero, el perro que vigila las puertas del Averno). Las Parcas, que predicen que Orfeo será descuartizado por las mujeres furiosas que viven cerca del puerto, intercambian chistes obscenos. El Patrón cuenta el mito de Orfeo. Es el Patrón y es Plutón. Y en el prostíbulo/Averno dominado por él, ni el Chueco ni las prostitutas se atreven a desafiarlo. En esta obra no hay rebelión posible contra el poder. La puesta en escena expresa la tristeza y la injusticia de la mortalidad.

         - R.N.Medina escribe Orfeo en las tinieblas (1965). Las tinieblas son las del Hades, representado por un barrio sórdido, cerca del puerto del Río de la Plata, un infierno cotidiano producto de la pobreza, la codicia, el egoísmo, la amoralidad de los personajes estereotipados de forma algo simplista. Pablo es el destino, que controla la acción. Orfeo, músico y pintor, viene a vivir como inquilino a un lugar sórdido, donde se enamora de Colomba (Eurídice). Ella practica la prostitución obligada por sus padres, quienes quieren entregarla a un hombre sin escrúpulos que ha sobornado a la madre. El amor de Orfeo y Colomba está condenado al fracaso, ya que el amor no puede “vencer la bajeza moral del mundo”. Colomba se suicidará en el río, y Orfeo, que quiere salvarla, transgrede la famosa prohibición, corre otra vez tras ella, y juntos marchan hacia la muerte.

         - Un largo drama de un solo acto es Latin American Trip (1978), de A. Calveyra. En esta pieza, un personaje identificado como “Hombre Nº 1” llega desde Europa. Parece dirigirse a un vago lugar identificado como un funeral, pero durante toda la acción permanecerá en tránsito, en estado de animación suspensiva, recordando su infancia en Argentina o muriendo su propia muerte. No regresa en busca de Eurídice, sino del asesino de su padre. Hay tres mujeres identificadas como las Furias y otros dos Hombres (Nº 2 y 3) que representan a soldados americanos de la guerra del Vietnam. La acción está sostenida por un interrogatorio entre el Hombre Nº 1 y las Tres Mujeres. Ellas preguntan y él contesta, o a la inversa. El Hombre Nº 1 es un Orfeo en busca, no de su amada, sino del amor perdido; el amor (la vida) perdidos por causa de la violencia. Como otros Orfeos literarios va a “inventar el amor”. También resultará ser un Orestes (y en este sentido, la mención de Argos es la clave) en busca del asesino de su padre; incluso no es imposible que pudiera identificarse con Edipo. El viaje de Europa a América Latina tiene como paralelo un viaje de la vida a la muerte, pero es también un itinerario en busca de nueva vida.


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