sábado, 31 de marzo de 2012

El viejo y el mar




Ernest Miller Hemingway (Oak Park, 1899-Ketchum, 1961) es un narrador estadounidense cuya obra, considerada clásica en la literatura del siglo XX, ha ejercido una notable influencia tanto por la sobriedad de su estilo como por los elementos trágicos y el retrato de la época que representa. El autor recibió el premio Nobel en 1954. Era el segundo hijo de una familia de tres. Su padre era médico y aficionado a la caza y la pesca. Su madre había estudiado música y le hizo interesarse por ella. En el instituto aprendió a tocar el violonchelo y formó parte de la orquesta. Era capitán del equipo de waterpolo y jugaba a rugby. Se interesaba también por el boxeo. En los estudios destacó en Lengua, pero sentía apatía por las otras asignaturas. Mostró sus aptitudes literarias en el diario escolar, usando el alias Ring Lardner, Jr. Al acabar sus estudios, no quiso ir a la universidad ni quiso perfeccionar sus estudios de violonchelo. Se trasladó a Kansas y en octubre de 1917 comenzó a trabajar de reportero en el Kansas City Star.
El 6 de abril de 1917, Estados Unidos había entrado en guerra, pero Hemingway fue excluido como combatiente por un defecto de visión, aunque consiguió que le admitieran como conductor de ambulancias de la Cruz Roja y desembarcó en Burdeos en mayo de 1918, para marchar a Italia. El 8 de julio de ese mismo año fue herido de gravedad. Con las piernas heridas y una rodilla rota, fue capaz de cargarse a hombros un soldado italiano para ponerle a salvo. Caminó 40 metros hasta que se desmayó. La heroicidad le valió el reconocimiento del gobierno italiano con la Medalla de Plata al Valor. No perdió su pierna gracias a la intervención de una enfermera, Agnes von Kurowsky, con quien comenzó una relación sentimental. Durante su recuperación en el hospital de Milán, se enamoró de la joven enfermera y le pidió matrimonio, pero ella le plantaría por un doctor y oficial napolitano. Este hecho afectaría de por vida a Hemingway. Regresó a Estados Unidos en enero de 1919, donde reanudó su trabajo como periodista en el Toronto Star y como redactor del mensual Cooperative Commonwealth. Se casó con Elizabeth Hadley Richardson el 3 de septiembre de 1920. La pareja se trasladó a París en 1922. En la capital francesa alternó con las vanguardias y conoció a E. Pound, Pablo Picasso, J. Joyce y G. Stein, entre otros. Participó en la Guerra Civil española y en la Segunda Guerra Mundial como corresponsal, experiencias que incorporaría a sus relatos y novelas. Sus primeros trabajos, Tres relatos y diez poemas (1923) y En este mundo (1925) pasaron inadvertidos. Hombres sin mujeres (1927) incluye el antológico cuento Los asesinos. Ya en este cuento es visible su estilo de narrar. El relato se sustenta en diálogos cortos que van creando un suspense invisible, como si lo que sucediera estuviera oculto o velado por la realidad. El autor explicaba su técnica con el modelo del témpano de hielo, que oculta la mayor parte de su materia bajo el agua, dejando visible sólo una pequeña parte a la luz del día. Otros cuentos de parecida factura son, por ejemplo, Las nieves del Kilimanjaro o Colinas como elefantes blancos. En algunas de sus mejores historias hay un vago elemento simbólico sobre el que gira el relato. La mayor parte de su obra plantea a un héroe enfrentado a la muerte y que cumple una suerte de código de honor, de ahí que sean matones, toreros, boxeadores, soldados, cazadores y otros seres sometidos a presión. Tal vez su obra debe ser comprendida como una especie de romanticismo moderno, que aúna el sentido del honor, la acción, el amor, el escepticismo y la nostalgia como sus vectores principales. Sus relatos inauguran un nuevo tipo de realismo que, aunque tiene sus raíces en el cuento norteamericano del siglo XIX, lo transforma hacia una cotidianidad dura y a la vez poética, que influiría en narradores posteriores. Uno de los personajes de Hemingway expresa: "El hombre puede ser destruido, pero no derrotado". Y uno de sus críticos corrobora: "Es un código que relaciona al hombre con la muerte, que le enseña cómo morir, ya que la vida es una tragedia. Pero sus héroes no aman mórbidamente la muerte, sino que constituyen una exaltación solitaria de la vida, y a veces sus muertes constituyen la salvaguarda de otras vidas". A este tipo de héroe suele contraponer Hemingway una especie de antihéroe.
Sus novelas tal vez sean más populares aunque menos perfectas estilísticamente que los cuentos. Sin embargo, Fiesta (1926) puede ser considerada una excepción. En ella se cuenta la historia de un grupo de norteamericanos y británicos, integrantes de la llamada "generación perdida", que vagan sin rumbo fijo por España y Francia. El nuevo estilo que mostró en este libro, retrato del París bohemio de los años veinte y en buena parte de inspiración autobiográfica, dejó atrás una literatura más experimental y oscura. En 1929 publicó Adiós a las armas, historia sentimental y bélica que se desarrolla en Italia durante la guerra. Es una novela de contenido autobiográfico, ya que está basada en su paso por la guerra y sus experiencias en el frente de batalla. En 1940 publicó Por quién doblan las campanas, basada en la Guerra Civil española, que fue un éxito de ventas.
En 1944 viaja a Europa como corresponsal de guerra, participa en misiones aéreas de reconocimiento en Alemania y forma parte del desembarco en Normandía, siendo uno de los primeros soldados en entrar en París. Hasta 1950 no vuelve a escribir. Al otro lado del río y entre los árboles es su primera publicación después de aquellos turbulentos años de guerra.
En 1952 dio a conocer El viejo y el mar, un breve relato encargado por la revista Life y por el que recibió el premio Pulitzer en 1953. La historia tiene como protagonista a un modesto pescador de La Habana, donde vivió y escribió durante muchos años enfrentado a la naturaleza. Algunos críticos han visto en este texto la culminación de su obra, porque en él confluyen el humanismo y la economía artística; otros, sin embargo, opinan que éste no es el mejor Hemingway, por una cierta pretensión didáctica. El viejo y el mar (The Old Man and the Sea) fue su último trabajo de ficción importante publicado en vida y posiblemente su obra más famosa.
Aunque la novela ha sido objeto de numerosas críticas, es considerada como uno de los trabajos de ficción más destacados del siglo XX. Ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones
La obra trata sobre un pescador cubano, ya anciano, que se encuentra en una época en la que recuerda su vida pasada con amargura, ya que se encuentra falto de suerte y con las fuerzas muy reducidas para seguir con su labor. Al principio de la obra, aparece la figura importante de un joven, el cual siempre está dispuesto a ayudar al viejo y a aprender de su experiencia. Cuando los personajes están establecidos, comienza la aventura del viejo, que se adentra solo en el mar en un día normal de pesca, y encuentra un pez enorme, que solucionaría todos sus problemas, y le devolvería la gloria de sus tiempos pasados. Tras mucho luchar y sufrir, consigue hacerse con el pez, que es mayor que la propia barca. Durante toda su lucha, recuerda y echa de menos al joven que le ayudaba, y también recuerda sus épocas de juventud. Durante el camino de regreso a casa, el viejo se encuentra con multitud de tiburones, que van devorando el pez, dejándolo sin carne. Cuando el viejo regresa, los tiburones se han comido todas sus entrañas y ya no queda nada. Lo principal de la obra es la enorme variedad de motivos literarios que podemos encontrar: la esperanza, la pobreza, la soledad, el peligro, la amistad y el cariño son algunos de ellos. Lo singular es que se encuentran en una obra muy breve. El tema principal es la captura de un enorme pez y la lucha que traba el viejo con el mismo, que lo lleva a la deriva durante días hasta que logra matarlo. Además aparecen en escena los tiburones, atraídos por el olor de la sangre que emanaba del pez capturado, lo que lleva al viejo a entablar una nueva lucha con los tiburones, los cuales se alejan sólo cuando no les queda qué comer. Sobre los personajes podemos acotar que son muy pocos los que aparecen, y casi todos lo hacen mediante la acción o por pensamientos de los otros personajes. Un ejemplo de esto es el momento en que el viejo, ya en alta mar, desearía que se encontrara el muchacho con él para ayudarlo, así lo trae a escena sin que esté presente. El personaje principal es Santiago, el viejo, un hombre humilde y orgulloso al mismo tiempo. Muy agradecido de la compañía de su amigo, Manolín (el muchacho) se muestra muy creyente cuando se encuentra a la deriva y deseando capturar al pez que lo arrastra hacia el mar. “Todo en él era viejo…” se exclama en la presentación, “…salvo sus ojos; y éstos tenían el color mismo del mar y eran alegres e invictos“. Con un singular gusto por las grandes ligas de béisbol, se demuestra fanático de ese deporte. Sus viajes en solitario lo hacen reflexionar ya que no tiene otra cosa con qué distraerse, ni siquiera una radio, un objeto inalcanzable para él, económicamente hablando. Este personaje, además de la humildad, se ve caracterizado por el sentimiento de abandono que tiene. Tras la pérdida de su esposa, el viejo se siente muy solitario y la extraña de verdad. Cuando no tiene con quién hablar, habla solo en voz alta, y allí es donde se nota más su abandono. Por otro lado encontramos al muchacho“, Manolín. La relación entre ambos es de afecto verdadero, de amistad sincera. El viejo enseñó a pescar al joven y tras tres meses de no pescar nada, los padres de éste decidieron pasarlo a otro barco. Pero Manolín admiraba de verdad a Santiago y cada vez que podía lo ayudaba en sus faenas. La relación entre ellos puede catalogarse incluso como de padre e hijo. El muchacho quiere de verdad al viejo y lo cuida mucho, preocupándose por su alimentación y vestimenta, principalmente cuando comienza el invierno y piensa en conseguirle una nueva chaqueta para que no sufra el frío en esa estación. La mayor muestra de cariño y afecto se da cuando se reencuentran después de la captura del pez. El viejo piensa mucho en la gran ayuda que hubiera sido tener al muchacho con él, y éste a su vez iba todas las mañanas a su casa para ver si había regresado. Al encontrarlo, con la excusa de salir a buscar café, llora durante todo el camino y allí decide que desea volver a pescar junto a él dado que aún tiene mucho por aprender. El viejo fue quien enseñó a Manolín a pescar cuando éste tenía tan solo 5 años. Los animales también son protagonistas de la obra y tienen una participación fundamental en la misma, principalmente durante la estancia del viejo en alta mar capturando al gran pez, y luego en su lucha con los tiburones. No debemos olvidar a los delfines, catalogados como personajes “buenos” en la obra.
La obra parte de un hecho real que ocurrió en 1935, cuando un pescador se enfrentó primero con un enorme pez y luego con los siempre terroríficos tiburones. Hemingway decidió plasmar la historia en esta fantástica obra. La aceptación que tuvo por parte del público fue óptima.
El 2 de junio de 1961  Hemingway se quitó la vida en Ketchu (Idaho) de un disparo, tal como hizo su padre años atrás.


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