Walt Whitman (1819-1892) es considerado el mayor poeta estadounidense. Además de poesía, escribió ensayos y trabajó como periodista y profesor. Nació en Nueva York y su poesía se enmarca en un período de esplendor en la literatura norteamericana con escritores como Edgar Allan Poe o Melville, que a menudo están al margen de las grandes corrientes literarias europeas. Existe entre su vida y su obra una gran discordancia porque fue un hombre reservado que vivió una vida relativamente anodina, alejada del personaje vagabundo, revolucionario y jovial que encontramos en sus poemas. De su vida podemos destacar que sirvió durante la Guerra Civil, y al terminar el conflicto, continuó escribiendo poemas y ensayos hasta que, aquejado por varias enfermedades, se estableció en Nueva Jersey, donde falleció.
Su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. El primero predicaba que el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo, de modo que la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la observación directa de las leyes de la naturaleza. El realismo filosófico supone que el objeto de conocimiento es independiente del sujeto de conocimiento y que, en lo fundamental, el conocimiento del objeto no es diferente del objeto.
Whitman está entre los más influyentes escritores clásicos estadounidenses y ha sido el primer poeta notable que practicó el verso libre. Whitman se inclina por un tipo de verso irregular de gran extensión (el versículo, un verso que no asume ninguna tradición rítmica ni métrica, sin número fijo de sílabas y sin rima), inspirado en la versión inglesa de la Biblia. De este modo se considera que Whitman influyó, por ejemplo, en García Lorca.
Toda su producción poética se recoge en una única obra: Hojas de hierba (Leaves of Grass). Este es el poema nacional norteamericano porque exalta los grandes ideales del joven país y presenta sus tipos y paisajes. Fue un libro muy polémico tanto por sus liberalizadoras propuestas sociales y morales, como por su métrica y lenguaje. Además de estar escrito en largos versos libres, es un canto democrático a la existencia humana. Se ha considerado “la confesión total de un hombre tolerante, bueno, comprensivo y misericordioso, que quiso explicar su posición respecto de Dios, del Universo y de los problemas fundamentales del ser humano”.
A lo largo de su vida, Whitman sometió su obra a una revisión continua, añadiendo poemas y corrigiendo los ya existentes. Las partes más conocidas del libro son: Canto a mí mismo (la más extensa, donde el poeta canta a la vida y a la muerte, al cuerpo, y a todo ser humano), Hijos de Adán (que afronta de lleno el tema de la amistad), Cálamo (donde se aborda el tema de la sexualidad), y Redobles de tambor (que refleja la preocupación del poeta por la guerra civil estadounidense).
El tema central de Hojas de hierba es la coincidencia entre el poeta y el mundo que le rodea. En la obra se canta a todo: a la libertad del hombre, a la democracia americana, a la patria como nación de esperanzador presente y magnífico futuro, a la naturaleza, a Dios y al ser humano; pero, sobre todo, Walt Whitman se canta a sí mismo, como encarnación de su país y toda la humanidad. Este tema principal se articula en torno a tres ejes temáticos: la democracia, la naturaleza y el amor.
Encontramos un canto a la democracia, pues se canta a todo: desde lo más grandioso a lo más insignificante, para Walt Whitman todo es igual de importante. Cantó a la geografía entera, desde la costa del Atlántico a la del Pacífico, y desde la frontera canadiense a la mexicana: praderas, desiertos, ciudades, lagos y montañas, animales y plantas.
También encontramos como tema principal la naturaleza, que aparece como valor supremo, como una nueva religión. Más allá del placer y el dolor, está el fluir de la naturaleza, siempre eterno, transmitiendo la serenidad de la armonía con el Todo. Whitman encuentra a Dios por todas partes, surgiendo una nueva filosofía: la libertad, que lo impregna todo, incluso la creación poética. Así pues, Whitman va más allá de las categorías comunes del bien y del mal, convirtiéndose en el mesías que proclama la nueva religión basada en el poder de la naturaleza y en la libertad del hombre.
Otro tema en su poesía es el amor, un amor hacia sí mismo que se extiende hacia todo lo que le rodea. Por eso hablamos de un amor cósmico (el que recogía el trascendentalismo que mencionamos al principio), de forma que el “yo poético” de Hojas de hierba es universal. Además, Walt Whitman nos hace partícipes de su poesía con continuas interpelaciones al lector: un ejemplo es el poema “Lleno de vida ahora”.
En cuanto al estilo, la poesía de Hojas de hierba es cercana al lector por su sencillez y su carácter universal, y tiene un marcado carácter renovador ya que rompe con los cánones establecidos y se apoya en una total libertad creadora. El resultado es una poesía jovial, totalizadora y eterna, que transmite fuerza y felicidad. Su poesía se caracteriza por el verso libre, al que dotó de ritmo mediante otros recursos de la poesía moderna: abundan las anáforas, las repeticiones, las aliteraciones y los paralelismos. No se somete a ninguna norma, ni siquiera a la de la puntuación, que a menudo es insuficiente. En su poesía también destaca la variedad lingüística, pues Whitman utilizó todas las modalidades del habla: desde el registro coloquial de las clases media y baja, hasta los cultismos más refinados. Aunque quizás lo más característico del lenguaje de Hojas de hierba es su carácter ceremonial y sermonario; sus poemas están formados por versos largos al estilo de los salmos bíblicos; los versos de Whitman son como sentencias con significado pleno. Y debemos mencionar, por último, el estilo enumerativo de la obra, lo que permite al poeta expresar todo lo que ve.
Walt Whitman se proclamó a sí mismo el bardo, el espíritu, la conciencia y el profeta de Norteamérica; su libro Hojas de hierba es el gran poema épico que necesitaba una nación joven y emprendedora como era Estados Unidos a mediados del siglo XIX. De tal modo, Whitman es considerado como el padre de la poesía norteamericana, capaz de sintetizar la intuición personal y el arte de la palabra, y uno de los fundadores de la poesía moderna.
Borges identifica en el prólogo de su traducción una trinidad de protagonistas: el héroe, él mismo convertido en su propio héroe, y el lector. Me gusta esa visión. Al convertirse Whitman mediante este poemario en aquello que siempre quiso ser, permite al lector realizar un proceso parecido. Todos al leer a Whitman, deseamos formar parte de esa sustancia primigenia que apenas nos permite ver durante unos instantes.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu aportación, sin duda muy interesante.
Eliminarme encanta este escritor, en cada palabra pareciese que describe a la mismisima persona que lo lee, no hay que ser muy culto para entender lo que cuentan sus palabras, atrevido, innovador para la era en que vivia. tambien me he puesto a descansar sobre Leaves of Grass , he visto a los hombres y mujeres del mundo.-
ResponderEliminarGracias por tu comentario y tus valoraciones sobre esta obra. Un saludo.
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