martes, 3 de abril de 2012

Cansera, de Vicente Medina



CANSERA  (*)
¿Pa qué quiés que vaya? Pa ver cuatro espigas
arroyás y pegás a la tierra;
pa ver los sarmientos rüines y mustios
y esnüas las cepas,
sin un grano d'uva,
ni tampoco siquiá sombra de ella...
Pa ver el barranco,
pa ver la laera,
sin una matuja... ¡Pa ver que se embisten,
de pelás, las peñas!...
Anda tú, si quieres,
que a mí no me quea
ni un soplo d'aliento,
ni una onza de fuerza,
ni ganas de verme,
ni de que me mienten, siquiá la cosecha...
Anda tú, si quieres, que yo pué que nunca
pise más la senda,
ni pué que la pase, si no es que entre cuatro,
ya muerto, me llevan...
Anda tú, si quieres...
No he d'ir, por mi gusto, si en crus me lo ruegas,
por esa sendica por ande se fueron,
pa no volver nunca, tantas cosas buenas...
esperanzas, quereres, suöres...
¡To se fue por ella!
Por esa sendica se marchó aquel hijo
que murió en la guerra...
Por esa sendica se fué la alegría...
¡Por esa sendica vinieron las penas!...
No te canses, que no me remuevo;
anda tú, si quieres, y éjame que duerma,
¡a ver si es pa siempre!... ¡Si no me espertara!...
¡Tengo una cansera!...

 (Vicente Medina Tomás  de "Cantos Murcianos", publicado en Cartagena en 1898) 

(*) "Aires Murcianos" refleja el sentimiento vital de su tierra, de sus campos y de la huerta que conoció de pequeño, alejándose del folklorismo hueco y adentrándose en el espíritu auténtico de las inquietudes de ese pueblo. Vicente Medina frecuentemente alude a la necesidad de expresar el "sentido" del huertano, su forma de ser, sus tristezas y dolores y sus alegrías, cuando las hay, transmitir la vida de los hombres y mujeres de la huerta.
"Cansera" es sin duda, el ejemplo más representativo del desaliento y las adversidades que sufre el huertano. Por ello viene a ser el resumen de todo lo que Medina ha querido encerrar en su libro, como representación de las gentes de un lugar y de un tiempo.
La primera edición de "Aires Murcianos" fue la de Cartagena de 1898, prologada por José Martínez Ruíz, "Azorín". Posteriormente se realizaron dos ediciones pequeñas en Madrid, con dibujos de su primo, el pintor Medina Vera, que tuvieron un gran éxito

   Vicente Medina Tomás (1866-1937)

Nació en Archena el 27 de octubre de 1866 siendo el primer hijo del matrimonio formado por Juan  de Dios Medina, jornalero, y Joaquina Tomás, costurera a domicilio. Su padre puso en el Balneario un puestecillo de libros y periódicos, siendo éste el primer contacto de su hijo con las letras.  
Vicente empezó a "ganarse la vida" a los ocho años, vendiendo en el kiosco del Balneario, donde tuvo ocasión de leer mucho; en las temporadas en las que cerraban Los Baños, acompañaba a su padre por los pueblos, vendiendo libros y periódicos.
Con apenas trece años marchó a Madrid a la casa de un Procurador de los Tribunales, para hacer compañía a un hijo suyo y dedicarse a otros menesteres de la casa. Harto de estas funciones se colocó en una ferretería, que abandonó pronto para volver a su pueblo, a la venta de libros, trabajo que compatibilizó con el de mancebo de botica. A los dieciocho años inicia una nueva etapa tras realizar el servicio militar en Cádiz se establece en Cartagena como cabo de escribiente auxiliar en la Capitanía General del Departamento de Cartagena. A bordo de la fragata "Numancia" visitó Barcelona coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal; posteriormente marchó voluntario a Filipinas donde estuvo poco más de un año.
 Fue precisamente allí donde se publicaron por primera vez unos versos suyos, dedicados a una bella nativa llamada "Tatay". En 1890 se licencia del ejército y vuelve a su pueblo montando un negocio de tejidos que pronto fracasa. Piensa emigrar a Orán, pero finalmente unos amigos le convencen de regresar a Cartagena, donde encuentra trabajo en el Arsenal y en una oficina comercial. Escribe en "El Álbum", revista literaria de Cartagena, colaborando también en "La Gaceta Minera", "El Diario de Cartagena", "El Republicano", "Las Noticias",etc. 
En 1891 contrae matrimonio con Josefa Sánchez Vera, su "Compañera", después de que su primer gran amor, Rufina Crevillén, se casara con un primo suyo durante su estancia en Filipinas. En 1895 publica el poema "El Náufrago" que tuvo una buena acogida entre crítica y publico. En desacuerdo con el uso cómico que se hacía del panocho en carnavales y bandos, llenándolo de barbarismos, se propuso escribir un drama en el lenguaje huertano, "El Rento", empezando a manera de bocetos unos romances panochos de los que nacerían "Aires Murcianos". 
"Aires Murcianos" da la medida de lo que Vicente Medina quería hacer en poesía y sobre todo como reflejo del sentimiento vital de su tierra, de sus campos y de la huerta que conoció de pequeño, alejándose del folklorismo hueco y adentrándose en el espíritu auténtico de las inquietudes de ese pueblo. Vicente Medina frecuentemente alude a la necesidad de expresar el "sentido" del huertano, su forma de ser, sus tristezas y dolores y sus alegrías, cuando las hay.
            Prefiere esto a un pintoresquismo o a un tipismo afiligranado que no responda a la realidad, porque lo que el poeta quiere ante todo es transmitir la vida de los hombres y mujeres de la huerta. Sin duda, Vicente Medina merece el nombre de poeta popular. A veces resulta difícil determinar claramente si estas coplas y cantares los compuso él o los tomó de los que todavía corren de boca en boca.
            En la capacidad de fusión entre lo tradicional y lo artístico creado por el poeta reside uno de los mayores atractivos, autenticidad y fuerza de la creación poética de Medina. "Cansera" es un ejemplo representativo del desaliento y las adversidades que sufre el huertano.
           La primera edición de "Aires Murcianos" fue la de Cartagena de 1898, prologada por José Martínez Ruíz, "Azorín". Posteriormente se realizaron dos ediciones pequeñas en Madrid, con dibujos de su primo, el pintor Medina Vera, que tuvieron un gran éxito.
           La aventura teatral de Vicente Medina comenzó con "El Rento", que se estrenó en Cartagena de manera informal, recibiendo una buena acogida y la alabanza de sus primeros mentores: Clarín y el citado "Azorín", el más decidido de ellos (que había escrito, tras la lectura de un librito con trece poemas de "Aires Murcianos": "aunque no escriba usted más este diminuto volumen que es de oro bastará para colocarle a usted entre los grandes líricos de nuestro parnaso").
     Profundamente animado publica en Cartagena cuatro textos dramáticos: "El Rento", "¡Lorenzo!", "La sombra del hijo" y "El alma del molino". Pero, a pesar de las gestiones que en Madrid llevaron a cabo Azorín, Unamuno y Clarín, no consiguió ver estrenada su obra.  Continúa publicando poesía, pero, a pesar de su creciente prestigio literario, la penuria económica lo lleva a pensar nuevamente en la emigración, y parte en 1908 desde Cartagena rumbo a Buenos Aires. Trasladado posteriormente a Mendoza consigue un buen trabajo y poco a poco se irá haciendo con un capital que invierte en su finca "Hume", muy cerca de Rosario, donde recrea un ambiente totalmente murciano.
           Su prosperidad económica se basó en negocios ganaderos e inmobiliarios, así como inversiones especulativas en las playas de moda de Uruguay, que le produjeron sustanciosas rentas. De esta forma su actividad literaria quedó relegada hasta que dos acontecimientos dramáticos hicieron al poeta volver a sus publicaciones: el estallido de la Gran Guerra y la muerte de su esposa. "Canciones de Guerra" es su primer libro argentino y tras su publicación, que alcanzó cierta resonancia, fue invitado a pronunciar conferencias y recitales, lo que le animó a publicar nuevos libros.
            El dolor por la muerte de Josefa, tras larga enfermedad (1915), le haría escribir una serie de poemas elegíacos que reuniría en el libro "Compañera"(1921). En 1917 Vicente encontró a su nueva pareja, Elvira Arcas, hija de un emigrante helillense con la que tendría dos hijos y con la que contraería matrimonio veinte años después justo al final de su vida.
            Coincidiendo con su retorno a la época literaria, Medina desarrolló una gran labor editorial. En 1924 había causado baja en su empresa, siendo denunciado en 1926 por los nuevos propietarios de la misma, al advertir una doble contabilidad de la que hacían responsable a Medina y a su inmediato superior. El poeta fue condenado a cuatro años de prisión atenuada en el Parque de Bomberos de Rosario. 
      Al salir de la prisión, Medina se dedica de lleno a la promoción de su obra literaria y a la venta y difusión de sus ediciones en distintos lugares de América donde daba conferencias y recitales. En 1930 realiza su tan anhelado viaje a París. Regresa a España el 8 de marzo en honor de multitudes, recibiendo continuos homenajes en Archena, Cartagena y Murcia.
           De diciembre de 1931 a junio de 1932 se instala con su familia en Madrid, regresando posteriormente a Archena, donde compra una casa y más tarde una finca de huerta cercana. Se reúne en el pueblo en diferentes tertulias, cuida de sus tierras (teniendo problemas con los jornaleros que las trabajan), veranea en la costa y en 1936 interviene activamente en la campaña del Frente Popular. Tras recibir amenazas anónimas por esta militancia y apremiado por el deterioro de sus negocios en Argentina, decide regresar.
           Sus problemas de salud se confirman con un diagnóstico de cáncer que prácticamente viene a coincidir con las noticias sobre el inicio de la Guerra Civil. Los poemas sociales de su última etapa se vuelven más políticos en defensa de la cusa republicana, dedicando el que probablemente fue el último de ellos a Federico García Lorca, cuya muerte le causó una profunda impresión. Tras un largo y doloroso proceso Vicente Medina falleció el 17 de agosto de 1937.
           En la "Antología Poética" de Vicente Medina editada por Francisco Javier Díez de Revenga, (Madrid, 1999), se incluye toda la bibliografía de y sobre Vicente Medina, en la que destaca el libro de Manuel Medina Tornero "Vicente Medina (1866-1937). El poeta y su obra". (Murcia. Fundación Vicente Medina, 1996).
           El 3 de febrero de 1994 se constituyó la "FUNDACIÓN VICENTE MEDINA", como Organismo Autónomo del Ayuntamiento de Archena con la finalidad de conservar el patrimonio que básicamente había aportado la familia del escritor  y la difusión y el fomento del estudio de la obra del poeta. Los órganos de gobierno de la Fundación son: el Consejo de Administración. el Presidente (el alcalde de Archena) y el gerente.
           El Consejo está formado además de por cuatro concejales, por cinco miembros de autoridad literaria y reconocido prestigio. Se renueva cada cuatro años, coincidiendo con la renovación del Pleno del Ayuntamiento. 
 

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